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Cristóbal de Avendaño

Biografía

Avendaño, Cristóbal de. Valladolid, 1569 – c. 1628. Escritor y predicador carmelita (OCarm.).

Famoso predicador del siglo XVII, fue autor conocidísimo en su tiempo, como lo acreditan las numerosas ediciones y traducciones de sus obras. Un trabajo del padre Pablo Garrido servirá de base para presentar su figura. En 1590 hizo la profesión en el convento de Medina del Campo. En 1594 se encuentra en Toledo.

Al año siguiente pasó a la Universidad de Alcalá, donde estudió Teología los cursos 1596-1597 y 1597-1598. Según Alcocer estudió también Teología y Sagrada Escritura en la de Valladolid. Dedicado a la predicación, pronto adquirió gran prestigio en Madrid, donde se encontraba de conventual en 1609.

Vivió después en los conventos de Medina y Valladolid; se le localiza también en Zaragoza predicando en el famoso Hospital Real y en Ávila. Debió de morir en Valladolid en torno al año 1628 con fama de buen religioso.

Fruto de su experiencia como predicador, algunas de sus obras están salpicadas de observaciones a los predicadores a través de las cuales se advierte, en ocasiones, la pobreza en “un linaje de tísicos de púlpito, de quien Dios nos libre y nos guarde”. Es un crítico demoledor cuando alude a “predicadores desvanecidos, que toda su sabiduría y predicación es aceite de presunción”. O cuando se refiere a sermones, “semilla de tabardillos”, al alargarse desmesuradamente y repetirse, sin aterrizar. Avendaño no se limita a criticar; proporciona también una serie de normas, con el fin de corregir los abusos que “bien merecerían entrar en una antología de preceptiva literaria”. Debía evitarse un conceptismo exagerado, como debía evitarse igualmente el culteranismo, escollos de los que no era fácil librarse en la época.

Avendaño además de ser un predicador excepcional, fue autor de sermonarios, cuya difusión sorprende al biógrafo. Además están escritos, al decir de fray Diego del Escorial “con singular magisterio, lenguaje limpio y armonioso, unción piadosa”. Algunos bibliógrafos modernos le atribuyen erróneamente la obra Sermones para las festividades de Christo Nuestro Señor con una octava del santísimo Sacramento, publicada en Madrid, en 1634, cuyo autor es Pedro de Avendaño. Simón Díaz se equivoca también, al atribuirle algunas obras teológicas en latín, que pertenecen al jesuita Diego de Avendaño. Dejó también otras manuscritas que no debieron de publicarse por muerte del autor. Afirma expresamente de una de ellas: “Queda en la imprenta el tratado de cargos y descargos de Judas”.

Falta un estudio que valore en su conjunto la obra del predicador carmelita y la enmarque adecuadamente en las corrientes teológicas y bíblicas de su tiempo y en la forma de exponer las doctrinas al público; no obstante, se conocen tres estudios parciales. El padre Ismael de Santa Teresita se ocupó de estudiar la realeza de María en los sermones del Marial. El padre Llamas ha estudiado la figura de San José en uno de sus sermones, “El título de esposo de María es el primer timbre de gloria y grandeza”, cuya grandeza aparece también en sus virtudes y sus privilegios. Más recientemente el padre Pablo Garrido ha estudiado el Marial en un aspecto también concreto, el referente al culto y devoción a la Virgen. Aborda en su estudio los fundamentos teológicos del culto: “Madre de Dios, complementum Trinitatis, Redentora, Maríasacerdote” y pasa después a la práctica del culto y devoción. Esta práctica proviene de la dignidad de madre de Dios y como “correspondencia agradecida por los muchos beneficios que para nosotros se derivan de su maternidad espiritual”. En sintonía con la época, entre estas formas de culto, alude a la esclavitud y, como buen carmelita, también a la conveniencia de llevar el escapulario del Carmen. Modelo en la práctica de las virtudes teológicas y morales, el devoto de la Virgen debe esforzarse en su imitación. “Nos enseña también la Virgen a tener oración”.

 

Obras de ~: Sermones de Adviento con sus festividades y Santos (con sermón en honor de Santa Teresa), Madrid, 1617, 1625 y 1627; Valladolid, 1619; Lisboa, 1620 y 1628; Barcelona, 1621, 1626 y 1630; Valencia, 1623; Lérida, 1626; ed. fr., Paris, 1628 y 1636; ed. it., Venecia, 1629, 1638 y 1692; Sermones sobre los Evangelios de la Cuaresma, 2 vols., Madrid, 1622-1623 y 1626; Barcelona, 1623 y 1630; Lisboa, 1624; París, 1628 y 1630; Venecia, 1624; Santoral, I, Valladolid, 1629, Barcelona, 1629 y 1630; ed. fr., Paris, 1636; ed. it., Venecia, 1635; ed. lat., Colonia, 1660; Santoral, II, Madrid, 1625; Barcelona, 1626 y 1630; Lisboa, 1626; Valladolid, 1628; ed. fr., Paris, 1628 y 1636; ed. it., Venecia, 1634; Marial (con sermones en la festividad de la Virgen), Valladolid, Barcelona y Lisboa, 1629; ed. fr., Paris, 1632, 1654 y 1657; ed. it., Venecia, 1623; ed. lat. Pedeponti, 1738.

 

Bibl.: C. de Villiers, Biblioteca Carmelitana, Aurelianis, 1752 (ed. G. Wessels, vol. I, Roma, 1927, págs. 332-333); Ismael de Santa Teresita, “La realeza de María en los autores carmelitas de los siglos XVI y XVII”, en Estudios marianos, 15 (1956), págs. 151-206; R. Llamas, “San José en los predicadores españoles del s. XVII”, en Estudios Josefinos (Valladolid), 35 (1981), págs. 607-610; P. M. Garrido, “Doctrina y piedad mariana en Cristóbal de Avendaño 1569-1629”, en Marianum, 46 (1984), págs. 11-75; La Virgen de la fe. Doctrina y piedad mariana entre los carmelitas españoles de los siglos xvi-xvii, Roma, Edizioni Carmelitane, 1999; B. Velasco, Historia del Carmelo español, vol. III, Roma, Institutum Carmelitanum, 1990-1994, págs. 187-189.

 

Balbino Velasco Bayón, OCarm.

 

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