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Martín Gurrea y Aragón

Biografía

Gurrea y Aragón, Martín. Duque de Villahermosa (IV), conde de Ribagorza, señor de las villas de Pedrola, Luna, Erla y de las baronías de Torrellas, Santa Cruz, los Fayos, Grañén, Cuarte, Monflorite, Tramaced, Alcalá de Ebro y del castillo de Sora (en el reino de Aragón), señor de la baronía de Artana (en el reino de Valencia) y del derecho a la villa de Cortes (en el reino de Navarra). Pedrola (Zaragoza), 17.III.1525 o 1526 – Zaragoza, 20.IV.1581. Escritor y coleccionista.

Hijo primogénito del conde de Ribagorza, Alonso Felipe Gurrea y Aragón, y de Ana Sarmiento de Ulloa, fue uno de los aristócratas españoles de la generación de Felipe II, más cultos e interesados por las cuestiones de índole artística. Fue educado bajo la tutela de su tío el cardenal Pedro Sarmiento, quien le enseñaría diversos idiomas —latín, italiano, francés y algo de hebreo y griego clásico— y le inculcaría una gran inclinación por el estudio de la antigüedad clásica.

En enero de 1537 el joven Martín de Gurrea estaba en Valladolid, según consta en la carta enviada por Nicolás Perrenot a los condes de Ribagorza. Su presencia en la Corte española se debía a que fue menino de la emperatriz Isabel de Portugal y en octubre de ese mismo año el príncipe Felipe decidía nombrarlo su paje. El noble aragonés contrajo matrimonio con Luisa de Borja, hija del III duque de Gandía y de Juana de Aragón; las capitulaciones matrimoniales se habían firmado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el 12 de enero 1540.

Capítulo importante en la vida privada de Martín de Gurrea fue la amistad que mantuvo con distinguidas personalidades, destacando Antonio Perrenot, el cardenal Granvela. Testimonio de la relación entre tan destacadas personalidades es la correspondencia mantenida entre 1542 y 1581, desde su encuentro en las Cortes de Monzón (Huesca) hasta la muerte del duque. Los dos cultivan una pasión similar por los objetos artísticos, medallas, antigüedades o pintura y Perrenot actuó como agente artístico del aragonés.

La amistad hizo que se intercambiaran retratos y que el eclesiástico estuviera dispuesto a mandar al palacio de Pedrola a su pintor, el flamenco Antonio Moro, una vez que éste hubiera terminado los retratos en la Corte de Portugal (1550-1551).

Volvieron a encontrarse los dos amigos en el séquito del príncipe Felipe que le acompaña a Inglaterra para los esponsales de éste con María Tudor (1554). El entonces conde de Ribagorza (el tribunal del Justicia de Aragón había fallado a su favor para recuperarlo) actuó como un excelente cortesano al servicio del futuro rey: se encontraba entre los miembros de la comitiva en la solemne entrada de Su Majestad en Londres, le siguió a los Estados de Flandes y participó en las campañas militares libradas en territorio francés en 1557; en San Quintín otorgó el aragonés testamento y en él alude a la medalla de plata que se había mandado hacer, con su imagen y empresa personal: “Los rayos de Júpiter”, de significado político. Martín de Gurrea llevó a cabo también en ese viaje misiones diplomáticas en Italia y portaba el estoque imperial en el cortejo fúnebre, cuando se celebraron en Bruselas las exequias en sufragio de Carlos V. Al parecer, un motivo primordial de su prolongada estancia europea era recuperar el ducado de Villahermosa, como así ocurrió el 29 de julio de 1558 y haberlo recobrado compensó el gran gasto que supuso este viaje para la familia Gurrea-Aragón.

Cuando en 1559 Martín de Gurrea regresó a Aragón, había realizado una importante inversión en obras de arte: se encargó retratos, compró pinturas de vistas de ciudades y de mitología, estampas de grutescos, tapices, antiguallas de bronce, monedas o trazas de jardines. Según escribía años después, tuvo una pintura del Rapto de Europa, de Tiziano, cuadro con que le obsequió el propio autor. Se trajo también artistas extranjeros para trabajar a su servicio; se conocen los nombres de los pintores Guillaume de León y de los flamencos Pablo Schepers y Rolan Mois. Este último como retratista pintó los del duque y su familia, conservados en el palacio de Villahermosa, de Pedrola (Zaragoza). En 1560 los pintores J. Jonghelinck y F. Floris hacían obras en Bruselas destinadas “al camarín de Pedrola”. En este palacio, en la cercana casa de campo de Bonavía y en la mansión de Zaragoza situada junto a la ribera del río Ebro, el duque de Villahermosa creó una pequeña “corte”, donde en compañía de su familia y pintores disfrutaba clasificando su monetario, reorganizando sus esculturas, pinturas y libros, intercambiando obras y correspondencia epistolar con diversos amigos y escribiendo sobre temas de erudición anticuaria y de historia relacionada con Aragón; al parecer no llegó a publicar ninguno de sus escritos, enumerados en el siglo XVIII por Félix Latassa.

Redactaba su último testamento el 18 de abril de 1581 en Zaragoza, en cuya ciudad fallecía dos días después. Pidió ser enterrado con el hábito de la Orden del Císter en la iglesia de Pedrola junto a la sepultura de su primera esposa; su viuda María de Pomar Cerdán (con ella se había casado en 1568) hubo de empeñar una joya (“balax con perla”) para pagar los funerales.

Le sucedió como heredero su hijo Fernando de Aragón y Borja, quien se casó con Juana Pernstein y Manrique de Lara, dama de la emperatriz María; a él le dejaba uno de sus suntuosos arneses, la colección de estatuas de mármol y parte de la de pintura, entre otras cosas. Puede ser cierta la leyenda de que cuando se supo en la corte la muerte del duque de Villahermosa, Felipe II dijo al cardenal Granvela, “Ya es muerto nuestro Amigo el Filósofo Aragonés”, y respondió el eclesiástico: “Y vuestra Magestad ha perdido un gran vasallo, que por esto era mi Amigo”.

Martín de Gurrea y Aragón será un modelo de referencia para los coleccionistas de antigüedades y eruditos aragoneses del siglo xvii, entre los que destaca su nieto Gaspar Galcerán, conde de Guimerá, hijo de Ana de Aragón y Borja. La memoria del duque permanece en la historiografía del siglo xvii y de manera esencial por sus Diálogos de Medallas.

 

Obras de ~: Vida del Conde de Luna D. Lope y de su hermano el Arzobispo; Historia de los Reyes, Condes y Obispos de Ribagorza, Sistau, Pallas y última Sede conocida en Roda, y del Gobierno de este Estado. Contiene muchas memorias antiguas de Aragon, así eclesiásticas como seculares; Memorias históricas de los Condes de Aragon, adornadas de sus blasones y retratos; Poesías en diversos metros, y sobre variedad de asuntos; Noticia del Museo de medallas y de otras preciosas y raras Antigüedades del Duque de Villahermosa; Diálogos de Medallas antiguas españolas, de inscripciones y de otros monumentos raros, s. f. (ed. de J. R., Mélida, con el tít. Discursos de medallas y antigüedades, Madrid, Viuda e Hijos de Tello, 1902); Ilustración de algunos libros con Notas y Apostillas; Muchas cartas de notable instrucción; Una muy instructiva y piadosa epístola, exhortando en ella á los Párrocos de lugares de nuevos convertidos moriscos, para que enseñen á estos y los radiquen en la Doctrina Cristiana (1563); Diversos Papeles, especialmente de cosas antiguas.

 

Bibl.: N. Antonio, Bibliotheca Hispana Nova, t. II, Roma, 1672, pág. 73; T. Muniesa, Vida de la V. y Exma. Sra. D. Luisa de Borja y Aragón, Condesa de Ribagorza, Duquesa de Villahermosa, Zaragoza, Pascual Bueno, 1691; F. de Latassa y Ortín, Bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses de Latassa aumentadas y refundidas en forma de diccionario bibliográfico-biográfico, ed. de M. Gómez Uriel, Zaragoza, Imprenta de Calisto Ariño, 1884 (ed. electrónica de M. J. Pedraza Gracia, J. A. Sánchez Ibáñez y L. Julve Larraz, Zaragoza, Universidad, 2001); D. F. Fernández de Bethencourt, Historia genealógica de los Grandes de España, t. III, Madrid, 1901, págs. 405 y ss.; M. de Gurrea y Aragón, Discursos de medalla, op. cit.; F. Bouza Álvarez, “Dos medallas del fulgor de Júpiter de don Martín de Aragón y Gurrea, duque de Villahermosa, conde de Ribagorza”, en Felipe II. Un Príncipe del Renacimiento, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 1998, págs. 623-624; C. Morte García, “Martín de Gurrea y Aragón, duque de Villahermosa”, en VV. AA., Felipe II. Un Príncipe del Renacimiento, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 1998, págs. 577-578; C. Morte García, “Rolan Moys, el retrato cortesano en Aragón y la sala de linajes de los Villahermosa”, en VV. AA., El Arte en las Cortes de Carlos V y Felipe II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1999, págs. 445-468; F. Bouza Álvarez, Palabra e imagen en la Corte: cultura oral y visual de la nobleza en el Siglo de Oro, Madrid, Abada, 2003; F. de Latassa y Ortín, Bibliotecas nueva de los escritores aragoneses (1500-1599), ed. científico G. Lamarca Langa, t. I, Zaragoza, Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, 2005, págs. 290-293.

 

Carmen Morte García