Borbón y Borbón, Alfonso María José Alberto. Conde de Caserta. Caserta (Italia), 28.III.1841 – Cannes (Francia), 26.V.1934.
Hijo del rey de Nápoles y de las Dos Sicilias y hermano consanguíneo de Francisco II, destronado en 1868, pretendió la corona de Nápoles por haber muerto su hermano sin sucesión.
En 1868 casó con Antonia de Borbón y de las Dos Sicilias, con la que tuvo once hijos, uno de los cuales, Carlos, casó con la princesa de Asturias, María de las Mercedes, renunciando para ello a sus derechos sobre el reino de las Dos Sicilias.
El conde de Caserta procedía del cuerpo de Artillería, y había formado parte de la comisión científicomilitar para el examen y construcción de los cañones rayados. Se había distinguido en la campaña de Volturno y Garigliano, así como en los sitios de Capua y Gaeta, ascendiendo sucesivamente por méritos de guerra desde comandante hasta coronel, mereciendo ser citado en la Orden General del Ejército y viéndose agraciado por los emperadores de Austria y Rusia con el nombramiento de caballero de las Órdenes de María Teresa y San Jorge y con la Cruz Laureada de San Fernando por Isabel II.
Destronada la Familia Real de Nápoles, el conde de Caserta se presentó a Pío IX y defendió la causa pontificia en Mentana; también defendió la misma causa en la batalla de Roma en 1870.
En 1874 pasó a España para tomar parte activa en la Tercera Guerra Carlista. Ingresó en el Ejército del Norte como coronel de Artillería distinguiéndose en el sitio de Irún, y sirvió a don Carlos hasta febrero de 1876 tanto en Guipúzcoa como en la División de Castilla, desempeñando la comandancia general de Álava, mandando luego una brigada de operaciones en Guipúzcoa y contribuyendo eficazmente a la victoria en Lumbier, ascendiendo a brigadier y a mariscal de campo. El 11 de diciembre de 1875 don Carlos nombró jefe del Estado Mayor General de su Ejército al conde de Caserta. Al ser un príncipe de la Familia Real inspiraba absoluta confianza a los voluntarios. El 23 de diciembre de 1875 empujó a los liberales hacia Hernani, con el objeto de probar los intereses que tenían los alfonsinos en Guipúzcoa; éstos no se movieron de sus acantonamientos y aquello no fue más que un intercambio de munición. Convencido de que era Navarra donde había que asegurar la guerra envió al brigadier Martínez Junquera, a Arichulegui, en la frontera entre Navarra y Guipúzcoa.
El conde de Caserta chocó con uno de los problemas más graves de las tropas carlistas a finales de 1875, que fue el de la falta de munición. Alfonso pidió a las diputaciones y al Comité francés que le auxiliasen, obteniendo una respuesta favorable sólo de la diputación de Vizcaya y de Navarra.
Estuvo también presente en el acantonamiento de los batallones de Gandesa y Valencia en Salinas de Oro. En 1876, al terminarse la guerra, se retiró a Cannes, no ocupándose más en la política.
Bibl.: A. Brea, Campaña del norte, de 1873 a 1876, Barcelona, Administración, 1897; I. Romero Raizábal, “Elegía a la muerte del conde de Caserta rey de las Dos Sicilias y de Jerusalén”, en Tradición (Santander), n.º 33 (1934); M.ª N. Braganza de Borbón, Mis memorias sobe nuestra campaña de Cataluña en 1872 y 1873 y en el Centro en 1874, Madrid, Espasa Calpe, 1934.
Francisco Asín Remírez de Esparza