Assas y Ereño, Manuel de. Santander, 28.VI.1813 – 1880. Historiador del Arte, filólogo, crítico artístico y grabador.
Nació en el seno de una familia hidalga de marinos procedente de la comarca de Trasmiera. Hijo de Magdalena Ereño Santa Coloma y de Pedro de Assas del Castillo. Su padre perteneció a la Armada y ostentó el cargo de comandante del puerto de Santander, además de los de procurador general y alférez mayor del ayuntamiento en 1816. Manuel de Assas perteneció a la oligarquía urbana santanderina que desde los últimos años del siglo xviii acaparó los poderes fácticos de la capital cántabra.
Entre los años 1825 y 1828 cursó estudios de Filosofía y Derecho entre las ciudades de Burgos y Valladolid.
Tras una breve etapa como abogado en Madrid en 1835, no tardaría en descubrir su verdadera vocación: la Historia de la Arquitectura. En 1839 fue beneficiado con la cátedra de Dibujo Lineal y Dibujo de Arquitectura gracias a Antonio de Zabaleta, cuyas enseñanzas calaron hondo en las inclinaciones artísticas del concepto que Assas tenía de la Arqueología.
A partir de la década comprendida entre 1840 y 1850, Assas comenzó a ser conocido en los círculos académicos y científicos españoles. Le fue encargada la ordenación de la Biblioteca y el Museo Provincial de Burgos tras la desamortización de Mendizábal de 1835, circunstancia que forjó su progresiva implicación con la defensa del patrimonio nacional en línea con el pensamiento romántico de la época.
En 1846, Manuel de Assas regresó a Madrid para estudiar lingüística comparada, a la vez que cultivó su afición por los grabados y el dibujo. Su período de formación, su vinculación a instituciones, como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la de la Historia o el Ateneo de Madrid, y sus aficiones pictórico- arquitectónicas influyeron decisivamente en su concepción artística de la Arqueología.
El año 1852 fue un importante punto de inflexión en su período formativo. Ese año emprendió un viaje por Europa que le permitió conocer museos y eminencias culturales de países como Rusia, Alemania, Suiza, Francia. A su vuelta, Assas divulgó aquellos conocimientos acumulados por él en campos como lengua y literatura sánscrita, arqueología española, lenguas célticas, etc.
Desde el punto de vista funcionarial, ingresó en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios el 5 de febrero de 1862 como oficial de la Biblioteca Nacional. Cinco años más tarde desempeñó la cátedra de Elementos de Arqueología en la Escuela Superior de Diplomática, de cuyas enseñanzas participaron futuros arqueólogos, especialmente José Ramón Mélida. Durante el Sexenio Revolucionario (1868- 1874) formó parte, junto con Ventura Ruiz Aguilera, director del Museo Arqueológico Nacional, y Juan de Dios de la Rada y Delgado, de la comisión científica encargada de examinar los objetos arqueológicos que se hallaban en los edificios religiosos incautados por el Estado en Madrid.
La principal incursión de Assas en cuestiones arqueológicas fueron sus publicaciones sobre monumentos megalíticos españoles, que vieron la luz entre 1847 y 1867. Aunque no participó en trabajos de campo, Assas contribuyó a mejorar el nivel de una generación de arqueólogos a la que transmitió sus enseñanzas y conocimientos arqueológicos sobre todo en el campo de la Arquitectura.
Obras de ~: “Bellas Artes. Sobre destrucción de monumentos”, en El Renacimiento, 11 (1847), págs. 81-82; Álbum artístico de Toledo, Madrid, Imprenta de Julián Saavedra y Compañía, 1848; Monumentos arquitectónicos de España, Madrid, 1880-1900; Crónica de la provincia de Santander, Madrid, 1867 (ed. Santander, Librería Estudio, 1995); “Las ruinas de Itálica”, en Semanario Pintoresco Español, 21 (1856), págs. 269- 270; “Celtas”, en Semanario Pintoresco Español, 22 (1857), págs. 401-407; Programa de la asignatura de arqueología de la Escuela Superior de Diplomática, Madrid, 1876; Mosaico descubierto en Mallorca en 1833, en Museo Español de Antigüedades, 8 (1877), págs. 259-289; con J. Amador de los Ríos, El monasterio de San Juan de los Reyes en Toledo, Madrid, Imprenta de T. Fortanet y Calcografía Nacional, 1877.
Bibl.: F. Villacorta Baños, Culturas y mentalidades en el siglo xix, Madrid, Síntesis, 1993; I. Peiró Martín y G. Pasamar Alzuria, La Escuela Superior de Diplomática (los archiveros en la historiografía española contemporánea), Madrid, Anabad, 1996; V. M. Renero Arribas, “Manuel de Assas y Ereño”, en Pioneros de la Arqueología en España del siglo xvi a 1912 (2004), págs. 95-101.
Daniel Casado Rigalt