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Emilio Pi y Molist

Biografía

Pi y Molist, Emilio. Barcelona, 19.X.1824 – 29.VI.1892. Médico, alienista, escritor.

Hijo del arqueólogo e historiador Andrés Avelino Pi y Arimón, desde muy joven demostró un gran interés por la literatura hasta el punto de que a los doce años ya había escrito una novela y una serie de odas que presagiaban una futura dedicación a las letras. Se inclinó, sin embargo, por los estudios de Medicina, que cursó en Barcelona, compaginando su aprendizaje clínico con una especial afición por la botánica.

En 1843, huyendo de las levas organizadas en su ciudad natal, se instaló durante algún tiempo en Palma de Mallorca, donde intentó describir la flora balear, llegando a publicar una Noticia histórica de los progresos y estado actual de la Botánica en las Islas Baleares, que no era sino un primer paso para la elaboración de un catálogo de las especies botánicas autóctonas de las islas. Aquel mismo año, tradujo el prestigioso Manual de Botánica de Boitard, que se publicó en castellano con el título Elementos de Botánica.

En 1846, con veintidós años de edad y siendo ya bachiller en Medicina y Cirugía, se presentó a un certamen convocado por la Sociedad Económica de Amigos del País con objeto de premiar la mejor Memoria o proyecto sobre el modo más asequible de erigir un asilo, hospital o casa de locos. A dicho certamen se presentaron otras Memorias, como la de Pedro Felipe Monlau, siendo premiada finalmente la de Pi y Molist.

No debe olvidarse que ese mismo año, el médico de cámara de la Casa Real, Pedro María Rubio, elaboraba la primera estadística de los manicomios españoles, con el fin de sentar las bases de un plan que se proponía mejorar la situación de los locos en las distintas provincias españolas, así como construir una serie de manicomios “modelo” con los que articular toda una reforma asistencial. Aunque jamás llegaron a construirse establecimientos de nueva planta y, además, la Ley de Beneficencia de 1849 favoreció el desarrollo de la iniciativa privada, el apelativo “modelo” pervivió cuando en 1852 tuvo lugar la apertura del manicomio de Santa Isabel de Leganés.

Animado por el premio conseguido, se presentó en 1849 a otro certamen, esta vez convocado por la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona, con un trabajo titulado Memoria sobre las circunstancias en que se halla indicado y contraindicado el uso del cloroformo, que también fue galardonado y publicado un año más tarde.

A lo largo de la década de 1850, fue decantándose claramente por la frenopatología y, de manera particular, por la práctica nosocomial. Comenzó a interesarse por la lamentable situación de los pacientes mentales en el Hospital de la Santa Cruz de Barcelona y, gracias a las gestiones de Raimundo Durán Obiols, consultor de la Administración, se le propuso llevar a cabo un viaje por el extranjero con el fin de visitar los establecimientos psiquiátricos más importantes y adquirir conocimientos y criterios, tanto arquitectónicos como médicos, con los que poder construir en Barcelona un moderno manicomio.

Entre junio y septiembre de 1855, Pi y Molist viajó por Francia, Inglaterra, Bélgica, Alemania e Italia.

Especial importancia tuvo su visita a la Colonia de Gheel, ciudad belga en la que se estaba poniendo a punto un sistema de atención a los enfermos mentales que rompía con el modelo asilar y que recogía una tradición local, que se remontaba a la Edad Media, mediante la que las familias del lugar acogían y atendían a los locos bajo la advocación de santa Dimphne. En 1850, tras la promulgación en Bélgica de una ley de alienados, se procedió a dotar a Gheel de una organización médica que, siguiendo dicha tradición, se basó en una “terapéutica natural” de la locura en la que se insistió en la vida en libertad y en el patronage familiar, frente al aislamiento y el encierro propugnado en los establecimientos nosocomiales al uso. En 1852, uno de los médicos inspectores de Gheel, J. Parigot, publicó un libro titulado Thérapeutique naturelle de la folie. L’air libre et la vie de famille dans la commune de Gheel, en el que se explicaba con detalle la organización de esta colonia de alienados. Su influencia fue grande y suscitó interesantes debates en la Société Medico- Psychologique francesa y, en general, en el seno del movimiento alienista europeo, así como numerosas visitas de alienistas de muy diversas nacionalidades, deseosos de observar directamente la experiencia e informar debidamente a sus comunidades científicas correspondientes. Es en este contexto en el que Pi y Molist acudió a Gheel y elaboró su trabajo Colonia de Orates de Gheel (Bélgica). Descripción histórico-médica de este singular establecimiento manicómico, publicado en Barcelona en 1856, en el que, aun teniendo una impresión muy positiva de este sistema asistencial, se muestra partidario de un sistema mixto que incluyera un asilo —un establecimiento cerrado— que complementase la labor realizada en la colonia.

De vuelta a España, en 1854 la administración de la Santa Cruz le encargó la dirección de servicio anexo de orates de dicha institución hospitalaria. Fruto de su vocación asistencial y del bagaje adquirido en sus viajes, introdujo modificaciones importantes en la organización del departamento de dementes, despojándole en lo posible de su función custodial e imprimiéndole un carácter más clínico. Otra de las iniciativas inmediatas tras hacerse cargo del servicio fue la publicación de estadísticas sobre el movimiento anual de los pacientes en el mismo.

Sin embargo, el deterioro y los inconvenientes espaciales y estructurales del edificio, hacían cada vez más necesario la construcción de un nuevo establecimiento, siendo José Oriol y Bernadet el arquitecto encargado por la dirección de la Santa Cruz para poner en marcha el proyecto. En 1857, el médico Pi y Molist y el arquitecto Oriol hicieron un nuevo viaje por Europa y visitaron los manicomios más modernos, los construidos después de 1854, con el fin de estudiar de qué manera los principios más novedosos de la ciencia frenopática se habían incorporado al diseño arquitectónico de dichos establecimientos.

Consecuencia de este viaje y del anterior, de una serie de anteproyectos y de la propia experiencia manicomial de Pi, es el Proyecto médico razonado para la construcción del nuevo manicomio del Hospital de Santa Cruz de Barcelona (1860). Se trata, sin duda, de su aportación más sobresaliente, que pretendió sentar las bases necesarias con las que desarrollar un cuerpo de doctrina general para la construcción de este tipo de establecimientos en España. El manicomio debía tener fácil comunicación con el Hospital General y estar situado en el campo, debido al influjo beneficioso de la naturaleza y del aire libre sobre el ánimo de los enajenados. Introduce también novedades en la ubicación de la población interna, como la previsión de salas para niños y ancianos, anulando además, la diferenciación tradicional entre salas de pobres y de pensionistas —ya que todos son enfermos— y de curables e incurables por entender que el pronóstico en medicina mental resulta muy difícil de establecer y resultaría injusto etiquetar a un paciente de incurable, privándole así de posibles terapias beneficiosas.

El arquitecto terminó los planos del nuevo edificio en noviembre de 1859, pero una serie de dificultades económicas, jurídicas y administrativas retrasaron su construcción varios años. En 1874, una Real Orden autorizó el comienzo de las obras, pero aún hubo que esperar otros doce años para que se pusiera la primera piedra. Finalmente, el 19 de diciembre de 1889, Pi y Molist pronunció el discurso de inauguración del nuevo establecimiento culminando así un esfuerzo al que había dedicado gran parte de su vida.

El citado Proyecto médico razonado pasa por ser la obra publicada en España en la que con más claridad se exponen los principios del tratamiento moral. Su autor se mostró siempre refractario a las ideas de corte organicista que dominaron en el alienismo de la segunda mitad del siglo XIX y que en Cataluña defendían autores como Juan Giné y Partagás. El enfoque claramente psicologista con que abordaba sus reflexiones sobre la locura está presente en sus Apuntes sobre la monomanía, opúsculo publicado en 1864, en el que analizó la entidad nosológica descrita por Esquirol con un criterio totalizador, defendiendo la unidad de la mente y las dificultades para aceptar “locuras parciales”, poniendo en duda la existencia de la monomanía como realidad clínica. Algunos autores han destacado la excelente formación psiquiátrica y filosófica de Pi, considerando este trabajo sobre la monomanía como su mejor aportación al campo de la medicina mental.

Una última obra digna de mención es el ensayo científico-literario titulado Primores de Don Quijote, que llegó a tener una gran trascendencia fuera del ámbito estrictamente médico. Pi analiza ampliamente el trastorno mental de Alonso Quijano, describiendo su cuadro clínico y su evolución y aportando nuevos datos que contribuyeron a enriquecer la lectura de la famosa novela; así, al menos, fue considerado por la crítica literaria y médica del momento, que le dedicó los más encendidos elogios, entre los que cabe destacar los pronunciados por Menéndez Pelayo, y que le situaron como uno de los más relevantes cervantistas de su época.

Al final de su vida, el reconocimiento a sus aportaciones y los homenajes fueron frecuentes, siendo presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía; socio de mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País, en Barcelona; miembro correspondiente de la Société Medico-Psychologique de París; miembro de las Academias de Medicina y Cirugía de Valencia, Granada y Palma de Mallorca.

 

Obras de ~: Noticia histórica de los progresos y estado actual de la Botánica en las islas de Baleares, Palma de Mallorca, 1843; Memoria sobre las circunstancias en que se halla indicado y contraindicado el uso del cloroformo, Barcelona, 1850; Memoria sobre el modo más asequible de erigir un asilo, hospital o casa de locos para uno y otro sexo, fuera de las murallas de la ciudad acompañado de un Proyecto de Reglamento interior para el régimen del establecimiento, Barcelona, 1853; Colonia de Orates de Gheel (Bélgica). Descripción histórico-médica de este singular establecimiento manicómico, Barcelona, Imprenta de Tomás Gorchs, 1856; Proyecto médico razonado para la construcción del nuevo Manicomio del hospital de la Santa Cruz de Barcelona, Barcelona, Imprenta de Tomás Gorchs, 1860; Elogio fúnebre del doctor don Raimundo Durán y Obiols, Barcelona, Imprenta del Diario de Barcelona, 1863; Apuntes sobre la monomanía, Barcelona, Imprenta del Diario de Barcelona, 1964; ¿Qué relación guardan las enfermedades mentales con las formas del cráneo?, Barcelona, 1870; Primores de Don Quijote en el concepto médico-psicológico y consideraciones generales sobre la locura, para un nuevo comentario de la inmortal novela, Barcelona, 1886; Discurso al ponerse la primera piedra del Manicomio de Santa Cruz, en San Andrés, Barcelona, Imprenta Barcelona, 1886; Discurso que en la inauguración del manicomio de la Santa Cruz de Barcelona, sito en el terreno municipal de San Andrés de Palomar, celebrado en 19 de diciembre de 1889, leyó el Dr. E. P. y M., médico director del Establecimiento, Barcelona, cartas sobre.

 

Bibl.: L. Comenge, “Pi y Molist”, en El Siglo Médico, 39 (1892), págs. 433-439; R. Sancho San Román, “La obra psiquiátrica del Dr. Pi y Molist”, en Publicaciones del Seminario de Historia de la Medicina (Salamanca), 2 (1959), págs. 225-247; J. Fuster, “Origen y evolución de la asistencia psiquiátrica en el Instituto Mental de la Santa Cruz”, en Anales del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, 20 (1960), págs. 173-331; J. Espinosa, La asistencia psiquiátrica en la España del siglo XIX, Valencia, Cátedra e Instituto de Historia de la Medicina, 1966; A. Rey, “Clásicos de la psiquiatría española del siglo XIX: Emilio Pi y Molist (1824-1892)”, en Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 3 (1983), págs. 111-121; F. Álvarez- Uría, Miserables y locos. Medicina mental y orden social en la España del XIX, Barcelona, Tusquet, 1983; J. M. Comelles, La razón y la sinrazón. Asistencia psiquiátrica y desarrollo del Estado en la España contemporánea, Barcelona, PPU, 1988; R. Huertas, Del manicomio a la salud mental. Para una historia de la psiquiatría pública, Madrid, Fondo de Investigaciones Sanitarias, 1992; J. Martínez, “Problemas científicos y socioculturales en la difusión de una doctrina psiquiátrica: la introducción del concepto de monomanía en España (1821-1864)”, en E. Arquiola y J. Martínez (coords.), Ciencia en Expansión. Estudios sobre la difusión de las ideas científicas y médicas en España (siglos XVIII-XX), Madrid, Editorial Complutense, 1995, págs. 489-520; R. Huertas, Organizar y persuadir. Estrategias profesionales y retóricas de legitimación de la medicina mental española (1875-1936), Madrid, Frenia, 2002.

 

Rafael Huertas

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