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Eulogio Jiménez Sánchez

Biografía

Jiménez Sánchez, Eulogio. Méntrida (Toledo), 11.III.1834 – Madrid, 31.III.1884. Matemático y astrónomo.

Hijo de una familia de labradores acomodados, Eulogio Jiménez se quedó huérfano y sin hermanos a una edad muy temprana. Su abuelo paterno, Pedro Jiménez, se hizo cargo entonces de él, con la esperanza de que llegará a ponerse al frente de su hacienda, ya que era su único nieto varón. Sin embargo, Eulogio mostró otras inclinaciones y quiso que le llevaran a Madrid a estudiar. En la capital ingresó (1846) como alumno interno en las Escuelas Pías de San Fernando, donde cursó la segunda enseñanza. Obtuvo el grado de bachiller en Filosofía en 1854 y en Ciencias en 1858, habiéndose negado a seguir los estudios religiosos que los profesores de su colegio le proponían en vista de su inteligencia y las excelentes notas que conseguía.

Estudió en la Universidad de Madrid, licenciándose en 1860 en Ciencias Exactas, y también en Derecho (de su promoción formó parte Segismundo Moret). El mismo año que obtuvo su título de licenciado en Exactas, ingresó como auxiliar en el Observatorio Astronómico de Madrid. Mantuvo este puesto hasta su muerte. En 1864 logró el doctorado en Ciencias Exactas con una disertación sobre los eclipses, y ganó, por oposición, la plaza de astrónomo. En 1873, le fue ofrecida la dirección del Observatorio, pero la rechazó para que no fuese destituido, como se pretendía, su compañero Antonio Aguilar, que era carlista.

Se casó el 11 de marzo de 1865 con Francisca Landi, y tuvo dos hijos, Carmen y Pedro. Fue un hombre de ideas políticas progresistas, inclinado hacia el republicanismo, aunque nunca se afilió a un partido político.

Era amigo íntimo de los hermanos Francisco y Nicolás Salmerón, y tomó parte en las conspiraciones que condujeron a la Revolución de Septiembre de 1868.

Unido por amistad al grupo krausista de Francisco Giner de los Ríos y Gumersindo Azcárate, fue miembro fundador (como accionista) de la Institución Libre de Enseñanza (trazó la meridiana del solar en el que se iba a levantar el edificio de la Institución para orientar mejor la construcción), cuya historia reconstruiría muchos años después uno de sus nietos, Antonio Jiménez-Landi Martínez. El padre de éste, hijo, por tanto, de Eulogio, Pedro Jiménez-Landi (1869- 1964), que estudió en la Institución y luego Ciencias Físico-Matemáticas, fue, como su padre, miembro del Observatorio de Madrid, siendo su aportación más importante el descubrimiento de los casquetes polares del Sol durante el eclipse total de 1912.

Dentro de las ciencias exactas, Jiménez es un ejemplo interesante del giro de los intelectuales españoles del último cuarto del siglo xix en dirección a los nuevos desarrollos que tenían lugar en Alemania en esos años. Sus aportes científicos más interesantes fueron la introducción de la teoría de números y de una rama de la matemática considerada entonces como representativa de la modernidad matemática: la geometría sintética.

Su trabajo matemático más importante fue un Tratado elemental de la teoría de los números, un extenso texto (688 páginas en cuarto mayor) que escribió para concursar en el premio convocado en 1872 por la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid (el libro apareció publicado en 1877 dentro de la serie de Memorias de la Academia). En el anuncio de la convocatoria del premio se habían especificado el propósito que lo animaba: “Escribir una Obra sobre la Teoría de los Números, en la que se presente bajo forma didáctica el estado actual de esta rama importantísima de las ciencias matemáticas, y que pueda servir de preparación para el estudio de las Memorias especiales que acerca de esta materia se han escrito”. Con su libro Jiménez cumplió con tales fines, facilitando de esta manera la difusión de la teoría de números en España. Así lo reconoció Julio Rey Pastor, quien en su discurso inaugural de la Sección Primera (Matemáticas) del Congreso de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias celebrado en Valladolid en 1915, cuando, tras recordar las aportaciones de José Echegaray, manifestó: “D. Eulogio Jiménez, importa la Teoría de los números (1872) mediante una buena adaptación española de la clásica obra de Lejeune Dirichlet, continúa la divulgación del sistema de Chasles (1878-80), importa y traduce las obras de Baltzer (1879-81) sobre Matemáticas elementales, cuyas ideas, poco modificadas, constituyen hoy todavía, el programa de los dos primeros cursos en casi todas las Facultades de Ciencias”.

Efectivamente, en su tratado sobre la teoría de los números Jiménez se apoyó en una obra clásica de Gustav Lejeune Dirichlet (Vorlesungen über Zahlentheorie), que había sido escrita por Richard Dedekind en base a notas de curso de Dirichlet, muy ampliadas, y a las que el editor agregó extensos suplementos. No obstante, aunque Jiménez se basó muy directamente en Dirichlet, no reprodujo íntegramente los temas contenidos en su obra.

La “divulgación del sistema de Chasles” que mencionaba Rey Pastor, esto es, de los planteamientos que Michel Chasles había desarrollado en libros como Aperçu historique sur l’origine et le development des méthodes en géometrie (1837) y Traité de géometrie supérieure (1852), y que había iniciado José Echegaray con su Introducción a la Geometría superior (1867), la llevó a cabo Jiménez sobre todo en un curso que desarrolló en la Institución Libre de Enseñanza entre 1878 y 1881 dedicado a “Introducción a la geometría sintética” (después llamada “geometría proyectiva”), para el que se basó en las obras del matemático Jakob Steiner. La senda que abrió allí, la continuaría años más tarde Eduardo Torroja, especialmente con su libro Tratado de la geometría de la posición y sus aplicaciones a la geometría de la medida (1899).

En cuanto a la importación de las obras de Richard Baltzer fue a través de la traducción (en colaboración con Manuel Merelo, catedrático de instituto) del libro de éste: Die elemente der mathematik, originalmente aparecido en Alemania en dos volúmenes (1860 y 1862). La traducción de Jiménez y Merelo fue publicada en Madrid entre 1879 y 1880 en tomos separados de aritmética, álgebra, geometría y trigonometría, que ejercieron una influencia positiva en la modernización de los textos de matemática en España y, a través de ella, en otros países de habla hispana.

Con relación a su actividad en el ámbito de las matemáticas elementales, hay que recordar libros como Ejercicios de matemáticas, cuyo carácter didáctico él mismo reconocía en la “Advertencia” inicial: “A ordenar y publicar los presentes ejercicios hanos inducido tan sólo el deseo de contribuir, hasta donde nuestras fuerzas alcanzan, al aprovechamiento de la juventud que al estudio de las Matemáticas se dedica. Reunidos hallará ésta en el pequeño volumen que le ofrecemos cuantos problemas se encuentran esparcidos en los mejores tratados de Aritmética, nacionales y extranjeros, que por España circulan, y principalmente los enunciados en el excelente libro de nuestro compañero Ambrosio Moya; y, además, algunos principios fundamentales en la Teoría de los Números, útiles por su aplicación inmediata y uso frecuente en las cuestiones de Aritmética, y más todavía por su importancia y trascendencia en el estudio de las otras ciencias matemáticas”. También fue autor, en otro dominio, de unas Nociones de química agrícola (1878), de un librito titulado La historia por la aritmética (1882), colección de problemas dedicados a las Escuelas Pías, lleno de tablas de pesos, medidas y monedas griegas y romanas, al igual que de problemas que familiarizaban a los alumnos con el manejo de estos sistemas metrológicos. Publicó, asimismo, diversos artículos científicos en revistas y periódicos.

Preparaba las oposiciones a la cátedra de Astronomía de la Universidad Central cuando le sobrevino la muerte, recién cumplidos los cincuenta años.

 

Obras de ~: Ejercicios de matemáticas. Aritmética, Madrid, Imprenta de Segundo Martínez, 1868; Tratado elemental de la teoría de los números, Madrid, Imprenta de la Viuda de Aguado e Hijo, 1877; “Introducción a la Geometría sintética”, en Boletín de la Institución Libre de Enseñanza I (1877), págs. 10- 11; II (1878), págs. 11, 35, 77, 91-91, 116 y 168; III (1879), págs. 23, 30-31, 39, 71-72, 78-79, 84-86, 110-111 y 117-118; IV (1880), págs. 3-6 y 29; V (1881), págs. 84-86 y 113-114.

 

Bibl.: L. Octavio de Toledo, “Biografía de D. Eulogio Jiménez”, en Revista de la Sociedad Matemática Española, 2, n.° 11 (1912-1913), págs. 1-5; J. Rey Pastor, “Los progresos de la matemática en España y los progresos de España en la matemática”, en VV. AA., Actas V Congreso de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, t. I, Madrid, Eduardo Arias, 1915, págs. 7-25; A. Jiménez-Landi Martínez, La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente, t. II, Madrid, Editorial Complutense, 1966, págs. 626-629.

 

José M. Sánchez Ron

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