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Manuel Martínez-Risco Macías

Biografía

Martínez-Risco Macías, Manuel. Orense, 1.XII.1888 – París (Francia), 3.V.1954. Físico y político republicano.

Perteneciente a una familia orensana liberal, en la educación de Manuel Martínez-Risco tuvo mucha influencia su tío, Manuel Sales y Ferre, institucionista.

Estudió Ciencias Físicas en la Universidad Central de Madrid, obteniendo el grado de licenciado en septiembre de 1908 con Premio Extraordinario.

Inmediatamente, solicitó una pensión para ampliar estudios en el extranjero a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, institución creada en 1907. En la solicitud que presentó a la Junta, Martínez-Risco señalaba que “habiéndose dedicado con preferencia a los estudios de Óptica Física, según ha procurado demostrar en el trabajo que acompaña, desearía ampliar sus estudios asistiendo, en próximo curso de 1909 a 1910, al laboratorio del profesor P. Zeeman, de la Universidad de Leyden, en Holanda”. La pensión le fue concedida (fue una de las primeras otorgadas por la Junta) y nada más llegar a Holanda se produjo un incidente que denota claramente la débil situación en que se encontraba la física española. El 23 de noviembre de 1909, Martínez-Risco escribía desde Leiden a Ramón y Cajal, presidente de la Junta, en los siguientes términos: “Muy señor mío: En este momento me enteran en la Universidad de que el profesor P. Zeeman, lejos de dedicarse a estudios de Física, explica aquí Mecánica racional, Geometría analítica y Geometría descriptiva./ El eminente físico, descubridor del fenómeno que lleva su nombre, se llama también P. Zeeman; pero reside en Ámsterdam. La identidad de nombres y apellidos ha sido la causa de la desagradable sorpresa que acabo de sufrir./ Creo cumplir mi deber saliendo inmediatamente para Ámsterdam”.

Ya instalado con el Pieter Zeeman con el que deseaba trabajar (el premio Nobel de Física de 1902), Martínez-Risco se familiarizó con el funcionamiento del interferómetro de Michelson, estudiando con él en primer lugar la longitud de onda de la radiación compuesta del sodio. A continuación, utilizó el interferómetro de Fabry y Perot, instrumento al que recurrió con frecuencia a lo largo de toda su carrera científica.

Aunque su pensión finalizaba en 1910, consiguió una ampliación y permaneció en Holanda hasta junio de 1911. Con algunos de los resultados obtenidos en Ámsterdam, a su regreso a Madrid presentó su tesis doctoral, titulada Asimetría de los tripletes de Zeeman, que publicó en la Revista de la Academia de Ciencias y en los Anales de la Sociedad Española de Física y Química, y en la que buscaba encontrar la ley de asimetría de posición del triplete 5 791 u. A. del mercurio.

El Laboratorio de Investigaciones Físicas de la Junta para Ampliación de Estudios continuó siendo su centro de trabajo. De hecho, a la luz de los instrumentos (interferómetros de Michelson y de Fabry y Perot) con que contaba en 1913 una parte de la sección de Espectrometría y Espectrografía del Laboratorio, queda claro que se diseñó pensando en él. Sin embargo, no tardó en abandonar la capital y el Laboratorio, ya que en 1914 obtuvo la cátedra de Acústica y Óptica de la Universidad de Zaragoza, de la que tomó posesión en febrero de 1915 (también desempeñó, por acumulación la cátedra de Electricidad).

Aunque no permaneció mucho en la capital aragonesa, se incorporó pronto a su vida académica.

Formó parte, por ejemplo, de la Comisión que se encargó de los trabajos que condujeron al establecimiento en 1916 de la Academia de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de Zaragoza, de la que fue académico fundador y Secretario hasta que abandonó la ciudad (pasó entonces a académico correspondiente por la Sección de Físico-Químicas). Lo que no fue su estancia en Zaragoza es muy productiva desde el punto de vista científico. Alejado de las facilidades del Laboratorio de Investigaciones Físicas, su producción decayó radicalmente, lo mismo que sucedió con otros miembros del Laboratorio que también se trasladaron a la capital aragonesa al obtener cátedras allí: los casos de Jerónimo Vecino y Varona, que también llegó a Zaragoza en 1915, y de Juan Cabrera y Felipe, que en 1920 sucedió a Martínez-Risco en la cátedra de Acústica y Óptica. Vecino, encargado de la Sección de Metrología en el Laboratorio de la Junta, había ampliado estudios en el Bureau International des Poids et Mésures de París, mientras que Cabrera lo había hecho, también en la capital parisina, con Maurice de Broglie. Su incorporación a la Universidad de Zaragoza significó que ambos desapareciesen prácticamente del mundo de la investigación científica competitiva, lo que revela la distancia que separaba entonces, desde el punto de vista de la investigación científica, a Madrid y Zaragoza.

En 1918 Martínez-Risco pasó, en la misma especialidad (Acústica y Óptica), a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid. Además de su cátedra universitaria, entre 1923 y 1926 estuvo agregado al Observatorio Astronómico de Madrid para realizar trabajos en el Laboratorio de Astrofísica. De aquellos años es un trabajo suyo que tuvo cierta resonancia: el estudio, mediante análisis espectrográfico, de la composición de un fragmento de medio kilogramo de peso de un meteorito que cayó el 19 de junio de 1924 en Olivenza (Badajoz). El director general del Insituto Geográfico, Luis Cubillo, envió la muestra al Observatorio Astronómico y el director de este centro, Vela, la confió a Martínez-Risco, agregado al Observatorio. El resultado del análisis fue publicado en las Comptes rendus de la Académie de Sciences de París.

En Madrid, participó activamente en las actividades del Ateneo, en el que llegó a presidir la Sección de Ciencias. Fue posiblemente allí donde conoció a Manuel Azaña, con quien colaboró durante la Segunda República, primero en Acción Republicana y luego en Izquierda Republicana. En las filas de la primera fue elegido en 1931 diputado en las Cortes por Orense (obtuvo 23.380 votos, el cuarto más votado en la provincia). En un manifiesto que junto a otros cinco candidatos de Alianza Popular firmó en junio de 1931 aparecen algunos detalles de sus idas políticas.

“Galleguista en España y españolista en Galicia, galleguista no separatista”, era partidario de una autonomía para Galicia como instrumento para sacarla de la situación de retraso en la que se encontraba.

De hecho, participó activamente en el proceso estatutario gallego, primero en el denominado “Estatuto dos Parlementarios”, y luego en la Asamblea de Municipios de Galicia celebrada en Santiago entre el 17 y el 19 de diciembre de 1932. Incluso después de la Guerra Civil continuó apoyando la causa estatutaria, adhiriéndose al Consejo de Galicia y autorizando, en una carta que le envió desde París el 15 de agosto de 1945, a Castelao a que utilizase su firma como diputado para cualquier cosa que precisara.

En las elecciones de 1933 perdió su escaño, que recuperó en las elecciones del 16 de febrero de 1936, de nuevo por Orense, pero esta vez representando a Izquierda Republicana, de cuyo Consejo Nacional formaba parte. No limitó al ámbito parlamentario sus actividades durante la República: también ocupó la presidencia del Patronato de Óptica del Ministerio de Marina, y contribuyó al esfuerzo bélico de la República dando a conocer en España el método descubierto por Paul Langevin durante la Primera Guerra Mundial (y que continuó desarrollando después) para localizar submarinos enemigos, así como los progresos realizados para la localización de cañones por medio de infrasonidos. Inmediatamente después de la rebelión militar de julio de 1936, Martínez-Risco firmó, junto a un grupo de intelectuales españoles entre los que se encontraban personalidades tan distinguidas como, entre otros, el arquitecto Manuel Sánchez Arcas, los escritores Luis Cernuda, Rosa Chacel, Ramón Gómez de la Serna, María Zambrano y José Bergamín, el compositor Rodolfo Halffter y el director de cine Luis Buñuel, un manifiesto de “Los intelectuales españoles contra el criminal levantamiento militar”, en el que se podía leían frases como: “Este levantamiento criminal de militarismo, clericalismo y aristocratismo de casta contra la República democrática, contra el pueblo, representado por su Gobierno de Frente Popular, ha encontrado en los procedimientos fascistas la novedad de fortalecer todos aquellos elementos mortales de nuestra historia [...] Contra este monstruoso estallido de fascismo, que tan espantosa evidencia ha logrado ahora en España, nosotros, escritores, artistas, investigadores científicos, hombres de actividad intelectual, en suma, agrupados para defender la cultura en todos sus valores nacionales y universales de tradición y creación constante, declaramos nuestra unión total, nuestra identificación plena y activa con el pueblo, que ahora lucha gloriosamente al lado del Gobierno del Frente Popular”. En calidad de vocal suplente por Izquierda Republicana, formó parte del Comité Nacional de Frente Popular, establecido con el propósito de coordinar durante la guerra las acciones de los diferentes partidos integrados en el mismo. Es digno, asimismo, de mencionarse que en el II Congreso Nacional de la Liga Española de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, celebrado en Madrid en julio de 1935, fue elegido vocal de la Junta Central de la Liga.

Con semejante currículum no es sorprendente que al término de la guerra Martínez-Risco se exiliase, instalándose en París, donde primero subsistió, según algunas fuentes, trabajando como zapatero. Tras la liberación y el término de la guerra mundial, se creó en Francia en 1939 el Centre National de Recherche Scientifique (CNRS), del que terminó siendo maître de recherches, adscrito al Laboratorio de Física Atómica y Molecular dirigido por Jean Perrin en el Collège de France. Allí reanudó sus antiguas investigaciones en el dominio de la óptica, incluyendo la relación de ésta con la relatividad einsteiniana, como muestra un artículo que publicó en las Comptes rendus de l’Académie des Sciences en 1949, titulado “Concept interférentiel des images optiques móviles dans la théorie de la relativité”. El hecho de que Francia también se viese involucrada en una guerra facilitó la reanudación de sus investigaciones; así en una carta que escribió el 23 de octubre de 1952 a su amigo, el nacionalista Ramón Otero Pedrayo, manifestaba: “Continúo trabajando en esas chifladuras de la Relatividad, que me valieron durante años, y en los años más difíciles, para encerrarme en mí mismo y no ver las fealdades del exterior: tuvimos aquí una guerra —¡otra guerra!— y había que aislarse para no contemplar la realidad”.

Aunque permaneció en Francia hasta su muerte, mantuvo relaciones con los exiliados en Hispanoamérica, en concreto con la Unión de Profesores Universitarios Españoles en el Extranjero, que se había creado en París con Gustavo Pittaluga como presidente (cuando éste se trasladó a México, también lo hizo la Unión, ya que además en la capital mexicana se encontraba la sección más numerosa y más activa).

También publicó tres artículos (que previamente había publicado en francés en revistas científicas galas) en la revista de los exiliados, Ciencia: “Imágenes microscópicas correspondientes a un electrón iluminado” (1947), “Imágenes microscópicas producidas por un haz de electrones de retroceso” (1948) y “Concepto interferencial de las imágenes móviles en la teoría de la relatividad” (1950).

Aunque falleció en París en 1954, sus restos fueron trasladados años después al cementerio de San Francisco de Orense.

 

Obras de ~: “La asimetría de los tripletes de Zeeman”, en Revista de la Academia de Ciencias de Madrid, 10 (1911-1912), págs. 456-474, 600-618 y 752-770, y Anales de la Sociedad de Física y Química, 9 (1911), págs. 263-271; “Determinación de la superficie de elasticidad y de los ejes ópticos de un cristal birrefrigente biáxico”, en Anales de la Sociedad de Física y Química, 10 (1912), págs. 74-78; “Desplazamiento de la componente mediana del nonete 5461 UA del mercurio”, en Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 10 (1912), págs. 226-230; “Sobre el invariante de refracción de Abbe”, en Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 17 (1919), págs. 311-316; “Sobre el empleo de invariantes en el estudio de las aberraciones longitudinales y transversales de los dioptrios de revolución”, en Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 18 (1920), págs. 96-109; “Analyse spectrale du meteorite du 19 juin 1924”, en Comptes rendus de l’Académie des Sciences, 179 (1924), págs. 771-772, publicado también en versión ampliada (en francés) por la Dirección General del Instituto Geográfico, y en castellano en el Anuario del Observatorio de Madrid (1925); “Estudios generales sobre aberración esférica de orden superior (invariantes de los dioptrios de revolución)”, en Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 25 (1927), págs. 100-138; con P. Zeeman, “Experimental verification of the principle of Doppler-Fizeau for light”, en Proceedings Royal Academy Ámsterdam, 32 (1929), págs. 1141-1145; con P. Zeeman, “Comprobación experimental del principio de Doppler-Fizeau para la luz”, en Anales de la Sociedad de Física y Química, 28 (1930), págs. 342-349; “Effect Doppler pour les électrons de recul de l’effect Compton”, en Journal de Physique, 7 (1946), págs. 178-180; “Images microscopiques correspondant à un electron illuminé”, en Journal de Physique, 8 (1947), págs. 123-128; “Les principe de Huyghens dans l’optique des corps en mouvement”, en Journal de Physique, 8 (1947), págs. 282-288; “Images microscopiques produites par un faisceau d’électrons en recul”, en Journal de Physique, 9 (1948), págs. 150-153; “Concept interférenciel des images optiques móviles, dans la théorie de la relativité”, en Comptes rendus de l’Académie des Sciences, 228 (1949), págs. 2014-2016; Oeuvres Scientifiques, Paris, Presses Universitaires de France, 1976.

 

Bibl.: M. Tomeo Lacrué, Biografía científica de la Universidad de Zaragoza, Zaragoza, Facultad de Ciencias, 1962; J. M. Sánchez Ron, “La Edad de Plata de la Física española: la Física en la Junta”, en J. M. Sánchez Ron (coord.), 1907-1987. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas 80 años después, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1989, págs. 259-280; F. Giral, Ciencia española en el exilio (1939-1989), Barcelona, Anthropos, 1994, págs. 101-103; R. Gurriarán, Ciencia e conciencia na Universidade de Santiago (1900-1940), Santiago de Compostela, Universidad, 2006, págs. 147-148; L. Martínez-Risco Daviña, “Manuel Martínez-Risco: de Ourense a París”, en VV. AA., Actas Congreso Internacional o Exilio Galego (Do 24 ao 29 setembro de 2001), Consello de Cultura Galega, 2006, págs. 1486-1499.

 

José M. Sánchez Ron

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