Abū-l-Fawz Naŷā’ al-‛Alawī. El Esclavo. ? – Málaga, 434 H./1042 C. Servidor de la dinastía taifa Ḥammūdí de Málaga.
La figura de Naŷā’ al-‛Alawī se vincula a la dinastía taifa Ḥammūdí, siendo uno de los personajes que desempeñó un papel relevante en la evolución de la taifa malagueña durante un período determinado. Naŷā’ era uno de los esclavos de origen europeo de los que solían prestar servicio en la administración palatina en al-Andalus, ya desde la época Omeya.
Naŷā’ estaba ya al servicio de la dinastía al menos desde la época del califa Yaḥyà b. ‛Alī, cuya muerte sucedió el 11 de muḥarram de 427/11 noviembre 1035. En ese momento desempeña un papel esencial, como miembro de máximo nivel de la corte Ḥammūdí, junto al beréber Abū Ŷa‛far Aḥmad b. Abī Mūsà b. Baqanna. Al principio, Yaḥyà había designado como su heredero a su hermano Idrīs, pero luego cambió y puso a su hijo Ḥasan, que era de corta edad en el momento de su muerte, y, por este motivo, los dos citados personajes maniobraron para que fuese proclamado Idrīs, que se encontraba en Ceuta, desde donde llegó a Málaga para ser elevado al califato con el sobrenombre de al-Muta’ayyad bi-llāh en noviembre-diciembre del citado año 1035.
Naŷā’ partió entonces hacia Ceuta en compañía del joven príncipe Ḥasan b. Yaḥyà, mientras que Ibn Baqanna permanecía en Málaga junto al recién proclamado Idrīs, ejerciendo como su ministro y principal consejero. La historiografía señala que a partir de entonces comienza la fase de apogeo de la influencia de ambos personajes, a los que se atribuye, debido a sus querellas y a las intrigas que protagonizaron, un papel principal en la pérdida de poder de la dinastía Ḥammūdí.
La situación se complicó para la taifa Ḥammūdí en el momento de la muerte de Idrīs en 413/1039. En efecto, el califa había designado a su sobrino Ḥasan b. Yaḥyà como heredero, pero Ibn Baqanna no aceptó esta situación e hizo proclamar al hijo del fallecido, Yaḥyà b. Idrīs, el mismo día de la muerte de su padre, pues sabía que la aceptación de Ḥasan supondría su apartamiento del poder y el protagonismo completo de Naŷā’. Como era de esperar, éste no quiso reconocer dicha proclamación y, en su lugar, promovió en Ceuta la de Ḥasan, poniéndose de inmediato en marcha para lograr obtener el control de Málaga. Pusieron sitio a la ciudad y apenas encontraron resistencia de parte de los sitiados, de tal forma que en Ŷumādà II de 431 (23.II/23.III.1040), la ciudad capituló y Yaḥyà abdicó del califato a favor de su primo Ḥasan, quien a cambio le respetó la vida y, además, desposó a una de sus hermanas. A continuación, Naŷā’ regresó a Ceuta para tomar el control de las posesiones africanas de la dinastía.
El papel de ambos personajes volvió a tomar protagonismo especial a partir de la muerte por asesinato del califa Yaḥyà al-Mustanṣir en 434/1042. En ese momento ambos personajes, al parecer, decidieron tomar directamente el poder y acabar con el linaje Ḥammūdí. Ibn Baqanna puso en prisión a Idrīs, hermano del califa asesinado y designado su heredero. Por su parte, Naŷā’ pasó desde Ceuta hacia la Península con la idea de apoderarse de Málaga y Algeciras. Primero se dirigió a la segunda de ambas ciudades, donde gobernaba Muḥammad al-Mahdī, hijo de al-Qāsim b. Ḥammūd, cuya capacidad de gobierno de Muḥammad en Algeciras ha de haber sido muy limitada, pese a que en esos momentos su edad en este momento debía de ser, como mínimo, de veinte años. Así lo denota el hecho de que quien hiciese frente a la pretensión de Naŷā’ de hacerse con el control de la ciudad fuese Sabī‛a, madre de Muḥammad. Esta reprochó a Naŷā’ su actitud de romper los lazos de clientela que lo unían a los Ḥammūdíes. Las fuentes pretenden que este comentario avergonzó a Naŷā’ y decidió abandonar el cerco. Sea de ello lo que fuere, Naŷā’ puso dirección a Málaga, pero durante el camino parte de las tropas beréberes que lo acompañaban le reclamaron el sueldo, y en un incidente con un soldado resultó muerto de una lanzada.
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Alejandro García Sanjuán
