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Zawi b. Ziri al-Sinhayi

Biografía

Zāwī b. Zīrī al-Ṣinhāŷī. Ifrīqiya (Túnez), f. s. IV H./ f. s. X C. –, m. s. V H./ m. s. XI C. Fundador y soberano de la taifa de Granada, c. 1009 – 1020/1025.

Jefe del clan tribal de los Zīríes llegados a al-Andalus a principios del siglo XI; fundó la dinastía de los Zīríes, en la rama de los que fueron reyes de la taifa de Granada durante algo más de ochenta años (c. 400 H./1009 C. – 483 H./1090 C.). Los Zīríes eran beréberes Ṣinhāŷa, de la rama de los Barānis, y gobernaban Ifrīqiya desde que, a fines del siglo X, los califas Fāṭimíes se trasladaron a Egipto. Un grupo de los Zīríes pasó a al-Andalus a principios del XI, encabezados por Zāwī ibn Zīrī ibn Manād y dos sobrinos (uno de ellos, su sucesor Ḥabūs), tras querellarse contra su pariente Bādīs ibn al-Manṣūr ibn Buluggīn ibn Zīrī, señor entonces de Ifrīqiya (386 H./996 C. - 406 H./1016 C.). Después de residir en al-Andalus esos años iniciales del siglo XI, Zāwī ibn Zīrī volvió a Ifrīqiya en 410-411 H./1019-1020 C., o en 416 H./1025 C.

Desde 1009, al territorio que pronto se llamará “de Granada” afectó la guerra civil desatada en Córdoba a principios de ese año, y comenzó a mostrar una más concreta entidad geopolítica, pues la cora omeya llamada de “Elbira” (Ilbīra: por la anterior Ilíberis), que hasta entonces englobaba también tierras de Almería, se restringió a las de Granada y pasó a regirse desde esta nueva capital, elegida y alzada como sede por los beréberes Zīríes para constituir su taifa. El geógrafo almeriense de finales del siglo XI, al-cUḏrī, lo refiere así: “A principios del año 400 de la Hégira/septiembre 1009, sobrevino la guerra civil (fitna); se fragmentaron las regiones y todas las dependencias administrativas [de la cora de Ilbīra] se repartieron entre un determinado número de arráeces: la mitad [de la cora de Ilbīra] pasó a poder de los beréberes [desde Granada] y la otra mitad cayó en manos de los [eslavos] de Almería. A partir de aquel momento, el enfrentamiento [entre ambas taifas] aumentó sobremanera”.

Así empezó la entidad geopolítica de Granada, con su “nuevo” nombre de Igranāṭa o Garnāṭa, de etimología discutida, y seguramente conectada con la antigua denominación de “castillo de las granadas” (ḥisn al-rummān). El enclave fue fundado como capital, a principios del XI, por los beréberes Zīríes, según varios textos árabes, como los de el geógrafo al-Idrīsī, quien, a mitad del siglo XII, recopila la siguiente noticia: “La ciudad de Granada (Igranāṭa) fue fundada en tiempos de los alzados en taifas en al-Andalus, siendo antes la capital Ilbīra, pero ésta despoblóse pues sus habitantes se trasladaron a Granada, que fue urbanizada...”.

Los Zīríes, encabezados por Zāwī, eligieron la colina situada en la ribera derecha del río Darro, donde habría un exiguo núcleo habitado, y, enseguida, “su” Granada se expandirá hacia el llano, donde se desarrollará el núcleo urbano central con la mezquita y los zocos. Los Zīríes situaron su residencia en la “Alcazaba Vieja”, recinto seguramente anterior y por ellos rehabilitado, según restos que perduran en algún lienzo de murallas y en el palacio de la Dār al-Ḥurra.

En tiempos de al-Muẓaffar, hijo y sucesor de Almanzor (1002-1008), además de seguir llegando Zanātas, también vinieron Ṣinhāŷa de los entonces situados en la zona de Ifrīqiya o Túnez. De tales Ṣinhāŷa cruzó a al-Andalus un grupo de los contríbulos de Zīrī ibn Manād, mandados por Zāwī, valeroso guerrero, que sobresalió en varios episodios de la guerra civil andalusí y a quien se debe la fundación de la taifa de Granada; su descendiente, el emir cAbd Allāh, último soberano de esta taifa, alababa en sus Memorias (trad. de E. Lèvi-Provençal y E. García Gómez, 1980: 82) las hazañas de Zāwī como combatiente en las milicias de los cĀmiríes: “entre estos jefes beréberes, de los que tenían una inteligencia más sutil y unas miras más elevadas eran nuestro tío abuelo Zāwī ibn Zīrī, y, tras él, su sobrino Ḥabūs ibn Māksan”.

El primer califa omeya del golpe de Estado de febrero de 1009, al-Mahdī, persiguió a los partidarios del anterior régimen, como eran los eslavos y los beréberes “nuevos”, milicias poco tiempo atrás llegadas a al-Andalus. Y ambos grupos salieron de Córdoba, en busca de un territorio donde y del cual vivir, iniciando sus autonomías en taifas. Mientras, la guerra civil ardía por todo el país, girando en torno a los distintos pretendientes al Califato, algunos proclamados o apoyados por estos beréberes 'nuevos', que empezaron a constituir sus taifas (además de Granada, en Carmona, Morón, Arcos y Ronda, más Málaga y Algeciras), reconocedoras de los Califas Ḥammūdíes, primero en Córdoba (1016-1026) y luego en Málaga y Algeciras.

Al-Mahdī exacerbó a los cordobeses contra las milicias beréberes, y sobre todo contra Zāwī y los Zīríes, según cuenta el gran cronista cordobés Ibn Ḥayyān, contemporáneo de los hechos, observando que al-Mahdī “causó que todo se echara a perder, y la grande y larga guerra civil que los andalusíes llaman “fitna beréber”, aunque más justo y acertado sería que la llamaran 'fitna del Mahdī'”. Aquellos beréberes, con Zāwī a la cabeza, apoyaron a otro omeya, Sulaymān al-Mustacīn, a quien instalaron en el Califato de Córdoba, entre noviembre de 1009 y junio de 1010; expulsados entonces de la capital, volvieron los beréberes a atacar terriblemente Córdoba, hasta reimponer allí a “su” Califa al-Mustacīn en mayo de 1013.

Al-Mustacīn recompensó a quienes le apoyaban, entre ellos a los Zīríes, y así “dividió una parte del territorio de al-Andalus entre los jefes de las tribus beréberes”, según transmite el cronista Ibn cIḏārī: dio Ilbīra (pronto cambiada a Granada) a los Ṣinhāŷa, el norte de Córdoba a los Magrāwa, Jaén a los Banū Yafran y a los Banū Birzāl, y a los Banū Dammar y a los Azdāŷa Medina Sidonia y Morón, y Zaragoza al Tuŷībí Munḏir. Estas concesiones territoriales, en unos casos “legitimaron” soberanías ya iniciadas, en otros las iniciaron, y algunas no duraron. Pero es notable que el emir cAbd Allāh (trad. de E. Lèvi-Provençal y E. García Gómez, 1980: 85) no mencione esta concesión oficial, pues para explicar los orígenes de los Zīríes en Granada sólo se refiere a que fueron llamados por las gentes de Ilbīra para que les defendieran estos militarizados beréberes, los cuales “aceptaron la proposición, satisfechos de tal deferencia y contentos de apoderarse de esta ciudad mejor que de ninguna otra, viendo además que la oferta no podía encerrar engaño, ya que los habitantes de Ilbīra estaban sumamente desunidos, y que les ofrecían el poder sin tener ellos grupos étnicos o familiares de quienes fuese de temer coalición hostil”.

El reparto territorial realizado por el califa Sulaymān al-Mustacīn (asesinado en julio de 1016) señalaría que, antes de esa fecha, ya estaban los Zīríes dominando Ilbīra por concesión califal, lo cual podría estar interesado en resaltar el cronista magrebí Ibn Ḥamād, origen de la noticia, procurando así legitimar su dominio. Instalados los Zīríes en Ilbīra, y extendiéndose hasta Jaén, acordaron crear dos áreas, separadas aunque conectadas, y Zāwī quedó al frente de la de Ilbīra, mientras su sobrino Ḥabūs ibn Māksan regía el resto. Pronto, seguramente en 1013, Zāwī decidió instalarse en una sede propia, y se trasladó al cercano lugar de Granada, y “en tanto Ilbīra quedaba arruinada, comenzaron a edificar en aquel sitio, y cada uno de los hombres del grupo, lo mismo andalusí que beréber, procedió a edificar allí su casa”, según el emir cAbd Allāh (trad. de E. Lèvi-Provençal y E. García Gómez, 1980: 88).

Las taifas debían justificarse reconociendo a un Califa, y esto les llevó a alzar a unos u otros pretendientes. Los Zīríes ya “granadinos” apoyaron, con otros beréberes 'nuevos' y con algunos destacados eslavos, como Jayrān de Almería, al Ḥammūdí cAlī, y lo instalaron como Califa en Córdoba, en julio de 1016. Zāwī ibn Zīrī se opuso luego al califa omeya al-Murtaḍà, proclamado en 407 H./1016-1017 C., por las taifas de Zaragoza y Alpuente, y por los eslavos de Tortosa, Valencia, Denia y Almería, apoyado por beréberes Zanāta; este califa al-Murtaḍà fue vencido y muerto en 1019 ante las murallas de Granada, de lo cual se conservan referencias cronísticas e incluso un relato anecdótico, recordado en el siglo XIV por el literato granadino Ibn Simāk.

Zāwī ibn Zīrī destacó entre los reyes de taifas como líder del “partido beréber”, pero, por razones no bien aclaradas, quizás a causa de querellas con las taifas de Zanātas, decidió regresar a su tierra de Ifrīqiya, acompa­ñado por su familia directa y pocos más contríbulos, lo cual hizo en 410-411 H./1019-1020 C., o en 416 H./1025 C. (fecha que da Ibn al-Jaṭīb). Su sobrino Ḥabūs ibn Māksan se hizo cargo de toda la taifa, desplazando a los propios hijos de Zāwī, uno de los cuales quizás logró suceder a su padre, aunque por breve tiempo. Zāwī había ejercido su poder sin darse título alguno ni emitir moneda.

 

Bibl.: al-cUḏrī, Tarṣīc al-ajbār, Almería, s. XI (trad. F. de la Granja, “La Marca Superior en la obra de al-cUḏrī”, en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, VIII (1967), págs. 447-546); cAbd Allāh, al-Tibyān / Muḏakkirāt, Magreb, f. s. XI (ed. de E. Lévi-Provençal, El Cairo, 1955; trad. de E. Lévi-Provençal y E. García Gómez, El siglo XI en 1.ª persona. Las “Memorias de cAbd Allāh, Madrid, 1980 [reimprs. post.]; ed. y trad. de A. T. Tibi, Leiden, 1986 y Rabat, 1995); Ibn Bas­sām, al-Ḏajīra, al-Andalus, s. XII (ed. I. cAbbās, Beirut, 1979, 8 vols.); Al-Idrīsī, Nuzhat al‑muštāq, Sicilia, s. XII (ed. y trad. de R. Dozy y M. J. de Goeje: Description de l'Afrique et de l'Espagne, Leiden, 1886; reimpr. 1968); Ibn cIḏārī, al‑Bayān al‑mugrib, Magreb, s. XIV (vol. III, ed. E. Lévi-Provençal, París, 1930; trad. F. Maíllo, La caída del califato de Córdoba y los reyes de taifas, Salamanca, Universidad, 1993; vol. IV, ed. I. Abbas, Beirut, Dār al-aqāfa, 1980; trad. de A. Huici Miranda, Nuevos fragmentos almorávides y almohades, Valencia, Caja de Ahorros, 1963); Ibn Al‑Jaṭīb, Acmāl al-Aclām, al-Andalus, s. XIV (ed. de S. K. Ḥasan, Beirut, Dār al-kutub al-cilmiyya, 2002); Ibn al-Jaṭīb, al‑Iḥāṭa fī ajbār Garnāṭa, al-Andalus, s. XIV (ed. de Y. al-Ṭawīl, Beirut, Dār al-kutub al-cilmiyya, 2002); A. Prieto y Vives, Los Reyes de Taifas. Estudio histórico-numismático de los musulmanes españoles en el siglo V de la Hégira (XI d. de J.C.), Madrid, Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, 1926 (reed. con láminas y suplemento por T. Ibrahim y A. Canto, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid 2003); L. Torres Balbás, “El alminar de San José y las primeras construcciones de los Zīríes granadinos”, en Al-Andalus, VI (1941), págs. 427-446; R. Menéndez Pidal, “Leyendo las ‘Memorias’ del zīrí cAbd Allāh”, en Al-Andalus, 9 (1944), págs. 1-8; H. R. Idris, La Berbérie Orientale sous les Zīrides, Xe-XIIe siècles, París, 1962, 2 vols.; A. Handler, The Zīrids of Granada, Florida, Coral Gables, 1974; D. Wasserstein, The Rise and Fall of the Party-Kings. Politics and Society in Islamic Spain. 1002-1086, Princeton, 1985; R. Pocklington, “La etimología del topónimo 'Granada'”, en Al-Qanṭara, IX (1988), págs. 375-402; P. Guichard, “Quelques reflexions sur le monnayage des prémiers taifas andalouses (1009/400-1059/451)”, en II Jarique de Numismàtica Hispano-Àrab, Lleida, Institut d’Estudis Ilerdencs, 1990, págs. 155-162; M. Q. Ṭawīl, Mamlakat Garnāṭa fī cahd Banī Zīrī al-barbar, Casablanca-Beirut, Dār al-kutub al-cilmiyya, 1414/1994; M. J. Viguera Molins (coord.), Los reinos de taifas. Al-Andalus en el siglo XI, en J. M. Jover Zamora (dir.), Historia de España de Menéndez Pidal, vol. VIII-1, Madrid, Espasa Calpe, 1994; A. Malpica Cuello, “El río Darro y la ciudad medieval de Granada: las tenerías del Puente del Carbón”, en al-Qanṭara, XVI (1995), págs. 83-105; Ch. Mazzoli-Guintard, Villes d'al-Andalus, Rennes, Université de Rennes, 1996; F. Clément, Pouvoir et légitimité en Espagne musulmane à l'époque des taifas (Ve/XIe siècle). L'imam fictif, París, L’Harmattan, 1997; H. de Felipe, Identidad y onomástica de los beréberes de al-Andalus, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1997; M. Guillén Monje, “Dos azahares sobre Granada transmitidos por Ibn Simāk al-cĀmilī (s. VIII/XIV)”, en C. Castillo Castillo (ed.), Estudios Nazaríes, Granada, Universidad, 1997, págs. 225-241; M. Meouak, Pouvoir souverain, administration centrale et élites politiques dans l’Espagne umayyade (IIe-IVe/VIIIe-Xe siècles), Helsinki, Academia Scientiarum Fennica, 1999; J. M. Safran, The Second Umayyad Caliphate. The Articulation of Caliphal Legitimacy in al-Andalus, Cambridge, Mass.–Londres, Cambridge University Press, 2000; Ch. Mazzoli-Guintard, Ciudades de al-Andalus, Granada, Ed. Almed, 2002; P. Guichard y B. Soravia, Los reinos de taifas. Fragmentación política y esplendor cultural, Málaga, Editorial Sarriá, 2005 (2ª ed. 2006); B. Sarr, La Granada Zīrí (1013-1090), Granada, Alhulla, 2011; B. Sarr, “Reflexiones sobre la Granada Zīrí”, en R. Marín López (coord.), Homenaje al Profesor Dr. D. José Ignacio Fernández de Viana y Vieites, Granada, Universidad, 2012, págs. 567-580; A. Malpica Cuello (coord.), Mil años de Madinat Ilbira, Granada, El Legado Andalusí, 2013-2014; A. Malpica Cuello, “The managing problems of the site of Madinat Ilbira”, en Archaeological Research & Ethnographic Studies, 4 (2016), págs. 75-94.

 

María Jesús Viguera Molins

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