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Sancho

Biografía

Sancho. Conde de Alburquerque. ¿Cuenca?, 1341 – Burgos, 1374. Noble, caballero, hijo natural de Alfonso XI.

Sancho era el octavo hijo que tuvo, fuera del matrimonio, el monarca castellano Alfonso XI con su amante, la hermosa dama Leonor de Guzmán. Sancho se crió en la ciudad de Cuenca, junto a Álvar García de Albornoz. En el año 1356, fecha en la que Sancho contaba con sólo quince años de edad, Álvar García de Albornoz huyó hacia las tierras aragonesas, llevando consigo al joven Sancho, el cual estará con los Albornoz hasta que su hermano Enrique de Trastámara entre en la Corona de Castilla y se proclame rey, lo que aconteció en el año 1366. El nuevo Monarca de Castilla, deseoso de potenciar a sus hermanos, concedió a Sancho, el día 7 de abril de 1366, un fabuloso patrimonio, integrado por los diversos bienes que habían pertenecido en el pasado a Juan Alfonso de Alburquerque, antiguo hombre de confianza de Pedro I y posteriormente un aliado de Enrique de Trastámara, y de su esposa Isabel de Meneses. Sancho recibió, con el título de conde, la villa de Alburquerque, que en el verano del año 1367 se había rebelado contra Pedro I de Castilla, así como las de La Codosera, Alconchel, Medellín, etc., pero también el señorío de Ledesma, más las villas de Haro, Briones, Belorado y Cerezo. Así lo expresó el cronista Pedro López de Ayala, al indicar que Enrique II “á Don Sancho su hermano dióle todos los bienes que fueron de Don Juan Alfonso, Señor de Alburquerque, é de Doña Isabel, su muger, fija de Don Tello de Meneses, que non dexara fijos herederos algunos, é mandó que se llamase Conde de Alburquerque”. También se incluían en esa donación, como donadíos otorgados a Sancho, la Puebla de Chillón y el castillo de Aznaharón, ambos situados en el término de la ciudad de Córdoba. Así pues Sancho se convirtió en uno de los ricos hombres más prepotentes de toda la Corona de Castilla.

Sancho intervino, en su condición de dirigente militar, en la batalla de Nájera, la cual tuvo lugar en el mes de abril del año 1367. Pedro López de Ayala, por su parte, pone de manifiesto que Enrique II ordenó que una serie de caballeros, a cuya cabeza iba su propio hermano Sancho, estarían a pie, con el famoso pendón de la Orden de la Banda. Al final no sólo fueron derrotadas las tropas trastamaristas por el Ejército anglo-petrista, sino que Sancho, el hermano de Enrique de Trastámara, fue hecho prisionero por las tropas anglo-petristas. En esa etapa Enrique de Trastámara tomó la decisión de entregar la Puebla de Chillón y el castillo de Aznaharón a la ciudad de Córdoba. De todos modos poco tiempo después Sancho terminó siendo liberado, al parecer debido a la decisión, puramente caballeresca a la vez que muy generosa, del dirigente de las tropas inglesas, es decir del Príncipe Negro.

Antes de que concluyera el año 1367 Enrique de Trastámara regresó de las tierras francesas, a donde había escapado. En diversos lugares de la Corona de Castilla se estaban formando por aquellas fechas varios grupos de partidarios del Trastámara.

Uno de los lugares en donde el grupo favorable al bastardo Enrique tuvo más fuerza fue, sin duda alguna, el territorio del condado de Alburquerque, es decir los dominios que él había donado, un año antes, a su hermano Sancho. Una vez asentado definitivamente en el Trono Enrique II, tras los duros sucesos acaecidos en la localidad manchega de Montiel, a finales de marzo del año 1369, se inició una nueva etapa de ascenso de Sancho, el cual colaboró muy estrechamente con su hermano Enrique. Por de pronto el nuevo Rey de Castilla ordenó que se devolvieran a su hermano Sancho los lugares de Puebla de Chillón y del castillo de Aznaharón. No obstante, noticioso Enrique II de que Sancho había vendido esos lugares al alguacil mayor de Córdoba, confirmó esa venta. Ahora bien, la situación de la Corona de Castilla era difícil, en parte porque aún subsistían algunos focos petristas, pero sobre todo debido a la oposición de los otros reinos hispánicos, comenzando por el de Portugal. Precisamente don Sancho fue una de las personas que aconsejaron a Enrique II que se dirigiera al vecino reino lusitano, con la esperanza de alcanzar una paz con el Monarca de aquel lugar. En otro orden de cosas conviene recordar que a finales del año 1369 Sancho se dirigió, al frente de unas tropas castellanas, hacia la frontera del Reino de Navarra, con la intención de recuperar las plazas castellanas que habían pasado, años atrás, a la soberanía navarra, entre las cuales se encontraba la importante ciudad de Vitoria. Unos meses más tarde, en 1370, a raíz del fallecimiento de Tello, hermano de Enrique II, el monarca castellano-leonés designó al conde de Alburquerque alférez mayor, puesto de la máxima importancia en la dirección del Ejército real. Algún tiempo después, en el año 1373, Fernando I de Portugal y Enrique II de Castilla, que habían estado fuertemente enfrentados, llegaron a la Paz de Santarem. En ella se acordó, entre otras cosas, el matrimonio de Sancho con la infanta Beatriz de Portugal, hermana del monarca lusitano. Tras esa boda el conde Sancho cedió la villa de Ledesma a su esposa Beatriz. Este acontecimiento, no obstante, traerá diversas consecuencias cuando, en los comienzos del año 1374, se produjo el fallecimiento de Sancho. El cronista Pedro López de Ayala ha transmitido la forma en que perdió la vida el conde don Sancho: “estando el Rey Don Enrique en Burgos, esperando sus compañas é gentes de armas, llegó allí el Conde Don Sancho, su hermano, que era Conde de Alburquerque, é revolviese una pelea en el barrio del Donde á Sant Esteban sobre las posadas con compañas de Pero González de Mendoza, é el Conde Don Sancho salió por los departir armado de todas armas, é un ome non le conociendo, dióle con una lanza en el rostro, é luego a poca de hora finó aquel día”. Este acontecimiento ocurrió el día 19 de marzo del año 1374. Enrique II, como era lógico, sintió un gran pesar por la alevosa muerte que había sufrido su hermano Sancho. Al parecer los alcaldes de Corte realizaron una pesquisa sobre aquel terrible suceso, terminando por descubrir a los agresores, los cuales, aunque en rebeldía, fueron condenados a muerte. A raíz de ese lamentable suceso Enrique II decidió incorporar Ledesma a los dominios regios. No obstante, algún tiempo después Beatriz consiguió recuperar la plaza de Ledesma, que la transmitió a su hija Leonor, en la cual recayeron los títulos y señoríos que había ostentado en el pasado su padre, Sancho, el poderoso conde de Alburquerque. La mencionada doña Leonor, que sería conocida como la “ricahembra”, contrajo nupcias con Fernando de Antequera, hermano de Enrique III de Castilla, regente de dicho Reino durante la minoridad de su sobrino Juan II y, desde el año 1412, fecha de la celebración del llamado Compromiso de Caspe, Rey de la Corona de Aragón.

 

Bibl.: L. Suárez Fernández, “Castilla, 1350-1406”, en J. M.ª Jover Zamora (dir.), La crisis de la Reconquista (c. 1350-c. 1410), t. XIV. Historia de España de Ramón Menéndez Pidal, pról. de R. d’Abadal, Madrid, Espasa Calpe, 1966; E. González Crespo, “El afianzamiento económico y social de los hijos de Leonor de Guzmán”, en Anuario de Estudios Medievales, 18 (1988), págs. 289-303; J. Valdeón Baruque, Enrique II. 1369-1379, Palencia-Burgos, Diputación Provincial-La Olmeda, 1996.

 

Julio Valdeón Baruque