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Guillem Berguedá

Biografía

Berguedà, Guillem. ?, c. 1138 – c. 1196. Trovador y heredero del vizconde de Berga.

Era el hijo mayor del vizconde de Berga, Guillem, y aunque no heredó el título, detentó el dominio familiar situado básicamente en la comarca del Berguedà y algunos bienes en el Vallés, que comprendía los castillos de Puigreig, Montmajor, Casserres, Espinalbet Madrona —que seguramente era el de Castellberguedà en Berga— y otras posesiones.

M. de Riquer le ha considerado el más notable de los trovadores nacidos en Cataluña. Compuso treinta y una poesías en occitano perfecto, si bien deja entrever alguna solución catalana, introduciendo un estilo de estrofa original que sería imitado por otros. Cabe destacar la utilización de los “sirventés” como arma política y como fórmula para ridiculizar, insultar o difamar a sus contrincantes en lo que se ha llamado técnica denigratoria. Sin embargo, también sirvieron para acusar al rey Alfonso de haber forzado el pacto con los languedocianos en 1179. Esto, unido a su presencia en algunas cortes de la época, o la de los juglares a su servicio muestran los efectos “periodísticos” o propagandísticos de su actividad.

Asimismo, escribió una serie de poemas en contra de sus enemigos, y en la primera etapa de su producción literaria, entre 1170 y 1175, sus ataques recayeron en el obispo de Urgell, Arnau de Preixens, a quien mostró un profundo odio y desprecio, en su vecino Pere de Berga y en Ponç de Mataplana. Estaba unido a este último por vínculos feudales, mantuvieron una confrontación y le retrató física y moralmente de manera peyorativa. Parece que se arrepintió cuando Ponç murió luchando contra los musulmanes, y le dedicó un planh: consiros cant e planc e plor entre 1180-1184, deseándole a la sazón el paraíso. Tampoco escapó a sus embates poéticos el vizconde de Cardona, Ramon Folch III, a quien asesinó en 1176 y seguramente ocasionó que su padre le desheredara. Dio paso a una guerra feudal con los de Cardona, se tuvo que esconder en casas de amigos, como en la de Arnau, vizconde de Castellbó, y como penitencia donó bienes al monasterio de Poblet antes de llevar a cabo una peregrinación a Santiago, conociendo entonces la Corte castellana.

Regresó a Cataluña en 1182, cuando aparece firmando con sus hermanos y padre, quien debió morir al año siguiente. Compuso otros poemas es esa época como el sirventés Cavalier un chantar cortes u otro en contra del rey Alfonso el Casto, E fetz una mespreison, que de nuevo motivó su salida de Cataluña. Refugiado en Occitania, entabló amistad con el trovador Bertrán Born, y frecuentó la corte de Ricardo Corazón de León, duque de Aquitania. Entonces escribió poemas a su amada Elís, hija del vizconde de Turena, y con motivo de un encuentro entre el Monarca aragonés y el duque de Aquitania celebrado en Najac de Reorgue en 1185 para pactar en contra del conde de Tolosa, obtuvo el perdón del rey Alfonso, y regresó a Cataluña formando parte de su séquito. También la entrevista mereció un bello poema, Arondeta, de ton cantar m’azir, en el que se despide de su amada.

Tras cinco años en tierras catalanas, donde dedicó canciones amorosas a una dama, Mais volgra o Lai on hom, volvió a enfrentarse con el Monarca, por lo que buscó la protección del castellano Alfonso VIII, acudiendo a su corte en compañía de otro trovador, Aimeric de Peguilhan, en 1190. Éste había huido de Tolosa y se refugió cerca de Guillem, que confirma las vicisitudes de la actividad trovadoresca como en la figura aquí glosada de Guillem de Berguedà. A partir de esas fechas y hasta su muerte, su producción literaria se centró en las luchas feudales, como la sostenida por los aristócratas catalanes, Arnau de Castellbó y Ponç de Cabrera, en contra del Rey, del conde y del obispo de Urgell y en las que se posicionó junto a los vizcondes de Castellbó y de Cabrera, o en otra oportunidad junto a Ramon Guillem de Montcada, quien asesinó al arzobispo de Tarragona, también enemigo de Guillem. Se hacía patente su defensa de la aristocracia destacada en contra de los magnates más importantes, en especial del Rey. A propósito de estos conflictos escribió bellos poemas en los que se ofrecía una imagen de la guerra feudal y de los estados de opinión que generaba, como Sirventes ab razon bona (1187-1190), Un sirventes ai en cor a bastir (1190), Be.m volria q’om saupes dir o Reis s’anc nuill temps de 1192. En este último lanzó un ataque al monarca, alentando incluso al conde de Tolosa, su enemigo, a intervenir en contra de él para ayudar a Marquesa, esposa de Ponç de Cabrera, que había quedado como rehén al huir éste tras un asedio. Al parecer murió asesinado por un soldado a su servicio, soltero y sin descendencia.

 

Bibl.: M. Milà y Fontanals, De los trovadores en España: estudio de lengua y poesía provenzal, Barcelona, Librería de Joaquín Verdaguer, 1861; J. Miret i Sans, “Los vescomtes de Cerdanya, Conflent y Bergada”, en Memorias de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, VIII (1901), págs. 115-175; J. Miret i Sans, “Enquesta sobre el trovador Vilarnau, amb algunes noves de Guillem de Berguedà, Ramon de Miraval i Guillem de Mir”, en Revue Hispanique, XLVI (1919), págs. 249-268; M. de Riquer, “Arondeta, de ton cantar m’azir”, en Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona (BRABLB), XXII (1949), págs. 199-228; J. Boutière y A. H. Schutz, Biographies des troubadors, Tolosa-París, Biblioteca Meridional, 1950; M. De Riquer, “Las poesías de Guilhem de Berguedán contra el obispo de Urgel”, en Studi Medievali, XVIII (1952), págs. 272- 291; “Las poesías de Guilhem de Berguedán contra Pere de Berga”, en BRABLB, XXV (1953), págs. 247-271; “Las poesías de Guilhem de Berguedán contra Pons de Malacara”, en Zeitschrift für Romanische Philologie, 71 (1955), págs. 1-32; “L’ancienne vida provençale du troubadour Guilhem de Berguedan”, en Actes et mémories du I congrés internacional du langue et littérature du Midi de la France, Avignon, Publications de l’Institut Méditerranéen du Palais du Roure, 1957, págs. 56-67; “El trovador Guilhem de Berguedán y las luchas feudales de su tiempo”, en Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura, XXIX (1958); E. Bagué, J. Cabestany y P. E. Schramm, Els primers comtes-reis, Barcelona, Vicens- Vives, 1960; J. Ventura, Alfons “el Cast”, el primer comte-rei, Barcelona, Editorial Aedos, 1961; M. de Riquer, Història de la literatura catalana, vol. I, Barcelona, Ariel, 1964; M. de Riquer, Guillem de Berguedà, Poblet, Abadía de Poblet, 1971; A. Altisent, Història de Poblet, Poblet, Abadía de Poblet, 1974.

 

María Bonet Donato