Fue uno de los principales arquitectos del período de esplendor artístico vivido en Cataluña en tiempos de Jaime II el Justo (1291-1327). Trazó y edificó la Capilla de Santa María (o de Santa Águeda) del Palacio Real Mayor de Barcelona, muestra especialmente cuidada de la tipología arquitectónica constituida por nave única y cabecera poligonal. Se cubre mediante bóveda nervada sobre el presbiterio y alfarje de madera que descansa en arcos de piedra transversales sobre la nave. El refinamiento de sus elementos dentro de pautas arquitectónicas sencillas, propias de la arquitectura mendicante, parece obedecer a los objetivos del Rey, que deseaba una “capellam nobilem” no demasiado ostentosa, quizá influido por la doctrina rigorista del visionario Arnau de Vilanova, tan apreciado en el círculo regio. Su labor se inició antes de 1302 y hasta 1316 Riquer figuró como maestro de obras del palacio (resulta de interés la especificación de sus funciones: “Tu vero quodcumque et quotienscumque contigat in dicto palacio nostro Barchinone fieri aliqua opera seu raparationes facias fieri et sis magister et operarius eorumdem et presideas aliis qui in ipsis operibus et reparationibus fuerint operarii”). En 1306, terminados los muros, empezaban a cimbrar arcos y bóvedas y abordaban la edificación de la torre. [...]