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Domingo de Ruzola López

Biografía

Ruzola López, Domingo de. Domingo de Santa María. Calatayud (Zaragoza), 16.V.1559 – Viena (Austria), 16.II.1630. Carmelita descalzo (OCD), reformador y Político.

De las primeras letras pasó Domingo al estudio de la Gramática y Retórica. Cuando iba a cumplir diez años, murió su padre Miguel, notario de profesión.

Poco después murió también su madre Jerónima. Un tío suyo, carmelita calzado, se lo llevó a su convento de Calatayud. Allí recibió una sólida formación catequética y humana.

De Calatayud pasó, sin decir nada a sus familiares, al noviciado de Zaragoza donde tomó el hábito el 24 de mayo de 1572, vigilia de Pentecostés. Su noviciado duró seis años, pues emitió su profesión el 8 de diciembre de 1578. Pasó a Valencia para los estudios eclesiásticos superiores y se ordenó de sacerdote en 1584. Se entabló contra él un proceso inquisitorial, al término del cual, el Consejo intimó a los superiores que alejasen a Domingo de Valencia; pero ya el propio interesado había puesto tierra por medio, ingresando en el noviciado de los carmelitas descalzos en Pastrana, donde profesó el 22 de noviembre de 1590.

Pasó a Madrid donde fue ayudante del maestro de novicios. Su popularidad comenzó enseguida por algunos casos de conversiones singulares obtenidas. Los fenómenos extraordinarios que se daban en su vida llegaron a preocupar a los superiores, que le sometieron a un examen riguroso de su espíritu, resultando el dictamen favorable. Terminado un tiempo de retiro en el Convento de Cogolludo (Guadalajara) fue enviado a Alcalá a proseguir sus estudios.

En 1593 se le envió a Barcelona para engrosar aquella provincia falta de sujetos y para asistir a los apestados.

Allí logró conversiones portentosas. Los fenómenos extraordinarios de visiones, éxtasis, levitaciones, etc., crecieron tanto en este tiempo que los superiores decidieron llamarlo de Barcelona a Madrid, para evitar una vez más un proceso inquisitorial contra él.

Examinado por los propios superiores de la Orden, no se encontró nada contra él. Lo nombraron superior de Valencia y allí estuvo de 1595 a 1598.

En los meses postreros de 1598 fue elegido prior de Toledo. Felipe III y la reina Margarita de Austria visitaron el convento el 9 de abril de 1599, viernes santo, y comieron con los frailes en el refectorio conventual, ayunando a pan y vino, a imitación de los religiosos que lo hicieron a pan y agua. Antes de terminar su mandato en Toledo fue trasladado a Madrid, para poner remedio a algún problema surgido por la predicación de otro religioso.

El nuevo general de la Orden lo mandó a Calatayud, para ayudar en aquel convento de reciente fundación.

Pero ya en 1601 estaba en el Desierto de Bolarque (Guadalajara) No cesando el mundo ”maravillosos” de Domingo, los superiores nombraron una comisión para que lo interrogase sobre el particular. Las sesiones comenzaron el 26 de noviembre de 1601. Tenía que contestar a las preguntas bajo precepto de obediencia.

El 1603 lo pasó en el noviciado de Pastrana.

En 1604 salió para Roma, obedeciendo a un Breve de Clemente VIII, en el que se pedía a los superiores de España que enviasen unos cuantos sujetos a la Congregación de Italia que se aprestaba a abrir una misión en Persia. Los nombres de los religiosos sugeridos era, evidentemente, obra del padre Pedro de la Madre de Dios, que había sido nombrado por el Papa superintendente de las misiones de todo el mundo.

Se embarcó en Barcelona a últimos de junio de 1604; llegó a Génova después de diez días de navegación, y pasó a Roma en octubre de ese mismo año.

Se le nombró ayudante del maestro de novicios. Elegido en 1611 prior de Nápoles, al enterarse el Papa, mandó que Domingo siguiese en Roma como prior de la Scala. Muerto Pedro de la Madre de Dios, prepósito general, tuvo Domingo que asumir el cargo de procurador de las misiones y de la causa de beatificación de Teresa de Jesús.

En estos años (1612 y siguientes), anduvo muy ocupado en la fundación de la casa de Arrepentidas o Casa de la Santa Cruz de la Penitencia de via Longara en el Trastevere, cuyos Reglamentos redactó él mismo.

En el capítulo general de 1617 salió Domingo elegido general de la Orden. Poco después de la elección cayó enfermo y los médicos le desahuciaron. Se recuperó y empezó un recorrido infatigable por los conventos y ciudades, fundando nuevas casas.

Terminado su generalato en 1620, fue elegido primer definidor. El príncipe de Baviera, Maximiliano, y también el emperador Ferdinado II lo quisieron tener una temporada con ellos. El Papa se lo concedió en camino con otros dos religiosos, al llegar a la frontera bávara se entera de que Maximiliano ha salido ya a preparar su Ejército para dar batalla a Federico V, príncipe elector del Palatinado. Domingo se entrevista con el duque y de parte de Dios le asegura la victoria. El 8 de noviembre se trabó la gran batalla cerca de Praga. Los bohemios y protestantes con sus 21.000 soldados contra los católicos aliados que eran 30.000. Domingo alentaba a los católicos, prometiéndoles la victoria. Las cosas parecían adversas y Domingo intervino para levantar el ánimo de capitanes y soldados, irrumpiendo en un caballo blanco, con su crucifijo en la derecha y su cuadro de la Virgen en la izquierda. La victoria se llamó de la “Montaña Blanca”. Al día siguiente entró el ejército en Praga; con fray Domingo que en la iglesia de los capuchinos exhortó a los triunfadores a dar gracias a Dios.

Por orden del Papa, contentísimo por aquella victoria, fue Domingo a Viena a ver al Emperador y a la Emperatriz. Como fruto de este viaje obtuvo la fundación de los conventos de Viena (1622) y de Praga (1623). De Austria pasó a Baviera, a Lorena, y otros ducados, a Flandes donde ayudó a bien morir al archiduque Alberto, casado con la infanta Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, a la que ya conocía Domingo desde sus tiempos de España. Visitó también la corte francesa. Llegó, finalmente, a Roma el 9 de diciembre de 1621. Fue recibido por el Papa, que le preguntó qué quería por todos aquellos servicios que había prestado a la cristiandad. Contestó: “la canonización de Teresa de Jesús”. Y al año siguiente tuvo lugar el acontecimiento.

El cuadro de la Virgen que llevaba Domingo en la batalla de la “Montaña Blanca”, fue llevado a Roma y fue trasladado con toda solemnidad el 8 de mayo de 1622 desde Santa María Mayor a la que se llama Santa María de la Victoria.

“Tomó parte muy destacada en la fundación de la Congregación de Propaganda Fide para las Misiones.

Gregorio XV, con motu proprio del 1 de marzo de 1622, le nombró ‘recaudador de limosnas’ para dicha Congregación, y con bula del 22 de junio de 1622 le incluyó entre los prelados que constituían este dicasterio” (V. Macca).

Además de confidente de papas fue Domingo amigo y consejero de santos: Camilo de Lelis, Roberto Belarmino, B. N. Factor, Luis Beltrán, y muy particularmente de San José de Calasanz. En 1623 fue confirmado en el oficio de primer definidor general.

El Papa en audiencia le comunicó que quería hacerle cardenal. Domingo declinó el nombramiento con toda humildad y energía y el Pontífice cedió, pero le pidió que viniese a vivir cerca de él. Gregorio XV murió el 8 de julio de 1623 en manos del padre Domingo.

En el cónclave que eligió a Urbano VIII, Domingo tuvo cinco votos para Papa. En 1629 el emperador Ferdinando II pidió al Papa que le enviase a Domingo por asuntos muy graves del Imperio. Domingo salió de Roma para Viena el 22 de octubre de 1629. El Emperador le obligó a hospedarse en el Palacio Imperial, aunque Domingo quería irse a su convento. Trataron ampliamente los problemas y la misión de paz encargada por el Pontífice. A sus setenta años pasados, comenzó a sentirse mal y tuvo que guardar cama, atendido por los médicos imperiales.

Después de siete días inconsciente murió a las cuatro de la mañana del 16 de febrero de 1630, sábado.

“Al multiplicarse los prodigios atribuidos a su intercesión y merced a las súplicas de las casa reales de Austria y de Baviera, la causa de beatificación se inició enseguida y fue introducida en Roma el 29 de enero de 1676. Se reanudó a principios del siglo xx y actualmente espera su conclusión” (V. Macca).

 

Obras de ~: Sententiario spirituale. Documenti et pratiche affettive nelle tre vie della Perfectione Cristiana, purgativa, illuminativa et unitiva,Diviso in tre parti, Roma, Alessandro Zanetti, 1622; Alia argumenta Psalmorum ad utiliorem divini officii recitationem, Romae, Alexandri Zanetti 1623; Concerto e concordia spirituale sotto la protettione della B. Vergine a beneficio universale delle anime, Roma, Mancini, 1677; Vita del venerabile servo di Dios P. F. Domenico di Giesu María, già generale dè Carmelitani scalzi [...] scritta da lui medemo per comando de superiori tradotta dalla lingua spagnola [...], Roma, Pierto Ferri, 1724.

 

Bibl.: J. Caramuel, Dominicus: hoc este venerabilis P. Dominici a Jesu Maria, parthenei ordinis carmelit. Excalceat. Gnerealis, virtutes, labores, produguia, ecstaes et revelationes, Viennae in Austria, 1655; Ph. A. Santíssima Trinitate, Historia ven. Dominici a Iesu Maria, discalceatorum ordinis beatissimae Mariae de Monte Carmelo Congregationis S. Eliae praepositi generalis, Lugduni, 1659; J. de Santa Teresa, Reforma de los descalzos de nuestra Señora del Carmen, t. IV, Madrid, 1684, págs. 788-916 y 918; F. del Niño Jesús, La Orden de Santa Teresa, la fundación de la Propaganda Fide y las misiones carmelitanas, Madrid, Nieto y Cía, 1923, págs. 61-90; Piezas diversas de la Positio de su Proceso de Beatificación y Canonización, Roma, 1677, 1710, 1728, 1736, 1744, 1843, 1844 y Beatificationis et canonizazionis ven. ServDei. P. Dominici a Jesu Maria ordinis carmelitarum excalceatorum Positio, 3 vols., Romae, 1926-1932; F. del Niño Jesús, Biblioteca carmelitano-teresiana, t. I, Pamplona, Ramón Bengaray, 1929, págs. 131-159; S. de Santa Teresa, Historia del Carmen Descalzo en España, Portugal y América t. VIII, Burgos, Monte Carmelo, 1937, págs. 80-114; V. Macca, Domingo de Jesús María, en Santos del Carmelo, Madrid, Ed. de la Espiritualidad, 1982, págs. 285-288; Acta Definitorii Generalis OCD Congregationis S. Eliae (1605-1658), Roma, Teresianum, 1985, pág. 719; Index personarum: Dominicus a Jesu Maria, en Acta Capituli Generalis OCD Congregationis S. Eliae, vol I (16051641), Romae, Teresanum, 1990; S. Giordan, Domenico di Gesù Maria, Ruzola (1559-1630). Un carmelitano scalzo tra política e riforma nelle chiesa postridentina, Roma, Teresianum 1991; A. Fortes, Las misiones del Carmelo teresiano 1584-1799, Roma, Teresianum, 1997.

 

José Vicente Rodríguez, OCD

 

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