Paciano. ?, p. m. s. iv – s. m. s. iv. Obispo de Barcelona.
De familia senatorial y de sólida formación retórico- literaria, Paciano contrajo matrimonio —seguramente con una clarissima—, del cual nació su hijo Dextro —quien ocupó altos cargos en la Administración del Imperio romano—. Convertido al cristianismo en su edad adulta, Paciano acabó siendo consagrado obispo de Barcelona en un momento que no puede precisarse, aunque no antes de 343 —en ese año la diócesis barcelonesa estaba regida por Pretextato, quien pudo haber sido o no el antecesor inmediato de Paciano—.
Según Jerónimo (De uir. ill., 106), Paciano escribió, siendo obispo, varios opúsculos, uno de los cuales, titulado Ceruulus (perdido), era una homilía en contra de las mordaces celebraciones paganas, con disfraces y libertinajes, que tenían lugar por año nuevo: al decir del propio autor, esta diatriba no contribuyó a reducir la pasión de sus feligreses por tales festejos. Las obras que han llegado de Paciano —todas relativas al pecado y a su anulación— son un sermón acerca del bautismo (Sermo de baptismo), tres cartas —la tercera es, en realidad, un tratado— resultantes de la correspondencia mantenida con Simproniano (un novaciano), y una exhortación (otra homilía) a la penitencia (Sermo de paenitentibus o Paraenesis ad paenitentiam), esta última redactada con posterioridad al Ceruulus. Anterior a la restante producción conocida de Paciano podría ser el Sermo de baptismo, dedicado a exponer el mal transmitido a la descendencia de Adán y los efectos salvíficos del bautismo regenerador: su descripción del hombre caído presenta una notable coincidencia con la teología del pecado original que desarrollará Agustín.
Respuesta a una epístola (no conservada) recibida de Simproniano —personaje, también encumbrado y culto, que, al parecer, residía en una ciudad próxima a Barcelona—, la primera carta de Paciano al novaciano defiende y justifica —ante lo expuesto por su corresponsal— que sólo la gran Iglesia es la “católica” y que, además, ésta podía y debía reconciliar, mediante la penitencia, a los pecadores que habían sucumbido después del bautismo. Al responderle Simproniano con un tratado a favor del novacianismo —adjuntado a otra epístola destinada al obispo—, Paciano le dirigió una segunda misiva en la que, refiriéndose a lo expuesto en la última carta de su crítico, y tras haber conocido su filiación doctrinal, retomaba la cuestión del término “católico”, se defendía por haber citado erróneamente un verso de Virgilio, rechazaba que los católicos hubieran instado represiones antinovacianas y negaba validez a las enseñanzas del rival de Cornelio. Paciano concluía esta epístola asegurando que respondería con precisión al tratado de Simproniano, en el cual éste sostenía, aduciendo muchas citas, que la penitencia postbautismal no era lícita. La extensa réplica —el tercer escrito enviado por Paciano al novaciano— recogía, con nitidez y mesura, las cuestiones y razones alegadas en la obra de Simproniano —sólo conocida a través de Paciano— y las refutaba, evidentemente junto con la eclesiología novaciana.
En la parte final de esta carta-tratado, Paciano, después de pedir a su antagonista que ingresara en la Iglesia católica, afirmaba que redactaría una nueva epístola para describir la doctrina católica —y no, ya, para rebatir la novaciana—: de tal propósito puede resultar la composición relativa a la penitencia. Sea como fuera —no hay constancia de más textos dirigidos por el barcelonés a Simproniano—, este opúsculo, muy influido por Tertuliano y Cipriano, exponía los pecados cuya redención requería acudir a la penitencia canónica, amonestaba a quienes —debiendo— no asumían este sacramento y explicaba las consecuencias dimanadas de ingresar o no en el ordo paenitentium. En esta composición, Paciano pone de manifiesto, una vez más, tanto su conocimiento de los autores paganos como de los cristianos, así como, por supuesto, de los textos escripturísticos utilizados en versiones anteriores a la Vulgata.
Jerónimo (De uir. ill., 106) indica que Paciano murió, siendo muy anciano, bajo Teodosio I. Su fallecimiento debe, pues, ubicarse entre 379 —cuando el emperador hispano iniciaba su reinado— y 392, año que corresponde a la publicación del catálogo jeronimiano.
Se sabe también que en 393 era Lampio el obispo de Barcelona.
Obras de ~: De baptismo, ed. de C. Granado, Pacien de Barcelone: écrits. Introduction, texte critique, commentaire et index, Paris, Éditions du Cerf, 1995, págs. 148-164 [SC, 410]; Epistulae [I y II], ed. de C. Granado, ibid., págs. 166-204; Contra tractatus Nouatianorum [o Epistula III], ed. de C. Granado, ibid., págs. 206-270; Sermo de paenitentibus, ed. de C. Granado, ibid., págs. 118-146.
Bibl.: L. Wohleb, “Bischof Pacianus von Barcelona und sein Gegner, der Novatianer Sympronianus (Sempronianus) (Mit einer Sammlung der Fragmente Sympronians)”, en Gesammelte Aufsätze zur Kulturgeschichte Spaniens, II, Münster, Verlag der Aschendorffschen, 1930, págs. 25-35; L. Rubio, San Paciano: obras, Barcelona, 1958; A. Anglada, Las obras de Paciano publicadas por V. Noguera y edición crítica del ‘Liber de paenitentibus’, Valencia, Universidad, 1982; C. Granado, Pacien de Barcelone: écrits. Introduction, texte critique, commentaire et index, Paris, Éditions du Cerf, 1995 [SC, 410]; J. Vilella, “Las iglesias y las cristiandades hispanas: panorama prosopográfico”, en La Hispania del siglo iv. Administración, economía, sociedad, cristianización, ed. por R. Teja, Bari, Ed. Edipuglia, 2002, págs. 117-159; Pacien de Barcelone et l’Hispanie au ive siècle, Paris, Les éditions du Cerf, 2004 [actas del coloquio celebrado en Lyon y Barcelona en 1996].
José Vilella Masana
