Giginta i Mestre, Francesc. Cataluña, p. m. s. xvi – ?, ¿1552? Magistrado catalán del Consejo de Carlos V.
Los regentes catalanes del Consejo de Aragón pertenecieron a familias nobles o ennoblecidas en el curso del servicio a la Corona. Tal fue el caso de micer Giginta, miembro de una de las más acrisoladas familias barcelonesas, doctor en Leyes, que entró en la Cancillería y Consejo de Aragón en el año 1546. Su ascendiente en la Corte debió de ser muy notable, pues en 1552 el Emperador pidió a su hijo Felipe, por entonces regente de España, que le enviara un magistrado catalán del Consejo para que residiese en su Corte, indicando de manera expresa que deseaba que fuera Giginta. El príncipe se excusó alegando que se hallaba achacoso y con mala salud, por lo que le enviaría a un letrado de la Audiencia, micer Gallart. No debía estar tan enfermo, pues su actividad en el Consejo fue muy intensa y notoria, que en nada justificaba su presunta decrepitud, lo cual indica que el príncipe lo quería tener consigo durante las Cortes de Monzón para que le asesorase en su política catalana. Giginta defendió con celo la jurisdicción de los tribunales y su independencia respecto a las decisiones del virrey de Cataluña, fue quien propuso que se le amonestara por dar órdenes a los regentes de la Cancillería e incluso abogó por el cese del Canciller Sorribes por haber actuado de forma subsidiaria a la del lugarteniente.
Es probable que figurase entre los propuestos para cubrir la vacante del vicecanciller en diciembre de 1552, cuando falleció Coll.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, E, leg. 97, fol. 120, consultas vacante vicecanciller, Monzón, 1552.
[Cartas de Felipe II a Carlos (Madrid, 9 de junio de 1552, y Monzón, 8 de octubre de 1552)], en M. Fernández Álvarez (ed.), Corpus Documental de Carlos V, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1975, pág. 455 y págs. 516-517, respect.; J. Arrieta Alberdi, El Consejo Supremo de Aragón (1494-1707), Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1994, pág. 614; P. Molas Ribalta, Catalunya i la Casa D’Àustria, Barcelona, Curial, 1996, pág. 140.
Manuel Rivero Rodríguez