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Juan Fernández de Híjar y Centelles

Biografía

Fernández de Híjar y Centelles, Juan. El Orador. Señor de Híjar (VI), señor de Lécera y de Vinaceite. Teruel, 1400 – Híjar (Teruel), 27.IX.1456. Noble.

Fue el hijo primogénito de Alonso Fernández de Híjar y Mexias, V señor de Híjar, y de Toda de Centelles y Carroz de Vilanova, y hermano de Juana, mujer de Artal de Alagón, X señor de Sástago y Pina; sus descendientes fueron los condes de Sástago.

Juan estuvo casado dos veces: la primera con María de Luna, sobrina del papa Benedicto XIII; no tuvieron descendencia. La segunda, con Timbor de Cabrera y Aragón († c. 1464), hija de Bernardo de Cabrera, I conde de Módica (Silicia), XXIV vizconde de Cabrera y XXVI de Bas, II de Osona y almirante de Sicilia, y de Timbor de Prades y Ximénez de Arenós, hija de Juan de Aragón, hijo del infante don Pedro y nieto del rey Pedro de Aragón (Sala IV, leg. 282/2, doc. 8, fol. 5v.), conde de Prades, barón de Entenza y de otros títulos, y de Sancha Ximénez, también de alta alcurnia. Fue procuradora de su marido (Sala V, leg. 135, doc. 2), siendo éste uno de los primeros cargos de la Administración de la casa ducal. Tuvieron dos hijos: Juan, que fue el sucesor, y Alonso.

Aunque no está muy claro, “parece que también nació doña Margarita de Híjar, que fue dama de la Reina doña María de Aragón, mujer de don Alonso V, y se tuvo por cierto que en ella hubo el rey a don Fernando que lo fue de Nápoles; pero otros afirman que le huvo en Giraldona Carlin. Dícese que a doña Margarita hizo dar muerte la Reina y por eso el Rey se separó de su mujer sin hacer vida maridable” (Sala IV, leg. 282/2, doc. 34. fol. 22v.). Esta noticia es recogida por algún autor, según el cual Margarita de Híjar “siendo dama de la reina d[oñ]ª María, tuvo con d[on] Alfonso V a d[on] Fernando, según Zurita y otros autores; y el enojo de la reina la movía a querer ahogar á d[oñ]ª Margarita, lo cual ocasionó el funesto escollo de los perpetuos desvíos del rey para con su esposa, demasía de exactitud su juramento”. (G. García Ciprés, 1910-A: 150). Sin embargo, se insiste en que “éste fue hijo de Giraldina de Carleno o de otra mujer de condición modesta; más grave fue el rumor de creerlo incestuoso de la infanta Catalina, mujer del infante Enrique de Aragón y, por tanto, cuñada del rey, infanta que murió precisamente de parto en Zaragoza el 19 de octubre de 1439. Si María dispuso en represalia femenina algún crimen de esta naturaleza, pudo determinar la ausencia del Magnánimo para no verla jamás” (Á. Canellas López, 1970: 432, n. 31).

Lo que sí es cierto es que, en Nápoles, Alfonso tuvo un hijo, Ferrante Trastámara, que fue rey de Nápoles y era primo hermano de Fernando II. Además, tuvo numerosa descendencia que siguió ocupando el trono.

Apoyó a Jaime de Urgel, conde de dicho lugar, que aspiraba a ser el monarca de los territorios de la Corona de Aragón, porque su mujer, Isabel, era hermana del monarca Martín. Una vez proclamado el Trastámara rey, Jaime de Urgel “rechazó sin escrúpulo alguno la prestación de obediencia al recién estrenado monarca [...]. Las presiones ejercidas sobre don Jaime por parte del Parlamento catalán para reducirle a obediencia y gracia del rey no surtieron efecto positivo, antes bien afirmaron en su obstinación al conde a pesar de que le fuese recomendado ver en el nuevo soberano a uno de sus parientes, el magnánimo comportamiento con los enemigos que le devolvían la confianza y el respeto debidos como señor natural” (E. Sarasa Sánchez, 1986: 14). Probablemente en esta terquedad influyó la ambición de su madre, Margarita de Monferrato, que luchó toda su vida por ver sentado en el trono de Aragón a su hijo con todos los derechos de los que era merecedor. La ausencia de éste en las Cortes de Zaragoza de 1412 fue un desafío lanzado por el conde contra la voluntad de concordia que había puesto de manifiesto Fernando I con todos los que le prestaron obediencia, independientemente de su pasado o de la actitud que hubieran mantenido durante el “interregno”.

En este contexto estalló la guerra, siendo Antón de Luna y Exérica, al que Juan Fernández de Híjar había recogido cuando mató al arzobispo de Zaragoza, en 1411, “como parece en el Registro de las Cortes que se celebraron en aquel año en Alcañiz” (Sala IV, leg. 282/2, doc. 8), que pretendía suceder a su abuelo Pedro de Exérica en los señoríos que tenía, el que capitaneó un grupo de disidentes que se identificaba con la causa del conde de Urgel, por unos intereses aristocráticos y personales sostenidos con firmeza y decisión. Aunque la mayoría de la nobleza aragonesa apoyó al Trastámara. “Simultáneamente a los preparativos de la campaña contra los rebeldes urgelistas, el rey proseguiría la dispensa de favores entre algunos súbditos relevantes. Así, se pueden citar, entre otros, además de Berenguer de Bardaxi, a Gil Ruiz de Lihori, Juan Fernández de Heredia y Juan Fernández de Híjar, que habían prestado su colaboración a la causa fernandina, incluso con su propio patrimonio. Todos ellos recibieron honores y prebendas” (E. Sarasa Sánchez, 1986: 18).

Juan Fernández de Híjar se sometió en 1412 a la sentencia arbitral de Caspe, fue copero mayor de Fernando I de Antequera y asistió a su coronación en Zaragoza el 11 de febrero de 1414.

Posteriormente fue consejero y mayordomo de Alfonso V, que le donó Vinaceite y otras propiedades en Aragón (Sala I, leg. 136, doc. 1), algunas de ellas de las confiscadas al conde de Luna, nombrando como “receptor general y administrador al mismo Acah Abendino” (Sala IV, leg. 282/2, doc. 8); es decir, al que estaba antes de administrador de dicho condado.

También integró a sus posesiones Lécera, “donación y venta que en remuneración de servicios personales y pecuniarios, le hizo el Rey D[on] Alfonso de Aragón á D[o]n Juan Fern[ánde]z, s[eño]r de Híjar, su f[ec]ha en Bar[celo]na. Á 21 de mayo de 1431 [...]” (Sala III, leg. 67, doc. 34, fol. 15), se tituló duque de ese territorio y adquirió otros, como Belchite, Almonacid de la Cuba, La Puebla de Albortón “con sus términos y apéndices, entre los cuales figura Vinaceite”, a la reina María de Aragón (Sala III, leg. 67, doc. 24).

Aunque la comunidad judía no está estudiada en profundidad en Híjar, se sabe que fue numerosa, en torno a las ciento treinta o ciento cincuenta personas (A. Blasco Martínez, 2002); algo más se sabe de la sinagoga que según algunos autores estuvo en el lugar que hoy ocupa la ermita de San Antón (M. Á. Motis Dolader, 2002). Lo que sí es cierto es que fue numerosa la población judía que vivió en Híjar, aunque se desestructuró en 1415, al bautizarse algunos de sus componentes, como fue el caso de un Jehudá (hijo de Noha) que tras su conversión pasó a llamarse Luis de Santángel (A. Blasco Martínez, 2002: 79), cuya familia se estableció en Zaragoza, constituyendo, posteriormente, uno de los apoyos de Fernando el Católico.

También es muy significativo que Noha Chiniello fuese procurador del señor de Híjar.

El VI señor de Híjar perteneció al brazo nobiliario de los diputados en las Cortes de Aragón y a la Diputación del reino durante los años 1414-1417, 1420, 1428-1436, 1444-1447 y 1450-1453. Trabajó celosamente para unir a toda la nobleza aragonesa, ya que estaban en continua rivalidad, aunque sus enfrentamientos con Juan de Luna resultaron notorios. Fue, además, embajador en Portugal, Castilla, Venecia y Roma, y virrey de Nápoles, con quince años (Sala IV, leg. 282/2, doc. 8, fol. 6r.).

Se le llamó el Orador por su erudición y facilidad de palabra. Dejó varios poemas escritos y diferentes epístolas latinas. También se conoce el Cancionero de Juan Fernández de Híjar, cuyo título completo, según Gallardo, es Obras de Don Juan Fernández de Yxar, llamado el Orador, que al menos hasta 1645 fue propiedad de la casa de Híjar. No hay ninguna obra del Orador y “tampoco hay datos acerca de la llegada del códice a la Biblioteca Nacional; es decir, no se sabe de dónde procede y cómo y en qué circunstancias ha venido a parar a la primera Biblioteca de la nación” (Cancionero, pág. XXIV).

El manuscrito de Yxar no constituye un ente aislado en los cancioneros del siglo XV, aunque adolece de unidad. Las obras que contiene son de Alfonso Álvarez de Villasandino, fray Pedro Imperial, Fernán Pérez de Guzmán, Alfonso Enríquez, Juan de Mena, Rodrigo Manrique (conde de Paredes), Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, Antón de Montoro, Gómez Manrique y Garcí Sánchez de Badajoz. Entre los poetas con obras en el cancionero de Yxar que estuvieron en la Corte napolitana de Alfonso V están Diego del Castillo, Pedro Torrellas, Ferrando Filipo de Escobar, Suero de Ribera, Juan de Valladolid, Fernando de la Torre y Pedro Martínez. Incluye además un anónimo Romance del rey Don Fernando.

Otra parte de este Cancionero corresponde a los tratados en prosa, como el Regimiento de la Casa, el Tratado de Moral, la Flor de Virtudes y la Disputa hecha en Fez. En la última parte hay tres obras de Juan Boscán, poeta catalán, del almirante Fadrique Enríquez de Cabrera, de un fraile anónimo y de Juan de Mendoza.

También contiene una composición de Sátira de disparates, cancionero de romances, Disparates donde [hay puestas muchas damas y señores de Aragón, una glosa de Melchor de Llanes y el romance de Monzón. Otras obras que se incluyen son de Alvar Gómez (traductor de Petrarca), la sátira social y política de la composición “Abre, abre las orejas...”, varias composiciones catalanas y anónimas.

Como conclusión puede decirse que “el cancionero de Ixar, desgarbado y multiforme en sus folios, con cinco partes distintas, que se ha analizado anteriormente, no presenta cualidades únicas en su conjunto, a menos que esta multiformidad se considere como signo distintivo. Cinco elementos diversos confluyen en un voluminoso códice, recogiendo un período cronológico de alguna amplitud” (Cancionero, pág. CVI). Además, “varias manos y varias épocas dan como resultado un conglomerado muy interesante para el estudio de la prosa del siglo XV y comienzos del XVI. Todo el aparato crítico y el estudio inicial, de que estas líneas son resumen, seguramente permitirá reconocer su personalidad y significado en la complejidad del mundo de los cancioneros, en el cual puede esperarse que aún se hagan descubrimientos importantes, que permitan la confirmación de muchos datos, ahora simples conjeturas” (Cancionero, págs. CVIII-CIX).

Juan Fernández de Híjar falleció en 1456 y le sucedió su hijo y primogénito, Juan Fernández de Híjar y Cabrera (1419, 1456 – Híjar, 27 de septiembre de 1491).

 

Obras de ~: El Cancionero (Obras de Don Juan Fernández de Yxar, llamado el Orador), s. l., m. s. XV.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, Fondo Híjar, documentos: Sala IV, leg. 282/2, doc. 8, fol. 18, “Noticias de la subcesión de la Casa de Híjar”; Sala V, leg. 135, doc. 2, “Sumario del prozesso de aprensión de los estados de Híjar y Belchite en 1650 que contiene las alegaciones...”; Sala IV, leg. 282-2, doc. 34, fol. 27, “Noticias por mayor de las principales ascendencias del Ex[celentísi]mo S[eño]r D[o]n Pedro de Alcántara, IX duque de Híjar, por sus apellidos de Silva y Fernández de Híjar para la inteligencia del árbol que he formado”; Sala I, leg. 136, doc. 1, “Escritura de donación hecha por el rey Alfonso V a Juan Fernández de Híjar y Centelles, señor de Híjar y su Consejero, en concepto de servicios prestados, del lugar de Vinaceite, dos casas en Albalate del Arzobispo y un molino en Fabara...”; Sala III, leg. 67, doc. 24, fol. 37, “Donación y venta que en remuneración de servicios personales y pecuniarios, le hizo el Rey D[on] Alfonso de Aragón á D[o]n Juan Fern[ánde]z, s[eño]r de Híjar, su f[ec] ha en Bar[celo]na. Á 21 de mayo de 1431...” y “Escritura de venta hecha p[o]r la Reyna D[oñ]a María de Aragón en fabor de D[on] Juan de Híjar, á 4 de febrero de 1432, de las villas de Belchite, el castillo y lugar de Almonacid de la Cuba y el lugar llamado Puebla de Albortón, con sus términos y apéndices, entre los cuales figura Vinaceite”.

G. García Ciprés, “Ducado de Híjar”, en Linajes de Aragón: Revista quincenal Ilustrada: Reseña histórica, genealógica y heráldica de las familias aragonesas (1910-1916) (Huesca), año II, vol. I, t. II, n.º 10, 15 de noviembre de 1910, págs. 148-150; J. M.ª de Abaceta (est. y ed. crítica), Cancionero de Juan Fernández de Híjar, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Clásicos Hispánicos, 1956, 2 vols.; A. Canellas López, “El reino de Aragón en el siglo XV (1410-1479)”, en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España. Los Trastámaras de Castilla y Aragón en el siglo XV, t. XV, Madrid, Espasa Calpe, S.A., 1970, págs. 323-594; E. Sarasa Sánchez, Aragón en el reinado de Fernando I (1412-1416). Gobierno y administración. Constitución política. Hacienda Real, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1986; M.ª J. Casaus Ballester, Archivo Ducal de Híjar: Catálogo de los fondos del Antiguo Ducado de Híjar (1268-1919), Valencia, Gobierno de Aragón (Departamento de Educación y Cultura), 1997 (col. Archivos de Aragón, n.º 7, Instituto de Estudios Turolenses); A. Blasco Martínez, “Aportación documental para la identificación de Eliécer Ben Abraham Alantansí, impresor en Híjar entre 1485-1490”, en Litera Scripta. In honorem prof. Lope Pascual Martínez, vol. I, Murcia, Universidad, Servicio de Publicaciones, 2002, págs. 75-88; M. A. Motis Dolader, “La sinagoga de Híjar”, en Rujiar III. Miscelánea del Centro de Estudios Hijaranos, 2002, págs. 149-159; M.ª J. Casaus Ballester (coord.), “El señorío, luego ducado de Híjar, trayectoria familiar y acumulación de títulos nobiliarios”, en Jornadas sobre el señorío-ducado de Híjar: 7 siglos de Historia nobiliaria española, Andorra (Teruel), Ayuntamiento de Híjar - Centro de Estudios del Bajo Martín, 2007, págs. 159-185.

 

María José Casaus Ballester

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