Juanini, Juan Bautista. Milán (Italia), 1636 – Madrid, 1691. Introductor de la “iatroquímica” en España.
Juanini —Giovanbattista Giovannini—, que castellanizó su nombre en España, estudió en Pavía y en esta ciudad ejerció hasta 1667, cuando se incorporó como cirujano al séquito de don Juan José de Austria, con quien vino a España y se mantuvo a su servicio hasta la muerte del príncipe (1679), practicando su autopsia y embalsamamiento. Residió en Zaragoza y en Madrid hasta su fallecimiento. En España mantuvo relación científica con médicos, conocidos como “novatores”, con los que participó en los iniciales intentos de introducir una doctrina ideológica, la “iatroquímica”, en la que se buscaba la superación de la tradición médica galenica. Compartió la defensa de esta doctrina en Zaragoza con José Lucas Casalete y en Barcelona con Joan d’Alós. En Madrid no encontró clima médico favorable, incluso en partidarios de su orientación ideológica, posiblemente por su vinculación al segundo Juan de Austria. Juanini sostuvo relación epistolar con figuras europeas tan representativas de la doctrina introquímica como Francesco Redi, Raymond Vieusens y François Baile.
Su pensamiento científico queda recogido en el proyecto de una obra que sólo parcialmente redactó y fue editada. La primera explicación de su ideario científico lo expuso en un Discurso político físico (1679), obra dedicada a Juan José de Austria y se editó sin prólogo ni censuras. De ella se realizó edición francesa (Toulouse, 1685). Una nueva edición castellana se imprimió en Madrid (1689), ahora dedicada a Carlos II. El texto incorporaba dos aprobaciones, una firmada por el médico Andrés Gámez. En el Discurso Juanini aplicó los principios de la doctrina iatroquímica para dar explicación de distintos problemas médicos y sanitarios; entre los primeros eran novedad en España la explicación que ofrecía del funcionalismo digestivo y respiratorio y con particular detalle la actividad del sistema nervioso. Aplicó los principios teóricos iatroquímicos a concretos temas clínicos y terapéuticos, como el sustrato patológico de la fiebre y el mecanismo de la acción curadora de la quina. Es de destacar, por la fecha de su formulación, la aplicación sanitaria que dedujo de la teoría iatroquímica sobre las sustancias que impurificaban el aire de Madrid, deduciendo recomendaciones higiénicas.
Ambicioso fue su proyecto de ofrecer una explicación del mundo físico desde los supuestos de su orientación doctrinal. Estructurado aquel empeño en tres volúmenes, sólo llegó a editarse el primero, con el título Nueva Idea Physica Natural (1685), que se encabezaba con laudatorios, juicios críticos de Joan d’Alós y José Lucas Casalete, miembros ambos del movimiento “novator” en España y con los que Juanini mantuvo amistad. La parte segunda de la obra fue escrita antes de su muerte, pero no llegó a editarse. La primera parte incluye una cosmogonía, la teorización de los fundamentos de la iatroquímica, la “sal” y el “ácido” concebidos como “materias motrices” y finalmente una interpretación del proceso biológico de la fermentación, que resume la contribución de Juanini a la iatroquímica.
Su tercer libro editado consiste en Cartas (1691) que incluyen estudios monográficos sobre temas de anatomía, fisiología y patología del sistema nervioso; la parte fundamental de la obra es un amplio texto epistolar dirigido a Francesco Redi. Las aprobaciones del libro las firman Miguel Boix y Moliner y Joan d’Alos. Temas de psicología son asimismo abordados en las Cartas. La participación de Juanini en la difusión de la doctrina iatroquímica española potencia la relación que mantuvo con autorizados postuladores europeos, lo que permite entender históricamente su contribución a la más temprana apertura a Europa de la medicina española.
Una valoración de conjunto de la aportación científica de Juanini obliga a diferenciar en ella su contribución a temas higiénico-sanitarios, clara novedad en la época en España, sus explicaciones sobre el funcionalismo orgánico, entendido desde su filiación ideológica y la exposición de concretos temas clínicos y terapéuticos. Atendiendo a su época, la obra de Juanini revela su interés por la anatomía normal y patológica, atestiguada en las disecciones que llevó a cabo en Zaragoza y Madrid. Su nombre queda inscrito en el limitado círculo de los “novatores” españoles, movimiento doctrinal que preludia un cambio ideológico que no se haría efectivo hasta las primeras décadas del siglo xviii. Antes de que esto aconteciera en Juanini, como en todos los “novatores” españoles, todavía era evidente la pervivencia del doctrinarismo galénico, y es buen ejemplo de ello, en Juanini, la presencia de los fundamentos teóricos de la tradición galénica en su Nueva Idea Physica.
Obras de ~: Discurso político, y phisico, que muestra los movimientos, y efectos, que produce la fermentación, y materias nitrosas de los cuerpos sublunares, y las causas que perturban las saludables y benignas influencias que goza el ambiente de esta Imperial Villa de Madrid, Madrid, Antonio González de Reyes, 1679; Nueva Idea Physica Natural demostrativa, origen de las materias que mueven las cosas. Compuestas por la porción mas pura de los elementos, fraguados en el caos, purificadas y pasadas de potencia a acto en los tres primeros días de la Creación del Mundo. Formación del firmamento, y causas segundas de las sublunares [...], Zaragoza, Herederos de Domingo la Puyada, 1685; Cartas escritas a los muy nobles Doctores don Francisco Redi [...] y al muy noble Doctor D. Juan Mathias de Lucas [...] en las quales se dize, que el sal Ácido y Alcali, es la materia que constituye los espíritus animales [...], Madrid, Imprenta Real, 1691.
Bibl.: J. M.ª López Piñero, “La contribución de Juan Bautista Juanini (1636-1691) y la introducción en España de la Medicina y la Ciencia Modernas”, y J. M.ª Morales Meseguer, “La introducción en España de la Psicología Médica Moderna: Las ‘Cartas’ (1691) de Juan Bautista Juanini”, en VV. AA., Actas del II Congreso Español de Historia de la Medicina, vol. I, Salamanca, Sociedad Española de Historia de la Medicina, 1965, págs. 403-422 y págs. 423-430, respect.
Luis Sánchez Granjel
