Dueñas, Rodrigo de. Señor de Tórtoles y Población de Cerrato. ?, s. XV-p. s. XVI – Medina del Campo (Valladolid), 16.I.1558. Consejero de Carlos V, mercader y prestamista.
De familia conversa (su abuelo había sido un “judío tornadizo”), dedicada a labores menestrales (su padre, Francisco, fue tintorero), llegó a convertirse en uno de los más opulentos mercaderes-banqueros castellanos del reinado de Carlos V, de cuyo Consejo de Hacienda formó parte. Avecindado en Medina del Campo, sus comienzos como mercader fueron modestos, comprando y vendiendo telas. Al poco, se inició en los arrendamientos de rentas reales participando en una compañía formada con su padre y con Pedro Cuadrado, que asumió la cobranza de las alcabalas, tercias y otros pechos de Medina del Campo entre 1524 y 1530. Su matrimonio con la hija de Pedro, Catalina Cuadrado, sin duda le sirvió para mejorar su posición y sus relaciones financieras, pues su suegro poco antes había sido tesorero de la bula de San Pedro en los obispados de Salamanca y Ciudad Rodrigo. Al socaire de las ferias medinenses, Rodrigo de Dueñas fue medrando, fomentando los tratos tanto con la comunidad de mercaderes-banqueros como las relaciones con los principales personajes encargados del gobierno de la Hacienda Real. Así, entabló un vínculo clientelar con el poderoso secretario Francisco de los Cobos, de cuyos asuntos se encargó de cuidar más de una vez ante el concejo de Medina del Campo. Con ambos fundamentos, la andadura de Dueñas como prestamista de Carlos V se afirmó a finales de 1529, poco antes de que el Emperador partiera a Italia, cuando en compañía del genovés Francisco Lomelin realizó su primer asiento de importancia, al aportar el 50 por ciento de un total de 145.000 ducados destinados a financiar el viaje a Italia. Durante los años siguientes, los negocios de Dueñas fueron prosperando al socaire de la expansión mercantil y financiera que caracterizó a la economía castellana en la primera mitad de la centuria.
Empero, tras el citado contrato, la participación de Dueñas en asientos con la Hacienda Real se detuvo durante años; tras una década de paralización, luego se fue intensificando de forma gradual y diversificada.
Tras dos tratos suscritos en septiembre de 1538 y octubre de 1540, entre 1543 y 1546 asentó otras siete operaciones financieras con Carlos V, que le convirtieron en el mercader-banquero castellano más destacado del período, precisamente cuando el secretario Cobos se encontraba al frente de las diversas instituciones de la regencia. Tras un nuevo préstamo concedido en junio de 1546, la suma prestada desde 1529 se elevó hasta 1.121.082 ducados en once asientos, que le reportaron un beneficio directo de 129.973 ducados, el 13,4 por ciento. Además, Dueñas suscribió otros negocios relacionados con la gestión de las rentas reales, los juros, el estanco de naipes, etc.
Como otros mercaderes-banqueros ennoblecidos, Dueñas procuró acrecentar su consideración social mediante la compra de propiedades rústicas y urbanas, así como con la adquisición de una patente de regidor en Medina del Campo. En consecuencia, con su búsqueda de mayor prez social, en 1553 fundó un mayorazgo en favor de su hijo Francisco, valorado en 59.293.425 maravedís. Este mismo año, Rodrigo de Dueñas alcanzó la cumbre de su protagonismo cortesano.
En febrero, el príncipe Felipe, en funciones de regente, decidió nombrarle miembro del Consejo de Hacienda, en donde se requería la presencia de alguien que “tuviese plática y experiencia en cosas de cambios, y que se entendiese con mercaderes”; al mismo tiempo, el príncipe alababa otras virtudes de Dueñas; era “hombre rico y de confianza”, y consideraba que “su industria y habilidad y bondad ha de aprovechar”.
Sin embargo, el nombramiento de Dueñas suscitó diversas opiniones críticas, como la del propio presidente del Consejo, Juan Suárez de Carvajal, que apreciaba que la entrada de un converso menoscababa el prestigio de la institución. Por otro lado, la estrecha relación de Dueñas con el duque de Alba, y su aspiración de ser nombrado teniente de la Contaduría Mayor de Hacienda en compensación por un adelanto de trescientos mil ducados dirigidos a las tropas de Italia, provocaron la enemiga del secretario Francisco de Eraso. Éste, que permanecía en Bruselas junto al Emperador, influyó para que en agosto de 1555 Dueñas fuera despedido del Consejo de Hacienda.
De regreso a Medina del Campo, Rodrigo de Dueñas, alejado de tráfagos mercantiles y financieros, se centró en mejorar su patrimonio inmobiliario y señorial.
Así adquirió una regiduría acrecentada por mil cien ducados, que incorporó al mayorazgo el 27 de marzo de 1557. Tras concluir su testamento, Dueñas falleció el 16 de enero de 1558. El cuerpo de sus bienes fue inventariado en octubre de 1560, con objeto de dividirlos entre el mayorazgo y sus demás herederos. La valoración alcanzó nada menos que 93.687.497 maravedís, casi 250.000 ducados: destacaban los activos financieros, el 72 por ciento, con más de 68 cuentos (39.980.000 de libranzas de créditos y 28.370.000 de censos y juros), seguidos de las mercancías, el 13,56 por ciento (12.710.000 maravedís), los bienes inmuebles, el 11,78 por ciento (11.970.000 maravedís), y, finalmente, el mobiliario, joyas y ajuar, con un 1,99 por ciento del total (1.660.000 maravedís). Sin duda, la significación de sus propiedades raíces superaba su valor real (8.684.608 maravedís), pues denotaban el encumbramiento alcanzado por Rodrigo de Dueñas: su casa en Valladolid, en la calle Empedrada, como residencia principal en la Corte; el palacio medinense, en la calle Santiago (en el que recibió a Carlos V, camino de Yuste, en noviembre de 1556); la finca con casa y huerta en la dehesa de Medina, solaz propio y de invitados, y otras dos pequeñas casas más en Medina del Campo. Fue, además, señor de las villas de Tórtoles y Población de Cerrato, y fundador del convento de Nuestra Señora de la Magdalena.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de Protocolos de Valladolid, leg. 7051, fols. 328-403.
E. Lorenzo Sanz (dir.), Historia de Medina del Campo y su tierra, II. Auge de las ferias. Decadencia de Medina, Valladolid, Ayuntamiento, 1986; R. Carande, Carlos V y sus banqueros, Barcelona, Crítica, 1990; J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales, “Conversos y elites de poder en Castilla durante la primera mitad del siglo XVI: Rodrigo de Dueñas, consejero de Hacienda de Carlos V”, en VV. AA., Las tres culturas en la Corona de Castilla y los Sefardíes, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1990, págs. 149-164.
Carlos Javier de Carlos Morales