Alfonso, Munio. ?, p. s. XII – Pozos de Algodor (Toledo), VIII.1144. Frontero castellano y segundo alcaide de Toledo por el emperador Alfonso VII.
Munio Alfonso se trata, en realidad, del prototipo del frontero castellano del siglo XII que, aprovechando el dominio cristiano sobre el Tajo, encuentra un nuevo espacio de actuación mucho más amplio.
La Crónica del Emperador Alfonso VII dedica a este personaje y a sus compañeros largos capítulos, que son en gran medida un canto a su labor en la vanguardia de la Reconquista, allí donde los repobladores y organizadores del nuevo orden todavía no habían llegado.
También se tienen noticias suyas a través de los Anales Toledanos.
De origen incierto, aunque es posible que gallego e hijo de un alférez de Raimundo de Borgoña llamado Alfonso Muñiz, Munio Alfonso se trasladó a la frontera castellana incorporándose a la expedición real de 1139 contra los almorávides. Los motivos que le llevaron a abandonar definitivamente su tierra fueron de orden personal y traumático: una tragedia familiar de la que él mismo fue protagonista, al provocar la muerte de una hija suya, determinó su transformación en frontero, el modo de vida más radical y arriesgado del momento, y la forma más adecuada según los contemporáneos de pagar por su horrible pecado, aunque su primera intención fue al parecer peregrinar a Jerusalén. El rey Alfonso VII, después de la conquista de Oreja, al parecer por recomendación del arzobispo de Toledo, encomendó a Munio la defensa de una pequeña fortaleza, el castillo de Mora, en lo más avanzado de las defensas cristianas de Toledo.
La posición era tan comprometida que, poco después de trasladarse a su nuevo castillo de Mora, Munio Alfonso fue apresado por los sarracenos, durante una descubierta, y conducido cautivo a Córdoba. Aunque recuperó la libertad, no pudo retener en sus manos el castillo que se le había encomendado, y que cayó en manos de los gobernadores almorávides.
A pesar de estas adversidades, Munio consiguió captar la adhesión de un grupo de compañeros de armas, gentes de Talavera, Madrid, Ávila y Segovia. Pronto la cuadrilla se hizo famosa por sus golpes de mano, celadas y encuentros favorables con agarenos y moabitas; incluso entre los islamitas corrió la voz, como si temieran la aparición de un nuevo Cid Campeador.
Fue entonces cuando Alfonso VII nombró a Munio Alfonso segundo alcaide de Toledo. Esta vez, con una misión todavía más compleja y arriesgada que la defensa de una pequeña fortaleza avanzada: la de coordinar la acción de todos los caballeros y peones de las ciudades y castillos, que estaban más allá de la sierra.
A todos puso allí bajo su obediencia, para que le siguieran cuando hubiese menester de ellos: fuese en sus habituales campañas de castigo por tierras del enemigo, o para realizar misiones concretas de contraataque y de defensa.
Durante la primavera de 1143, Munio organizó una entrada por la campiña cordobesa que, aunque se podría calificar de temeraria, terminó con una importante victoria sobre un ejército muy superior comandado por los gobernadores almorávides de Córdoba y Sevilla, Azuel y Abenzeta, quienes además perecieron en la contienda. El botín fue enorme y el recibimiento en Toledo de Munio y de los suyos espectacular.
Sin embargo, al año siguiente de este gran éxito, que había concitado la mayor animadversión por parte de los musulmanes, Munio Alfonso murió en el transcurso de una nueva expedición, y como consecuencia de una celada que le tendió el gobernador de Calatrava, Farax. Sus despojos —pues los islamitas se ensañaron con su cuerpo— fueron trasladados y enterrados en Toledo, en medio del dolor general y de solemnes funerales, a los que asistió el propio Alfonso VII.
Bibl.: H. Flórez, España Sagrada, vol. XXIII. Anales Toledanos, Madrid, Antonio Marín, 1767; A. López Ferreiro, Historia de la Santa A. M. Iglesia de Santiago de Compostela, vol. III, Santiago de Compostela, Imprenta y encuadernación del Seminario Conciliar Central 1900; L. Sánchez Belda (ed.), Chronica Adefonsi Imperatoris, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Escuela de Estudios Medievales, 1950; M. Pérez González, “El Reino de León en la Alta Edad Media. IV. La Monarquía (1109-1230)”, en Crónica del Emperador Alfonso VII, León, Universidad de León, 1993; M. Recuero Astray, Alfonso VII (1126-1157), Burgos, La Olmeda, 2003 (col. Corona de España, 19. Reyes de León y Castilla).
Manuel Recuero Astray
