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Francisco Montalvo y Ambulodi

Biografía

Montalvo y Ambulodi, Francisco. La Habana (Cuba), 1754 – Madrid, 1822. Militar, capitán general del Nuevo Reino de Granada, virrey del Nuevo Reino de Granada en el bienio 1816-1818.

Fue hijo del conde de Macuriges. Ingresó joven en la carrera de las armas, cosa que también hicieron sus hermanos Rafael, Ignacio y Pedro, todos ellos caballeros de la Orden de Santiago. Francisco fue un militar de prestigio familiar y estuvo en diversos escenarios de guerra, aunque no se distinguió precisamente por mandar tropas combatientes, ni realizar hechos de armas personales. Estuvo así con la expedición de Argel, luego el Río de la Plata con Cevallos y más tarde en Santo Domingo. En 1795 ascendió a brigadier y fue trasladado a Cuba, su tierra natal. En 1811 obtuvo el grado de mariscal de campo y ejerció como teniente del rey en La Habana y subinspector general de las tropas de Cuba. En 1812, la Regencia española le nombró capitán general de la Nueva Granada, en sustitución de Benito Pérez Valdelomar.

Llegó a América en el bergantín de guerra El Borja y se dirigió a las costas de Ríohacha en mayo de 1813 y posteriormente a Santa Marta, a donde desembarcó el 30 del mismo mes. Esta provincia era una de las pocas que seguían todavía la causa realista, pues casi todo el resto del Nuevo Reino de Granada se había proclamado independiente (quedaban otros reductos realistas en el sur del país) y Montalvo estableció su sede allí. No tenía apenas recursos, pero pudo sostener la causa del Rey frente a la presión de los patriotas cartageneros, que habían enviado otro contingente de tropas al río Magdalena bajo el mando del general Labatut (antiguo lugarteniente de Miranda en Venezuela). Felizmente, Montalvo llegó a Santa Marta cuando Bolívar emprendió su llamada “Campaña Admirable” desde Cúcuta en mayo de 1813, que le llevó a adentrarse en Venezuela para liberar Caracas del dominio español. Montalvo aprovechó la ocasión para liberar y fortificar la línea del Magdalena y el 14 de agosto de 1813 logró derrotar en Ciénaga Grande a los cartageneros. A fines de ese año 1813 recibió el nombramiento de capitán general de Venezuela, otro territorio pronto a independizarse.

Montalvo ordenó fabricar en Santa Marta moneda, ya que prácticamente no existía, pero fue una moneda que imitaba la macuquina o de baja ley, denominada caraqueña o de Santa Marta, que no tenía peso, ley, ni tipos fijos, por lo que se falsificó fácilmente.

Pese a todo, funcionó hasta diciembre de 1818, cuando fue recogida por orden real.

Tras la restauración de Fernando VII, Montalvo trató inútilmente que Cartagena aceptara el dominio español. Luego en abril de 1814 pudo recuperar Barranquilla, Sabanilla y Mompox. El 22 de julio de 1815 llegó a Santa Marta el Pacificador Juan Pablo Morillo, a quien Montalvo quedó prácticamente subordinado.

El 14 de agosto Morillo partió para Cartagena y Montalvo fue en su compañía. Antes envió por tierra la vanguardia de Tomás Morales con tres mil quinientos venezolanos. Las fuerzas de Morillo llegaron a Cartagena el 20 de agosto, cuando empezaron a desembarcar en Puntacanoa. A partir de septiembre se estrechó el cerco a la ciudad. Sus habitantes padecieron infinitas calamidades por el hambre y la epidemia. El sitio español duró ciento seis días, hasta el 6 de diciembre, cuando las tropas realistas entraron en la ciudad. Montalvo relató horrorizado el espectáculo que contempló en la heroica ciudad, con “cadáveres por las calles y casas; unos de los que acababan de morir al rigor del hambre, y otros de los que habían expirado dos o tres días antes, y que por ser en número considerable parece que no hubo tiempo para sepultarlos; otras personas próximas a fallecer de necesidad; una atmósfera sumamente corrompida que apenas permitía respirar; nada en fin se dejaba notar en estos infelices habitantes sino llanto y desolación”. La ciudad había perdido unos seis mil habitantes. Morillo impuso luego el castigo de los patriotas rebeldes más importantes y Montalvo hizo una proclama a los cartageneros tratando de explicarles sus “crímenes” y “el derecho de guerra” por el que se les fusilaba. Se pasaron por las armas nueve patriotas, entre los que se encontraba el general Manuel del Castillo, que había sido defensor de la plaza (24 de febrero de 1816). Morillo, que obtuvo el título de conde de Cartagena por su victoria, abandonó Cartagena y se dirigió a Bogotá, pero Montalvo continuó en la plaza portuaria, donde asentó su gobierno, ya que consideró absurdo permanecer al lado del general pacificador. Sus diferencias con Morillo eran ya evidentes. Montalvo era poco proclive a aplicar medidas militares contra los patriotas y Morillo le despreciaba porque jamás había estado en los campos de batalla al frente de tropas. Lo consideraba un oficial de carrera, pero poco efectivo. Los oficiales de Morillo se burlaban de él, pese a su grado de capitán general.

Montalvo suprimió los trabajos públicos ordenados a los rebeldes, por considerarlos una opresión, y restableció la Audiencia en Cartagena, prueba de su deseo de acabar con la barbarie de la guerra y de regresar a un Estado de Derecho.

El 28 de abril de 1816 fue nombrado virrey de Nueva Granada y tomó posesión unos meses después: el 6 de noviembre de 1816. Cesó en dicho cargo el 9 de marzo de 1818, cuando fue nombrado Sámano para el mismo. Montalvo le dirigió una gran relación de mando. Se embarcó entonces a La Habana y después a España, donde fue nombrado consejero de Estado, cargo que desempeñó hasta su muerte.

 

Obras de ~: [“Relación de mando”], en E. Posada, Relaciones de mando: memorias presentadas por los gobernantes del Nuevo Reino de Granada, Bogotá, Imprenta Nacional, 1910 (también en Los últimos virreyes de Nueva Granada: relación de mando del virrey Don Francisco Montalvo y noticias del virrey Sámano sobre la pérdida del reino (1803-1819), Madrid, Editorial América, 1918).

 

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Manuel Lucena Salmoral