Ayuda

Francisco Dionisio Vives y Planes

Biografía

Vives y Planes, Francisco Dionisio. Conde de Cuba (I). Orán (Argelia), 1767 – Madrid 15.IV.1840. Teniente general de los Ejércitos Nacionales.

Hijo de teniente coronel, sentó plaza de cadete en el 2.º Regimiento de Infantería Ligera de Cataluña el 20 de julio de 1784. Ascendió a subteniente de Infantería el 29 de octubre de 1788, y subteniente primero el 5 de junio de 1793. Con fecha 3 de enero de 1794 fue ayudante primero graduado de capitán, y el 13 de marzo de 1795 se le confirmó el empleo de capitán primero. El 5 de octubre de 1802 se le concedió el grado de teniente coronel de Infantería; el 22 de diciembre de 1808 el grado de coronel; el 4 de febrero de 1809 se le declaró sargento mayor efectivo y el 18 de marzo de 1810 comandante efectivo. Con fecha 19 de abril de 1811, alcanzó el empleo de coronel vivo y efectivo de Infantería; dos meses más tarde fue ascendido, el 23 de junio, a brigadier por méritos de guerra.

El 14 de octubre de 1816 se le concedió el empleo de mariscal de campo con motivo del cumpleaños de S. M., con la antigüedad de 30 de mayo de 1815, y el 8 de agosto de 1825 fue ascendido a teniente general. Desde 1784 hasta 1792 estuvo prestando servicio de su clase en su regimiento. Al comenzar la campaña contra la República francesa, sirvió en el Batallón de Voluntarios de la Frontera, unidad que, junto al Batallón de la Reina y el de la Legión de los Pirineos serviría luego al marqués de San Simón para formar el Regimiento de Borbón, en 1796. Asimismo sirvió, en esta campaña, como subteniente primero en el Regimiento de Infantería Ligera 2.º de Voluntarios de Barcelona, asistiendo durante el año 1793 a la ocupación del Rosellón, ataque a Millas y Thuir; batalla de Truillas; retirada de le Boulou el 1 de octubre, y ataques del 3 y 4 de dicho mes en el campo de Le Boulou y Batería de la Sangre, donde sin duda coincidió con el que sería mariscal de campo, Joaquín de Osma y Tricio, que allí se hallaba. El nombre de Batería de la Sangre fue reconocido, y mantenido posteriormente, por los contendientes de ambas naciones, porque la noche del 14 de octubre de 1793 se desarrolló un combate cuerpo a cuerpo durante más de seis horas, que dejó el campo empapado en sangre.

En el año 1794 como ayudante primero y ya graduado de capitán, asistió a los ataques del Puig de la Quella cubriendo la retirada el 1o de mayo; en el de San Lorenzo de Muga; en los ataques que dieron los franceses en Llers y Serrat de la Font; en los del 13 de agosto en Terradas y la toma de su batería. En la retirada de la Salud el 17 de noviembre se encargó voluntariamente de salvar un cañón y lo consiguió. Se presentó a continuación en la Magdalena, cuyo punto cubrió hasta la retirada el 20 de noviembre.

En el año 1795 fue sargento mayor del Tercio de Migueletes, con el que pasó a Besalú y mandando la vanguardia de las tropas de aquel punto como capitán primero. Se halló en las acciones del 26 de mayo, 7 y 14 de junio y demás que concurrieron en la izquierda del ejército, en cuyo punto prestó servicio de mayor general.

De 1796 a 1800 estuvo de campaña con el Ejército de la Izquierda. En 1801 asistió a la campaña de Portugal y en ella a las acciones de Arronches y Marvao. A mediados de noviembre de 1805 partió para Etruria con el Batallón de Voluntarios de Cataluña, unidad de infantería ligera compuesta por mildoscientoshombres hombres, al mando del coronel Terra Veglias, donde serviría a las órdenes del general Gonzalo O’Farril. En Etruria permanecieron nuestras tropas cerca de quince meses, saliendo en 1807 hacia Dinamarca para reunirse con la expedición del marqués de la Romana que había salido de España. El punto de encuentro era Maguncia, adonde llegaron a mediados de junio.

El capitán Vives y Planes estuvo, pues, en Etruria, Pomerania y Suecia; asistió al sitio de Stralsund y a la ocupación de las islas de Fionia, Taasigg y Langeland, donde mandó las tropas españolas destinadas a su defensa.

Vives y el subteniente Juan Antonio Fábregues, ambos del 1.º de Voluntarios de Cataluña, tuvieron el mérito de conseguir establecer contacto con los barcos ingleses que patrullaban constantemente las costas del archipiélago danés, lo que facilitó enormemente la llegada de noticias de los sucesos de España, y la consiguiente huida de nuestras tropas en barcos ingleses, para retornar a la Península y ponerse al lado de los que ya luchaban contra los franceses en el comienzo de la Guerra de la Independencia. La mayoría de la expedición arribó al puerto de Santander en los primeros días de octubre de 1808.

Durante el año 1808, asistió al reconocimiento de Durango el 27 de octubre; al ataque de Soruvia el 31 del mismo mes; batalla de Balmaseda; batalla de Espinosa de los Monteros y retirada de aquel punto.

En 1809, estuvo en el ataque y conquista de Villafranca del Bierzo el 18 de marzo, en la que provocó la rendición de los enemigos; en la acción de Lugo el 19 y 21 de mayo; el 18 de octubre en la de Tamames; el 23 de noviembre en la de Medina del Campo; en la de Alba de Tormes el 28 del mismo mes, con la División de vanguardia que, formada en cuadro, rechazó cuatro cargas de caballería enemiga muy superior en fuerzas. Durante el año 1810 continuó en campaña, hallándose el 11 de agosto en la acción de Cantalgallo y retirada de aquel punto, mandando el 1.º de Cataluña.

En 1811 se halló en la línea de Portugal, de donde regresó a España con el mismo cuerpo mencionado más arriba, acudiendo al socorro de la plaza de Badajoz, tomando la batería del Almendro a la bayoneta el 7 de febrero; asistió el 9 del mismo mes a la segunda salida que hicieron las tropas para desalojar la caballería francesa; estuvo presente, también, en la batalla del puente de Évora, el día 19 de ese mes de febrero, auxiliando la caballería del ejército; cubrió el punto avanzado de Guadalcanal, hasta que atacado por todas las fuerzas enemigas tuvo que replegarse a Llerena; el 19 de mayo cubrió la marcha del ejército expedicionario, rechazando un grueso de caballería, que quería romper por la Torre; asistió a la batalla de la Albuera el 16 de mayo, cubriendo el flanco derecho de la 3.ª División del general Ballesteros, siendo su Batallón uno de los tres que cargaron a la bayoneta y rechazaron a los polacos que habían roto la línea, por cuya acción obtuvo el grado de brigadier.

El 26 de abril había sido nombrado director del colegio de cadetes del 5.º Ejército y gobernador interino del castillo de Alburquerque, corriendo a su cargo la reparación del mismo; concluida la obra pasó al cuartel general en el mes de noviembre, para la formación del Regimiento 1.º Provisional.

El año 1812 lo pasó de operaciones y, cuando fue reconquistada la plaza de Ciudad Rodrigo, fue nombrado gobernador interino sufriendo dicha ciudad, durante su mando, el bloqueo a que la sometió el mariscal Marmont.

En 1813 desempeñó el cargo de comandante general de Castilla la Vieja, hasta el mes de junio que, en respuesta a su solicitud, pasó a mandar la 2.ª Brigada de la 2.ª División del 4.º Ejército, con la que se halló en el bloqueo de Pamplona desde el 27 de julio hasta la rendición; fue el primer jefe encargado de la capitulación y estuvo al mando de la ciudadela hasta que salió de ella la División.

En el transcurso del año 1814, se encontró en el paso del río Adour en la noche del 26 al 27 de febrero, auxiliando y sosteniendo a las tropas británicas; en el reconocimiento que los ingleses hicieron sobre la ciudadela de Bayona la tarde del 28 del mismo mes y en el bloqueo de dicha ciudad de Bayona hasta el 30 de abril, que se hizo la paz, ejerciendo de comandante general de la 2.ª Brigada de la 2.ª División del 4.º Ejército, hasta el 10 de noviembre de 1816.

Desde el comienzo de su participación en la Guerra de la Independencia, hasta fin de abril de 1812, sirvió en las siguientes unidades: 1.º de Voluntarios de Cataluña; Voluntarios de Gerona; 1.º Provisional de Infantería del 5.º Ejército; 1.º de Sevilla de Infantería de línea; 1.º Provisional como coronel vivo y efectivo, y continuó en él como brigadier, tras su ascenso el 23 de junio de 1811, hasta finales de 1812, pasando después a mandar el Regimiento de Navarra, estando en el cual fue ascendido a mariscal de campo el 14 de octubre de 1816.

Durante los años 1815 y 1816 prestó servicio de su clase en Madrid como jefe de la comisión de jefes y oficiales establecida en dicha ciudad, a las inmediatas órdenes del ministro de la guerra. Continuando en dicha comisión hasta el 28 de noviembre de 1819 en que fue nombrado enviado extraordinario y ministro plenipotenciario a los Estados Unidos de América. En dicho destino permaneció hasta el 1 de octubre de 1821 en que cesó en sus funciones diplomáticas. No obstante, habiendo dado pruebas de celo, laboriosidad y suficiencia y estando S. M. satisfecho de sus servicios, así se lo manifestó. Es decir que ejerció de diplomático también con el Gobierno Constitucional.

Quedó de cuartel en Madrid hasta el 9 de agosto de 1822, que se le nombró comandante general del 3.er distrito militar, o sea Castilla la Vieja, en cuyo mando continuó hasta el 12 de noviembre del mismo año que fue designado capitán general del Ejército de la Isla de Cuba, de cuyo cargo tomó posesión el 2 de mayo de 1823.

Durante el Trienio Liberal había contraído matrimonio con Casta María de Cires y Cobos, natural de Toro (Zamora), en la parroquia de San Ildefonso, de Madrid, el 11 de diciembre de 1822. Por Real Orden (R. O.) de 5 de febrero de 1823 se le concedió el beneficio del Montepío, y por orden de 18 de agosto del mismo año se aprobó el matrimonio.

Continuó en el cargo de capitán general de Cuba, siendo ascendido a teniente general con fecha de 8 de agosto de 1825. Se le dio esta fecha como antigüedad en el empleo mencionado porque, habiéndose extraviado la verdadera fecha, se consideró que era la justa, al estar situado, en su escalafón, entre José Aymerich, que fue ascendido el 13 de junio, y Antonio García Conde que lo fue en la citada del 8 de agosto.

Siguió en Cuba hasta diciembre de 1831 en que pidió el relevo; petición que fue atendida. En 1832 emprendió la vuelta a la Península, no cesando en realidad en el cargo, hasta que tomó posesión, el 15 de mayo, su sucesor Mariano Ricafort Palacín y Abarca, también teniente general.

Los sucesos más importantes en los que se vio implicado durante su mandato en la Isla de Cuba fueron: la conspiración denominada de los “Soles y Rayos de Bolívar”, que pretendía librarse del dominio de España y crear la república de Cubanacan. Comenzó en 1823 con la prisión de Lemus en Guanabacoa, y concluyó con los sangrientos hechos de Puerto Príncipe en 1826; el establecimiento de los buques correos entre La Habana y la Península; la división de la Isla en tres departamentos; la caída del sistema constitucional; la expedición de Barradas contra Méjico en 1829; la conspiración del “Águila Negra”, etc. A su salida de Cuba dejó un recuerdo de su actuación, que a algunos dejaba satisfechos, y a otros no tanto. Lo que es indudable es que fue un hombre recto y bien intencionado. El Rey le nombró conde de Cuba.

Al llegar a Madrid, quedó de cuartel en dicha capital hasta el 23 de agosto de 1833, que fue nombrado capitán general del Reino de Valencia y Murcia y presidente de la Real Audiencia, en cuyo cargo continuó hasta el 13 de diciembre del mismo año en que fue relevado y volvió a quedar de cuartel en Madrid.

Así siguió hasta el 4 de junio de 1834 que se le nombró decano de la sección de guerra del Consejo Real de España e Indias. El 29 de septiembre de 1836 se extinguió el susodicho Consejo y, el general Vives, quedó de nuevo de cuartel en Madrid.

En dicho estado continuó el conde de Cuba, hasta el 15 de abril de 1840 en que, a las diez y media de la noche, falleció en la capital del Reino.

Inexplicablemente, en la hoja de servicios de Francisco Dionisio Vives y Planes, que figura en el Archivo General Militar de Segovia, y que está redactada a petición de su hija en 1867, no figura ninguna condecoración. Tan sólo se hace mención a que, con fecha 27 de diciembre de 1822, es decir con el Gobierno Constitucional, las Cortes extraordinarias promulgaron un decreto declarándolo benemérito de la Patria. El 15 de enero de 1823 se le expidió el correspondiente diploma.

No obstante, en su expediente personal custodiado en el Archivo General Militar de Segovia se puede ver la relación de sus condecoraciones y títulos, que es la siguiente: Cruz de 3.ª Clase de San Fernando por la rehabilitación del fuerte de Alburquerque y la defensa de Ciudad Rodrigo, otorgada el 5 de marzo de 1816; Escudo de la Fidelidad; Cruz del Ejército de la Izquierda; Medalla de la acción de Tamames; Medalla de la acción de Medina; Cruz de la batalla de la Albuera; Cruz del bloqueo de Pamplona; Cruz del sitio de Bayona; Estrella del Norte (todas ellas por la expedición del Marqués de la Romana y la Guerra de la Independencia); Gran Cruz de San Hermenegildo (3 de julio de 1822); Gran Cruz de Isabel la Católica (29 de julio de 1822); Gran Cruz de Carlos III (8 de febrero de 1824); gentilhombre de cámara de S. M. con ejercicio (2 de diciembre de 1829). Se le concedió el título de conde de Cuba por Real Orden de 3 de junio de 1833.

Carrasco y Sayz, en su Icono-biografía del Generalato español, redactada en 1901, menciona la existencia, en la Capitanía General de Cuba, de un cuadro del general Vives, el cual se encuentra hoy en día en el Archivo General de Indias de Sevilla, pues vino a España con el resto de retratos de los capitanes generales de aquella isla y con la documentación de la Capitanía General.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exp. personal de D. Francisco Dionisio Vives y Planes.

A. Carrasco y Sayz, Icono-biografía del Generalato Español, Madrid, 1901; G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1981.

 

Vicente Alonso Juanola

Personajes similares