Álvarez de Toledo Osorio, Fadrique. Marqués de Villafranca del Bierzo (VII). Madrid, 27.II.1635 – 9.VI.1705. Aristócrata, militar y gobernante.
Hijo de Fadrique Álvarez de Toledo, primer marqués de Villanueva de Valdueza, y de Elvira Ponce de León. Su esposa fue Manuela de Córdoba y Cardona, hija de los duques de Sesa, Antonio de Córdoba y Teresa Pimentel. Además de marqués de Villafranca, sucedió también en los títulos de IV duque de Fernandina, II marqués de Villanueva de Valdueza, conde de Peña Ramiro, príncipe de Montalván, señor de Cabrera y Ribera, Coto de Balboa, Valle de Losada y Matilla de Arzón. Su hijo, José Álvarez de Toledo y Córdoba, le sucedería en sus títulos y estados.
Fue nombrado capitán general de las galeras de Sicilia en 1663, cargo que —según Fernández de Navarrete— ocupó tres años después tras asistir al viaje de la emperatriz Margarita a Austria. Al frente de dicha escuadra, asistió al socorro de Candía. Capitán general de las galeras de Nápoles (1670). En 1670 (o 1671, ya en España) rehusó el virreinato de Nueva España.
En 1671, cuando Pedro de Aragón pasó como embajador a Roma, fue virrey interino de Nápoles hasta la llegada del marqués de Astorga. Había sido nombrado virrey de Sicilia en 1673, aunque no llegó a Milazzo hasta el 23 de diciembre de 1674, en plena revuelta de Mesina, ejerciendo dicho cargo durante algo más de año y medio. El 22 de septiembre de 1676 tomó posesión su sucesor, Anielo de Guzmán, marqués consorte de Castel Rodrigo, cuyo nombramiento había sido apoyado en la Corte por el favorito Fernando de Valenzuela. Durante su breve virreinato, Villafranca dirigió la guerra contra los rebeldes mesineses ayudados por Francia. En líneas generales, aquellos meses contemplaron un retroceso de las posiciones hispanas y se saldaron con desastres como el sufrido por los barcos españoles en aguas de Mesina, el 5 de noviembre de 1675, o la batalla naval de Palermo del 2 de junio de 1676. El mal estado de los barcos hispanos y la descoordinación en el mando impidieron aprovechar la ayuda que suponía la presencia de un socorro naval holandés dirigido por el almirante Ruyter. Pero lo más grave fue la dura oposición que las órdenes de Villafranca encontraron en el jefe de las armas navales hispanas, Andrea D’Avalos, príncipe de Montesarchio. El príncipe, que consideraba excesivamente arriesgado exponer sus barcos a un enfrentamiento con los franceses, se enfrentó abiertamente con el virrey, optando en cambio por una peligrosa inactividad.
Montesarchio criticaba, entre otras cosas, su desconocimiento de las cuestiones navales, cosa que bien podía ser cierta, pues pese a los cargos marítimos que había tenido, no los había ocupado efectivamente durante mucho tiempo. En cualquier caso, tras su virreinato en Sicilia, fue nombrado gobernador de las Galeras de España en julio de 1677, y llegó a ser también teniente general de la Mar. El 26 de junio de 1691, tras la caída de Oropesa, entró a formar parte del consejo de Estado en una promoción de siete nuevos miembros. En sustitución del conde, desempeñó también la presidencia interina (gobernador) del Consejo de Italia (2 de julio de 1691), cargo que ocuparía en propiedad desde el 16 de julio de 1698.
A finales de 1694 y comienzos de 1695, al menos, era comisario del enviado palatino. Por entonces formó parte del grupo de consejeros de Estado que, encabezados por el cardenal Portocarrero, pidió la expulsión de los protegidos de la Reina (Berlips y Wiser, entre otros). Tras la orden de destierro del conde de Monterrey, el 23 de noviembre de 1699, se unió a quienes, como Leganés o Mancera, pidieron a Portocarrero y al embajador Harrach que trataran de evitarla. En la consulta del Consejo de Estado de julio de 1700 se inclinó decididamente en favor de la sucesión francesa.
Tras la muerte del Rey, fue nombrado mayordomo mayor de Felipe V, y en 1702, miembro del Consejo de Gabinete (o junta de Gobierno), creado por el Rey para asesorar a la reina María Luisa de Saboya durante el viaje del Monarca a Italia. Fue gentilhombre de cámara y ostentó las dignidades de caballero de la Orden de Santiago (comendador de Valderricote desde el 30 de enero de 1644, dignidad XIII), caballero de la Orden francesa de Sancti Spiritus (1702).
Bibl.: F. J. de Garma y Salcedo, Theatro Universal de España: descripción Eclesiástica y Secular de todos sus Reynos y Provincias en General y Particular [...], vol. IV, Madrid, 1738, pág. 123; E. Fernández de Navarrete, “Libro donde se trata de los virreyes lugartenientes del reino de Nápoles y las cosas tocantes a su grandeza”, en Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, t. XXIII, Madrid, Viuda de Calero, 1853, págs. 533-536; J. A. Escudero, Los Orígenes del consejo de Ministros. La Junta Suprema de Estado, vol. I, Madrid, Editora Nacional, 1979, pág. 34; F. Barrios, El consejo de Estado de la Monarquía española, 1521-1812, Madrid, Consejo de Estado, 1984, págs. 400-401; G. Maura y Gamazo, Duque de Maura, Vida y reinado de Carlos II, Madrid, Aguilar, 1990; L. Ribot, La Monarquía de España y la guerra de Mesina (1674-1678), Madrid, Actas, 2002.
Luis Ribot García
