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Juan de Moncayo y Gurrea

Biografía

Moncayo y Gurrea, Juan de. Marqués de San Felices (II). Zaragoza, c. 1600 – ?, 1656 post. Poeta.

Hijo de Francisca de Gurrea y Cerdán y de Miguel de Moncayo y Celdrán, Juan se convirtió en heredero del marquesado de San Felices cuando el 9 de julio de 1634 Felipe IV concedió el título a su madre, viuda entonces. El marquesado adquirió la denominación de San Felices de Aragón con posterioridad, en 1896.

Juan, que había heredado el marquesado a la muerte de su madre en 1635, estuvo en la Corte de Madrid entre 1631 y 1636, en donde obtuvo hábito de Santiago y la encomienda de Montalbán. Allí frecuentó los ambientes literarios, tan concurridos de caballeros, hasta el punto de que mereció los elogios de Lope de Vega, Félix Hortensio Paravicino y Salcedo Coronel.

Igualmente, merced a su destacada afición por el teatro, se hizo asiduo de los corrales de la Corte, retratando en su posterior poema de Atalanta a algunas de las actrices más célebres del momento.

Tras este breve período capitalino regresó a Zaragoza, ciudad en la que transcurrió el resto de su vida. Caballero culto y erudito, mantuvo estrecha relación con el grupo aragonés de Andrés de Ustarroz y se preció de mantener amistad con Baltasar Gracián. Patrocinó una tertulia literaria en la que se daban cita ingenios seguidores de Góngora y fue miembro de la academia que presidía el conde de Lemos y que se reunía en su palacio.

Concurrió igualmente a las academias convocadas por el conde de Andrade y el marqués de Osera.

Su obra poética, escueta al menos la impresa, de estilo gongorino, se reduce a Rimas (Zaragoza, 1652) —probablemente existiera una edición anterior perdida, la de Lérida de 1636—, que contiene infinidad de metros, poemas y panegíricos bíblicos, heroicos y de circunstancias, además de cinco fábulas en octavas reales o en romances: “Júpiter y Leda”, “Venus y Adonis”, “Júpiter y Calixto”, “Los Titanes” y “Ariadna”.

Salieron de las prensas precedidas de un buen número de poesías laudatorias —de J. F. Andrés, Miguel Leonardo de Argensola, Alberto Díaz, Manuel Salinas y Lizana, Juan Orencio de Lastanosa y Luis Abarca de Bolea, entre otros— y reproducen la temática de la poesía barroca aragonesa.

Posteriormente entregó a la imprenta su celebrado Poema trágico de Atalanta e Hipomenes (Zaragoza, 1656), composición de doce cantos sobre una heterogénea temática que abarcaba desde el origen, reyes, linajes y figuras ilustres del reino de Aragón, hasta el elogio de la literatura y de sus figuras contemporáneas más significadas.

También es autor de un Elogio al Encumbramiento de las musas de Francisco de la Torre, y se presume que a su ingenio se debe El mayor teatro. Algunos versos suyos aparecen en el Catálogo Real de España y en Entretenimiento de las Musas.

Su estilo poético recuerda notablemente el culteranismo de Góngora, aunque se deja notar la influencia de los hermanos Lupercio y Bartolomé Leonardo de Argensola, como máximos exponentes de la lírica aragonesa de la época.

 

Obras de ~: Rimas, Zaragoza, Diego Dormer, 1652 (ed., introd. y notas a cargo de A. Egido, Madrid, Espasa Calpe, 1976); Poema trágico de Atalanta y Hipomenes, Zaragoza, Diego Dormer, 1656.

 

Bibl.: F. de Latassa y Ortín, Bibliotheca nueva de los escritores aragoneses que florecieron desde el año 1500 hasta [1802], Pamplona, Joaquín de Domingo, 1798-1802; M. Romera- Navarro, “Dos aprobaciones de Gracián”, en Hispanic Review, vol. 8, n.º 3 (1940), págs. 257-262; A. Egido, La poesía aragonesa del siglo XVII, el culteranismo, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1979; J. M. Blecua, La poesía aragonesa del Barroco, Zaragoza, Guara, 1980, pág. 191; G. Fatás Cabeza (dir. y coord.), Aragoneses Ilustres, Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1983; R. Gullón, Diccionario de Literatura Española e Hispanoamericana, vol. I, Madrid, Alianza Editorial, 1993, pág. 1050.

 

Santiago Martínez Hernández