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José Cecilio del Valle

Biografía

Valle, José Cecilio del. Cholulteca (Honduras), 22.XI.1780 – Guatemala, 2.III.1834. Literato, economista y político independentista hondureño.

Sus padres fueron don José Antonio Díaz del Valle y de doña Gertrudis Díaz del Valle, criollos, de buena posición económica, y terratenientes dedicados a la agricultura y ganadería. Otros parientes cercanos de José del Valle además de la ganadería se dedicaron a la política. Su bisabuelo, José Díaz del Valle, quien llegó a tener en sus haciendas más de dieciséis mil cabezas de ganado, fue alférez mayor y regidor perpetuo de Choluteca, y de origen andaluz. En su escudo familiar llevaba una leyenda que decía “El que más vale no vale tanto como vale Valle”. Su primo Dionisio de Herrera fue jefe de estado de Honduras (1824) y de Nicaragua (1830), era hijo de Paula Díaz del Valle y de Juan Jacinto Herrera y Rivera, quien también fue teniente de Milicias y alcalde mayor de Tegucigalpa.

Los padres de José Cecilio del Valle, deseosos de educar a su hijo de la mejor manera y no encontrando en la provincia de Honduras un centro adecuado, se trasladaron a Nueva Guatemala, capital del Reino de Guatemala, en 1789. A los 12 años de edad, el joven José asistió por un tiempo a la escuela de los hermanos betlemitas y posteriormente al Colegio Tridentino con el fin de aprender latín. Al terminar en la escuela primaria, José del Valle se convirtió en discípulo de José Antonio de Liendo y Goicoechea. Este le abrió la puerta y “despejó las vías que Valle debía recorrer como hombre de ciencias y letras”.

En 1791 ingresó en la Universidad de San Carlos Borromeo, donde estudió Derecho Civil y Canónico. Se graduó de bachiller en filosofía en 1794. En 1795 falleció su madre, lo que lo llevó a interrumpir sus estudios, aunque se graduó en Leyes en 1799. En 1803 obtuvo el título de abogado y comenzó a ejercer su profesión de inmediato. Continuó sus estudios sobre Idiomas, Derecho, Economía, Ciencias Naturales, Políticas, Finanzas, Historia, Geografía, y Matemáticas. El 12 de octubre de 1812, contrajo matrimonio con Josefa Valero Morales, originaria de Comayagua.

Por su conducta intachable, por sus sólidos y vastos conocimientos de las leyes de Castilla e Indias y en su calidad de hijodalgo, Valle tuvo casi el mismo privilegio que los españoles. Entre 1803 y 1821, fue funcionario del gobierno colonial. En mayo de 1805, Valle fue nombrado diputado interino de la Comisión Gubernativa de consolidación, defensor de Obras Pías y censor de La Gaceta de Guatemala. En febrero de 1806 se convirtió en asesor del Consulado de Guatemala. En marzo del año siguiente fue nombrado fiscal del juzgado de los Reales Cuerpos de Artillería e Ingenieros del Reino y, en abril de 1808, asesor de los Reales Cuerpos de Artillería e Ingenieros del Reino. Su vasta experiencia laboral en asuntos de la administración pública durante el periodo colonial (1803-1821) le había revelado a Valle las “debilidades” de Centroamérica, lo que le hizo dudar de la capacidad de ésta para ejercer su autonomía como nación y adoptar una postura moderada y reformista antes de proclamar la independencia.

En 1809 fue elegido por León de Nicaragua diputado para la Junta Suprema de España. Fue profesor de economía política desde 1812. La promulgación de la Constitución de Cádiz en España tuvo sus repercusiones en Centroamérica. A raíz de la invasión francesa a España en 1808, el caos político correspondiente en la península ibérica tuvo su repercusión en Centroamérica, destacándose en la Cortes de Cádiz el presbítero costarricense Florencio del Castillo (1778-1834).

Los liberales centroamericanos comenzaron a propagar la idea de la independencia, ante la oposición del régimen colonial. En 1811 se llevaron a cabo en San Salvador y Nicaragua, los primeros actos de insurrección en contra el gobierno de la colonia española, actos que fueron duramente reprimidos por el capitán general, José de Bustamante y Guerra. Al año siguiente (25 de noviembre de 1812), se celebraron en Centroamérica las primeras elecciones para ayuntamientos y diputaciones. Así, los liberales intentaban crear las primeras instituciones democráticas, a pesar de la hostilidad de Bustamante, fuerte opositor a la constitución de Cádiz.

Durante estos hechos, Valle no solo no se mantuvo al margen de los mismos, sino que recibió nuevas muestras de consideración y fue nombrado con el cargo de auditor de Guerra del Ejército y Provincia de Guatemala. Sus adversarios lo consideraron un opositor de la independencia. Sin embargo, historiadores y su mismo adversario político, Pedro Molina, aseguran que Valle “era como buen americano amigo de la independencia; pero como hombre prudente sabía esconder sus tendencias”. Los escritos de Valle revelan que siempre creyó en el derecho de las naciones a obtener su libertad, pero pensó que no era el momento justo de proclamar la independencia y la condicionó bajo el argumento que debía oírse el voto de todas las provincias antes de emitir un juicio final.

En marzo de ese año, cuando Fernando VII se vio obligado a restaurar la Constitución de 1812. Se llevaron a cabo en Guatemala elecciones de representantes legislativos y ejecutivos, oportunidad en la que Valle fue elegido alcalde de la Ciudad de Guatemala a comienzos de 1821, desempeñando este cargo hasta mayo de ese año cuando fue nombrado auditor de Guerra. El 15 de septiembre de este año Centroamérica logró su independencia de España. Declarada la libertad de imprenta, el doctor e independentista Pedro Molina Mazariegos fundó El Editor Constitucional a través del cual promovió la independencia. Valle, a su vez, fundó El Amigo de la Patria, periódico en el que combatió las ideas políticas de Molina. Si Molina era la bandera del radicalismo, Valle representaba la idea moderada. Las apuestas de Molina y Valle dieron lugar al nacimiento de dos partidos políticos: Los “Gazistas” del cual Valle era el jefe y los “Cacos” liderados por Pedro Molina. Ambos se fueron a elecciones para diputados a cortes, imponiéndose el partido de Valle. Pero los “Cacos” lograron una victoria al deshacerse del Capitán Urrutia y en su lugar colocaron al subinspector del ejército Gabino Gainza el 9 de marzo de 1821. Gainza era un hombre de edad avanzada y de carácter débil y voluble.

En México, la revolución obtuvo un completo triunfo y a través del Plan de Iguala declaró su independencia total de España el 24 de febrero de 1821. Con tal suceso, creció el deseo de los liberales guatemaltecos, y condescendiendo Gainza a sus peticiones, convocó a una Junta Consultiva Provisional para que en ella se decidiera la marcha política del país, de la que Valle fue miembro en representación de Comayagua.

La Junta suprimió el Gobierno de España, conservando el organismo gubernativo de la colonia. Además, decidió mantener transitoriamente las leyes y autoridades españolas. Asimismo, estableció que las provincias eligieran a sus representantes para formar el congreso. Dicho congreso se reuniría el 22 de marzo de 1822 para que ratificase la independencia, conformase la constitución y las bases del nuevo gobierno. Durante estos hechos, Valle actuó con gran prudencia y sentido político, comprendió que con la independencia se había dado un salto importante, aunque peligroso, y que era necesario evitar una “caída mortal”. También entendió que debía hacerse una “transición conciliatoria, una verdadera evolución social”.

Se le encomendó a Valle la formación de un plan administrativo, quien se encargó personalmente del ramo de rentas, departamento que según él era la “columna de bronce” donde descansaba la independencia. Trabajó incansablemente en la formación del nuevo gobierno, pero los liberales rompieron el clima de cooperación existente al pedir la destitución de empleados sospechosos de tener conexiones con el antiguo régimen de la colonia. Esta participación de los liberales en asuntos del gobierno enfureció a las familias ilustres, quienes vieron sus privilegios de clase superior amenazados. Esto dio lugar al nacimiento de dos partidos políticos: los conservadores y los liberales, quienes, a partir de entonces, serían incapaces de trabajar en beneficio de la nación. Este marcado divisionismo político, unido a la fragilidad de sus instituciones, dio lugar a que el futuro de Centroamérica girara alrededor de los acontecimientos en México.

En la Junta Consultiva Provisional, Valle se había mostrado partidario de esperar el resultado de los sucesos de México y de que se consultara al resto de América central, pero terminó adhiriéndose a la independencia y redactó el acta. En 1821 abandonaba enteramente sus conexiones afectivas con el régimen colonial, a raíz de una famosa polémica sostenida con Pedro Molina, quien combatía la idea “evolutiva” de Valle en el periódico El Editor Constitucional, órgano de la revolución. La figura de Valle se encontraba estrechamente ligada a la independencia de Centroamérica. Supo realizar la transición política del período colonial a la época independiente. De línea moderada, pasó de opositor de la independencia, a ser un defensor de la misma, luego que esta se había adoptado.

El 28 de noviembre de 1821, se dio cuenta a la Junta Provisional de un documento proveniente del despacho de Agustín de Iturbide, donde se argumentaba que Guatemala carecía de elementos para asegurar su autonomía, para librarse de la amenaza extranjera, y para constituirse como nación. Proponía a los guatemaltecos formar un gran imperio con México, bajo el Plan de Iguala. Esta sugerencia de Iturbide garantizaba, entre otras cosas, la continuidad del sistema monárquico de gobierno. Como medida de presión, el emperador mexicano anunciaba la movilización de tropas mexicanas hacia la frontera, bajo la excusa de que sus intenciones eran las de proteger al pueblo guatemalteco.

Como consecuencia de las acciones provocadoras de Iturbide surgieron dos alianzas: los anexionistas y los independentistas. En Honduras había una marcada división entre Comayagua, por la anexión, y Tegucigalpa, en contra. Asimismo, en Nicaragua ocurría un caso similar, mientras Costa Rica se mantenía neutral. Solo San Salvador mantenía firme su lealtad al Acta de Independencia.

El grupo de los anexionistas, formados en su mayoría por miembros del partido conservador y las familias ilustres, se aprovecharon del divisionismo surgido en las provincias, producto de la carta enviada por Iturbide. Seguros de que este podría construir un durable imperio, en donde ellos podrían continuar unidos a España y por ende mantener sus privilegios, ejercieron su influencia en favor de la anexión.

La junta nombrada el día de la independencia, ante el temor de una posible invasión mexicana, en lugar de esperar que el congreso decidiera sobre la independencia absoluta de Centroamérica tal y como estaba previsto, determinó el 30 de noviembre, que los ayuntamientos decidieran en cabildo abierto sobre la anexión en un plazo breve.

El 5 de enero de 1822, se reunió nuevamente la Junta Consultiva, con el fin de determinar de una vez el asunto de la anexión. Se hizo el escrutinio de los votos recibidos y resultó que faltaba todavía el voto de 68 ayuntamientos. Además, en los votos recibidos no existía una definición clara del deseo de cada uno de los pueblos. Las declaraciones se repartían en aceptar la anexión, dejar que el Congreso decidiera, aceptar la anexión bajo condiciones o aceptar la decisión de la Junta Consultiva. En el posterior debate, Valle se opuso enérgicamente a la anexión, argumentando que aún con todos los inconvenientes existentes, Guatemala era una nación grande y que contaba tanto con los recursos naturales como con el material humano para salir adelante. También advirtió de que la decisión final sobre la anexión no era un asunto que correspondiera a Iturbide y a “las familias ilustres”, sino a todo el pueblo de Guatemala. Pero sus esfuerzos fueron en vano, porque la mayoría de la Junta Consultiva, liderada por Gabino Gainza, e influida por los conservadores, determinó que Guatemala no tenía los elementos para constituirse como nación independiente. Ellos concluyeron que, si el país quería gozar de los beneficios de la paz y de la libertad, debía unirse al imperio de Iturbide. Fue así como estos declararon la anexión del antiguo Reino de Guatemala a México. Consumada la anexión a México, la Junta Consultiva se disolvió el 22 de febrero de 1822.

Valle, muy decepcionado, se retiró a la vida privada, consolándose en el estudio y el cultivo de las letras, hasta que el 10 de marzo, poco antes de declinar al cargo ofrecido, Valle fue electo Diputado por Tegucigalpa y el 19 del mismo mes Diputado por Chiquimula. Aceptó el cargo de estos pueblos porque lo consideraba un deber patriótico. El día 7 de mayo de 1822 José del Valle salió rumbo a México, capital, donde arribó el 28 de julio de 1822, cuando Agustín de Iturbide ya había sido coronado. El 3 de agosto, Valle fue juramentado, dos días más tarde se le nombró miembro de la comisión encargada de redactar el proyecto de constitución. A Valle le toco actuar dentro de un congreso opositor a Iturbide. Este había construido su imperio a través de las armas, por lo que, además del congreso, enfrentaba la oposición de muchos otros poderosos enemigos. Esta situación favorecía los intereses de Valle, quien desde un principio preparó su estrategia para arrancar la independencia de Centro América.

El 4 de agosto, Iturbide propuso al congreso que hubiese en la capital de cada provincia un tribunal nombrado por el emperador para juzgar los delitos de sedición, conspiración, homicidios y hurtos. Valle pensó que de adoptarse esta ley sería someter a Centroamérica al juicio de oficiales mexicanos. Según él, esto complicaría aún más el logro de la independencia. Valle dio dictamen en contra de la ley y lo hizo publicar, recibiendo el apoyo de la mayoría del congreso. Este hecho, significó el primer triunfo parlamentario de Valle en México, quien terminó siendo nombrarlo vicepresidente de la Cámara el 24 de agosto de 1822.

Después de estos sucesos, Valle se puso a trabajar junto al diputado de Guadalajara, Mariano Mendiola, en el proyecto de Constitución. A través de este documento, Valle intentaría probar la ilegitimidad de la anexión de Centroamérica al Imperio mexicano. Mientras esto ocurría fue informado de que él y otros congresistas opositores al régimen serían detenidos. Un vecino de la capital le ofreció su casa para que se asilase, pero Valle no quiso huir, siendo detenido el 27 de agosto, acusados de conspirar contra Iturbide. Valle fue enviado al Convento de Santo Domingo, donde se dice fue bien tratado y donde le abrieron las puertas de la rica biblioteca. Inesperadamente, el 26 de febrero de 1823, se presentó un oficial a su celda, con un comunicado en el cual se le informaba de su nombramiento como Secretario de Estado de Relaciones Exteriores y que pasara a Zapaluta, lugar donde se encontraba el emperador. En la reunión con Iturbide, éste le hizo oficial su nombramiento, pero Valle lo rechazó diciéndole que no tenía “todos los conocimientos necesarios”. Sus explicaciones fueron en vano, Iturbide no las aceptó y Valle se vio en la imperiosa necesidad de tomar las riendas del ministerio.

De pronto, José del Valle se encontró a la cabeza de un ministerio que se desenvolvía en medio de una crisis política que arrastraba el decadente gobierno de Iturbide, puesto que las ideas republicanas habían tomado un gran impulso con la proclamación de la República en Veracruz por parte de Antonio López de Santa Anna el 6 de diciembre de 1822, y con la firma ese mismo mes de febrero del Plan de Casa Mata, entre los borbonistas y republicanos para apoyar el derrocamiento de Iturbide.

A los pocos días, Valle volvió a renunciar, pero fue obligado a continuar en el cargo. Mientras estuvo al mando del Ministerio, Valle trabajó con toda la prudencia que pudo, procurando la paz y aconsejando la abdicación de Iturbide, cosa que hizo el 29 de marzo. Caído el imperio, se restableció el Congreso que había sido disuelto en 30 de octubre de 1822 y Valle volvió a ocupar su puesto de diputado. El 14 de mayo fue nombrado miembro de la comisión especial para fijar las bases de la Constitución mexicana, bases que explicó en un notable escrito, que fue impreso por orden del Congreso.

Por sus dotes de orador, Valle fue vice-presidente del Congreso Mexicano, donde el 12 de abril, hizo un enérgico discurso con el firme propósito de demostrar la ilegitimidad de la anexión de Centroamérica a México. En su presentación, Valle expuso que el día que se dio la anexión no hubo en Guatemala la voluntad o el consenso generalizado de las provincias para la anexión a México, sino que fue producto del deseo de unos pocos individuos y de la presión impuesta por el imperio mexicano a través de las armas. Por todas las ilegalidades que se dieron durante el proceso, la anexión es nula finalizaba diciendo Valle.

Mientras Valle se encontraba en México, en Centroamérica, el brigadier Vicente Filisola, que había sido enviado por Iturbide a pacificar a la provincia de El Salvador, obtuvo el triunfo sobre los independentistas salvadoreños. Pero este triunfo de Filisola en El Salvador fue muy efímero porque pocos días después se tuvo en Guatemala noticia de los sucesos precursores a la caída del imperio mexicano y aquel general regresó a Guatemala. En esta ciudad reunió a la diputación provincial el 19 de mayo de 1823 le hizo presente, que a su juicio el único medio de salvar a Centroamérica de la anarquía que amenazaba al Imperio era convocar a los pueblos para la reunión del Congreso que se prevenía en el Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821. Pero se necesitaba de una declaración legal y oficial por parte del gobierno mexicano, garantizando la independencia de Centroamérica. Por esta razón, Valle con la ayuda de Mayorga y otros diputados centroamericanos, insistió con el asunto de la separación el 22 de abril. En aquella oportunidad José del Valle pronunció otro discurso en el seno del congreso reafirmando lo dicho el 12 de abril. El 13 de junio hizo otro recordatorio al Congreso mexicano. El 1 de julio se trató en definitiva la gran cuestión sobre la independencia de Guatemala. Valle pronunció en aquella sesión memorable un extenso discurso sobre los incontestables derechos de Centroamérica a su independencia y a su libertad. Fue así como Valle empleando toda su energía y sus talentos pudo desligar a Guatemala de la ilegítima “unión a que los aristócratas la habían sometido”.

El 3 de septiembre de 1823 dirigió un comunicado al Congreso Mexicano anunciando que había sido electo diputado a la Asamblea de Guatemala, por lo que él y sus “compañeros guatemaltecos, habían recibido orden de su Gobierno para regresar a su país”. Valle regresó a Guatemala a principios de 1824. El 5 de febrero, tomó posesión de su cargo como miembro del Supremo Poder Ejecutivo. Mientras Valle ejercía el Poder Ejecutivo de las Provincias de Centro-América, la Asamblea Nacional Constituyente se ocupaba en la formación de la Constitución, que había de darse a la República se dividió en dos grupos, el federalista y el centralista: el primero estaba formado de los liberales que querían darle a Centro-América una Constitución análoga a la de los Estados Unidos; el segundo estaba formado de los conservadores que querían hacer de Centro-América una República Unitaria. El 22 de noviembre de 1824 se emitió la Constitución de la República Federal de Centroamérica. Valle, aunque electo diputado, no figuró en la Asamblea Nacional Constituyente, pero fue uno de los tres miembros del ejecutivo que autorizó con su firma dicha constitución. El 25 de febrero de 1825 se instaló el primer congreso federal. José del Valle informó a los representantes del pueblo centroamericano acerca de los trabajos llevados a cabo por el gobierno provisional.

El 5 de mayo de 1824, los pueblos eligieron a sus autoridades federales. Manuel José Arce se convirtió en presidente, después de llevarse a cabo el primer fraude electoral de la historia de Centroamérica. Los partidos entraron en una verdadera campaña electoral. Los liberales trabajaron por la candidatura de Arce, un hombre muy respetado entre los liberales por haber contribuido enormemente a la causa independentista. Los conservadores, al no encontrar un candidato prestigioso para hacerle frente, recurrieron a Valle, quien obtuvo cuarenta y un voto, contra treinta cuatro de Arce, y fue electo presidente de Centroamérica. El resultado de las elecciones desconcertó a los liberales quienes aspiraban a dominar en el ánimo del gobernante, y Valle no era para ser dominado ya que era un hombre de vasta instrucción. Entonces apelaron a falsear el cómputo de la elección, logrando que el general Arce fuese presidente de Centroamérica, relegando a Valle a la vicepresidencia, el 29 de abril de 1825. Valle, aunque resentido por el triunfo de su rival y poseedor de grandes medios de acción, no quiso convertirse en opositor sistemático y negativo, y mucho menos en opositor faccioso. Optó por una política de retraimiento y se entregó a sus acciones domésticas y a sus estudios.

En 1826 fue elegido diputado al Congreso federal, pronunciando discursos de gran interés político y administrativo. A fines del mismo año, Arce, inquietado por los liberales y engañado por los conservadores, tuvo el desacierto de provocar una de las revoluciones más dilatadas y sangrientas que ha tenido Centroamérica, entrando en guerra contra el Estado de El Salvador que patrocinaba la causa de las instituciones e invadiendo Honduras. Convirtió a Centroamérica en un horrible caos. Valle, durante tan cruda y sangrienta lucha, permaneció en su hogar, hasta que el 13 de abril de 1829, el general Francisco Morazán obtuvo un completo triunfo militar y mandó al exilió a Arce y a todos los que habían tenido participación en la guerra civil.

Después de finalizada la guerra, Valle volvió a ocupar su sillón de diputado, en los primeros meses del 1830. Las elecciones se llevaron a cabo en paz y en justicia. Los votos de los ciudadanos se dividieron en su mayor parte entre Francisco Morazán y José del Valle. Se realizaron los escrutinios en el Congreso y el General Morazán resultó electo presidente de la República. En 1834, Valle, ya enfermo, volvió a ser candidato presidencial por el partido conservador, los liberales, por otro lado, deseaban la reelección del general Morazán.

Acostumbraba Valle a hacer anualmente con toda su familia una temporada en su hacienda llamada “La Concepción”, a unas 18 leguas de Guatemala. Desde fines de diciembre de 1833 permanecía en esta hacienda, disfrutando de completa salud, sin embargo, el 1 de febrero de 1834, Valle comenzó a experimentar distintos padecimientos físicos, aunque no de carácter alarmante. Así continuó por espacio de algunos días, hasta que el 1 de marzo salió la familia de la hacienda, conduciendo al enfermo en una camilla arreglada rumbo a la capital de Guatemala, falleciendo en el camino al día siguiente, probablemente de un infarto del miocardio.

Los panegíricos de sus contemporáneos presentan a Valle, amigo de Jeremy Bentham y miembro de la Academia de Ciencias de París, como “el más grande pensador y erudito hasta la fecha ha nacido en Centroamérica”, conocido ya desde el tiempo del Gobierno español por sus grandes talentos y extraordinario saber. La memoria de este distinguido centroamericano fue justamente honrada por sus compatriotas: la Asamblea de Guatemala acordó, en 13 de marzo del mismo año de su muerte, que su retrato fuese colocado en el salón de sesiones, y que, en demostración de sentimiento por su muerte, todos los funcionarios públicos vistiesen luto por tres días. El 9 de abril siguiente la Asamblea del Salvador decretó los mismos honores fúnebres a la memoria de Valle.

No ajeno a las luchas por el poder, Valle sobresalió por su pensamiento americanista y por su defensa en favor de los indios. Autor de ensayos económicos y políticos, su obra ha sido reeditada varias veces en el siglo XX en Tegucigalpa (1914), en Guatemala (1932) y en México (1943). Representa el saber enciclopédico en ciencias y letras humanas. Desde los veinte años se dedicó al periodismo y a la política, lleno de los mejores entusiasmos, atacando a los elementos conservadores, lo que le acarreó persecuciones y procesos.

Hombre polifacético tuvo intervención directa en la mayor parte de los hechos históricos de la época emancipadora acaecidos en Centro América. El año de 1820 es un hito en su vida. Antes de esa fecha se mostraba indeciso y se le acusaba de ser satélite del despotismo colonial, pero en lo sucesivo se mostró el más ardiente de los patriotas independentistas. Hombre de estudio y de acción, y reflexivo por esencia, llegó a ser un estadista notable, dotado de prudencia, sentido político y estimables cualidades organizativas y oratorias. Fue uno de los renovadores del periodismo contemporáneo en toda la América Central, por saber mezclar en su estilo el afecto apasionado, lírico y vehemente con la austeridad de costumbres de su vida personal. Alguno de sus biógrafos ha dicho que Valle significó “trabajo, estudio, conocimientos, ciencia, virtudes privadas, virtudes cívicas, honradez, abnegación y patriotismo” (Ramón Sosa).

Valle es el pensador más destacado en la época de la Independencia de Centroamérica y uno de sus actores políticos clave. Fue uno de los grandes difusores de la Ilustración en el reino de Guatemala. Sus intereses comprendían la filosofía racionalista, la ciencia experimental, las doctrinas del liberalismo y las teorías de la economía política. Pero en su pensamiento destaca su preocupación por la educación, fundamento, en su opinión, del progreso humano y del buen gobierno. Tanto el pensamiento como la participación de Valle son muestras ejemplares de los contradictorios intereses sobre los que se fundaron los proyectos político-liberales centroamericanos de principios del siglo XIX. A pesar de todo, Valle es considerado un intelectual orgánico del pensamiento liberal para muchos historiadores, uno de los padres del Panamericanismo, junto a Francisco de Miranda y Simón Bolívar. Mientras que Valle fue el primero en diseñar un plan específico de cómo llevar a cabo la unidad de la América Latina, fundado en la igualdad de los estados, la justicia, la paz internacional y la solidaridad entre los pueblos. Simón Bolívar, por otro lado, fue el primero en poner en práctica esta idea.

 

Obras de ~: Discurso del presidente del Poder executivo a la apertura del Congreso federal de Guatemala en 25 febrero de 1825, Guatemala, Imprenta nueva á cargo de J. J. de Arévalo, 1825; Manifiesto de José del Valle. A la nación guatemalana, Guatemala, Imprenta de la Unión, 1825; Obras de José Cecilio del Valle, precedidas de la biografía del autor escrita por Ramón Rosa y de una noticia histórica por Rómulo E. Durán, comisionado por el gobierno del República para ordenarlas y editarlas, Tegucigalpa, Tipografía Nacional, 1906; Obras de José Cecilio del Valle, Guatemala, Tipografía Sánchez & de Guise, 1929-1930, 2 vols. (compiladas por José del Valle y Jorge del Valle Matheu); El pensamiento económico, Tegucigalpa, 1958; Cartas de José Cecilio del Valle, pról. de R. Heliodoro Valle, Tegucigalpa, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, 1963; Cartas familiares, Tegucigalpa, El Ahorro Hondureño, 1967; Pensamiento vivo de José Cecilio del Valle, selec. y pról. de R. Heliodoro Valle, San José, Costa Rica, Editorial Universitaria Centroamericana, 1971; Cartas autógrafas de y para José Cecilio del Valle: correspondencia con Jeremías Bentham [...] y otras personalidades, pról. de C. Sepúlveda, México, Editorial Porrúa, 1978; Antología, introd., selec. y notas de R. Oquelí, Tegucigalpa, Honduras, Editorial Universitaria, 1981; Escritos de José Cecilio del Valle: una selección. Certidumbres y vacilaciones de un provinciano / por Ramón Oquelí. En torno al pensamiento de Valle, Washington, Secretaría General, Organización de los Estados Americanos, 1981 (selec. de textos y bibliografía por C. Meléndez); Obra escogida, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1982 (selec., pról. y cronología, Mario García Laguardia); Ensayos y documentos, introd. y selec. de C. Meléndez, San José, Costa Rica, Libro Libre, 1988; Escritos inéditos: una selección, selec. de R. Oquelí, Tegucigalpa, Secretaría de Cultura y las Artes, Universidad José Cecilio del Valle, 1996.

 

Bibl.: R. A. Salazar, Los Hombres de la Independencia, Guatemala, Tipografía Nacional, 1899; J. de D. Mayorga, Exposición sobre el derecho que tiene la provincia de Chiapa para pronunciar libremente su voluntad, y el que tiene Goatemala para ser independiente [...], México, Imprenta de T. Lorrain, 1823; A. Ghiraldo, Antología Americana, Madrid, Renacimiento,1923; J. Reina Valenzuela, José Cecilio del Valle y las ciencias naturales, Tegucigalpa, Instituto Hondureño de Cultura Interamericana, 1946; F. D. Parker, José Cecilio del Valle and the Establishment of the Central American Confederation, Tegucigalpa, Publicaciones de la Universidad de Honduras, 1954; P. Tobar Cruz, Valle: el hombre, el político, el sabio, Guatemala, Ministerio de Educación Pública, 1961; R. Rosa, Biografía del sabio José Cecilio del Valle, San Pedro Sula, Honduras, Ministerio de Educación Pública, 1965; R. López Jiménez, José Cecilio del Valle, Fouché de Centro América. Ensayo político-histórico, Guatemala, Editorial José de Pineda Ibarra, 1968; R. Leiva Vivas, Vigencia del Sabio Valle, San José de Costa Rica, EDUCA, 1980; G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1981; J. M. García Laguardia, Ilustración y liberalismo en Centroamérica. El pensamiento de José Cecilio del Valle, Tegucigalpa, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, 1982; S. Méndez Reyes, El hispanoamericanismo de Lucas Alamán, 1823-1853, México, UNAM, 1996; T. García Giráldez, “Los espacios de la patria y la nación en el proyecto político de José Cecilio del Valle”, en Anuario de Estudios Centroamericanos, 22, 1 (1996), págs. 41-81; O. A. Soriano, Ideas acerca de la educación de José Cecilio del Valle. Memoria sobre la educación de José Cecilio del Valle, Tegucigalpa, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Editorial Universitaria, 1997; T. García Giráldez, “El proyecto de Nación y la visión del indio en José Cecilio del Valle”, en Literatura y Pensamiento en América Latina. Encuentro de Latinoamericanistas Españoles. Mayo de 1995, Sevilla, 1999, págs. 19-41; Mª. de los Á. Chapa Bezanilla, Rafael Heliodoro Valle, humanista de América, México D.F., UNAM, 2004; Mª. de los Á. Chapa Bezanilla, Valle Humanista de América, México D.F., UNAM, 2004; L. E. Ayala Benítez, La iglesia y la independencia política de Centro América, Roma, Gregorian University Press, 2007; T. García Giráldez, “El pensamiento político liberal centroamericano del siglo XIX: José Cecilio del Valle y Antonio Batres Jáuregui”, en Revista complutense de historia de América, 35 (2009), págs. 23-45; V. H. Acuña Ortega, “Independencia y educación en Centroamérica: la «Memoria sobre la educación» de José Cecilio del Valle (1829)”, en Historia de la educación: Revista interuniversitaria, 29 (2010), págs. 307-315.

 

Antonio Astorgano Abajo