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Alejandro Llorente y Lannas

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Biografía

Llorente y Lannas, Alejandro. Cádiz, 10.X.1814 – Madrid, 30.XII.1901. Político, hacendista y financiero.

Miembro de una familia andaluza distinguida y bien relacionada, estudió en la Universidad de Sevilla, obteniendo la licenciatura en Derecho y ejerciendo como abogado desde 1839.

Atraído por la política, se integró en el Partido Moderado. De 1843 a 1846 representó a la circunscripción de Cádiz en el Congreso de los Diputados, siendo posteriormente reelegido por los distritos zaragozano de Daroca (1847) y gaditano de El Puerto de Santa María (1850-1853).

Durante esta dilatada etapa en la Cámara Baja, sobresalió como defensor de los intereses de su partido, siendo recompensado con la designación el 14 de diciembre de 1852 como ministro de Gobernación del gabinete presidido por el ultraconservador teniente general Federico Roncali, conde de Alcoy, cuyo nombramiento fue promovido por la reina madre María Cristina de Borbón, con el fin de sustituir a Bravo Murillo, quien se vio obligado a dimitir por la presión ejercida por los opositores a sus reformas políticas. Durante su presencia en Gobernación, Llorente se encargó de organizar las elecciones generales de febrero de 1853. Pero, el 10 de enero del año siguiente, abandonó esta cartera para tomar posesión de la de Hacienda del mismo gabinete con el fin de reemplazar a su antecesor, Gabriel Aristizábal, que dimitió por el destierro del general Narváez, creando una crisis de gobierno, siendo Llorente aupado a este Ministerio tras rechazar el nombramiento varios prohombres del moderantismo. Como ministro de Hacienda, varias de sus decisiones provocaron la oposición de buena parte de la clase política, como la propuesta de firma de un empréstito para sanear el erario público o la devolución de los bienes embargados a Godoy en 1808. Pese a la victoria de los candidatos ministeriales en las mencionadas elecciones generales, las Cortes mostraron su oposición al Gobierno a través de las recriminaciones respecto a los presupuestos de 1853, viéndose obligado Roncali a suspender las Cortes, lo que provocó el descontento de buena parte de la opinión pública, preparando el camino de la salida del poder del afamado general, la cual se precipitó por causa de Llorente, quien viajó a Aranjuez, donde se hallaba la Reina Madre, sin conocimiento del presidente del Consejo de Ministros, lo que hizo suponer que tenía como fin recibir órdenes de aquélla, lo cual se tomó como un pretexto para exigir la dimisión del entonces ministro de Hacienda, quien finalmente renunció, acompañándole en esta decisión todo el gabinete el 14 de abril de 1853. Antes de dimitir, Llorente fue designado de forma interina ministro de Gracia y Justicia, al negarse el ministro titular de esta cartera, Federico Vahey, a firmar el cese de Arrazola como presidente del Tribunal Supremo por su apoyo al duque de Valencia.

A principios de 1854 fue nombrado gobernador del Banco Español de San Fernando, antecedente inmediato del Banco de España, en sustitución de Ramón de Santillán, al ser más dócil a la voluntad del entonces ministro de Hacienda, Jacinto Doménech.

Durante el Bienio Progresista (1854-1856), quedó apartado de la política activa, regresando a la Cámara Baja al resultar elegido nuevamente por el distrito gaditano de El Puerto de Santa María en 1857, desempeñando el escaño hasta el año siguiente.

En 1863 fue designado senador vitalicio, volviendo a portar la cartera ministerial un año después, al ser nombrado ministro de Estado el 16 de septiembre en el gabinete encabezado por el general Narváez, ejerciendo este cargo algo menos de tres meses, dimitiendo el 10 de diciembre al negarse Isabel II a aceptar su propuesta de retirada de Santo Domingo, la antigua colonia española emancipada, cuyo gobierno solicitó en 1861 reincorporarse a la Corona de España para con su apoyo finiquitar una ardua guerra civil; pero, tres años después, las pérdidas económicas y humanas de la aventura dominicana resultaban insoportables. Finalmente Narváez decidió su abandono a principios de 1865.

En 1868, tras la Revolución de la Gloriosa, que supuso la salida de España de Isabel II, se vio obligado a dejar su escaño de senador vitalicio, aunque en 1871 volvió a la Cámara Alta al resultar elegido por la provincia de Lérida, a la que representó hasta el año siguiente. A continuación, permaneció alejado de la vida política oficial, trabajando por la vuelta de los Borbones, lo que le fue recompensado con la entronización de Alfonso XII (1875).

Con la Restauración, integrado en el Partido Liberal- Conservador, de nuevo resultó elegido senador por la provincia de Lérida en 1876 y designado senador vitalicio al año siguiente, asumiendo, además, la vicepresidencia de la Cámara Alta de 1876 a 1878, convirtiéndose en uno de los decanos de la vida parlamentaria española, en la que se distinguió por su elevada competencia en asuntos económicos y fiscales, capacidad que, también, divulgó con la publicación de diversos artículos periodísticos y la realización de numerosos trabajos sobre las haciendas públicas en España, Francia e Inglaterra (publicados en 1872).

Asimismo, desempeñó varios puestos en el sector privado, como los de consejero del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Madrid, director del Banco Hipotecario y presidente del consejo de administración de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA).

Erudito historiador, desde junio de 1874 pertenecía a la Real Academia de la Historia como académico numerario, siendo autor de varios estudios históricos, caso de su discurso de ingreso en la RAH sobre la vida de Carlos Coloma y de las obras tituladas: De la imprenta en Francia y de las últimas discusiones del Cuerpo legislativo, La primera crisis de Hacienda en tiempos de Felipe II, y Cortes y sublevación en Cerdeña bajo la dominación española. Al morir, dejó sesenta y dos legajos y cuadernos de notas y apuntes, que su familia donó a la Academia de la Historia. Entre otras condecoraciones, ostentaba la Gran Cruz Carlos III (1864) y el Toisón de Oro (1900).

 

Obras de ~: Discurso pronunciado por el Excmo. Sr. D. Alejandro Llorente en la sesión del Senado del día 8 de julio de 1867, Madrid, Imprenta de los Señores Gasset, Loma y Cía., 1867; Discursos leídos ante la Academia de la Historia en la recepción pública del Sr. D. Alejandro Llorente el día 21 de Junio de 1874, Madrid, Imprenta de Miguel Ginesta, 1874; Comentarios de las cosas sucedidas en los países baxos de Flandes desde el año de 1594 hasta el de 1598, compuesto por Diego de Villalobos y Benavides, con una introducción, notas e ilustraciones por Alejandro Llorente, Madrid, Librería de los Bibliófilos, 1876.

 

Bibl.: P. E. de Tébar y J. de Olmedo, Las segundas Cortes de la Restauración. Semblanzas parlamentarias. Senado, Madrid, Imprenta de Manuel G. Hernández, 1880, págs. 182-183; J. Valera, Historia General de España desde los tiempos primitivos hasta la muerte de Fernando VII continuada desde dicha fecha hasta nuestros días por don Juan Valera con la colaboración de don Andrés Borrego y don Antonio Pirala, t. VI, Barcelona, Montaner y Simón Editores, 1882, págs. 552 y 597; A. Rull Sabater, Diccionario sucinto de ministros de Hacienda (siglos xix y xx), Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, 1991, pág. 121; R. Santillán, Memorias (1808-1856), Madrid, Banco de España, 1996, págs. 373-376, 380-385 y 395; J. M. Cuenca y S. Miranda, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998, págs. 630-633; J. R. Urquijo Goitia, Gobiernos y ministros españoles (1808-2000), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2001, pág. 247; B. Pellistrandi, Un discours national? La Real Academia de la Historia entre science et politique (1847-1897), Madrid, Casa de Velázquez, 2004, págs. 400-401.

 

Francisco Miguel Espino Jiménez

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