Ayuda

Egeria

Biografía

Egeria. Galicia, f. s. iv – p. s. v. Asceta hispana, escritora.

Esta asceta hispana es famosa por su libro Peregrinación a Tierra Santa. La menciona Valerio, asceta y monje del Bierzo, hacia el 680, en una carta a unos monjes de un monasterio, y la llama por su nombre. Se ha pensado que fuera oriunda de Galicia por una alusión al Ródano al referirse al Éufrates. Otros investigadores, basados en el testimonio de Valerio, piensan en Galicia como lugar de procedencia. De la lectura del Itinerario se desprende que pertenecía a una comunidad monástica, y también que procedía de una clase social elevada y recibió escolta militar en un lugar no seguro de su viaje. No demuestra poseer cultura clásica, pero sí conocer bien el Antiguo y el Nuevo Testamento. La religiosidad de Egeria expresa una devoción viva en las manifestaciones exteriores, y una escasa vida interior. Egeria gozó de una gran libertad de movimientos para su tiempo. Fue una gran viajera. Después de pasar tres años en Jerusalén, decidió irse a Mesopotamia, y desde allí a Constantinopla, recorriendo la calzada interior de Asia Menor. Pensó ir a Éfeso para visitar el martirio del apóstol Juan.

El Itinerario es una fuente importante para el conocimiento del cristianismo antiguo. Se subdivide en dos partes. La primera (capítulos 1-23) describe el viaje a Jerusalén, y la segunda (capítulos 23-49) la liturgia y catequesis de Jerusalén. La parte primera se refiere a las peregrinaciones al Sinaí desde Jerusalén; al otro lado del Jordán; a la Idumea y a Mesopotamia atravesando Antioquía, Edessa, retornando a Constantinopla por Tarso de Cilicia, Seléucida y por el interior de Asia Menor: Capadocia, Galatia, Bitinia, Calcedonia para llegar a Constantinopla. El Itinerario está plagado de datos topográficos y geográficos. Recoge noticias sobre las ciudades que visitó, los montes, los valles, las mansiones por donde pasó, los monasterios, las iglesias, las tumbas y las ruinas. Egeria demuestra una curiosidad enorme. Sobre la liturgia de Jerusalén recoge datos preciosos. Describe la semana con sus horas; después las fiestas del año que celebran los acontecimientos más significativos de la vida de Cristo, de la Epifanía a la Presentación al templo, de la Cuaresma a la Pascua, y a Pentecostés. Los dos últimos capítulos se dedican a la Catequesis. En las fiestas se describen los sitios, las ceremonias, las procesiones, con el clero y los fieles que recorren la ciudad. Menciona Egeria las basílicas y los santuarios, además de los de Belén y Betania. Recuerda ciertos usos y costumbres. Pinta un cuadro realista y vivo en la participación de los fieles en la liturgia.

Los capítulos 45 al 49 se refieren a la preparación de los catecúmenos al bautismo, con datos del comportamiento de los bautizados durante la Cuaresma, y la Pascua. Se ayunaba durante cuarenta días. La catequesis la impartía el obispo. A la catequesis asistían los padrinos y las madrinas. Se explicaban las Sagradas Escrituras y el Credo. La catequesis duraba siete semanas: tres horas al día. El Domingo de Ramos, el catecúmeno recitaba el Credo delante del obispo. El bautismo se celebraba durante la Pascua. En la octava, que sigue, el obispo desvelaba los misterios secretos, los sacramentos.

La fecha del Itinerario ha sido muy discutida. Se ha propuesto para fecha del viaje los años que van del 534 al 539, debido al latín vulgar que usa la autora. Una segunda fecha es el final del siglo iv y los primeros años del siglo v, apoyado en los calificativos que da la autora a la ciudad de Edessa y a la cita de la dedicación de la iglesia a santo Tomás, que fue, según la Crónica de Edessa, el año 394. Según la tercera fecha, que parece más probable, Egeria había recorrido la parte más importante de su peregrinación entre la Pascua del 381 y la Pascua del 384. La obra se escribió en Constantinopla en el año 384. La descripción de la liturgia de Jerusalén, en la que Egeria participó, se debió redactar entre el comienzo del año 382 y la Pascua del 384.

El latín del Itinerario es la lengua vulgar. Presenta cierta armonía de forma y de contenido. Se ha pensado que sobre la lengua y el estilo de Egeria influyeron las viejas traducciones de la Biblia. La obra es, sin duda, original, si se la compara con otros itinerarios. Faltan en el Itinerario el comienzo, el final y, quizá, algunas páginas del centro. La obra está dirigida a otras monjas, a las que informa de lo que ha visto. Se ha reconstruido la parte perdida del texto. Se ha supuesto que en los dos años que preceden a la peregrinación, debió Egeria llegar por un camino que se desconoce a Constantinopla, y después atravesar a Bitinia, Galatia, Capadocia, las Puertas Cilicias, Antioquía a Jerusalén, donde permaneció un tiempo indeterminado. Pasó a continuación a Egipto, donde visitó la Tebaida, a los eremitas y a los cenobitas que allí vivían. Al año siguiente partió para Samaria y para Galilea, hasta llegar a Cafarnaúm. Posiblemente atravesó el Jordán y llegó a Jerusalén, desde donde partió al Sinaí. Aquí comienza el Itinerario que se conserva. El texto ha sido reeditado varias veces a lo largo del siglo xx, y traducido durante los siglos xix y xx.

Como ejemplo del estilo narrativo de Egeria, de gran sencillez y precisión, y de la importancia del Itinerario para el conocimiento de la liturgia en Palestina hacia el decenio del año 380, baste leer la descripción de la festividad del Viernes Santo: “Jueves Santo.-35. Item, en la feria quinta, desde el primer canto del gallo, se hace lo de costumbre hasta la mañana en la Anástasis, y lo mismo a la hora tercia y a la sexta. A la hora octava se reúne todo el pueblo en el Martirio, según costumbre, pero más pronto que los demás días, porque es necesario hacer antes la despedida. Así es que, reunido todo el pueblo, se hace lo que hay que hacer. Ese mismo día se hace la oblación en el Martirio, y allí mismo se hace la despedida a eso de la hora décima. Pero antes de la despedida, avisa en voz alta el archidiácono y dice: ‘A la hora primera de la noche reunámonos todos en la iglesia de Eleona, porque hoy en esta noche nos espera muchísimo trabajo’.

2. Hecha la despedida del Martirio, se va detrás de la Cruz, se dice allí un solo himno, se hace oración, ofrece allí el obispo la oblación y comulgan todos.

Éste es el único día, durante todo el año, en que se ofrece detrás de la Cruz en este día. Hecha también allí la despedida, se va a la Anástasis, se hace oración, son bendecidos según costumbre los catecúmenos y los fieles, y se hace la despedida. Luego cada cual se apresura a volver a su casa para comer; porque inmediatamente después de comer todos van a Eleona a la iglesia donde está la gruta en que este mismo día estuvo el Señor con los apóstoles.

3. Y allí, hasta eso de la hora quinta de la noche, se dicen continuamente himnos o antífonas, lo mismo que lecciones apropiadas al día y al lugar, intercalando oraciones. Léense también aquellos textos del evangelio, en los que el Señor habló a los discípulos ese mismo día, sentado en la misma gruta, que se halla en esta iglesia.

4. Desde allí, a eso de la hora sexta de la noche, se va subiendo al Inmobon con himnos al lugar desde donde el Señor subió al cielo. Y allí también se dicen lecciones, himnos y antífonas correspondientes al día.

Se hacen además otras oraciones que dice el obispo, apropiadas al día y al lugar.

36. Así pues, cuando comienza a ser el canto de los gallos, se baja del Inmobon cantando himnos y se llega al lugar mismo en el que oró el Señor, como está escrito en el evangelio: ‘Y se apartó como un tiro de piedra y oró’ y lo demás. En ese lugar hay una iglesia elegante. Entra en ella el obispo y todo el pueblo, se dice allí una oración propia del lugar y del día, se dice también un himno apropiado y se lee el mismo texto del evangelio donde dice a sus discípulos: ‘Velad, para que no entréis en tentación’. Se lee allí todo ese pasaje y se hace de nuevo oración. 2. Y de allí con himnos bajan a pie con el obispo a Getsemaní, aun los niños pequeños. Como es tan grande la multitud de gente y están cansados por las vigilias y ayunos cotidianos, y como hay que bajar monte tan alto, se llega a Getsemaní poco a poco, cantando himnos. Más de doscientas antorchas de iglesia han sido preparadas para alumbrar a todo el pueblo. 3. En llegando a Getsemaní, se reza primero una oración apropiada y se dice un himno; luego se lee el texto del evangelio donde fue prendido el Señor. Acabado de leer este texto, todo el pueblo prorrumpe en tales sollozos, gemidos y lloros, que tal vez se oyen en la ciudad estos gemidos de todo el pueblo. Después de aquel acto se va a pie a la ciudad cantando himnos; se llega a la puerta a la hora en que un hombre apenas puede distinguir a otro hombre, y de allí van todos por en medio de la ciudad, sin faltar uno solo: mayores y menores, ricos y pobres, todos están allí presentes; especialmente ese día nadie se retira de las vigilias hasta la mañana. Es, pues, acompañado el obispo desde Getsemaní hasta la puerta, y luego por toda la ciudad hasta la Cruz.

4. Cuando se llega ante la Cruz, ya el día comienza a ser claro. Allí se lee de nuevo el texto del evangelio en que el Señor es llevado a Pilato, y todo lo que está escrito haber dicho Pilato al Señor y a los judíos: todo se lee. Luego habla el obispo al pueblo, animando a todos, por haber sufrido durante toda la noche y por lo que aún sufrirán durante este día; que no se arredren, sino que pongan su confianza en Dios, que les dará mayor recompensa por tanta pena. Y animándolos, como podía, les hablaba diciendo: ‘Id ahora cada cual a vuestras casitas; descansad un poco, y hacia la hora segunda del día estad todos prontos aquí, para que desde esa hora hasta la sexta podáis ver el santo leño de la Cruz, que nos aprovechará para la salvación a todos nosotros creyentes; pues desde la hora sexta de nuevo tenemos que estar reunidos en este lugar, ante la Cruz, para darnos a lecturas y oraciones hasta la noche’” (traducción de A. Arce).

El Itinerario a Tierra Santa de Egeria tenía precedentes. Del año 333 data el Itinerarium Burdigalense, con gran cantidad de datos topográficos, que describe el viaje de ida y vuelta de un personaje anónimo desde Burdeos a Jerusalén. En Jerusalén permaneció el protagonista varios meses. Las peregrinaciones a Tierra Santa se generalizan después que Constantino limpió la Ciudad Santa de edificios paganos, que se construyeron en la época de Adriano, cuando el Emperador ordenó levantar en el lugar de emplazamiento del Templo de Jahveh otro dedicado a Júpiter Capitolino. Constantino mandó construir magníficas basílicas, como la Iglesia Mayor o Martirio en el Gólgota, la Basílica del Anástasis, sobre el lugar del sepulcro de Jesús, la de la Resurrección, y la iglesia de Eleona en el Monte de los Olivos, donde Jesús pasó las horas antes de la pasión. La madre de Constantino, Elena, peregrinó a Jerusalén y descubrió la Verdadera Cruz de Jesús. Otros muchos personajes fueron en peregrinación a Jerusalén y se quedaron a vivir en la ciudad, como Rufino, que después de vivir unos años en Egipto, se estableció en Jerusalén en el Monte de los Olivos, permaneciendo allí desde el año 378 al 397. Otros personajes famosos peregrinaron a Palestina, como Jerónimo y sus discípulas Paola, Eustoquia y otras damas; Palladio, que vivió tres años después del 386; Cassiano, hacia el 380; todos estos peregrinos son un precedente para Egeria.

 

Bibl.: G. E. G ingras, Egeria: Diary of a Pilgrimage, New York, 1970; A. Arce, Itinerario de la virgen Egeria (381-384), Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1980; J. Wilkinson, Egeria’s Travels to the Holy Land, Jerusalem, Ariel, 1981; P. Siniscalco y L. Scarampi, Pellegrinaggio in Terra Santa, Roma, Città Nuova Editrice, 1985; H. Sivan, “Who Was Egeria? Piety and Pilgrimage in the Age of Gratian”, en The Harvard Theological Review, 81.1 (1988), págs. 59-72; J. Wilkinson, Egeria’s travels: newly translated, with supporting documents and notes, Warminster, Aris & Phillips, 1999; F. G eorgia. The Memory of the Eyes: Pilgrims to Living Saints in Christian Late Antiquity, Berkeley, University of California Press, 2000.

 

José María Blázquez

 

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares