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Francisco Tello de Guzmán

Biografía

Tello de Guzmán, Francisco. Sevilla, s. XVI – Filipinas, 3.IV.1603. Caballero de la Orden de Santiago, gobernador de Filipinas.

Nació en el seno de una familia ligada desde muy antiguo al servicio real en la Casa de la Contratación, pues era nieto paterno de Francisco Tello, muerto en Sevilla (1561), tesorero de la referida Casa (30 de julio de 1530) en substitución de su suegro Pedro Suárez de Castilla, e hijo de Juan Gutiérrez Tello, natural de Sevilla, caballero de la Orden de Santiago (1556), alférez mayor de la ciudad de Sevilla, que sucedió a su padre como tesorero y juez oficial de la Casa de la Contratación de Sevilla (23 de marzo de 1562) y luego fue corregidor de la ciudad de Toledo (1572).

Cuando su padre fue nombrado corregidor de la ciudad de Toledo, se dispuso que sirviera por él como tesorero de la Casa de la Contratación (16 de septiembre de 1572) y de este modo tomó posesión de dicho empleo (22 de septiembre de 1572) y, tras la muerte de su padre, a quien había sucedido como alférez mayor de la ciudad de Sevilla, fue nombrado en propiedad para substituirle como tesorero y juez oficial de la Casa de la Contratación (13 de julio de 1579), oficio del que tomó posesión pocos días después (2 de agosto de 1579). Durante la visita que practicó a ella el licenciado Gamboa (1580) fue suspendido por dos años del uso y ejercicio de su oficio, sin perjuicio de lo cual entendió en el año siguiente (1581) en el despacho de la Real Armada de Indias a cargo del general Diego Flores de Valdés, con ocasión de lo cual solicitó que se le alzara el tiempo restante de su suspensión, accediéndose a ello (30 de septiembre de 1581) y así volvió a desempeñar su plaza (16 de diciembre de 1581) y lo hizo durante diez años, pues en 1591 hubo de pasar a la Corte para dar las cuentas de su cargo, momento en el cual solicitó que sirviera en su ausencia su primo Francisco Tello y así fue aprobado (15 de octubre de 1591).

Fue provisto como gobernador y capitán general de Filipinas (24 de abril de 1595) para reemplazar al fallecido Gómez Pérez das Mariñas, pero también fue provisto como presidente de la Real Audiencia de Manila, que se había decidido volver a establecer. Antes de marchar a su destino se encargó de solicitar y conseguir que su primo homónimo mantuviera el oficio de tesorero de la Casa de la Contratación mientras él estuviera ausente (24 de abril de 1595), concediéndosele pocos meses después la licencia para embarcar (5 de julio de 1595) en compañía de su mujer Juana de Medina, vecina que era de Sevilla, de la que enviudó durante la travesía a México, pues contrajo segundo matrimonio en Manila, sin licencia, con Tomasina Tello, su prima, hija de Jerónimo de Orozo, antiguo presidente de la Real Audiencia de Guadalajara, que le sobrevivió y, ya viuda, pasó a México, donde aún vivía en 1613.

Se hallaba en México en febrero de 1596, disponiéndose a embarcar, en sólo dos navíos y representando al Monarca la cortedad de auxilios que le había proporcionado el virrey, conde de Monterrey, debido a la gran cantidad de gente de guerra, pobladores y religiosos que se dirigía con él a Filipinas, a donde arribó a mediados de aquel año.

Los primeros tiempos de su gobierno estuvieron marcados por los alzamientos de los naturales de algunas provincias y así, el socorro enviado a Mindanao (1597) se perdió porque iba en una nave de sangleyes, que se alzaron y dieron muerte a veinticinco de los treinta soldados y a algunas mujeres que iban en ella, pero sin perjuicio de ello continuó la pacificación de esta provincia, que estaba a cargo del capitán Esteban Rodríguez de Figueroa, quien la había capitulado con el gobernador Gómez Pérez das Mariñas (12 de mayo de 1591), y a su muerte le sucedió Juan de la Jara, que la desamparó y regresó a Manila, tras lo cual el gobernador Tello de Guzmán confió esta empresa al general de galeras Juan Ronquillo de Castro, quien venció a los naturales de Terranate que habían acudido en apoyo de los de Mindanao, y los naturales le dieron la obediencia y acordaron la paz (1598), si bien hubo de experimentar una serie de ataques de los naturales de Joló, a quienes se pretendió castigar sin éxito (1599), después de lo cual, frente al temor de un ataque de navíos ingleses, se decidió abandonar Mindanao y desarmar el fuerte de la Caldera (1599), retirándose su población al Cebú y a Manila. Por otra parte, los naturales del Maluco y Terranate se concertaron para atacar la fuerza castellana, como lo hicieron, y dieron muerte a los portugueses que había en el Maluco (1597), se alzaron también los naturales de la provincia de Cagayán (1598), debido a las opresiones de sus encomenderos, y el gobernador envió contra ellos al capitán Pedro de Chaves con una fuerza de cien hombres, que logró someterlos, tras lo cual se designó a Diego de Chaves como alcalde mayor.

Se ocupó también en lo tocante a las relaciones con las naciones de oriente y así propuso a la Corona que se emprendiera la conquista de Siam y Cochinchina (1597), mantuvo trato y comercio con China, enviando (1598) al capitán Juan de Zamudio con un navío a Cantón para adquirir hierro, cobre, salitre y otros géneros, continuándose en su tiempo la jornada de Camboya que, bajo el mando de Luis Pérez das Mariñas, había iniciado el capitán Juan Suárez Gallinato sin mayor éxito al no ser bien recibidos, a pesar de que iban a auxiliarles en su guerra contra los de Siam, esta vez dirigida y financiada por el mismo Luis Pérez das Mariñas, previa capitulación, pero esta expedición tampoco llegó a buen puerto, porque la armada se extravió y vagó perdida más de un año y medio por las costas de China.

Permanente preocupación suya fue la de defenderse de las correrías de los navíos holandeses e ingleses, especialmente, de las que realizó el corsario Noort.

En efecto, previo acuerdo de la Real Audiencia, ordenó al oidor decano Antonio de Morga (30 de octubre de 1600) que pasara al puerto de Cavite a ponerlo en defensa y a aprestar una armada para hacer frente a la amenaza de escuadra holandesa del príncipe de Orange que, capitaneada por el corsario Oliver van Noort, había entrado por la ruta del estrecho de Magallanes, después de hacer diversas presas se había apostado frente a la bahía de Manila, y luego (1 de diciembre de 1600) dispuso que el doctor Morga saliera con la armada al encuentro de las naves del corsario, a quien derrotó en un combate trabado a las afueras de la bahía de Manila (14 de diciembre de 1600), obligándole a huir con los restos salvados de sus naves.

Nada más llegar a la ciudad de Manila dio orden de construir en piedra las casas reales y el edificio del Cabildo, pues hasta dicho tiempo eran de madera y trabajó en que se hiciera conducir agua a la ciudad.

Le correspondió, también, reinstalar la Real Audiencia de Manila, en calidad de su presidente (8 de junio de 1598), y durante todo el tiempo que gobernó tuvo una serie de desencuentros con los oidores, al igual que con los religiosos y doctrineros, porque, a su juicio, mantenían oprimidos a los indígenas en sus granjerías y tratos de arroz.

Fue nombrado para que le sucediera Pedro Bravo de Acuña, quien tomó posesión en junio de 1602, y Francisco Tello de Guzmán comenzó de inmediato a entender en los preparativos de su paso a la Nueva España, el que no llegó a realizar, porque se opusieron a ello el fiscal Jerónimo de Salazar y Salcedo y el Cabildo de la ciudad, mientras no hubiera dado cuenta de su residencia, sobre todo porque el fiscal hizo grandes diligencias para que aparecieran los bienes de Tello de Guzmán, con la finalidad de pagar las deudas que había contraído como tesorero de la Casa de la Contratación.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.250, n. 2, r. 52; Contratación, 5.784, l. 1, fols. 53r.-53v., 131v.-132, 162r.-162v.; Contratación, 5.784, l. 3, fols. 2r.-3r., 19v.-20r., 86r.-87r.; Filipinas, 5, n. 105; Filipinas, 6, r. 9, n. 144, 146, 149, 151, 161, 168, 169, 174, 178; Filipinas, 7, r. 1, n. 4; Filipinas, 18B, r. 6, n. 46; Filipinas, 18B, r. 7, n. 57, 58, 59, 65, 66, 87; Filipinas, 18B, r. 8, n. 101, 108; Filipinas, 18B, r. 9, n. 122, 139; Filipinas, 19, r. 1, n. 6; Filipinas, 19, r. 2, n. 21; Filipinas, 19, r. 3, n. 43, 46, 47, 48, 52, 54, 55; Filipinas, 19, r. 4, n. 63; Filipinas, 35, n. 66; Filipinas, 74, n. 42; Filipinas, 84, n. 82, 83; Filipinas, 339, l. 2, fols. 77v.- 79r., 111r.-111v., 146r.-170v., 266v.; Indiferente General, 449, l. A2, fols. 168v.-169v.; Patronato, 292, n. 3, r. 122, 167; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Órdenes, Alcántara, exp. 1.478; Órdenes, Santiago, exp. 3.746, 8.020.

G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, t. III, Madrid, Alianza Editorial, 1979, págs. 741-742.

 

Javier Barrientos Grandon

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