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Cristóbal Téllez de Almazán

Biografía

Téllez de Almazán, Cristóbal. España, m. s. xvi – Manila (Islas Filipinas), 1612. Letrado, oidor y gobernador interino en Filipinas.

Contrajo matrimonio en los Reinos de España con Beatriz de Heredia y Paredes, enlace del que nacieron siete hijos, tres hombres y cuatro mujeres, entre ellos: Pedro Téllez de Almazán, que pasaría con sus padres a Filipinas, capitán de Infantería española y cabo de Infantería y gente de guerra en el Reino de Siao, que rindió información de sus servicios y los de su padre ante la Real Audiencia de México en 1620; Beatriz Téllez de Almazán, que contrajo matrimonio en 1612 con Manuel de Madrid y Luna, oidor en Manila; y su hija menor, que casó en Manila en 1607 con Juan Sarmiento, hijo del capitán Pedro Sarmiento.

Se desempeñó en diversas comisiones como era habitual en los “catarriberas”, y así en 1582 fue nombrado alcalde mayor de Jaén en tiempos del corregidor Pedro de Luzón y, en tal carácter, hubo de tomar el juicio de residencia a sus antecesores el corregidor licenciado Luis Romero y su alcalde mayor en Andújar Tomás Quirós. Regresó a la Corte en 1585, encomendándosele “el negocio del Duque de Feria” y pasó corregidor de Soria, empleo que dejó en 1591, cuando fue mandado residenciar, y tres años más tarde se le dio comisión para que averiguara los excesos del licenciado Lobos, que tenía a su cargo el abastecimiento de pan de la villa de Madrid.

Por real provisión fechada en El Pardo el 26 de noviembre de 1591 se le despachó título de oidor de la nuevamente mandada a establecer Real Audiencia de Manila.

El licenciado Téllez de Almazán debió de viajar a Filipinas solamente en 1597, pues cuando se hallaba en Cádiz dispuesto para embarcar padeció el asalto de los ingleses a aquel puerto, sucesos en los cuales perdió la corta hacienda que había embarcado, como consecuencia del incendio de la flota, y al embarcar nuevamente y hallarse en el puerto de San Juan de Ulúa en Veracruz, se hundió el navío en que viajaba, perdiendo la poca hacienda que le quedaba “y con ello mis libros que eran de mucha cantidad”.

Después de tan accidentada travesía embarcó en Acapulco con sus compañeros rumbo a Filipinas y se halló en el acto de instalación de la Real Audiencia de Manila el 8 de junio de 1598 y en el mes siguiente solicitaba licencia para casar a dos de sus hijas que se hallaban en edad de tomar estado, la que se le concedió por Real Decreto fechado el 5 de julio de 1604.

Mientras se mantuvo en el servicio de su plaza en Filipinas tuvo a su cargo las residencias de los gobernadores Gómez y Luis Pérez das Mariñas, visitó a Francisco Tello del tiempo que fue gobernador y tomó la residencia al oidor Antonio de Morga.

Cuando en el mes de noviembre de 1605 el gobernador Pedro de Acuña salió a la jornada de Terranate dejó al oidor Téllez de Almazán haciendo los oficios de gobernador y capitán general, en cuyo tiempo se ocupó en disponer las defensas de la ciudad y para ello hizo alistar a todos los españoles que había en las islas, reduciéndolos a banderas particulares y procuró abastecer y reparar las fortalezas y presidios, que habían quedado casi desamparados, pues se había tomado de ellos lo mejor de la artillería y municiones para la expedición del gobernador, quien regresó a Manila en mayo de 1606 y retomó sus empleos de gobernador y capitán general.

El gobernador Acuña murió a los veintiún días de haber regresado de su expedición a Terranate, por el mes de junio de 1606, y el licenciado Téllez de Almazán, en su calidad de oidor más antiguo, asumió nuevamente como gobernador y capitán general interino de Filipinas, empleos en los que se mantuvo hasta mediados del año 1608, cuando arribó a Filipinas Rodrigo de Viveros, provisto a la espera del propietario Juan de Silva. En este tiempo adoptó diversas providencias para proveer de pólvora y municiones las fortalezas y presidios de las islas y disponer sus piezas artilladas, y, para atender a la falta de tropa, además de las compañías de infanterías pagadas, hizo levantar otras cinco compañías de vecinos de la ciudad de Manila para que hicieran sus rondas y guardias. En 1608 debió hacer frente a una serie de expediciones de salteos y robos que organizaron los indios mindanaos que con más de cincuenta navíos atacaron varias islas, disponiendo contra ellos al capitán Francisco de Salgado a la cabeza de una pequeña compañía de españoles a bordo de diez embarcaciones, que lograron vencer a los naturales alzados.

En su tiempo de gobierno también se acordó, previo parecer de las órdenes religiosas, la expulsión de los japoneses que residían en la ciudad de Manila “por ser de condición áspera y soberbia, y que no se pueden gobernar, si no es con las rigurosas leyes de su tierra, que por cualquier exceso les cortan el cuerpo por medio y lo mismo a su mujer e hijos y si el delicto es grave llega el castigo hasta los parientes”.

El oidor Téllez de Almazán, desde muy temprano, había comenzado a solicitar a la Corte que se le trasladara a una plaza en la Real Audiencia de México, petición que reiteró insistentemente desde que tomó a su cargo el gobierno interino de Filipinas, pero sólo obtuvo que, sobre consulta de Cámara fechada en Madrid el 5 de julio de 1607, se le hiciera merced por una vez y como ayuda de costa de la cantidad de 4000 ducados y, aunque repitió posteriormente sus instancias, no logró el ascenso y acabó sus días en Manila.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.235, n. 2; Contratación, 5.251, n. 2; Contratación, 5.253, n. 1; Filipinas, 1, n. 126; Filipinas, 6, r. 9, n. 156; Filipinas, 19, r. 7, n. 117; Filipinas, 20, r. 1, n. 5; Filipinas, 20, r. 2, n. 23; Filipinas, 339, l. 1, fol. 68r-68v; Filipinas, 339, l. 2, fol. 104v.-105v.; Méjico, 235, n. 6; Patronato, 47, r. 32; Consejo Real de Castilla, 228, n. 1; Consejo Real de Castilla, 620, n. 4; Consejo Real de Castilla, 749, n. 1.

E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947, págs. 92 y 520.

 

Javier Barrientos Grandon