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Leonor Téllez de Meneses

Biografía

Téllez de Meneses, Leonor. Tras-os-Montes (Lugo), c. 1350 – Valladolid, c. 1405. Reina de Portugal, esposa de Fernando I.

Hija de Martín Alfonso Téllez de Meneses y de Aldonza de Vasconcelos, nació en torno a la fecha señalada, en alguna población de la comarca de Trasos- Montes; su biografía aparece frecuentemente desfigurada por las duras acusaciones de sus enemigos en la grave crisis política portuguesa desatada a partir de 1383, aireada por la historiografía oficial de los triunfadores Avís, y en gran medida heredada por una historiografía que ha interpretado aquella crisis como una guerra nacional contra Castilla.

Aparece en el ámbito histórico como esposa de Joao Lourenço da Cunha, señor de Pombeiro, con el que había contraído matrimonio muy joven; con él tendrá, al menos, un hijo, Álvaro de Sousa, también llamado da Cunha, III señor de Pombeiro. Leonor saltó al primer plano al contraer matrimonio con el rey Fernando I. El monarca portugués, que había fracasado en su intento de alcanzar el Trono de Castilla como candidato de los últimos partidarios de Pedro I, el monarca asesinado en Montiel, lograba una ventajosa paz con Enrique II (Alcoutim, 31 de marzo de 1371): en ella se preveían algunas anexiones territoriales a Portugal y el matrimonio del portugués con Leonor, una hija del castellano. Sin embargo, Fernando I, que ya conocía a Leonor Téllez, logró la declaración de nulidad del matrimonio de ésta, y se casó con ella (Leça do Balio, mayo de 1372) en medio de un sonoro escándalo: varias poblaciones conocieron importantes movimientos populares duramente reprimidos.

Además de renunciar a las cesiones castellanas, Fernando I se aliaba con el duque de Lancaster, nuevo candidato de los petristas al Trono de Castilla; sin apoyo alguno inglés, hubo de enfrentarse a una expedición de castigo castellana que penetró hasta Lisboa.

Fernando I firmaba una nueva paz (Santarem, 19 de marzo de 1373) a cuyo amparo se acordaban varios matrimonios, entre ellos el de Beatriz, hija de Fernando y Leonor, heredera del Reino, recién nacida, con Fadrique, bastardo del monarca castellano. Desde luego, Leonor, que a lo sumo podría ser el exponente de un crecimiento del poder nobiliario, aparece como culpable de la errática política de su esposo.

La enfermedad de Fernando I, que hacía verosímil una minoría de Beatriz bajo la regencia de Leonor, elevaba el protagonismo político de la Reina, pero también las tensiones en torno a la sucesión: para algunos, ésta debía recaer, por razón de herencia masculina, en el infante don Juan, hijo de Pedro I e Inés de Castro. Don Juan estaba casado con María Téllez, hermana de la Reina, a la que asesinó (en junio o julio de 1379), al parecer por instigación de Leonor, para casar con la heredera Beatriz; sería un modo de resolver las tensiones internas en torno a la herencia. Si embargo, pocos meses después, el infante portugués huiría a Castilla, sin duda por los proyectos que se preparaban en Portugal.

Para asegurar la herencia de Beatriz había que incrementar la apuesta castellana. En enero de 1380 llegaba a Castilla una embajada portuguesa de entera confianza de la Reina. Venían a proponer el matrimonio de Beatriz con el heredero de Juan I, el futuro Enrique III: salvo que Fernando y Leonor tuviesen un hijo varón, hecho ya poco probable, Castilla y Portugal tendrían un día los mismos reyes; incluso, si no había descendencia de ese matrimonio, Portugal se uniría a Castilla. Eso garantizaba el interés castellano y el protagonismo de Leonor, a quien se garantizaba su puesto como Reina Regente, pero reforzaba la posición de quienes se oponían a Beatriz, que ahora supondría la absorción por Castilla. La oferta fue aceptada por parte castellana de inmediato.

Pero no se negociaba en una sola dirección. Al menos desde mayo de 1380 se halla en la Corte portuguesa un viejo petrista, Juan Fernández de Andeiro, al que la propaganda enemiga hacía amante de la Reina que, desde luego, le favoreció en extremo haciéndole conde de Ourem; estaba negociando, con gran sigilo, una alianza de Portugal con el duque de Lancaster para una expedición de éste que habría de darle el Trono de Castilla, además de ser una cruzada a favor del Papa de Roma frente al de Aviñón. La alianza, que incluía el matrimonio de Beatriz con un hijo del conde de Cambridge, quedó sellada en julio de este año. Esas eran las noticias que llevó a Castilla el fugitivo infante portugués Juan, poniendo al descubierto la doble negociación.

La contundente reacción castellana en la campaña de 1381, la ineficaz y destructiva presencia inglesa, que se comportaba como verdadero ejército de ocupación, dejaba la cuestión resuelta, aunque el conflicto se mantuvo en compás de espera durante el invierno.

Cuando, a finales de julio, los dos ejércitos estaban frente a frente en las proximidades de Elvas, unas sorprendentes negociaciones desembocaron en un repentino acuerdo (10 de agosto de 1382), casi repetición de Santarem, con la modificación de que el novio de Beatriz sería Fernando, el segundogénito del rey castellano, no el heredero: era un acuerdo interesante para Castilla y más aceptable para Portugal. La razón del cambio estaba seguramente en Leonor que, unos días antes había dado a luz un varón, muerto poco después. Casi con toda seguridad, ya no habría heredero sino Beatriz, y la regencia sería inminente y larga; para ser viable, se requería apoyo castellano, no el inútil inglés, y suscitar la menor resistencia posible por parte portuguesa.

En septiembre de 1382 murió la reina de Castilla, Leonor; la prematura viudedad de Juan I era un atractivo demasiado poderoso para Leonor Téllez y su equipo de gobierno. Sólo el Rey de Castilla aportaría el apoyo necesario para sostener la regencia y neutralizaría al infante don Juan, que poco podría sin apoyo castellano. Portugal fue heredado por los hijos de esta unión, en tanto Castilla tenía su propia dinastía: el peligro de unión parecía bastante remoto, de modo que, desde ese punto de vista, tampoco habían de suscitarse resistencias.

Leonor tenía un gran protagonismo en esos acuerdos: tras fallecer su esposo, gobernó Portugal en ausencia de su hija en Castilla, sin intromisión de Juan I, y actuaría como tutora de sus posibles nietos, hasta la mayoría de edad del primogénito; una larga perspectiva de ejercicio del poder. En mayo de 1383 tuvieron lugar las ceremonias de la boda de Beatriz y Juan I; el nuevo embarazo de Leonor, que podía alterar la sucesión portuguesa y produjo expectación en Castilla, no tuvo repercusiones: en septiembre daba a luz una niña que moría pocos días después.

En octubre fallecía Fernando I; Leonor, con fuerte oposición, constituyó el consejo de regencia y ordenó la proclamación de su hija como reina: en varias ciudades se produjeron incidentes de creciente dureza.

Entretanto, Juan I, llevando consigo a Beatriz, había entrado en Portugal, a comienzos de diciembre, e instalado en Guarda su Corte. Allí le llegaron noticias de los graves disturbios de Lisboa, entre ellos el asesinato de Andeiro y del obispo de la ciudad, la instalación de un extraño gobierno encabezado por Juan de Avís, como defensor del Reino, y la huida de Leonor, primero a Alemquer y luego a Santarem, a donde acudió el monarca castellano a petición de su suegra.

Leonor renunció inmediatamente a la regencia a favor de su yerno, sin duda presionada por éste: con ella desaparecía el único gobierno portugués con una base legal. Causas muy graves debieron haber provocado esa decisión y la inmediata actitud de Leonor: en el mes de marzo, mientras Juan I ponía cerco a Coimbra, defendida por un hermano y un tío de la Reina, se descubría una conjura cuyo contenido se desconoce, en la que ella estaba implicada, junto a Pedro, conde de Trastámara y su hermano Alfonso Enríquez, primos del monarca castellano.

Leonor era recluida en el Convento de Santa Clara de Tordesillas, aunque su reclusión no parece que fue muy prolongada: el curso de los acontecimientos en Portugal, con la consolidación de Juan de Avís en el Trono, diluía la importancia de la desterrada Reina tanto como las posibilidades de su hija de ocupar el Trono portugués. Vivió en Valladolid hasta el final de su vida, muy probablemente bajo la protección de su hija, aunque se carece casi absolutamente de información fiable de ese período; su muerte debió de ocurrir hacia 1405. En el solar de su casa se fundó, probablemente por su hija, un Convento de la Merced; allí fue sepultada la reina Leonor.

 

Bibl.: L. Suárez Fernández, Historia del reinado de Juan I de Castilla, vol. I, Madrid, Universidad Autónoma, 1977; M. Marques Duarte, Leonor Teles. Ensaio biográfico, Porto, Campo das Letras, 2002; M.ª H. da Cruz Coelho, D. Joao I. O rei que re-colheu Boa Memória, Lisboa, Circulo de Leitores, 2005; R. C. Gomes, D. Fernando, Lisboa, Circulo de Leitores, 2005; C. Olivera Serrano, Beatriz de Portugal. La pugna dinástica Avís-Trastámara, Santiago de Compostela, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2005.

 

Vicente Álvarez Palenzuela

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