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Jerónimo de Perigord

Biografía

Perigord, Jerónimo de. Périgueux (Francia), s. m. s. xi – Zamora, 1125-1126. Eclesiástico, obispo.

Miembro de la Orden de San Benito, de la observancia de Cluny, llegó a Toledo a finales de 1096 o principios de 1097 acompañando al nuevo arzobispo Bernardo cuando éste regresó a España tras su fracasado intento de marchar a la cruzada, y fue nombrado canónigo. Jiménez de Rada lo recoge con estas palabras: “[…] trajo de Perigord a Jerónimo, que en los años de Rodrigo, el Campeador, fue obispo de Valencia [...]”. Cuando el Cid conquistó Valencia (junio de 1094), fue llamado por éste en calidad de consejero y confesor; pero al vacar la sede valentina por defunción en Bari de su obispo, fue elegido Jerónimo para sucederle. Acompañó al Cid desde 1097 o comienzos de 1098.

El Cid, decidido a reforzar la cristianización de Valencia, en 1096 purificó varias mezquitas y convirtió la aljama mayor en Catedral, dedicada a María Santísima, la dotó espléndidamente, lo mismo que Jimena hizo en 1101, y, al morir el “obispo del rey Alfonso”, procuró que fuese reconocido obispo de Valencia Jerónimo de Perigord, lo que hizo por aclamación canónica y concorde con pueblo. Luego pasó a Italia, donde recibió la consagración episcopal del papa Urbano II y no del metropolitano de Toledo, aunque fuese su sufragáneo. Richard Fletcher lo interpreta en el sentido de que la diócesis de Valencia había sido declarada por el Papa exenta de cualquier metropolitano y subordinada directamente a Roma. Jerónimo fue obispo de Valencia entre 1097 y 1102.

Jerónimo, antes de ser obispo, recibió una parte de una almunia en el término de Yubayla (El Puig), a la que añadió más tarde la villa de Frenales (Pobla de Farnals) en dicho término de Yubaila con doce yugadas de tierra en Sagunto, otras doce en Almenara y doce más en Burriana. Para defender estas donaciones lanzó el obispo excomunión contra quien intentara arrebatárselas. En este diploma del año 1098 de dotación cidiana de la Catedral de Valencia y de Jerónimo, se dan algunos datos biográficos de este personaje, aludiendo a su procedencia de la tierra Susana, es decir, del otro lado de los Pirineos, franco; y que al llegar recibió la donación de Yubaila, mientras era por entonces presbítero.

Al morir el Cid en 1102 y ante el peligro almorávide, Jerónimo salió de Valencia con la hueste cidiana.

Tras su llegada a Castilla, el 22 de junio el conde Raimundo de Borgoña lo puso al frente de todas las iglesias y clérigos de Zamora y Salamanca, en las que ejerció su pontificado hasta 1120. Ya en 1102 intervino en las obras de la Catedral románica salmantina, que fue dotada desde su llegada con todas las iglesias y clérigos de Zamora y Salamanca, además de una serie de villas no especificadas. El conde donó al obispo el diezmo de los frutos de la tierra y el barrio Este, a mano izquierda de la puerta de la ciudad de Salamanca que da al río, el de los francos, así como la mitad de las aceñas, pesqueras y campos.

El Poema de Mío Cid en los versos 1287 y siguientes dice de él: “Bien entendido es de letras e mucho acordado, / de pie e de cavallo mucho era arreziado”, es decir, hombre de letras y de armas, lo que ha llevado a algún autor, como Javier Sainz Moreno, a considerarlo el autor del citado poema.

También se refiere a su persona con estas palabras: “Visquió de buena vida, e honesta e santa, e finó en Salamanca […]”.

Con el tiempo, Jerónimo cayó en el olvido, y en su tumba situada en la Catedral gótica de Salamanca, en la capilla llamada “del Cristo de las Batallas” puede leerse en su lápida: “Huc translata sunt die 7 I, An 1744, ossa illmi acuen P. D. Iheronimi Visquii sanctitate celeber natione Galli”. Hay quien lo llama Jerónimo Visque (Visquii, del nominativo Visquius), mientras que otros sostienen que sería un error, que habría que sustituir por el verbo vivir, es decir, “que vivió en Perigord”.

 

Bibl.: E. Olmos Canalda, Los prelados valentinos, Valencia, Imprenta de la Semana Gráfica, 1949, págs. 56-57; R. Menéndez Pidal, La España del Cid, Madrid, Espasa Calpe, 1969 (7.ª ed.); J. Sainz Moreno, Jerónimo Visque de Perigord, autor del Poema de Mio Cid, Madrid, Ediciones Eterno Retorno, 1990; R. Fletcher, El Cid, Fuenterrabía (Guipúzcoa), Nerea, 1999 (2.ª ed.); G. Martínez Díez, El Cid histórico, Barcelona, Planeta, 2001.

 

José Hinojosa Montalvo

 

 

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