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Ramón Torres Muñoz y Luna

Biografía

Torres Muñoz y Luna, Ramón. Madrid, 8.XI.1822 – Málaga, 10.XI.1890. Farmacéutico, científico.

Hijo de un importante actor llamado José Torres, más conocido como “García Luna”, Ramón Severiano Andrés del Patrocinio es bautizado en la iglesia parroquial de San José de Madrid. En 1835 se matricula en los Reales Estudios de San Isidro de Madrid, donde obtiene el título de bachiller en Artes el 11 de septiembre de 1840. Ese mismo año inicia su formación en el Colegio de Farmacia de San Fernando, tarea que simultanea trabajando como oficial de operaciones mecánicas en la Dirección General de Loterías Nacionales. Además, durante el último curso de su licenciatura en Farmacia (1844), es ayudante de Juan Pou y Camps en la Cátedra de Química Médica. Al finalizar dicho curso, obtiene el puesto de profesor agregado de la Sección de Farmacia de la Facultad de Ciencias Médicas de Cádiz (Real Orden (RO) de 4 de octubre de 1844). Cuando esta plaza es suprimida poco tiempo después, Torres se traslada a la Facultad de Farmacia de Madrid (RO de 28 de septiembre de 1845), y en 1847 se presenta a una oposición convocada para ocupar el puesto de profesor regente de Segunda Clase de la asignatura “Química” en la Facultad de Filosofía de Madrid. El tribunal, formado por Andrés Alcón, Vicente Santiago de Masarnau y Venancio Valledor, le concede la plaza por unanimidad. Ese mismo año comienza a trabajar como ayudante del Real Gabinete de Física, y unos años después es contratado por la Casa Real como profesor de Física y Química (nombramiento del 18 de marzo de 1859), cargo en el que permanece al menos hasta 1875.

Esta época contempla el desarrollo de las especialidades en la ciencia química, y cuando en 1848 se convoca la oposición para cubrir la primera Cátedra de Química Orgánica en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Madrid, Torres se presenta. Aprueba los ejercicios, pero el tribunal decide dejar la plaza desierta, porque considera que ninguno de los opositores es apto para cubrir dicho puesto. Como era necesario localizar algún profesional cualificado que impartiese dicha asignatura, la Dirección General de Instrucción Pública decide seleccionar a varios profesores para enviarlos pensionados a París, donde deberán formarse en esta disciplina. Uno de los elegidos es Torres, quien ya había obtenido la cátedra en propiedad de la asignatura Química en la Facultad de Filosofía de Madrid (RO de 11 de agosto de 1849). Se le encomienda “perfeccionarse en los dos ramos de Química Orgánica e Inorgánica” (RO de 18 de octubre de 1849), y junto a él viaja Mariano Echevarría, profesor agregado de la Sección de Ciencias Físico- Matemáticas de la misma Facultad. Permanecen en el extranjero hasta 1851, y Torres asiste a las enseñanzas de importantes científicos, como Balard, Despretz, Dumas, Orfila, Payen, Péligot, Pelouze, Pouillet o Wurtz. Las dificultades de este viaje fueron muchas; para poderlo realizar tuvieron que solicitar un anticipo, y unos meses después, una suma extra para pagarle a Wurtz sus clases y los gastos de laboratorio. Meses después, Torres se traslada a la Universidad de Giessen para estudiar con Liebig; se presentó ante el genial químico el 25 de mayo 1851 a las doce del mediodía, “con la única recomendación de un pequeño trabajo científico ejecutado en París”, y se comunicaron “mitad en alemán y mitad en francés”. Torres tiene veintinueve años, y como resultado de su estancia en París y Giessen y de su labor posterior, varios de sus trabajos fueron publicados en revistas internacionales, siendo elogiados por importantes científicos como Bobierre, Malaguti, Orfila, Pelouze o Wurtz.

Torres regresa a España en 1851, se incorpora a su cátedra, y su carrera continúa imparable. Se licencia y se doctora en la Sección de Ciencias Físico-Matemáticas de la Facultad de Filosofía en 1855, cuando aún no se ha creado una Facultad de Ciencias independiente de la de Filosofía, hecho que acontece con la implantación de la Ley Moyano en 1857. Pronto mejora en el escalafón de catedráticos, y obtiene las categorías de Ascenso en 1863, y de Término en 1879, contando sólo con cuarenta y siete años de edad (real orden de 13 de agosto de1879). Integrado plenamente en la actividad académica, a partir de 1852 forma parte de varios tribunales de oposición.

Como docente, se encarga de varias asignaturas diferentes a lo largo de su carrera, pero todas ellas relacionadas con la química. Así, durante el curso 1859- 1860, es el profesor de Química Inorgánica en la Sección de Ciencias Físicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid. En el curso 1861-1862 cambia a la asignatura Química General del mismo centro, asignada a los estudios de bachillerato. Enseña esta disciplina durante muchos años, y se preocupa por impartir una buena formación a sus alumnos. Su generosa actitud queda reflejada cuando en 1867 solicita que varios discípulos aventajados de su clase puedan repetir personalmente las prácticas que él realiza ante ellos, hecho que era innovador en la universidad española. Debido al escaso presupuesto, los mismos alumnos se costearían el material, y los experimentos se realizarían en horario extra y bajo la tutela de Torres. A pesar de todas estas facilidades, el rector no permitió dichas prácticas, alegando el gasto público que supondría utilizar el instrumental del laboratorio fuera del horario oficial (carta con la negativa: 3 de enero de 1867). Por su fama de buen profesor, el número de estudiantes que había en sus clases era cada vez mayor. En 1875 tenía un promedio de unos 700 alumnos por curso, y de él se afirmaba que era un “modelo de orden y disciplina escolar, como es público y notorio. El número total que este profesor cuenta hoy como discípulos pasa de 10.000”.

Muchas de sus obras fueron consideradas obras de texto durante varios años para las facultades y escuelas superiores y profesionales, tal y como aparece publicado en varias Gacetas de Madrid (3 de septiembre de 1864, 24 de septiembre de 1867, etc.).

Dedicado a la investigación química, viaja constantemente al extranjero para ampliar sus conocimientos. Realiza numerosas estancias breves, porque prácticamente cada verano se traslada a Europa, aprovechando las vacaciones escolares. En 1848 está en Licerasse junto a Lecanu, y en 1854, 1856, 1857 1859 y 1860 solicita las licencias correspondientes para trasladarse a Francia y Alemania a los laboratorios de Dumas y Liebig, “con el objeto de estudiar los adelantos que en la asignatura de Química se hayan verificado en los referidos países”. También realiza viajes de mayor duración; en 1869 permanece durante un año en Alemania, con el encargo de aprender los mejores sistemas que se podrían aplicar para desarrollar la riqueza agrícola e industrial del país. Forma parte de la comisión que representa a España en varias Exposiciones Universales celebradas en París, Viena y Filadelfia, y viaja a París y a Burdeos para estudiar los nuevos métodos utilizados en la desinfección de los terrenos invadidos por la filoxera.

Torres asiste al primer Congreso Internacional de Química que se celebra en la ciudad alemana de Karlsruhe (3-5 de septiembre de 1860). Aparece inscrito como: “Spanien: Madrid: R. de Suna”, si bien en las actas de las sesiones también se le cita como “Ramón de Luna”, cuando interviene en los debates junto a Kekulé, Natanson, Strecker, Nicklès y Béchamps entre otros químicos. En 1881 asiste al Congreso Internacional de Directores de Estaciones Agronómicas y Laboratorios Agrícolas celebrado en Versalles.

Pertenece a un elevado número de sociedades científicas españolas y europeas, como la Sociedad Química de París, la Academia de Ciencias de Nantes, la Academia de Medicina de Madrid, o todas las Sociedades y Colegios de Farmacia de España. Preocupado por el correcto empleo de los productos químicos en medicina, idea un sistema para utilizar el “gas hiponítrico o gas del ochavo” (actual NO2), para desinfectar los hospitales y otros edificios durante las epidemias. Crea una “bolsa química” para diagnosticar enfermedades, así como un método nuevo para cortar hemorragias y desinfectar úlceras y heridas. La novedad consistía en esterilizar unas tiras de lienzo al someterlas a la acción de diferentes gases y líquidos volátiles, y fueron empleadas en las ambulancias y hospitales europeos. También idea un espirómetro que tiene un gran éxito, en parte porque simula que es de patente inglesa. Interesado especialmente en las aplicaciones agrícolas de la química, se encarga de la dirección de la revista La España Científica y Agrícola, y participa en varios concursos sobre este tema, en los que obtiene numerosos premios y menciones de honor.

Ocupa importantes cargos dentro de la Administración, como ser consejero de Sanidad del Reino o Consejero de Agricultura, y se le conceden diferentes honores, como la Cruz de 1.ª Clase de la Orden de Beneficencia, o los cargos de Comendador de número de Carlos III y el de comendador de la Orden de Cristo de Portugal. Es propuesto por el Cuerpo de Sanidad Militar para la Cruz del Mérito Científico, y aunque no se le concede por ser civil, se le propone para optar a la Gran Cruz de Isabel la Católica. Torres contrae matrimonio con María Iglesias y Caudete el 27 de mayo de 1846, y vive la tragedia de ver morir joven a su único hijo, Ramón Torres Iglesias; “para olvidar la muerte de su único hijo”, el 24 de octubre de 1870 se le concede un permiso especial para realizar una excursión agrícola por Andalucía y Extremadura.

Pacifista convencido, vive el horror de las tres guerras carlistas y los destrozos humanos y económicos que generan, que le inspiran su libro La campaña de la paz (1877).

 

Obras de ~: J. B. Dumas, J. B. Boussingault, Ensayo de estática química de los seres organizados. Traducido por ~, Madrid, 1846 3.ª ed.; L. R. Lecanu, Curso completo de Farmacia. Traducido y adicionado por ~, Madrid, Imp. de José María Alonso, 1848-1849; “Mémoire sur la nature chimique de la chufa (suchet comestible)”, en Chemist, II, (1850-1851), págs. 437- 45 y Annales de Chimie (AC), XXXV (1852), págs. 194- 205; “Analyse du suchet comestible”, en Comptes Rendus de l’Academie des Sciences de Paris, XXXII (1851), pág. 590, en Journal de Pharmacie (JP), XIX (1851), págs. 336-346, Liebig Annal., LXXVIII (1851), págs. 370-371; “Mémoire sur la sucre de canne, l’huile, et fecula de la chufa (suchet comestible)”, Memoria presentada ante la Academia de Ciencias de París, en Anales de Química y Física (junio de 1852), pág. 194; Guía del químico práctico ó compendio de análisis química, Madrid, Aguado, 1852; Urinometría: nuevo método normal para analizar la orina, descubierto por el célebre químico el dr. Justo Liebig..., Madrid, M. Rivadeneyra, 1853; J. Liebig, Nuevas cartas sobre la química, consideradas en sus aplicaciones a la industria, a la fisiología y a la agricultura. Edición española publicada por ~, Madrid, Imp. de Agustín Espinosa y Compañía, 1853; “Des dêpots salins des lacs de la province de Tolède (Espagne)”, en JP, XXVI (1854), págs. 125-127; Discurso leído en la... investidura del grado de doctor... [Tema: ¿es por ventura la necesidad de la conservación la que obliga al hombre á instruirse, ó es más bien el cumplimiento de una ley á la que el supremo hacedor ha querido sujetar la organización humana?], Madrid, José María Ducarcal, 1855; “De la substitution du sulfate de magnésie naturel à l’acide sulfurique dans la fabrication de l’acide chlorhydrique, du sulfate du soude, de l’acide azotique et du chlore”, en AC, XLV (1855), págs. 341-343, Liebig Annal., XCVI (1855), págs. 104-106, en JP, XXIX (1856), págs. 49-50 (descubrimiento premiado con una mención honorífica en el Exposición Universal de Francia celebrada en París); La química en sus principales aplicaciones á la agricultura, Madrid, F. de Bona, 1856; “Emploi du sulfate de magnésie comme sucédané de l’acide sulfurique dans la préparation de certains corps”, en JP, XXIX (1856), págs. 285-286; “De la substitution du sulfate de magnésie naturel à l’acide sulfurique dans la fabrication de l’acide chlorhydrique. Fabrication de la soude artificielle”, en JP, XXX (1856), págs. 115-116 y en AC, XLVII (1856), págs. 176-178; Noticia de los trabajos científicos de Mr. Lecanu, precedida de un juicio crítico sobre su discurso titulado “Recuerdos de Mr. Thènard”, Madrid, Imp. Manuel Álvarez, 1858; Los cuatro elementos de Aristóteles en el siglo xix: Lecciones pronunciadas en el Ateneo Científico y Literario, Madrid, Imp. de Manuel Álvarez, 1858; “Obtention des alcaloides volatiles”, en Comptes Rendus de l’Academie des Sciences de Paris, (abril 1859), pág. 802; Estudios químicos sobre el aire atmosférico de Madrid, Madrid, Manuel Álvarez, 1860; “Observations relatives à l’extraction de l’urée de l’urine”, en Paris, Soc. Chim., Bull., 1860, págs. 33-40; Etude chimique sur l’air atmosphérique de Madrid, Traduit por M. H. Gaultier de Claubres, Paris, L. Martínez, 1861; “Etudes chimiques sur l’air atmosphérique de Madrid”, en Annales d’ Hygiène Publique, XV (1861) y en Revista Minera, XII (1861); Lecciones elementales de Química General para uso de los alumnos de ciencias, medicina, farmacia, ingenieros industriales, agrónomos, de minas, etc, por D. R. T. Muñoz de Luna, Madrid, Imp. de Manuel Álvarez, 1861 (2.ª ed., 1864 y 3.ª ed., 1872); L. R. Lecanu, Instrucción popular para el azufrado de las vides, o método seguro y práctico para destruir el oidium por medio del azufre... Traducido por ~, Madrid, Imp. de Manuel Álvarez, 1862; Memoria relativa a la Exposición Universal a Londres, Madrid, Imprenta Nacional, 1863; La naturaleza ante la ciencia y la fé: consideraciones científico-religiosas dedicadas a S.A.R. el Sermo. Principe de Asturias, Madrid, Imp, Escuelas Pías, 1863; “Obtención de ozono a partir del oxígeno normal por la reacción de ácido sulfúrico sobre la potasa en presencia de oxígeno”, en Anales de Química del Instituto de Francia (junio de 1863); Memoria premiada en el concurso... abierto por la Real Academia de Ciencias para el año de 1862, Madrid, Eusebio Aguado, 1864; Memoria... sobre el tema influencia de los fosfatos térreos en la vegetación y procedimientos más económicos para utilizarlos en la producción de cereales en la Península... Madrid, Eusebio Aguado, 1864; El álbum de mis hijos. Poesías dedicadas al Sermo. Sr. príncipe de Asturias, Madrid, Est. Tipográfico de Antonio Peñuelas, 1864; Prontuario de Química General, para complemento de la instrucción preparatoria en los Institutos de 2.ª Enseñanza, Seminarios y Colegios, por ~, Madrid, Lib. de Sánchez, 1865; El cólera morbo asiático considerado bajo el punto de vista químico, Madrid, Imp. de Antonio Peñuelas, 1865; Inutilidad e inconvenientes del actual sistema de lazareto y cuarentenas: discurso... ante el Congreso Médico Español, Madrid, Imp. José M. Ducarcal, 1865; El porvenir de la agricultura española: deducido de las últimas observaciones experimentales que acerca de las enfermedades de la vid, gusanos de seda, patatas y trigo ha hecho el químico alemán Justo Liebig, Madrid, Sánchez, Imp. de Peñuelas, 1865; L. R. Lecanu, Estudios sobre las uvas, sus productos y la vinificación... Traducido por ~, Madrid, Imp. de A. Peñuelas, 1868; Estudios químicos sobre economía agrícola en general y particularmente sobre la importancia de los abonos fosfatados, Madrid, Imp. Colegio de Sordomudos y Ciegos, 1868; Cuestión capital de España: La agricultura y la hacienda, Madrid, Sra. V. e hijas de A. Peñuelas, 1871; Biografía del barón de Liebig, Madrid, Hospicio, 1873; La campaña de la paz: cartas dirigidas a Don Fermín Caballero, Don Ignacio Escobar y D. Melitón Martín y dedicadas a S.M. el rey Don Alfonso XII, Madrid, Manuel Tello, 1877; Elementos de Química General, para uso de los alumnos de ciencias, medicina, farmacia, ingenieros industriales, agrónomos, de minas, etc, por D. R. T. Muñoz de Luna, Madrid, Librería de Sánchez, 1877 (4.ª ed. de obra anterior); Recuerdo de familia: a la memoria de mi querido amigo de la infancia Don Rafael Gracia Cantalapiedra (Q. D. H.), Madrid, [Campuzano hermanos], 1878; Porvenir de la agricultura española: conferencia agrícola., por ~...; precedida de un prólogo del Sr. D. Fernando Corradi, Madrid, Manuel G. Hernández, 1881; La ciencia al alcance de los niños: trozos morales e instructivos en prosa y verso, Madrid, Lib. de Gregorio Hernando (Imprenta del mismo), 1882; El cólera morbo asiático: importancia del ácido hiponítrico, considerado como desinfectante, agente profiláctico y curativo, Madrid, Enrique Teodoro, 1884; Tratado de Química General y descriptiva, obra de texto escrita con destino a la enseñaza de los alumnos de ciencias, medicina, farmacia, y escuelas especiales, por D. R. T. Muñoz de Luna, Madrid, Est. Tipográfico de Ricardo Fe, 1885 (5.ª ed. de la obra anterior).

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de la Administración, Educación, Caja 31/16.846; Iglesia parroquial de San José de Madrid, libro de bautizados del 10 de noviembre de 1822, folio 135.

Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad Central y en los establecimientos de su distrito, en el curso de 1859 a 1860. Anuario de 1860 a 1861, Madrid, Imp. de J. M. Ducazcal, 1861 (también cursos de 1861 a 1862 y ss).; Gaceta de Madrid del 6 de marzo de 1861; Resumen de las Actas de la RACEFYNM en el año académico de 1861 a 1862, Madrid, Aguado, 1863; L. Ballesteros Robles, Diccionario biográfico matritense, Madrid, Imprenta Municipal, 1912; J. Vernet Ginés, Historia de la Ciencia Española, Madrid, Instituto de España, Cátedra “Alfonso X el Sabio”, 1975; R. Roldán Guerrero, Diccionario biográfico y bibliográfico de autores farmacéuticos españoles, Madrid, IMPHOE, 1976; F. Aragón de la Cruz, “Evolución histórica de la clasificación de los elementos”, en Cursi de conferencias sobre historia de la química desarrolladas durante los meses de octubre a diciembre de 1981, Madrid, Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 1981, págs. 283-315; J. M. López Piñero et al., Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, Barcelona, Península, 1983; M. J. Nye, The Question of the Atom: From the Karlsruhe Congress to the First Solvay Conference, 1860-1911. A compilation of primary sources selected and introduced by ~, Los Ángeles, Tomash Publishers, 1986; E. Portela Marco, A. Soler Leal, Bibliografía Chemica-hispanica, 1482-1950, vol. II, libros y folletos, 1801-1900. Cuadernos valencianos de historia de la medicina y de la ciencia, 31, serie C, Repertorios biobibliográficos, Valencia, Instituto de Estudios Documentales e Históricos sobre la Ciencia, 1987; M. J. Nye, From Chemical Philosophy to Theoretical Chemistry: Dynamics of Matter and Dynamics of Disciplines, 1800-1950, Berkeley, University of California Press, 1993; T. Moya Carcel, “La enseñanza de la química en la Universidad española del siglo xix”, en Asclepio, XLVI, 2 (1994), págs. 43-59; I. Pellón González, La recepción de la Teoría Atómica Química en la España del siglo xix, Leioa, Universidad del País Vasco (UPV/EHU), tesis doctoral dirigida por el Dr. Ramón Gago Bohórquez, 1998; I. Pellón González, “Un químico español en el congreso internacional de Karlsruhe (1860): Ramón Torres Muñoz de Luna (1822- 1890)”, en J. L. García Hourcade (coord.), et al., Estudios de Historia de las Técnicas, la Arqueología industrial y las Ciencias. VI Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, Salamanca, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1998, págs. 681-699; J. Gutiérrez Cuadrado, “Torres Muñoz de Luna y la lengua de la química en el siglo xix”, en J. L. García Hourcade (coord.), et al., Estudios de Historia de las Técnicas, la Arqueología industrial y las Ciencias. VI Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, Salamanca, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1998, págs. 701- 712; I. Pellón González, “La recepción de la Teoría Atómica Química en la España del siglo xix”, en J. Puerto Sarmiento (ed.), 1898. Sanidad y Ciencia en España y Latinoamérica durante el cambio de siglo, Madrid, Ed. Doce Calles, 1999, págs. 175-204; I. Pellón González, “Los químicos españoles ante la teoría atómica química (1803-1890)”, en Anales de la Real Sociedad Española de Química, vol. 97, n.º 4, Segunda época (1999), págs. 47-59.

 

Inés Pellón González