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Rumiñahui

Biografía

Rumiñahui. Quito (Ecuador), c. 1490 – Ecuador, VII.1534. General inca, rebelde contra la ocupación española.

Nació en Quito en una noble familia de la joven aristocracia inca surgida gracias al traslado de la Corte del Inca Huayna Capac a Quito. Educado para la guerra, fue uno de los más brillantes generales que contribuyeron a la victoria de Atahualpa en su enfrentamiento contra su hermanastro Huaskar. Nombrado gobernador de Quito, quedó al frente de la región norte del Tahuantinsuyu, mientras Atahualpa, junto a Quizquiz y Calcuchimác, se dirigían al sur para tomar Cuzco. En noviembre de 1532 acompañaba al Inca en Cajamarca, cuando éste se dirigía al encuentro con Pizarro. A él se le encargó que junto a seis mil hombres cortase la posible retirada de los españoles en la parte sur de la ciudad. Sin embargo su actuación fue poco honrosa, pues apenas supo del apresamiento de Atahualpa huyó y rehusó el combate. Marchó a su feudo quiteño y allí trato de rehacer el ejército inca, recogiendo los restos huidos de Cajamarca y uniendo los batallones acantonados en el norte del país. Algunos historiadores también han apuntado que la intención clara de Rumiñahui era hacerse dueño y señor de la región que actualmente ocupa Ecuador y hacerse coronar como Inca del territorio todavía no ocupado por los españoles.

Existen muchas dudas sobre la honorabilidad de su comportamiento y lealtad a Atahualpa. Poseía el ejército más poderoso de todos los generales nativos, y si hubiese atacado al escaso grupo de españoles refugiados en Cajamarca hubiese podido liberar al Inca y expulsar a los extranjeros. No lo hizo —a pesar de varios requerimientos por parte de Atahualpa— y siempre permanecerá esa sombra sobre él. Lo cierto es que en Quito fue dueño y señor, actuando como soberano, nombrándose Scyri, jefe supremo de la Confederación Quiteña, con el nombre de Ati II Pillahuaso.

Cuando finalmente se decidió a enviar algunos batallones a Cajamarca, estos sólo pudieron certificar la muerte de Atahualpa y rescatar su cadáver. Para entonces los españoles celebraban la toma de Cuzco.

Posteriormente, durante la celebración de la ceremonia fúnebre en Quito, Rumiñahui profanó la momia del Inca y mandó asesinar a Quilliscacha, regente y tutor de los hijos de Atahualpa.

Frente a este comportamiento desleal y cobarde, en sus dominios norteños ofreció una dura y tenaz resistencia a los españoles. Se negó a reconocer la autoridad de Manco Inca Yupanqui, por haber sido nombrado bajo la imposición de Pizarro y, sobre todo, por pertenecer a la casta de nobles cuzqueños, sus enemigos durante la pasada guerra civil. Durante año y medio aguantó la presión de las tropas hispanas. Primero fue Belalcázar quien, tras sufrir un duro revés en la llanura de Tiocajas, le hizo ceder parte de sus territorios.

Posteriormente debió enfrentarse a las tropas frescas de Diego de Almagro y Pedro de Alvarado.

La presión militar le avocó a buscar un terreno más seguro en las montañas, no sin antes quemar y arrasar Quito. Apriscado en los montes, pensó esperar la llegada de las dispersas tropas de Quizquiz, pero éstas nunca llegaron. Su, ejército diezmado y acorralado se negaba a rendirse y resistió hasta la primavera de 1535.

Finalmente, en julio cayó el fortín de Pillaro, su último refugio. Fue trasladado a Quito donde sufrió terribles torturas para que confesara donde se guardaban los tesoros de la destruida ciudad. Dio numerosas pistas falsas para ganar tiempo y salvar la vida, hasta que Belalcázar ordenó su quema pública en una pira en la plaza principal.

 

Bibl.: J. J. Vega, Los Incas frente a España. Las guerras de Resistencia (1531-1544), Lima, Editorial Peisa, 1992; J. M.ª González Ochoa, Quién es quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.

 

José María González Ochoa

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