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Domingo María Ruiz de la Vega Méndez

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Biografía

Ruiz de la Vega Méndez, Domingo María. Sevilla, 3.II.1789 – Madrid, 1871. Jurista y político.

Hijo de Domingo Antonio Ruiz de la Vega Calvo de Villalobos y María Ángela Méndez Calvo de Villalobos, ambos de familia noble procedente de Cantabria.

Ingresó a los diez años en el Real Colegio de San Telmo de Málaga donde estudió las primeras letras y latín, francés, matemáticas y dibujo. En 1805 se traslada al Real Colegio de San Bartolomé y Santiago de Granada y en 1806 alcanza los grados de bachiller, licenciado y maestro en Filosofía. De allí pasa a la Universidad de Granada, donde estudia Derecho Civil y Cánones. Sustituye en la cátedra a Francisco de Paula Martínez de la Rosa. Bachiller en Leyes en 1811 y abogado en ejercicio a partir de 1813. Desempeñó en el Colegio Imperial de San Miguel las Cátedras de Filosofía, Matemáticas, Lógica, Metafísica, Filosofía Moral e Instituciones de Derecho Romano.

En 1812 fue secretario de la Junta Provincial de Censura y Protección de la libertad de imprenta de Granada.

En 1816 ocupa la plaza de regente de la Cátedra de ética de la Facultad de Filosofía. En 1818 fue examinador de terna para los recibimientos en el Colegio de Abogados. Entre 1818 y 1820 fue asesor de Consejo de Guerra permanente establecido en Granada.

En 1820 publicó la Versión parafrástica del salmo 64 Tedecet hymnus, “Deus in Sion”, aplicado a la Sagrada Eucaristía. Idea con que la M. N. y M. L. Ciudad de Granada adornó la plaza y estación en la festividad del Santísimo Sacramento, en este año de 1820. En 1821 Manifestación que hace al público [...] con motivo de la edición del folleto titulado El Imparcial en que se le dice director presuntivo del Papagayo, negando que fuera director de la revista satírica El Papagayo.

Durante el Trienio fue alcalde segundo constitucional de Granada en 1821, secretario de la Sociedad Patriótica en 1822, censor de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y teniente de la compañía de cazadores de la Milicia Nacional. Fue elegido por primera vez diputado por la provincia de Granada en las elecciones de 1822, tomando parte muy activa en los debates de las legislaturas de 1822 y 1822-1823. Participó, entre otros, en los correspondientes al “estado político de la nación” y la libertad de imprenta, manifestándose siempre a favor de la Constitución del 12. Fue secretario de las Cortes y el 7 de febrero de 1823 fue elegido presidente, cesando en esta función el 19 del mismo mes al finalizar la legislatura. Votó afirmativamente la incapacitación temporal del rey Fernando VII aprobada por las Cortes el 11 de mayo para poder trasladarlo a Cádiz. Según el libro coetáneo Condiciones y semblanzas de los señores diputados a Cortes para los años de 1822 y 1823 Ruiz de la Vega es “joven instruido y muy liberal. Habla mucho, y se le lleva el diablo cuando se piden a las Cortes aclaraciones sobre alguna ley. La única falta que puede reprendérsele es la de ser enemigo de la concisión”.

Tras el Trienio Liberal se exilió a Londres. En la reunión general de emigrados que tuvo lugar en la ciudad el 24 de enero de 1824 fue nombrado miembro de la comisión de socorros. Con su asesoramiento, se clasificó a los exiliados según cargos y profesiones.

Uno de ellos, disconforme con al categoría que se le había dado, llegó, al parecer, a atentar contra Ruiz de la Vega. Este, según Vicente Lloréns, se ganó la vida, como tantos otros, impartiendo clases de español. En su poema El Pelayo, publicado tras su regreso a la península, evoca con nostalgia sus años en Londres. Era, según el informe de Lesseps de 1848, “persona brillante sin límites, literato, poeta”. Y fue considerado generalmente más hombre de letras que jurista.

Regresa a la Península tras la muerte de Fernando VII en julio de 1835 al amparo del indulto concedido por la Reina regente el 23 de octubre de 1833.

Se incorpora al partido moderado y es nombrado jefe político de Ávila en septiembre de 1835. El 27 de noviembre de 1836 accede al puesto de ministro de la Audiencia de Barcelona.

Designado senador por la provincia de Sevilla en las legislaturas de 1837-1838 y 1838-1839, participa en debates relativos a la judicatura y especialmente en los del reglamento provisional para la administración de justicia.

Fue nombrado ministro de Gracia y Justicia en el gabinete moderado del Duque de Frías el 6 de septiembre de 1838, dimitiendo el 21 de noviembre del mismo año. Durante su breve mandato se aprobaron el decreto de 18 de octubre sobre nombramiento y separación de jueces y magistrados y el de 11 de noviembre regulando los juicios de mayor cuantía. Fue miembro de la Junta Consultiva de Gobernación (1839-1840).

En la legislatura de 1841 fue nombrado senador por la provincia de Álava, participando en los debates sobre dotación de culto y clero y enajenación de los bienes del clero secular, entre otros. En la sesión del 10 de agosto, con motivo del debate sobre los efectos retroactivos de las pensiones ministeriales hace un vivo retrato de si mismo: “Yo he consumido un cuantioso patrimonio en mi carrera académica [...] yo he contribuido a la formación en la parte moral y profesional de infinidad de hombres eminentes [...] yo había adquirido un no común crédito y reputación en mi carrera forense [...] Pues bien; riquezas, haberes y esperanzas, todo lo perdí por el llamamiento que me hizo la Patria en los años floridos de mi vida para que viniera a su servicio en la tribuna parlamentaria [...] serví a mi Patria con sincera lealtad, asidua aplicación e incesante esfuerzo; no excusé comprometimientos ni sacrificios, y me vi por ella con el dogal al cuello; emigré, malogré la mejor parte de mis años en la emigración, contribuí materialmente en ella por efecto de ciertas relaciones favorables a enjugar las lágrimas de muchos españoles [...] Vuelvo de mi destierro, me ocupo de la Patria en el desempeño de mandos de provincia y en el ministerio de sus altos tribunales y, por último, me volvió a llamar a los escaños de su Senado” (DSS, n.º 68, de 10 de agosto de 1841: 948).

El 15 de septiembre de 1843 resultó elegido diputado suplente por la circunscripción de Granada y ese mismo año fue designado miembro de la Comisión General de Codificación. Un año después, en septiembre de 1844, senador por la provincia de Madrid.

Por real decreto de 15 de agosto de 1845 fue nombrado senador vitalicio en su condición de ex ministro de Gracia y Justicia. Desempeñó en la legislatura de 1845-1846 el puesto de primer secretario de la cámara alta. Fue también miembro del Consejo Real (1845-1854) y vocal de la Junta General de Beneficiencia (1853). El 14 de julio de 1858 fue nombrado Consejero de Estado. Presidió las secciones de lo Contencioso y Estado, Gracia y Justicia, pasando al retiro en 1868.

Ruiz de la Vega vivió de las rentas de algunas fincas que poseía en Cantabria procedentes del patrimonio familiar y de su cesantía como ministro. Se cuenta que la revolución del 68 le dejó sin medios de subsistencia, por lo que algún amigo suyo publicó —mediante suscripción y para ayudarle económicamente— su colección de poesías Recuerdos de la juventud, acompañados de una biografía escrita por José Joaquín Ribó. Según Lloréns, “soltero y casi octogenario vivía de su pensión de jubilado, cuando perdió la razón. Su locura fue tan suave y mansa como su vida normal”. Buena parte de las poesías de los Recuerdos parecen datar de la época de la emigración y muestran un aire entre nostálgico y resignado.

Ruiz de la Vega murió, al parecer, olvidado por todos, en 1871.

 

Obras de ~: Manifestación que hace al público [...] con motivo de la edición del folleto titulado El Imparcial en que se le dice director presuntivo del Papagayo, Granada, Imprenta Nacional del Ejército, 1821; El Pelayo, poema épico, Madrid, Viuda de Calero, 1839-1840; Recuerdos de la juventud, Madrid, J. Antonio García, 1871.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie de documentación electoral, 8, n.º 14 y 23, n.º 34; Archivo del Senado, Exps. personales, HIS-0399-02.

Condiciones y semblanzas de los señores diputados a Cortes para los años de 1822 y 1823, Madrid, Imprenta de Zurriago, 1822; V. Lloréns, Liberales y romántico:, una emigración española en Inglaterra (1823-1834), Valencia, Castalia, 1979; J. F. Lasso Gaite, El ministerio de Justicia: su imagen histórica (1714-1981), Madrid, 1984; VV. AA., Diccionario biográfico del Trienio Liberal, Madrid, El Museo Universal, 1991; J. Agirreazkuenaga Zigorraga et al., Diccionario biográfico de los parlamentarios de Vasconia (1808-1876), Vitoria, Parlamento Vasco, 1993; F. Lesseps, Lesseps y los políticos españoles (el informe de 1848), Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil Albert, 1993; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quién hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998; J. R. U rquijo Goitia, Gobiernos y ministros españoles (1808-2000), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2001.

 

Mateo Maciá

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