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José Rondeau

Biografía

Rondeau, José. Buenos Aires (Argentina), 4.III.1773 – Montevideo (Uruguay), 18.XI.1844. Militar, político e independentista.

Hijo de una familia de arraigadas creencias religiosas, sus padres querían que hiciese la carrera eclesiástica, pero Rondeau sólo estudió hasta segundo de Teología para dedicarse a su verdadera vocación: las armas. Se inició como cadete en el Regimiento de Infantería de Buenos Aires, el 1 de septiembre de 1793.

Contemporáneo de Artigas, sirvió, como éste, en el Cuerpo de Blandengues de la Frontera, del cual fue oficial en la época de la dominación española, distinguiéndose en todos los encuentros que tuvo con los indios charrúas. Otras de sus tareas fueron vigilar la frontera del Río Grande, amenazada desde el Brasil por los portugueses, perseguir el bandolerismo y el contrabando.

Al efectuarse la invasión inglesa, Rondeau, a la sazón capitán, tomó parte en aquella lucha desigual, hasta que, rendida a los ingleses la plaza de Montevideo tras el asalto del 3 de febrero de 1807, cayó prisionero y fue remitido, como otros muchos, a Inglaterra. Fue puesto en libertad y enviado a España (allí tomó parte en la guerra contra Napoleón, en el Escuadrón de Caballería Dragones del General y en los Voluntarios de Ciudad Rodrigo) con el resto de sus compañeros cuando el Ejército inglés fue aplastado en Montevideo.

Más tarde y por disposición superior, se les entregaron los pasaportes y pudieron regresar a Río de la Plata desde Cádiz, tras un viaje de tres meses. Allí, Rondeau fue enviado al arroyo de Chuy, con el fin de indagar si había tropas portuguesas en la región, continuando después su viaje a Río Grande para dar cuenta de su misión al mariscal Gaspar Vigodet, que había sucedido en el cargo al coronel Soria.

Después fue destacado en Paysandú, e incorporándose a una fuerza que mandaba el capitán de navío español J. Ángel Michelena, se dirigieron al “Arroyo de la China” (febrero de 1811) con objeto de fomentar el pronunciamiento en Entre Ríos contra los españoles, que triunfó desde el primer momento. La Junta de Gobierno le confirió, en marzo, el grado de teniente coronel.

Después de la batalla de las Piedras, librada por Artigas el día 18 de mayo de 1811 y donde quedó prisionera gran parte de la fuerza enemiga, Rondeau concurrió al primer sitio de Montevideo; el asedio duró hasta octubre del mismo año, mes en que éste fue suspendido a consecuencia de un arreglo celebrado entre el gobierno de Buenos Aires y el virrey Elío.

El 24 de mayo de 1811, Rondeau fue elevado a la categoría de coronel. Levantado el sitio de Montevideo regresó a Buenos Aires, donde sofocó el motín del Regimiento n.º 1 de Patricios, encabezado por el general Manuel Belgrano, motín cuya causa fue la orden del general de que sus hombres se cortasen la trenza del cabello, pues era el único regimiento que la conservaba.

A consecuencia de un disparo de cañón contra los sublevados, Rondeau quedó completamente sordo por un tiempo, razón por la cual los Dragones de la Patria marcharon al segundo sitio de Montevideo, al mando de su segundo, el teniente coronel Nicolás de Vedia.

Restablecido de su sordera, el coronel Rondeau se incorporó al Ejército de la Banda Oriental que se encontraba estacionado en el Salto. El 20 de octubre se inició el segundo sitio de la plaza, siendo Rondeau el jefe superior de las fuerzas sitiadoras, compuestas por argentinos y orientales, si bien estos últimos no concurrieron con Artigas sino después de la batalla del Cerrito, librada por Rondeau contra las fuerzas sitiadas.

En Montevideo gobernaba el mariscal Gaspar de Vigodet, tras haberse retirado Elío a España, aboliendo el virreinato del Río de la Plata.

El 31 de diciembre de 1812 los españoles, bajo el mando en jefe del gobernador, emprendieron el ataque y, al mando del brigadier Muesas llegaron a la cumbre del Cerrito, cuartel general de los patriotas.

Los realistas creían ganada la batalla cuando Rondeau reorganizó el batallón y lo condujo de nuevo a la cumbre del Cerrito. Sorprendidos los españoles, comenzaron a ceder mientras el Escuadrón de Dragones Orientales los atacaba por el flanco, arrinconándolos en las murallas de Montevideo, donde los realistas tuvieron que refugiarse.

Tras la batalla del Cerrito, Rondeau continuó estrechando el asedio contra los realistas durante dieciocho meses y, cuando estaba a punto de producirse la rendición de Montevideo, fue reemplazado en el mando por el general Carlos de Alvear. Treinta días después capitulaba Vigodet, y Alvear tomaba posesión de la plaza en junio y recogía los laureles de su antecesor.

Rondeau continuó su carrera militar sirviendo en el Ejército de los Andes, luchando por la causa de la independencia sudamericana y coadyuvando con su pericia militar a la estabilidad de los nuevos Estados que se formaban en aquella parte del Nuevo Continente.

No siempre la suerte de las armas lo favoreció, pues, bajo su mando, el ejército sufrió el desastre de Sipe-Sipe y la derrota en Venta y Media. Pero si bien este revés hizo decaer momentáneamente el espíritu de las huestes americanas, contribuyó a que cesaran las disensiones estériles que existían entre algunos próceres de la Revolución de Mayo, decidiéndolos a abandonar sus resentimientos personales y unirse ante la preponderancia del enemigo común.

Reconocida por brasileños y argentinos la independencia definitiva de la República Oriental, la Asamblea Nacional nombró gobernador provisional y capitán general de la provincia a Rondeau, y en 1819 fue elevado por segunda vez al mando supremo de la nación, a raíz de promulgarse la Constitución y el Congreso aprobó su propuesta de coronar al príncipe de Luca como monarca constitucional.

Acompañado de grandes estadistas, echó los cimientos de la organización administrativa y financiera de la naciente República, decretó el rescate de los esclavos, mandó fundar escuelas primarias en todos los departamentos, creó la Comisión de Agricultura e Industria y la Junta de Higiene Pública y abrió el registro de estadística general, sin contar otras muchas disposiciones de carácter secundario.

El 1828, terminada la guerra contra el Brasil, fue electo gobernador y capitán general provisorio de la Banda Oriental del Uruguay, recientemente independizada, cargo del que fue desalojado en 1830 por la Asamblea.

Regresó a Montevideo donde se le encomendó la jefatura del Estado Mayor General y, posteriormente, fue nombrado ministro de Guerra y Marina (28 de febrero de1839), cargo del que fue relevado por enfermedad en febrero de 1840. En enero de 1841 entró a formar parte del Estado Mayor y en 1842 fue designado presidente del Consejo de Estado.

El general Rondeau murió en la pobreza en Montevideo, el 18 de noviembre de 1844 el Gobierno decretó los honores fúnebres correspondientes a su elevada jerarquía militar. Sus restos mortales descansan en el Panteón Nacional.

 

Bibl.: O. Araujo, Diccionario Popular de la Historia de Uruguay: desde la época del descubrimiento hasta su independencia, Montevideo, Imprenta Artística de Dornaleche y Reyes, 1901; O. Araujo y J. H. Figueira, Perfiles biográficos trazados para la niñez, Montevideo, Dornaleche y Reyes, 1908; J. J. Biedma, Iconografía de Próceres Argentinos, Buenos Aires, Club de Gimnasia y Esgrima, 1932; J. R. Yaben, Biografías Argentinas y Sudamericanas, vol. V, Buenos Aires, Ediciones Históricas Argentinas, 1940; J. M. F Saldaña, Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1840), Montevideo, Amerindia, 1945.

 

Patricia Areal Torres-Murciano

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