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Pedro Suárez de Deza

Biografía

Suárez de Deza, Pedro. Toro (Zamora), c. 1465 – Concepción de la Vega (República Dominicana), 1522. Primer obispo de la Concepción de la Vega, segunda sede episcopal de la Española y el primero que pasó a la citada isla a ocuparse de su sede.

Pedro Suárez de Deza no era dominico, como se repite con frecuencia, sino sacerdote secular, canónigo de Palencia, “doctor en cánones” y sobrino del arzobispo de Sevilla, fray Diego de Deza, quien sí que era dominico.

Una vez suprimidas (8 de agosto de 1511) las tres diócesis de Yaguata, Magua y Baynoa que se habían establecido en 1504, el papa Julio II erige por la bula Romanus Pontifex las nuevas diócesis de Santo Domingo, Concepción de la Vega y San Juan de Puerto Rico, nombrando, fray García de Padilla, a Pedro Suárez de Deza y a Alonso Manso obispos respectivamente de las citadas diócesis.

En virtud del Patronato Real concedido el 28 de julio de 1508 por la bula Universalis Ecclesiae los tres obispos acudieron a Burgos, donde hicieron un pacto con la Corona, el 12 de mayo de 1512, en que se comprometieron a aceptar el derecho de Patronato, y a cambio el Monarca les cedía los diezmos para su sustento.

Pedro Suárez de Deza fue el segundo obispo en embarcarse camino de la isla Española a ocupar su sede.

El 13 de mayo de 1513, el rey ordenaba al tesorero de la Casa de la Contratación de Sevilla que le facilitase la marcha. A finales de 1513 estaba ya en su sede episcopal de Concepción de la Vega, pues el 2 de febrero de 1514 el Monarca conoce por carta que el nuevo obispo “era llegado en salvo” para alegría de sus feligreses. Antes, había enviado por provisor a uno llamado Carlos de Aragón, doctor en París y gran predicador, que dio mucho que hablar y al fin fue condenado por predicar doctrinas peligrosas.

Una constante de estos años y que afectó de manera especial a los primeros obispos de las Indias fue la pugna sorda y dura por cobrar y disponer de los diezmos, sustento principal de la iglesia y fuente capital en el funcionamiento de las diócesis. Sucedió con los tres primeros obispos y supuso mucha desazón y tristeza para todos.

En 1519 se encarga a Pedro Suárez de Deza de elaborar un arancel de derechos y tasas episcopales y parroquiales para evitar los graves abusos introducidos en las nuevas tierras.

En 1521, el Monarca tenía previsto nombrar presidente de la Audiencia de Santo Domingo al obispo de la Concepción, Pedro Suárez de Deza, al que, según carta de los gobernadores (11 de abril de 1521), “tenemos nombrado por presidente de esa audiencia que a causa de las turbaciones que ha habido fasta agora en algunos pueblos destos reinos y de cierta indisposición que ha tenido no ha podido ir”.

Dos años después ya ha muerto Suárez de Deza, pues el Rey envía una Real Cédula, el 23 de marzo de 1523, dirigida al prior general de la Orden de San Jerónimo para que intente que el padre fray Luis de Figueroa acepte el obispado de la Concepción y la presidencia de la Audiencia de Santo Domingo. En 1524, se había conseguido del Papado la unión de las dos diócesis (Santo Domingo y la Concepción, vacantes ambas) en una sola que regentaría fray Luis de Figueroa. Su muerte temprana permitió a Sebastián Ramírez de Fuenleal ocuparlas en 1527.

Bartolomé de Las Casas dice que “vivió pocos años en la ciudad de la Concepción, donde murió” a finales de 1522.

 

Bibl.: M. Giménez Fernández, Bartolomé de Las Casas, Vol. I. El plan Cisneros-Las Casas para la reformación de las Indias, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1953; Vol. II. Política inicial de Carlos I en Indias, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1960; C. de Utrera, “Episcopologio”, en C. Nouel, Historia Eclesiástica de Santo Domingo, t. III, Santo Domingo, Editora de Santo Domingo, 1979; J. M. de La Casa Rivas, “Los diezmos como fuentes de ingresos de la Iglesia Dominicana (1492-1577)”, en Casas Reales (Santo Domingo), 12 (1980); G. Fernández de Oviedo, Batallas y Quincuagenas, Madrid, Real Academia de la Historia, 1983, 4 vols.; P. Castañeda, “Pleitos sobre diezmos del azúcar en Santo Domingo y en Canarias”, en Casas Reales (Santo Domingo), 14 (1987); P. Borges (dir.), Historia de la Iglesia en Hispanoamérica y Filipinas, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1992, 2 vols.

 

Luis Arranz Márquez