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Íñigo Vélez de Guevara y Tassis

Biografía

Vélez y Guevara de Tassis, Íñigo. Conde de Oñate (VIII), conde de Villamediana (III). Madrid, c. 1597 – Convento de San Martín (Madrid), 22.II.1658. Diplomático y estadista, comendador de Avanillo, caballero de la Orden de Calatrava, de los Consejos de Estado y de Guerra, embajador español en Viena y Roma, correo mayor, vicario general de Italia, gobernador de Milán y virrey de Nápoles.

Hijo de Íñigo Vélez de Guevara de Tassís, señor de Salinillas de Burandón, y de Catalina Ladrón Vélez de Guevara, V condesa de Oñate. Descendía por ambos costados del I conde de Oñate por línea directa.

Sucedió en el condado a su madre, y a sus hermanos Pedro y Juan, VI y VII condes de Oñate, respectivamente.

Fue, asimismo, III conde de Villamediana y correo mayor, al heredar ambos títulos de su tío Juan de Tassís y Peralta.

Oñate vivió a la sombra de la extraordinaria carrera política de su padre. Realizó pruebas para el ingreso en la Orden de Calatrava en 1621. Entre 1636 y 1638 estuvo de embajador en Londres. En ese destino desbarató el proyecto de una alianza entre ingleses, franceses, suecos y holandeses, y consiguió la devolución de algunos de los barcos apresados por los corsarios, pero no supo mantener la presión del rey inglés por la cuestión de su pariente Federico del Palatinado, ni capear la crisis de los comerciantes víctimas del corso flamenco. A petición de Carlos I Stuardo, Felipe IV se vio obligado a reemplazarle por Alonso de Cárdenas.

A mediados de julio de 1638 desembarcó en La Coruña y en diciembre siguiente ocupaba la embajada en Viena de la que fuera titular su padre tantos años.

En enero de 1642 tramitó ante el Emperador el ofrecimiento de gobernador de los Países Bajos a favor del archiduque Leopoldo. En 1644 participó activamente en la conspiración antiolivarista, que consiguió relegar el destierro del conde duque a Toro, a raíz de la aparición del Nicandro.

En junio de 1646 se embarcó camino de Génova para ocupar la embajada española en Roma. A pesar de las precauciones tomadas, la nave en la que viajaba estuvo a punto de caer en poder de tres galeras piratas de Bizerta, que se hubieran beneficiado del 1.200.000 ducados que traía consigo, más “toda su ropa y casa. Si la cogieran los moros, buena presa hicieran, bien pudieran dejar con ella el oficio de piratas”. Estando en Roma envió avisos al virrey de Nápoles sobre la delicada situación de su Reino.

El alzamiento napolitano se consumó en abril de 1648, y habiéndose hecho dueños los rebeldes del Reino y la ciudad y puesto sitio a Castelnovo, fue destituido el virrey duque de Arcos y nombrado Oñate en su lugar. La situación era crítica, porque Francia intervino apoyando a un aspirante al Trono napolitano, el duque de Guisa, que desembarcó con un ejército.

A pesar de todo, el nuevo virrey consiguió, tras una dura represión, completar con pleno éxito la pacificación del Reino. Levantó el asedio sobre Castelnovo, recuperó militarmente la ciudad, y, más tarde, gracias al apoyo de algunos de los principales barones del Reino, derrotó y expulsó a los franceses, capturando además al duque de Guisa.

Durante el tiempo en que ejerció dicho virreinato tuvo ocasión de desplegar sus grandes dotes de hábil político, estadista y mecenas, librándose a una intensa actividad de reconstrucción e impulso cultural.

Así, hizo reconstruir enclaves defensivos como la torre del Carmen, o el Castel del Ovo, y proyectó la creación de un campamento militar en Pizzofalcone, hizo acondicionar igualmente espacios para la conservación de grano, harina o tabaco, e inició la reforma del puerto marítimo con vistas a potenciar la armada naval. En el ámbito urbanístico rehabilitó edificios emblemáticos de la ciudad como el Palazzo degli Studi (Universidad) y la Vicaría o Tribunal Supremo de Justicia, y prosiguió con la reestructuración de la red hídrica, dotando la ciudad de numerosas fuentes públicas. En el terreno cultural, impulsó el teatro y la comedia a través de una decidida política de mecenazgo, que no dejó al margen la reconstrucción del teatro de San Bartolomeo y la ampliación del Palacio Real. Notoriamente interesado por las letras, Oñate se rodeó de una serie de intelectuales napolitanos que, a su servicio, supieron difundir su programa político y potenciar a la vez su imagen pública. Fue durante su gobierno cuando se manifestó una profusión de publicaciones y también cuando se instituyó la Cátedra de Matemáticas. Todas estas actuaciones le convirtieron en uno de los mejores virreyes que tuvo Nápoles.

En 1651 Felipe IV le concedió el marquesado de Campo Real, título que dos años más tarde trocó por el de marqués de Guevara. Cesó en el gobierno de Nápoles en 1653, siendo substituido por el conde de Castrillo, y creyéndose postergado por los manejos de Juan José de Austria, se retiró al Convento de San Martín de Madrid. En 1655 impulsó el inicio de la construcción del palacio de los condes de Oñate en la capital de España, obra que concluiría su hija y heredera.

La muerte le sorprendió cuando cayó enfermo, estando prevista su partida hacia Milán, donde había sido designado gobernador el año anterior. Fue enterrado en el convento de San Gil el Real en Madrid y posteriormente trasladado al panteón familiar en San Miguel de Oñate.

Habíase desposado en 1621 con Antonia Manrique de Lara, de quien tuvo dos hijas, Mariana —casada con Juan Ramírez de Arellano, IV conde de Aguilar— y Catalina, la mayor, IX condesa de Oñate, que desposó con su tío Beltrán Vélez de Guevara, caballero de la Orden de Alcántara (1619), comendador de Paracuellos (1642) y virrey de Cerdeña (donde murió el 21 de febrero de 1652), siendo ambos padres del X conde de Oñate Íñigo Manuel Vélez de Guevara (1642-1699), entre otros hijos. Con posterioridad, su hija Catalina volvió a contraer matrimonio, con Ramiro Núñez Felípez de Guzmán, duque de Medina de las Torres y de Sanlúcar de Barrameda, yerno del conde-duque de Olivares, matrimonio de quien tuvo una hija, Mariana.

 

Fuentes y bibl.: Biblioteca Nacional de España, Manuscritos, n.º 2.437.

Gazette. Recueill de toutes les gazettes nouvelles ordinaires & Extraordinaires & Autres Relations [...]. Par Theopraste Ronaudot, conselleire et medecin ordinaire de sa majesté [...], Maistre et Intendant Général des Bureaux d’Adresse de France, Paris, [1637], n.º 18, págs. 73-74; n.º 72, pág. 289; [1642], n.º 30, pág. 199; J. Aguilar y Prado, Fragmentos Histhoricos inspiraciones de la histhoreographa musa Clío, [1648-1651]; Relación de la campaña de don Juan de Austria, el conde de Oñate, el barón de Watevile, y otros cabos del ejército para la reducción de los rebeldes de Nápoles, Nápoles, 8 de abril de 1648; La reduction de la ville de Napples à l’obeissance du Roy, par les Armes de sa Majesté, sous la conduite de Don Jean d’Austriche [...] et du Comte d’Ognate, Viceroy de Napples, le 6 d’Avril 1648, Bruxelles, Hubert Anthoine Velpuis, 1648; T. Santis, Il giorno fatale. Racconto del felice successo dell’armi di S. M. sotto il comando dell’eccel. Sig. Conte d’Ognatte vicere e capitan generale nel Regno di Napoli il di 5 apr. 1648, Aquila, Francesco Marino, 1648; G. Castaldo, Carro trionfale per la famosa cavalcata dell’eccellentiss. Sig. Indico Velez de Guevara e Tassis conte d’Ognatte, Napoli, Secondino Roncagliolo, 1649; Racconto della festa fatta nel real palazzo de Napoli dalle gentilhuomini della corte dell’eccellentissimo signor conte di Ognatte viceré per il felice arrivo in Milano della sposa reale del cattolico e Gran Re Filippo Quarto nostre signore [...], Napoli, Egidio Longo, 1649; G. B. Buragna, Batalla peregrina entre amor y fidelidad [...] con portentoso triumpho de las armas de españa, exemplar obediencia de la ciudad y pueblo de Napoles y gloria [...] del conde de Oñate [...], Nápoles, 1650; J. Vargas, Composiciones de d. Iuan de Vargas en quatro idiomas en alabanzas del ex.mo señor Conde de Oñate por la gloriosa conquista de Longon, 1650; P. A. Tarsia, Tumultos de la ciudad y reyno de Napoles en el año de 1647, Laon, Claudio Burgea, 1670; Cartas de algunos padres de la compañía de Jesus sobre los sucesos de la monarquía entre los años de 1634 y 1648, Madrid, Manuel Tello, 1888-1893 (Memorial Histórico Español, vols. XIII-XIX), vol. I, pág. 547; vol. II, págs. 13, 16, 32, 288 y 457; vol. VI, págs. 330 y 362; R. Magdaleno Redondo, Papeles de Estado de la correspondencia y negociación de Nápoles. Virreinato (Catálogo XVI del Archivo de Simancas), Valladolid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Universidad, 1942, pág. 470; VV. AA., Diccionario de Historia de España. Desde sus orígenes hasta el fin del reinado de Alfonso XIII, t. II, Madrid, Revista de Occidente, 1952, págs. 1394-1395; R. Magdaleno, Papeles de Estado Milan y Saboya (siglos XVI y XVII). Catálogo XXIII del Archivo de Simancas, Valladolid, Dirección General de Archivos y Bibliotecas, Instituto di Storia Medioevale, 1961, págs. 367 y 368; Estados pequeños de Italia (siglos XVI-XVIII). Catálogo XXVII del Archivo de Simancas, Valladolid, Archivo de Simancas-Consiglio Nazionale de la Richerche, 1978, pág. 194; VV. AA., Enciclopedia universal ilustrada europeoamericana, t. LXVII, Madrid, Espasa Calpe, 1991, pág. 707; y XXXIX, pág. 1340; M. Fernández Álvarez, “El fracaso de la hegemonía española en Europa. Guerra y diplomacia en la época de Felipe IV”, en R. Menéndez Pidal, Historia de España. XXV. La España de Felipe IV, Madrid, Espasa Calpe, 1982, págs. 635-789; VV. AA., Diccionario Enciclopédico Vasco, t. XVII, San Sebastián, Auñamendi Editores Lara Hnos., 1984, págs. 265-266; J. H. Elliott, El Conde-duque de Olivares. El político en una época de decadencia, Madrid, Crítica, 1991, pág. 588; R. Stradling, La armada de Flandes. Política naval española y guerra europea, 1568-1668, Barcelona, Cátedra, 1992, pág. 142; VV. AA., Gran Enciclopedia de España, t. XV, Zaragoza, GEE, 1999, pág. 7320b; A. Minguito Palomares, Linaje, poder y cultura. El gobierno de Iñigo Vélez de Guevara, VIII conde de Oñate, en Nápoles (1648-1653), tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 2001 (inéd.); “La política cultural del VIII conde de Oñate en Nápoles (1648-1653)”, en J. Alcalá-Zamora y E. Belenguer (coords.), Calderón de la Barca y la España del Barroco, t. I, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales-Sociedad Estatal España Nuevo Milenio, 2001, págs. 957-974; A. Sotelo Álvarez, ‘Diarios’ de Francisco Zazera (1616-1620), sobre el megalómano, arbitrario, populista y voyeur virrey de Nápoles, duque de Osuna, Orense, PhD Aristos Editors, 2002, pág. 248; A. Minguito Palomares, Nápoles y el virrey conde de Oñate. La estrategia del poder y el resurgir del reino (1648-1653), Sílex, 2011, pág. 524.

 

Manuel Güell Junkert

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