Ayuda

Santa Engracia

Biografía

Engracia, Santa. ?, s. m. s. iii – Zaragoza, c. 303. Mártir y santa.

Dio testimonio público de su fe y sufrió suplicio en Zaragoza con ocasión de la gran persecución contra los cristianos ordenada por Diocleciano a partir de febrero de 303 mediante cuatro edictos consecutivos, el último de los cuales (304) obligaba a todos los cristianos a participar en el sacrificio a los dioses romanos bajo pena de muerte. En Hispania correspondió a Augusto Maximiano vigilar la obediencia a las leyes dictadas y castigar a los remisos, entre los cuales se encontraba la virgen cesaraugustana Engracia. Se conocen los detalles de su tormento gracias al carmen martirial titulado Peristephanon (“Sobre las coronas [de los mártires]”) compuesto por Aurelio Prudencio a comienzos del siglo v (hacia 402-404). El poeta recrea la tradición oral para dar forma al Himno IV que dedica a la memoria de los Dieciocho Mártires de Zaragoza, y junto a ellos singulariza a Engracia, merecedora de un elogio particular por haber sobrevivido a la feroz tortura a la que fue sometida al serle negado el golpe de gracia con la espada a fin de prolongar su sufrimiento hasta la muerte. Precisamente la gravedad de su padecimiento la hace merecedora de la corona de mártir, a pesar de no haberse consumado el suplicio con la decapitación.

En tiempos de Prudencio, sus restos y los de sus compañeros de martirio recibían culto en un templo de la ciudad, que fue de nuevo consagrado en 592 coincidiendo con la celebración del II Concilio de Zaragoza, tras el episcopado arriano del apóstata Vicente (hacia 580), y puesto bajo la advocación de los Innumerables Mártires. Poco después (comienzos del siglo vii), se compuso la Passio martyrum Innumerabilium Caesaraugustanorum en conmemoración de la reconciliación de la basílica. Junto a ella se construyó un monasterio del que llegó a ser abad Juan, hermano mayor de Braulio de Zaragoza (631-651) y su predecesor en la sede episcopal. En él profesó como monje el obispo Eugenio de Toledo (646-657), que sublimó su devoción martirial entregándose al cuidado de los dos sepulcros, el común de los Dieciocho Mártires y el de Engracia. En su honor compuso el poema De basilica sanctorum decem et octo martyrum.

 

Bibl.: Á. Fábrega Grau, El pasionario hispánico (siglos vii-xi), vol. I, Madrid-Barcelona, Gráficas Atenas, 1953 (col. Monumenta Hispaniae Sacra, 6); C. García Rodríguez, El culto de los santos en la España romana y visigoda, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1966; J. Arce, Caesaraugusta, ciudad romana, Zaragoza, Guara, 1979; L. García Iglesias, Zaragoza, ciudad visigoda, Zaragoza, Guara, 1979; P. Castillo Maldonado, Los mártires hispanorromanos y su culto en la Hispania de la Antigüedad Tardía, Granada, Universidad, 1999; M. V. Escribano y G. Fatás, La Antigüedad Tardía en Aragón (284-714), Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón, 2001.

 

María Victoria Escribano Paño

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares