Cardiel, José. Joseph Darceli. Laguardia (Álava), 18.III.1704 – Faenza (Ravena, Italia), 7.XII.1781, Jesuita (SI) expulso, misionero, escritor y cartógrafo.
Dos de sus hermanos fueron también jesuitas: Tomás Cardiel, profesor en Valladolid, y Pedro Antonio, misionero en la provincia de Quito (Ecuador). La familia se trasladó poco después de su nacimiento a Vitoria, donde su padre ejercía como médico. Fue en esta ciudad donde comenzó, junto a otros dos hermanos, sus estudios en el Colegio de los Jesuitas antes de entrar en la Compañía. Los tres decidieron ingresar en la misma. José lo hizo el 8 de abril de 1720, en el noviciado de Villagarcía de Campos (Valladolid). Cursó la Filosofía y Teología en Medina del Campo, donde fue muy influido por Pedro Calatayud (Tafalla, 1689 – Panzano, Italia, 1773), profesor entonces de Retórica y Filosofía, maestro y amigo confeso de Cardiel durante toda su vida, y a él van dirigidos bastantes de los escritos que Cardiel realizó sobre sus actividades en las misiones guaraníticas.
Destinado a la provincia del Paraguay, zarpó del Puerto de Santa María de el 24 diciembre, 1728, en la expedición dirigida por el P. Jerónimo Herrán, que regresaba después de haber sido procurador de la Provincia del Paraguay en Roma y Madrid (1725-1729), y llegó a Buenos Aires el 19 abril de 1729.
Poco tiempo después fue mandado a las reducciones guaraníticas (centros de población india, dirigidos por los jesuitas, sometidos a la evangelización y a un régimen comunitario, muy reglamentado, basado en la obediencia, el trabajo y el igualitarismo socioeconómico), donde había de estar ininterrumpidamente durante doce años. En 1731, estaba en el pueblo de Jesús fue enviado a las reducciones del Paraná y trabajó en los pueblos de Santiago (1732) y Jesús (1734). En esa primera etapa como misionero habrá de participar, entre otros muchos acontecimientos que reflejan sus escritos, en la sublevación de los comuneros de Asunción, al acompañar, en calidad de capellán, a los ejércitos guaraníes que en 1734 sofocaron aquella rebelión (habían tomado la ciudad de Asunción, Paraguay, y dado muerte al gobernador). Hizo los últimos votos el 15 de agosto de 1737 en San Ignacio Guazú (Misiones, Argentina).
En marzo de 1742, Cardiel pasó a la reducción Santos Cosme y Damián hasta noviembre de 1743, que fue enviado a la primera reducción de mocobíes, cerca de Santa Fe, al norte (en la actual Argentina). Transcurridos esos años, será mandado al colegio de la ciudad de Corrientes, donde se encontraba cuando, en 1743, fue escogido para cooperar en la fundación de misiones entre los indios mocobíes. Estos indígenas, pertenecientes al gran tronco lingüístico guaycuru, formaban una importante nación chaqueña, conocida por su arrojo y valentía. Algunos grupos aceptaron en ese año la propuesta del gobernador Francisco Javier de Echagüe, y formaron la misión de San Francisco Javier, a treinta y cinco leguas al noroeste de Santa Fe. Para ayudar al párroco, P. Francisco Burges, fue enviado Cardiel tres meses más tarde, aunque no había de estar mucho tiempo en aquella misión, pues en enero de 1744 ya estaba intentando reducir a algunas partidas de abipones, otros indios chaqueños, con los que los mocobíes estaban en guerra. Cardiel estableció contactos con algunos caciques, quienes, según afirma él, quedaron de acuerdo en formar una misión, pero debido a las objeciones puestas por el teniente gobernador de Santa Fe no pudo concretarse aquella fundación.
En abril de 1745, tras haber estado una temporada dedicado a realizar una especie de misión volante entre las rancherías y aldeas de la campiña de Santa Fe, fue asignado al Colegio de dicha ciudad, desde donde procuró, también infructuosamente, formar un pueblo con los indios charrúas, pueblo nómada de los alrededores. La razón de tantos fracasos repetidos y de las dificultades con que se encontraban los jesuitas en estas empresas radicaba en el modo de vida nómada de aquellos grupos.
Ese mismo año de 1745 fue llamado a Buenos Aires para ir en la expedición del P. José Quiroga (Fabal, Lugo, 1707 – Bolonia, Italia, 1784), reconocido cartógrafo, organizada por orden de Felipe V, para explorar las costas de la Patagonia, básicamente la Bahía de San Julián, en búsqueda de un sitio donde establecer una colonia y averiguar la posibilidad de fundar reducciones entre los indígenas que se hallasen. Para ello se embarcaron el 5 de diciembre de 1745 en el navío San Antonio, mandado por Joaquín de Olivares, siendo el superior P. Matías Strobel (Bruck, Austria, 1696 – Puerto de Santa María, Cádiz, 1769). En el diario de viaje, Cardiel hizo la primera descripción de esa región costera al sur de Buenos Aires. Fue el primer europeo en llegar más allá de la bahía de San Julián. El 20 de febrero de 1746 partió con treinta y dos voluntarios. En cuatro días recorrió ciento veinte leguas, buscando indígenas y un sitio adecuado para una colonia. Los resultados de aquella expedición fueron modestos, pero no por ello carentes de interés, pues avanzaron hasta unas catorce leguas del estrecho de Magallanes y llegaron a la conclusión de que la bahía de San Julián, corrigiendo apreciaciones de viajeros anteriores, era un lugar poco favorable para fundar algún establecimiento.
Poco después de finalizado aquel viaje, y a su vuelta a Buenos Aires, intentó sin éxito que las autoridades le permitiesen organizar otra expedición por el sur de los Andes hasta el estrecho de Magallanes. Con todo, el provincial Bernardo Nusdorffer (Baviera, 1686 – San Carlos, Corrientes, Argentina, 1762) lo envió a fundar al sur de Buenos Aires la primera misión entre los toelches, que solían hacer ataques contra la ciudad. Con Tomás Falkner (Manchester, 1707 – Plowden Hall, Inglaterra, 1784) fundó (agosto 1747) la reducción de Nuestra Señora del Pilar, cerca de la actual ciudad de Mar del Plata, donde sendas calles tienen el nombre de ambos jesuitas. Pronto tuvo que dejarse la misión al negarse los patagones a asentarse en un sitio fijo. Desde allí, emprendió (1748) con seis indios un viaje hacia el sur, por zonas aún desconocidas a los europeos. Llegado a un río, probablemente el Claromecó, los indios rehusaron seguir más allá. Su recorrido está indicado en el mapa enviado por el virrey a Madrid en 1788.
Destinado al colegio de Asunción en 1749 con los cargos de consultor, confesor de la comunidad y misionero de partido, Cardiel volvió a las reducciones guaraníes tras el Tratado de límites de 1750, que hizo trasladar los pueblos situados al sur del río Uruguay (Brasil). Rápidamente se convirtió en uno de los principales oponentes de aquel acuerdo, redactando un memorial que pretendió, sin éxito, que fuera firmado por los cabildos secular y eclesiástico. Trasladado a San Ignacio Guazú, la más antigua de las misiones de guaraníes, Cardiel volvió a redactar otro escrito, todavía más crítico. En 1752, escribió a Lope Luis Altamirano (Cártama, Málaga, 1689 – Algaiola, Córcega, 1767), delegado del P. general Ignacio Visconti para ejecutar dicho Tratado, opinando que el acuerdo era injusto y que para ver que las órdenes del P. General no obligaban en conciencia bastaba “saber la doctrina cristiana”. En respuesta, Altamirano le mandó, en virtud de santa obediencia, no hablar ni escribir sobre el Tratado. Habiendo descargado su conciencia, Cardiel obedeció, lo mismo que su amigo el P. Matías Strobel, superior (1752-1754) de las reducciones guaraníes durante estas revueltas. Este enfrentamiento con las autoridades coloniales y aun con parte de sus propios superiores religiosos, le supuso una sanción y su traslado a la misión de Itapua, como compañero del párroco, y con la orden de que se vigilasen estrechamente sus actividades. Sobre la guerra guaraní que siguió, se conservan los relatos de Cardiel y de Tadeo Enis (Bohemia, Chequia, 1714 – El Puerto de Santa María, Cádiz, España, 1769), que participaron en ella como capellanes.
Paradójicamente, Cardiel, tiempo después, hubo de participar en las penosas tareas de traslado y pacificación de los sublevados guaraníes más recalcitrantes, ayudando al nuevo gobernador del Río de la Plata, Pedro de Cevallos. Cardiel volvió a reprochar el contenido del Tratado. Como refutación a un panfleto portugués que criticaba agriamente la organización de las misiones paraguayas, Cardiel escribió en 1758 la que habría de ser su obra más extensa y ambiciosa, la Declaración de la Verdad. En ella, su preocupación era triple: describir y reivindicar la obra misionera; mostrar el desacierto de la firma del Tratado, y quitar toda sospecha de complicidad de la Compañía en el alzamiento guaraní.
El 24 de agosto de 1761 fue destinado a la misión de San Miguel y al año siguiente actuó como capellán militar en la guerra contra los portugueses, conquistando la colonia de Sacramento el 2 de noviembre de 1762. En julio de 1763 se le destinó a la misión de la Concepción (Argentina), donde residió los últimos años de su estancia en América y donde fue detenido el 10 de agosto de 1768, cuando llegó la orden de expulsión de la Compañía.
Embarcado en el buque San Nicolás, Cardiel arribó al Puerto de Santa María (España) a mediados de abril de 1769, en un penoso viaje, en el que murieron la mitad de los jesuitas. Pasó el exilio italiano (1769-1781) con las penurias propias de la reducida pensión del Gobierno, suplementada con algunos fondos extraordinarios enviados por sus sobrinos. Vivió en Faenza, echando de menos el clima cálido del Río de la Plata, dedicándose a la elaboración de valiosos mapas y a escribir su importante Breve relación de las misiones jesuitas, fuente indispensable para la historia de las reducciones del Paraguay. Hervás nos dice que se encontró con él en Bolonia en 1772, a donde, sin duda, Cardiel fue a consultar las excelentes bibliotecas de dicha ciudad y a visitar a los amigos, como su maestro Pedro Calatayud, fallecido en 1773.
La mayoría de los escritos de Cardiel no son sino reelaboraciones y matizaciones sobre un mismo tema: la descripción apologética de las reducciones guaraníticas y la defensa de la obra de la Compañía de Jesús. Ninguno de sus escritos fue editado en vida del autor, aunque alguno tuvo una difusión relativamente amplia. Hervás, quien se aprovechó lingüísticamente de los relatos de las costumbres de los guaraníes oídos al P. Cardiel, concluye: “Dejó manuscritas dos o tres relaciones sobre las provincias del Paraguay, Buenos Aires y Tucumán, de las que en sus viajes había adquirido noticias curiosas y útiles, que en su discurso exponía con suma claridad y crítica. Tuve el placer de oírlas por ocho días en circunstancias de haber concurrido con el señor Cardiel el año 1772 en una posada de Bolonia”.
Los escritos de Cardiel son combativos, realizados muchas veces al calor de alguna polémica, sin casi elaboración previa, que reflejan las opiniones de un “hombre de acción”, porque de hecho ésa es la principal característica de su personalidad, la de un misionero que tenía cuarenta años de experiencia y había explorado las inhóspitas costas patagónicas. La serie de escritos en los que Cardiel aborda la descripción de lo que algunos autores llamaron el “Estado jesuita del Paraguay”, es la que tiene un mayor interés para nosotros. Constituye un punto de referencia ineludible para los investigadores de las famosas misiones guaraníticas. Al respecto, básicamente, Cardiel escribió cinco textos con un contenido muy similar: Carta-relación, Declaración de la Verdad contra un libelo infamatorio, Breve relación de las misiones del Paraguay, Costumbres de los guaraníes y Compendio de la historia del Paraguay. Fue un importante misionero, que estuvo presente en casi todos los lugares donde actuaba la Compañía en el Río de la Plata, y al que sus propios compañeros, a veces ensalzándole y a veces criticándole, señalaban por su “natural intrepidez”. Sus obras no poseen aparato erudito, pero, por el contrario, presentan un cuadro vívido e inmediato, ofreciéndonos una imagen que se nos antoja muy real, de lo que fueron las misiones jesuíticas y de lo que pensaban los misioneros.
En resumen, José Cardiel escribió, entre 1747 y 1780, distintos libros sobre las misiones jesuíticas de la Provincia del Paraguay. Todos ellos constituyen reescrituras de un mismo texto de base. Por esa razón, podemos utilizarlos para analizar las modificaciones, supresiones y adiciones —es decir, las correcciones y reescrituras— entre los mismos. De esa manera, identificamos los cambios en la política de escritura jesuítica en las últimas décadas antes de la expulsión de la Compañía de Jesús de los territorios de la Corona española (1767-1768) y en las primeras después de tal hecho, esto es, en el período probablemente más crítico para los jesuitas durante la Edad Moderna.
Obras de ~: Relación verídica de las misiones de la Compañía de Jesús en la provincia que fue del Paraguay, Faenza, 1772; Diario de viaje y misión de Magallanes. 1745-1746 (ms. perdido); “Carta del padre jesuita José Cardiel, escrita al señor gobernador y capitán general de Buenos Aires, sobre los descubrimientos de las tierras patagónicas, en lo que toca a los césares (11 de agosto de 1746)”, en P. de Angelis, Colección de obras y documentos relativos a la historia antigua y moderna de las provincias del Río de la Plata, ilustrados con notas y disertaciones por Pedro de Ángelis, t. I, vol. V, Buenos Aires, Imprenta del Estado, 1836; “Extracto o resumen del diario del padre José Cardiel en el viaje que hizo desde Buenos Aires al Volcán y de este siguiendo la costa patagónica hasta el arroyo de la Ascensión”, en P. de Angelis, Colección de obras y documentos relativos a la historia antigua y moderna de las provincias del Río de la Plata, t. V, vol. XL, Buenos Aires, Imprenta del Estado, 1836; Misiones del Paraguay. Declaración de la verdad. Obra inédita del P. José Cardiel, religioso de la Compañía de Jesús, Buenos Aires, Impr. de J. A. Alsina, 1900 (ed. de Pablo Hernández); “Breve relación de las misiones del Paraguay”, en P. Hernández, Organización social de las doctrinas guaraníes, vol. II, Barcelona, Gili, 1913, págs. 514-614 (2.ª ed. de Héctor Sáinz Ollero, Madrid, Dastin, 2002); De moribus guaraniorum A. 1. C (Costumbres de los guaraníes), en D. Muriel, Historia del Paraguay desde 1747 a 1767, Madrid, Imprenta Librería General de Victoriano Suárez, 1918, págs. 463-544; Diario del viaje y misión al río del Sauce realizado en 1748 (ed. de G. Furlong y F. F. Outes), Buenos Aires, Facultad de Filosoifía y Letras, 1930; Carta inédita de la extremidad austral de América, construida por el P. José Cardiel en 1747 (ed. de G. Furlong y F. F. Outes), Buenos Aires, Imprenta de Coni Hermanos, 1940; “Carta-relación de las Misiones de la Provincia del Paraguay (1747)”, en G. Furlong, José Cardiel y su “Carta Relación” (1747), Buenos Aires, Librería del Plata, 1953; Compendio de la Historia del Paraguay sacada de todos los escritos que de ella tratan y de la experiencia del autor en 40 años que habitó en aquellas partes (1780) (ed. de José M. Mariluz Urquijo), Buenos Aires, Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 1984; Breve relación de las misiones del Paraguay (ed. de Héctor Sáinz Ollero), Madrid, Historia 16, 1989; Breve relación de las misiones del Paraguay (estud. prelim. de Ernesto J. A. Maeder), Buenos Aires, Ediciones Theoría, 1994.
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Antonio Astorgano Abajo