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Antonio Porcel Román

Biografía

Porcel Román, Antonio. Mairena de las Alpujarras (Granada), 14.VI.1755 – Madrid, 3.I.1832. Político y ministro.

Nacido en Mairena, fueron sus padres Juan Porcel Fernández y Ana Román Ruiz del Pino. Si bien éstos son los apellidos de su madre en la partida de nacimiento de Antonio, en su testamento la menciona como Ana Ruiz Román. Estuvo casado en primeras nupcias con María Manuela Rubio Ambiela, natural de Zaragoza (1787), y posteriormente con Isabel Lobo Mendieta, hija de Joaquín Lobo, regidor perpetuo de Ronda. Era sobrino del poeta José Antonio Porcel Salablanca.

Estudió Leyes en el Colegio de San Bartolomé y Santiago de la Universidad de Granada, en donde obtuvo el título de bachiller en 1775. Ingresó en la administración el 12 de enero de 1784 en calidad de oficial 6.º de la Secretaría de Estado y del Despacho Universal de Indias. A partir de este momento, inició un constante ascenso en la Administración hasta llegar a oficial mayor de dicha Secretaría. El 21 de noviembre de 1785 fue nombrado secretario de la Junta establecida para la formación de un nuevo Código de Leyes de Indias. Un año más tarde recibió dos importantes comisiones de forma casi coetánea: director y contador general de las temporalidades que se ocuparon a los ex-jesuitas de Indias (7 de diciembre de 1786) y secretario de la Junta establecida para examinar las causas formadas a varios sujetos como consecuencia de los movimientos revolucionarios del Perú encabezados por Tupac Amaru, que estaba presidida por Manuel Romero (17 de diciembre de 1786).

En los primeros años de funcionamiento del Banco de San Carlos, Porcel desempeñó importantes cometidos en la institución. El 13 de agosto de 1792 fue nombrado comisario de dicho Banco, puesto en el que permaneció hasta que empezó a funcionar el nuevo reglamento (29 de julio de 1794).

El 11 de noviembre de 1798, siendo oficial mayor de la Secretaría de Estado y de Despacho de Gracia y Justicia de Indias pasó a ocupar la plaza de secretario del Consejo y Cámara también de Indias. En mayo de 1808 se encontraba en Madrid y a pesar de la salida del Gobierno permaneció en la Corte. Señala que cuando las tropas francesas se encontraban en Somosierra pensó en abandonar la villa, “pero se me hizo entender reservadamente que en caso de haber de salir esa Suprema Junta de Aranjuez se contaba conmigo para que la siguiese”. Por ello hizo que su familia se dirigiese hacia Andalucía.

Cuando las tropas del Emperador se encontraban a las puertas de Madrid intentó salir, pero el “pueblo de Madrid que se había apoderado de todas las puertas de la villa me hizo retroceder con amenazas [...]”.

En consecuencia se mantuvo en la capital, aunque sin apoyar al nuevo monarca José I. Durante este tiempo recibió incluso amenazas de deportación a Francia y fue sometido a vigilancia por la policía. El 17 de julio de 1809 logró salir de Madrid. Cuatro días más tarde llegaba al cuartel de las tropas españolas en Membrilla, de donde quería trasladarse a Sevilla. Por orden de la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino permaneció durante algunos días en Córdoba, hasta que recibió autorización (4 de agosto de 1809) para presentarse ante el Tribunal de Seguridad Pública.

Tras ello se trasladó a Granada, en donde se encontraba al producirse la entrada de los franceses (enero de 1810), ya que estuvo presente en la ejecución del capitán Vicente Moreno.

Porcel debió de salir airoso del trámite, aunque no fue colocado nuevamente en la Administración y se le mantuvo como cesante, porque unos meses más tarde fue elegido diputado por Granada. Elegido en noviembre de 1810, no pudo salir del territorio ocupado por los franceses, quienes le tenían estrechamente vigilado y le habían confiscado una parte de sus bienes. A mediados de 1811 las Cortes señalaron la necesidad de que se diese una solución a dicha ausencia, trasladando la representación al suplente o eligiendo un nuevo diputado.

Tras la liberación de Granada, el general Ballesteros le puso al frente de la Junta encargada de recoger los donativos patrióticos (21 de septiembre de 1812).

Tras cumplir con esta misión se trasladó a Cádiz, y elevó a las Cortes una exposición (4 de noviembre de 1812) en la que explicaba su conducta política y demandaba una rápida contestación sobre la validez de sus credenciales. Finalmente, el 1 de diciembre se aprobó su admisión, jurando al día siguiente. Los índices del Diario de Sesiones confunden a Antonio Porcel con Juan Bautista Porcel, marqués de Villa Alegre, que también fue diputado por Granada.

Fue miembro de la Comisión de Hacienda y uno de los redactores fundamentales de la modificación de las contribuciones aprobadas en Cádiz. Tuvo un papel estelar en la defensa de las contribuciones indirectas.

El 14 de julio de 1813 fue jubilado, situación que fue confirmada posteriormente en dos ocasiones (27 de enero de 1817 y 23 de diciembre de 1826).

Al parecer en 1817 tuvo ciertos problemas por una denuncia de estar conspirando para reponer la Constitución.

En Granada la cabeza visible de la misma era Carlos Beramendi.

En 1820 formó parte del Gobierno presidido por Evaristo Pérez de Castro, ocupando la cartera de Gobernación del Reino para Ultramar (del 17 de marzo al 29 de noviembre de 1820), y desempeñó interinamente la de Gobernación (del 3 de abril al 13 de junio de 1820) durante la ausencia de Agustín Argüelles.

Romero Alpuente alabó en las Cortes la eficacia con la que trabajó en el desempeño de su cargo. Su primera ocupación consistió en recuperar la información diseminada tras la supresión de este Ministerio en 1814.

Desde el punto de vista político trató de enfrentarse a la sublevación americana adoptando medidas más conciliadoras, a fin de que aceptasen continuar en el seno de la Monarquía bajo la Constitución de 1812.

Su memoria sobre la situación de América está presidida por el optimismo que caracterizaba a los liberales, quienes pensaban que la sublevación finalizaría porque “nada puede serles más grato ni halagüeño que el sistema constitucional”. Sus intervenciones en la Cámara estuvieron ligadas fundamentalmente a los problemas americanos (amnistía a los sublevados, reformas administrativas, etc.) y a cuestiones jurídicas fundamentales (alcance de los derechos proclamados por la Constitución, o división de poderes y funcionamiento del Gobierno).

Tras su cese continuó viviendo en Madrid y siguió al Monarca en su traslado a Sevilla y Cádiz, momento en el que estuvo cerca del Rey. Sin embargo, después de la reposición del Monarca se le prohibió durante algún tiempo residir en la Corte. Su formación de jurista hizo que fuese llamado a formar parte (11 de enero de 1828) de la Comisión del Código de Comercio, en la que ocupó además el puesto de secretario.

El 25 de julio de 1786 fue elegido académico supernumerario de la Real Academia Española y un año más tarde pasó a ocupar una plaza de número (8 de marzo de 1787). En los primeros años, participó con asiduidad en las tareas de la Academia, pero en la década de 1790 no asistió casi a ninguna junta, aunque se le asignaron trabajos en la corrección del tomo quinto del Diccionario (11 de diciembre de 1798).

Unos meses más tarde (19 de febrero de 1799) volvió a participar en las labores académicas. En 1826 llegó a presidir interinamente la institución como miembro más antiguo.

Estaba en posesión de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III (21 de enero de 1791).

Antonio Porcel perteneció al círculo de amigos de Goya, quien pintó un retrato suyo (1806), desaparecido en el incendio del Jockey Club de Buenos Aires (15 de abril de 1953), y de su mujer (1805), que se conserva en la National Gallery de Londres. Goya lo pintó vestido de cazador.

En su testamento declara tener diversas posesiones en Granada, Ronda, Mairena de las Alpujarras, Mecina, Valor y Nechite. Entre ellas se encontraba el Carmen de los Catalanes en la Alhambra de Granada.

Tanto Rico y Amat como Le Brun le definen como un hombre moderado “liberal en la teoría y un cortesano en la práctica”.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Estado, legs. 29 G y 49 C; Estado, Carlos III, exp. 493; Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, legs. 506 exp. 873, 513 exp. 2530, 1497 exp. 24 y 1503 exp. 83; Archivo Histórico de Protocolos (Madrid), legs. 21.020 y 23.361; Archivo de la Real Academia Española, Libros de Actas, n.os 15, 16, 17, 18, 19 y 20.

Banco Nacional de San Carlos, Décima Junta General, Madrid, Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1792; Banco Nacional de San Carlos, Duodécima Junta General, Madrid, Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1794; J. Camón Aznar, Goya, t. III, Zaragoza, Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, 1981; V. Herrero Mediavilla (dir. y redacc.), Archivo biográfico de España, Portugal e Iberoamérica, München, Saur, [1986 -2005], I microficha 757 n.º 109-112, 114-118; A. Gil Novales (dir.), Diccionario biográfico del Trienio Liberal, Madrid, El Museo Universal, 1991; J. Valverde Madrid, “Cuatro retratos goyescos de la sociedad madrileña”, en Anales de Estudios Madrileños, 30 (1991), págs. 23-36; M. Aldao, Un goya en la memoria: don Antonio Porcel, Buenos Aires, Alberto Casares editor, 1996; A. Zamora Vicente, Historia de la Real Academia Española, Madrid, Espasa Calpe, 1999.

 

José Ramón Urquijo Goitia

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