Poncio Hugo III. Conde de Ampurias. Castellón de Ampurias (Gerona), m. S. XII – ?, c. 1200. Noble, conde de Ampurias entre 1173 y 1200.
Fue hijo de Hugo III y Jussiana de Entença. Casó con Adelaida (probablemente hija de Guillem Ramón IV de Montcada), en segundas nupcias con Ermesenda de Peratallada. Poncio Hugo III vivió la época dorada de la nueva Monarquía catalano-aragonesa, representada por Alfonso II, en quien se reunieron la Corona de Aragón y el condado de Barcelona, el marquesado de Provenza, además de la anexión del condado del Rosellón (1172) y una amplia red de territorios vasallos al norte de los Pirineos, desde Bearn hasta Besiers-Carcasona.
La reordenación de la titularidad de los condados determinó que Ampurias acabase rodeada de dominios reales (por el norte, el condado del Rosellón; por el oeste, el condado de Besalú) y eclesiásticos (por el sur, el obispado de Gerona). Todo ello condicionó y ató la política exterior del condado de Ampurias, de forma que no existió otra opción de supervivencia que las buenas relaciones de subordinación a la Monarquía.
Así lo entendió Poncio Hugo y en calidad de vasallo asistió a las primeras Cortes, celebradas en Gerona en 1197. Sin embargo, para evitar que este vínculo fuera asfixiante, Poncio Hugo III decidió ponerse bajo la protección directa de Roma.
Otra cuestión eran las relaciones con la mitra de Gerona; un tema antiguo les separaba, la percepción de los diezmos ingresados por la iglesia de Castellón de Ampurias, pero en otros temas había unas relaciones de necesidad; el conde, agobiado por sus dificultades económicas, decidió una política de movilización de su patrimonio, bien mediante la hipoteca de bienes, bien a través de su venta; los interesados en estas operaciones eran muchos, empezando por la misma Monarquía, pero se trataba de opciones peligrosas, de ahí que la gran beneficiaria de estas operaciones fuera la sede de Gerona, que pudo así consolidar su situación en el condado de Ampurias.
En el orden interior, el conde de Ampurias tomó una medida creativa, al establecer la Orden del Temple en su territorio; su implantación en el condado obedecía, por lo menos, a dos finalidades: robustecer la defensa del territorio y aprovechar su experiencia como gestores, de ahí su generosa dotación de los Monasterios de Sant Pere de Roda y de Sant Quirce de Cólera y el feudo de San Llorenç de les Arenes.
Le sucedió su hijo Hugo IV.
Bibl.: F. Soldevila, Història de Catalunya, Barcelona, Alpha, 1963, págs. 90-91; S. Sobreques i Vidal, Els barons de Catalunya, Barcelona, Vicens Vives, 1970, págs. 20-21; T. N. Bisson, Història de la Corona d’Aragó, Barcelona, Crítica, 1988, págs. 45-48; J. Mestre i Godes, Els Templers. Alba i crepuscle dels cavallers, Barcelona, Edicions 62, 1996, págs. 121-122.
Pau Cateura Bennásser