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Ponce de Cabrera

Biografía

Cabrera, Ponce de. Vizconde de Gerona (II) y de Áger. Cataluña, c. 1100 – Zamora, 1162. Mayordomo real de Alfonso VII y magnate de Castilla y León.

También se le conoció como Poncio Giraldo. Hijo de Guerau II de Gerona (Cabrera) y I de Áger y de su esposa Elvira, de ascendencia leonesa, muy probablemente hija de Pedro Ansúrez. Poncio (Ponce en castellano, Ponç en catalán) se asocia a su padre en 1122 en los vizcondados de Cabrera y Áger, que hereda en 1131, y participa en la política castellana al servicio del rey Alfonso VII, desde 1127. Éste le confía en 1128 la tenencia de Ulver (León); en 1129, la de Zamora, que retendrá hasta 1161 y por la que se presentará como tenente, mandante o príncipe (“princeps Çemore”); en 1132, la de Sanabria, que mantiene en 1158; en 1138, la de Cabrera (León), donde continúa en 1156; en 1138, la de Morales (Zamora), donde persiste en 1147; en 1140, la de Castrotorafe (Zamora); en 1144, la de Salamanca, regida hasta 1166, importante en la proyección sobre la frontera de la Extremadura leonesa; en 1146, la de Melgar (Valladolid), donde sigue en 1162; en 1146, la de Villalpando (Zamora), donde prosigue en 1159; en 1147, la de Almería, que le impone una importante labor hasta la pérdida de la plaza en 1154; en 1153, la de Toro; en 1159, la de Benavente; en 1161, la de Ledesma, que compagina coetáneamente con Ciudad Rodrigo. Poncio suele confiar las subtenencias a familiares, como los propios hijos, exceptuando el primogénito, y designa entre sus fieles oficios públicos como el de merino de sus tenencias, como se documenta en 1128 en Ulver, en 1146 en Sanabria o en Zamora a partir de 1150.

En 1142, Alfonso VII le designa mayordomo, el cargo más importante al servicio de la Corona, que desempeña alternando con Diego Muñoz hasta 1146, cuando lo asume en solitario hasta la muerte del soberano en 1157. En esta posición goza de la máxima confianza e influencia en el entorno regio, como se refleja en las relaciones cronísticas y documentales que lo citan tras el Monarca o sus familiares inmediatos.

Consecuentemente, participa en los principales episodios políticos, acompañando o representando al Rey. En 1127 acompaña a la hija de Ramón Berenguer III, Berenguela, a su boda con Alfonso VII; en 1138 participa en el encuentro en Almazán entre éste, García Ramírez de Pamplona y Ramón Berenguer IV y en 1140 está en la reunión de los dos primeros en Carrión. Seguramente en 1143 asiste en Palencia a la recepción real del conde de Barcelona, al coloquio tenido con el legado papal Guido para mediar entre los reyes de Portugal y de Castilla y al encuentro entre éste y el navarro en Nájera. Consta la presencia de Ponce en 1144 en Carrión con motivo de la boda del rey García de Pamplona con la hija natural de Alfonso VII, Urraca; en 1146 en el encuentro en San Esteban de Gormaz con el Monarca navarro y Ramón Berenguer IV; en 1151 en el acuerdo alcanzado en Tudillén entre Alfonso VII y Ramón Berenguer IV sobre el reparto de Navarra y la expansión meridional; en 1153 en la ceremonia de Carrión en que el rey castellano arma caballero a Sancho VI de Pamplona y le ofrece en matrimonio a su hija Sancha, y en la preparación en Burgos de la otra hija de Alfonso VII, Constanza, que debe partir hacia Francia para casarse en Orleans con Luis VII de Francia; y en 1157 en la recepción, en Toledo, de los representantes de Ramón Berenguer IV, respecto de la confirmación del Pacto de Tudillén.

Esta proximidad al Monarca, la progresiva articulación feudal de fieles barones en torno a él y las responsabilidades militares inherentes a la tenencia fronteriza salmantina y la conducción de la mesnada zamorana facilitan en Ponce de Cabrera una orientación militar que le proporciona elevada fama y éxitos como los obtenidos al frente de las tropas en 1137 en Badajoz y en 1142 en Coria, además de participar en la toma de Oreja en 1139 y a pesar de ser vencido en la confrontación con los portugueses en Valdevez, en 1140. El protagonismo político y militar le confiere un puesto de primer orden ante la evolución meridional con al-Ándalus, donde se suceden la fragmentación de la unidad almorávide, el surgimiento de una alternativa andalusí y la nueva invasión almohade. En este marco, Ponce participa en el entendimiento entre Alfonso VII y al-Mustanşir bi-Allāh b. Hūd (Sayf al- Dawla al-Mustanşir o Zafadola) y al llegar en 1146 el oscuro desenlace que cuesta la vida a quien pretendía encabezar la alternativa andalusí, algunas crónicas sitúan las tropas castellanas bajo sus órdenes al lado de Manrique de Lara y Armengol VI, si bien la contratación documental confirma la presencia de Ponce en la Corte por esas fechas y traslada la responsabilidad al conde de Urgel. Al mismo tiempo, Ponce participa en las negociaciones con el gobernador almorávide en al-Ándalus, Yaűyā b. Ganiya (“principem moabotorum Abingania”), incluyendo su hostigamiento mediante el apoyo a Ibn Hamdin de Córdoba y su recepción en Toledo para rendir pleitesía al Rey en 1146.

De modo muy destacado, Ponce de Cabrera tiene un protagonismo de primer orden al frente de las tropas castellanas que toman Almería en 1147, razón por la que retendrá su tenencia. Continúa participando en las posteriores campañas de 1150 sobre Jaén y Córdoba, de 1152 en Guadix y de 1155 en Andújar, Pedroche y Santa Eugenia, compatibilizando con el seguimiento de la Corte real (en 1151 está en Oviedo junto al Rey) y la contención, en 1153, de la frontera de Almería, ciudad finalmente perdida ante el avance almohade en 1157. Seguramente participó en el encuentro de 1149 en Zorita con los representantes musulmanes de Valencia y Murcia, y en 1157 en Murcia con Ibn Mardanīs, el rey Lobo que había recogido el testigo andalusí de Zafadola.

En reconocimiento a su protagonismo, Alfonso VII le designa conde en 1142, distinción personal vitalicia y no hereditaria. También recibió del soberano exenciones fiscales (1174) y numerosos bienes, empezando por Coria tras su toma en 1142 y siguiendo por la donación de lugares como Moreruela (Zamora) en 1143; Frades (Lugo) en 1145; Castrocalbón (León) antes de 1152; Almonacid de Zurita (Guadalajara) en 1152; Albuher (Villamanrique del Tajo, Madrid) recibido en 1153 y cedido a Sancho de Cóchar en 1161; Pulgar (Toledo) en 1155, y San Pedro de Ceque (Zamora) en 1156. También en la actual provincia de Zamora poseía Manganesos de Lampreana, Villarín de Campos, Trefacio y Galende; en la de León, Valdesaz, y en la de Palencia, Villafilar y Cordobilla la Real. Igualmente disponía de un destacado patrimonio en la zona de Sarriá (Lugo), especialmente en torno a Marzán y Babadelo, y en 1132 transaccionaba con propiedades que él mismo había adquirido en Covelo (Orense). Además, usó como propias otras posesiones que fueron objeto de polémica, como la concesión de la iglesia de San Nicolás de Ledesma a los hospitalarios, en 1161. Con sus bienes puede beneficiar a diferentes casas religiosas, prefiriendo las próximas a sus dominios, como el monasterio de Samos, y fomentando la reconstrucción de Moreruela, por lo que el mismo Ponce en 1156 se define como “constructore Morerola”. Poncio se rodea de una pequeña corte propia, con un capellán que ejerce la escribanía y un mayordomo propio, tal como consta a partir de 1142.

Toda esta actividad en el reino de Castilla y León aleja a Poncio de Cabrera de sus dominios orientales, el vizcondado de Cabrera, evolución patrimonial del vizcondado de Gerona y el vizcondado de Áger, de los que desde 1122 se ha ocupado asociado a su padre, intitulándose vizconde, hasta sucederle en 1131.

Poncio respeta en el primero la formal superioridad del conde de Barcelona, si bien ejerce una plena capacidad autónoma, como demuestra al exigir el reconocimiento del dominio superior en diferentes zonas, en 1122, al obispo de Gerona. Por el vizcondado de Áger efectúa en 1136 acto de fidelidad al conde de Urgel, Armengol VI, al tiempo que establece un convenio de respeto mutuo de sus dominios y reversión hereditaria común en caso de morir sin descendencia legítima. Sobre esta base, el conde de Urgel sostiene su dominio eminente, pero el vizconde apoya en el mismo acuerdo un comportamiento jurisdiccional y exactivo plenamente autónomo, con una particular articulación de los dominios a partir de los castillos de Áger, Castelló de Farfaña y Montmagastre. La situación no deja de generar crecientes tensiones entre el vizconde y el conde a pesar de que ambos coinciden en la Corte de Alfonso VII el Emperador. Además, desde 1142 en sus actuaciones, tanto en el vizcondado de Gerona como en el de Áger, Poncio se presenta y es invocado como “cómite Poncio”, gracias a la distinción personal castellana ofrecida por el Rey.

Con todo, el atractivo castellano distancia a Poncio de estos dominios orientales, que en 1145 deja en manos de su hijo Guerau II de Áger y III de Cabrera, intitulado vizconde desde ese mismo momento.

En 1157, tras la muerte de Alfonso VII y divididos sus dominios entre los dos hijos, Sancho III en Castilla y Fernando II en León, Ponce se distancia de éste, lo que da pie a que a inicios del siglo xvi se trate de explicar a través de un supuesto “motín de la trucha”. En realidad, Ponce permanece al servicio del castellano, al que en 1158 acompaña a Almazán a reunirse con el rey navarro y a Haxama para entrevistarse con Ramón Berenguer IV, además de dirigir el ejército que, respondiendo a la intimidación navarra, penetra en La Rioja y vence en Valpiedra. En el tratado de amistad entre los dos hermanos reyes alcanzado en Sahagún en mayo de 1158 se contempla la participación, entre otros, de Poncio Cabrera, que regirá los dominios que el castellano reconoce que usurpó indebidamente al leonés. A fines del mismo año, Ponce de Cabrera vuelve al entorno de Fernando II, a quien acompaña en las negociaciones con el rey de Portugal, tal como se repite en 1159. Al año siguiente se suma a la legación catalana que acompaña a Ramón Berenguer IV para pactar en Tuy el matrimonio de su primogénito con la hija del Rey portugués, Mahalda. En el séquito del barcelonés figura el hijo de Ponce de Cabrera, Guerau, presentado como vizconde y dispuesto a que el conde sitúe el castillo de Cabrera entre los bienes dados en esponsalicio para una unión que finalmente no se materializará.

Al regreso, todos pasan unos meses en la Corte del Rey leonés, donde Ponce de Cabrera puede ostentar hospitalidad porque desde 1159 Fernando II le ha situado al frente de la Corte, con la dignidad de mayordomo, cargo que ocupa hasta 1162.

En este año fallece, muy probablemente en Zamora.

Había casado primero, hacia 1130, con Sancha, de origen castellano y próxima al entorno familiar de Pedro Ansúrez. En clave de política castellana, el matrimonio se anula en 1141 y Ponce de Cabrera se une matrimonialmente con María Fernández de Traba, hija del conde Fernando Pérez de Traba, alianza familiar que favorece a Ponce, que precisamente en este momento inicia su ascensional carrera en el entorno real. Con la primera esposa tuvo los hijos Guerau (Gerardo), Sancha, Fernando el Mayor y seguramente Beatriz, y con la segunda Fernando el Menor.

Muy reconocido en vida, Poncio de Cabrera aparece representado en el cartulario de San Martín de Valdeiglesias, junto al Monarca, identificado por la cabra reproducida en el pavés, y en el siglo xv una escultura pretende representarlo orante sobre su sepelio zamorano, donde habría sido enterrado hacia 1174, al finalizar las obras de la catedral que él mismo había impulsado. Con todo, las precariedades documentales, la pluralidad de sus actuaciones y la homonimia familiar han alargado, hasta fechas recientes, las dificultades y confusiones historiográficas para dibujar su perfil biográfico.

 

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Flocel Sabaté Curull

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