Palanca Asensi, Eduardo. Valencia, 2.IX.1837 – Málaga, 28.IX.1900. Jurisconsulto y político republicano.
Hijo de un profesor de Medicina de la Universidad de Valencia, estudió Derecho en la de Granada al trasladarse su familia a Málaga. Recién licenciado, se estableció en la capital malagueña, donde ejerció la abogacía con fortuna y se significó en los círculos literarios y científicos por sus ideas liberales. Orador notable, fue jefe del Partido Demócrata malagueño desde mediados de la década de 1860 y protagonista destacado de la Revolución Gloriosa. Formó parte de la Junta Revolucionaria provincial malagueña, constituida provisionalmente el 21 de septiembre de 1868, que fue la primera de España en utilizar el grito de “¡Abajo los Borbones!”, y presidió la Junta definitiva, elegida por sufragio universal, desde el 3 al 22 de octubre, siendo también nombrado vicepresidente de la Diputación Provincial.
Colaborador del periódico El Pueblo Soberano, de Romualdo Lafuente, fue presidente del Ateneo Revolucionario Liberal y del Comité Directivo Republicano elegido en noviembre. Dentro del Partido Republicano Federal fue pronto adicto a las ideas moderadas de Salmerón. Al plantearse la insurrección republicana en Málaga, Palanca formó parte de la comisión local que conferenció en Córdoba con el general Caballero de Rodas el 29 de diciembre, para pactar una reorganización de los Voluntarios de la Libertad que impidiese la entrada de las tropas en la capital. A continuación marchó a Madrid, junto a Juan Irízar, para negociar con el Gobierno, resultando todas sus gestiones infructuosas para evitar el derramamiento de sangre y la derrota de los milicianos malagueños que, comandados por Lafuente, sucumbieron ante las fuerzas del Ejército el día de Año Nuevo. Elegido por la circunscripción malacitana diputado de las Cortes Constituyentes en enero de 1869, tomó parte en los debates parlamentarios, siendo su discurso más notable el que dirigió contra la totalidad del Proyecto de Constitución, combatiendo con energía la institución monárquica. En el verano de 1869 fue elegido presidente de la Comisión Provincial malagueña del Pacto Federal de Andalucía, Extremadura y Murcia, que habían firmado los correligionarios del partido, y en noviembre de 1870 votó en sentido republicano al elegirse el nuevo Rey. Durante el reinado de Amadeo I, fue reelegido diputado de las Cortes por el distrito de Málaga en las elecciones de marzo de 1871 y agosto de 1872, retirándose, junto al resto de la oposición malagueña, de las de abril del 72 en protesta por los métodos corruptos del gobierno Sagasta. En estos años del Sexenio continuó escribiendo en la prensa republicana, colaborando en La Discusión, La República Ibérica, de Morayta, y otros periódicos.
Miembro de la Asamblea Nacional que proclamó la República en febrero de 1873, en mayo fue elegido por la capital malagueña diputado de las Cortes Constituyentes, siendo vicepresidente de las mismas, candidato para ocupar las carteras de Fomento y de Gracia y Justicia, en junio, y, finalmente, ministro de Ultramar en el gobierno Salmerón desde el 19 de julio al 4 de septiembre, en que presentó su dimisión. Jefe de los malagueños Voluntarios de la República y opuesto a los movimientos cantonales, firmó un manifiesto el 30 de junio contra el diputado republicano intransigente Eduardo Carvajal Reboul por haber ido éste con sus milicianos malagueños a socorrer a los insurrectos sevillanos. Sin embargo, su mandato ministerial coincidió con la proclamación del Cantón de Málaga el 21 de julio, que fue promovido por el propio gobernador interino Francisco Solier, diputado republicano benévolo ligado a él, para impedir que los republicanos intransigentes, ayudados por los socialistas internacionalistas, tomasen el poder en la capital, manteniéndose ésta fiel al Gobierno tras vencer a los enemigos locales en un enfrentamiento civil.
Palanca, junto a Solier, evitó la entrada en Málaga de las tropas del general Manuel Pavía (que llegó a presentar por este motivo varias veces su dimisión como jefe del Ejército de Andalucía) durante la presidencia de Salmerón, aunque no así durante la de Castelar, pues la capital malagueña fue ocupada por el Ejército de Pavía sin encontrar resistencia el 19 de septiembre, poniendo fin a la experiencia cantonal. Al perder Castelar la confianza de las Cortes, Palanca, que ocupaba el centro del republicanismo, presentó su candidatura a presidente del poder ejecutivo de la República, pero su probable elección fue interrumpida abruptamente por las fuerzas golpistas que, al mando de Pavía, invadieron el edificio del Congreso cuando se estaba realizando el escrutinio de la votación, disolviéndose las Constituyentes el 3 de enero de 1874.
Durante la Restauración, tras residir un tiempo en Tánger, regresó a Málaga para ponerse al frente de la fracción republicana que tenía como líder nacional a Salmerón. Mientras éste se mantuvo unido a Ruiz Zorrilla, Palanca representó, junto al progresista Pedro Gómez Gómez, esta convivencia republicana en Málaga, firmando el manifiesto de abril de 1880, que dio origen al Partido Republicano Progresista, y presidiendo el Comité Provincial malagueño del mismo, además de formar parte del Comité Local (1881). Al romper Salmerón con la vía insurreccional zorrillista, Palanca fue uno de los organizadores malagueños del nuevo partido salmeronista, el Republicano Centrista, desde 1890. En enero del año siguiente acompañó a Salmerón en su visita a Málaga e intervino en el mitin del Partido Centrista que reunió en Sevilla a todos los seguidores de Andalucía, siendo a partir de entonces el centrismo, junto al progresismo, la fuerza republicana más importante en Málaga.
Jurisconsulto de prestigio, Palanca Asensi fue decano del Colegio de Abogados de Málaga de 1879 a 1881 y de 1887 a 1889, año este en el que emitió un dictamen jurídico para el empresario marqués de Larios. Durante los últimos años de su vida ocupó un lugar discreto en el escenario político.
Obras de ~: Dictamen evacuando la consulta formulada por los señores D. Antonio Jiménez, D. Manuel Souvirón y D. Laureano Castillo en nombre y por encargo del Excmo. Señor D. Manuel Domingo Larios, marqués de Larios, sobre el alcance de ciertas resoluciones judiciales dictadas en las actuaciones practicadas para el nombramiento de curador ejemplar dado a D. Martín Larios y validez de los poderes que dicho señor otorgue, delegando en terceras personas la administración de sus bienes particulares y la representación de su gestión en la sociedad mercantil Hijos de M. Larios, de Málaga, Málaga, Imprenta del Correo de Andalucía, 1889.
Bibl.: Los diputados pintados por sus hechos. Colección de estudios biográficos sobre los elegidos por el sufragio universal en las Constituyentes de 1869, t. II, Madrid, R. Labajos y Cía., 1869-1870, págs. 467-468; F. Cañamaque, Los oradores de 1869, Madrid, Librería de Simón y Osler, 1879, págs. 351- 356; A. M. Segovia, Figuras y figurones, t. VII, Madrid, Imprenta de Figuras y Figurones, 2.ª ed., 1881, págs. 101-121; E. Rodríguez-Solís, Historia del Partido Republicano español, t. II, Madrid, Imprenta de Fernando Cao y Domingo del Val, 1893, pág. 598; A. M. Calero, “Los cantonales de Málaga y Granada”, en Sociedad, Política y Cultura en la España de los siglos xix y xx, Madrid, Edicusa, 1973, págs. 81-90; F. Arcas Cubero, El republicanismo malagueño durante la Restauración (1875-1923), Córdoba, Ayuntamiento, 1985; M. Morales Muñoz, El republicanismo malagueño en el siglo xix, Málaga, Memoria del Presente, 1999.
Gregorio de la Fuente Monge