Abū ʽImrān al-Mīrtulī (“el de Mértola”). Mūsà ibn Ḥusayn ibn Mūsà ibn ʽImrān ibn Abī Marwān al-Qaysī al-Mīrtulī / al-Mārtulī, Abū ʽImrān, al-Zāhid (“el asceta”) / al-Fāḍil (“el virtuoso”). Mértola (Portugal), 522/1128 – Sevilla, 1 ŷumādà I 604/22.XI.1207. Versado en jurisprudencia, lectura coránica y hadiz, destacó en Sevilla como místico y poeta.
No mencionan las fuentes ningún dato sobre sus años en Mértola, enclave fortificado sobre el Guadiana, en el Alentejo, que entre 1144 y 1151 constituyó una taifa en el área de influencia del místico Ibn Qasī, alzado contra los Almorávides. Sólo quedan noticias sobre al-Mīrtulī a partir de su instalación en Sevilla, quizás tras la conquista de su ciudad natal por los Almohades en 1151, cuando Sevilla empezaba a destacar como capital en al-Andalus de aquel imperio almohade, que realizó en ella destacadas construcciones, procurando su sobresaliente desarrollo económico y cultural. Al-Mīrtulī vivió, pues, el auge de la gran ciudad del Guadalquivir, donde murió en 1207, siendo enterado en el cementerio del Palmeral (al-Najīl), en el mausoleo de Abū Muḥammad al-Šantarīnī, como signo de respeto a su categoría mística; parece menos probable que muriera en Fez, como alguna vez se indica.
En Sevilla destacó Al-Mīrtulī por su ascetismo y su vida retirada, pues no salió de su casa desde que cumplió 60 años, y por un misticismo culto, expresado en cuidados versos, combinado con sus conocimientos del comentario coránico, jurisprudencia, hadiz y bellas letras, a diferencia de ese otro misticismo popular que en Sevilla también existió, distinguiéndose en esta vía un campesino sufí iletrado al-ʽUryābī, ambos maestros del gran Ibn ʽArabī de Murcia (1165-1240), durante los años (entre 1172 y 1194) que el “Vivificador de la religión” pasó formándose en Sevilla, como reflejó en varias de sus obras, señalando que al-ʽUryābī fue quien primero le dio enseñanza doctrinal, que al-Mīrtulī le instó al ascetismo, y que otro de los grandes sufíes en Sevilla, Ibn Qassūm, le enseñó a vigilar su alma y todas las reglas para la observancia del culto religioso. Se integró en la transferencia de saberes, pues transmitió de Ibn Ḥubayš, y del eminente médico Abū Marwān Ibn Zuhr (Sevilla, 1091-Sevilla, 1161) aprendió el “diccionario de ideas afines” (al-Mujaṣṣaṣ) de Ibn Sīda.
Durante algunos años se dedicó a enseñar, y entre sus discípulos destacan Ibn Ḥawṭ Allāh, Abū l-Riḍà al-Qumārišī. Atendió al culto de una mezquita de Sevilla, que sería designada con su nombre, frente a la cual vivía, bien modestamente, evitando dádivas de los poderosos, que le visitaban para obtener su baraca, como hiciera el califa almohade al-Manṣūr, antes de lograr el triunfo en la batalla de Alarcos (1195). En mística, siguió la regla o cofradía (ṭarīqa) de Abū ʽAbd Allāh ibn al-Muŷāhid, en la línea ascética del místico iraquí al-Muḥāsibī (m. en Bagdad, en 857), lo cual indica las orientaciones de gran parte del misticismo sevillano en tiempos de este autor.
Al-Mīrtulī es sobre todo famoso por sus poesías de carácter ascético y sapiencial, que fueron transmitidas de forma oral y por escrito, como puede comprobarse por su amplia difusión en muy numerosas y destacadas fuentes textuales (Kara, Šiʽr Ibn ʽImrān, 85-91), además de la referencia explícita de Ibn al-Abbār (Takmila, II, 179), de que sus versos fueron recogidos por escrito y “corrían en manos de la gente”, lo cual cundió por al-Andalus desde el siglo VI/XII hasta el final del emirato nazarí de Granada, pues al-Muntūrī refiere los nombres de varios personajes granadinos por los que pasaron los versos de al-Mīrtulī hasta su tiempo. La gran cantidad de fuentes que mencionan a al-Mīrtulī testimonian su trascendencia en un al-Andalus que recurría al sostén de la espiritualidad y al lenitivo del ascetismo. La vida y obra de este poeta místico traspasó hasta fuentes escritas orientales y magrebíes, donde se copiaron en unos folios manuscritos (nº 282) conservados en la valiosa biblioteca de la Zagüía al-Ḥamzāwiyya, al sur de Marruecos, además de encontrarse citados en varias fuentes textuales, como en el Musnad de Ibn Marzūq, que testimonia (p. 350-351) tanto su transmisión oral como su compilación en un Dīwān, y recurre a versos de al-Mīrtulī, tan característicos de su poesía amonestadora, como: “Dos cosas hay, que si mis ojos fueran a llorar por ellas sangre hasta el día de mi muerte // no alcanzarían ni al décimo de lo que deberían: una es la pérdida de la juventud, otra la de los seres queridos”.
Obras de ~: Dīwān fī l-zuhd wa-l-tajwīf / al-Ḥikam / Šiʽr fī l-zuhd (“Colección de poemas sobre el ascetismo y la intimidación [ante obrar mal]” / “sobre máximas de sabiduría” / “Poesía ascética”), ed. e introd. de H. Kara, Qirā’a fī adab al-nafs. Šiʽr Abī ʽImrān al-Mīrtulī al-Andalusī (t. 604/1207), Rabat, Dār al-Amān, 1428/2008 (reseña por A. Bourhalla, en Al-Andalus-Magreb, 17 (2010), págs. 241-244); Natr fī l-zuhd wa-l-ḥikam (“[Dichos en] prosa sobre ascetismo y máximas de sabiduría”).
Bibl.: J. D. Garcia Domingues, “O pensamento filosófico do alfaqui e asceta Abu Imrane de Mértola”, en Revista Portuguesa de Filosofia, 11 (1955), págs. 385-393 (reprod. en J. D. Garcia Domingues et al., Portugal eo Al-Andalus, Lisboa, Hugin, 1997, págs. 211-257); al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb, vol. II, Beirut, 1968, págs. 27 y 487; vol. III, Beirut, 1968, págs. 225 y 296; Ibn ʽArabī, The Sufis of Andalusia: The Rūḥ al-quds and al-Durrat al-Fākhirah of Ibn ʽArabī, trad., introd. y notas de R. W. J. Austin, Oxon, Routledge, 1971, págs. 87-89, nº 148; Ibn Marzūq, al-Musnad, ed., trad. y est. de Mª. J. Viguera, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1973; Ibn Saʽīd, al-Guṣūn al-yāniʽa, El Cairo, 1977, págs. 133-137; ʽĀdil Nuwayhiḍ, Muʽŷam al-mufassirīn, Beirut, Mu’assasat Nuwayhiḍ, 1983, pág. 691; Ibn al-Abbār, Tuḥfat al-qādim, Beirut, 1986, pág. 132; al-Ḥimyarī, al-Rawḍ, Beirut, 1986, s..v. ‘al-Ark’; Ibn al-Zubayr, Ṣilat al-ṣila, vol. III, Rabat, 1993, págs. 52-54 (nº 50); Ibn ʽAskar, Aʽlām Mālaqa, Rabat, 1999, pág. 363; J. Lirola Delgado, “Ibn ʽImrān al-Mīrtulī, Mūsà”, en Biblioteca de al-Andalus, vol. 3, Almería, Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2004, págs. 522-524, nº 647; PUA (Prosopografía de los ulemas de al-Andalus): www.eea.csic.es/pua/persona; al-Balawī, Kitāb Alif Bā’, vol. I, 1286, págs. 23, 26, 153, 155, 389, 393, 410, 452-453 y 489; al-Ḏahabī, Siyar aʽlām al-nubalā’, XXI, págs. 478-479 (nº 242); al-Marrākušī, al-Dayl wa-l-Takmila, VI, pág. 252; Ibn al-Abbār, al-Takmila, B.A.H., nº 2147; Ibn al-Abbār, al-Takmila, El Cairo, nº 1731; Ibn Saʽīd, al-Mugrib, vol. I, págs. 406-407 (nº 289); Ibn ʽArabī, Rūḥ/Durra, nº 8; Ibn ʽArabī, Futuḥāt, vol. II, 6, 81, 177; ʽUmar R. Kaḥḥāla, Muʽŷam al-mu’allifīn, XIII, 38.
Hayat Kara