Ayuda

Manuel Caballero y Zamorátegui

Biografía

Caballero y Zamorátegui, Manuel. ?, u. t. s. XVIII – ?, 1850. Capitán de Ingenieros, teniente coronel del Ejército e ingeniero de caminos.

Era hijo de Juan Caballero y Arigorri (1713-1791), que fue director de la Academia de Matemáticas de Barcelona desde 1774 a 1784. Manuel Caballero estudió en la citada Academia de Matemáticas a partir de 1778, centro del que fue profesor en 1784. Cuando el 17 de febrero de ese año, su padre era nombrado director del ramo de Academias Militares y de Fortificaciones, viajaba con él a Madrid, ascendiendo a ingeniero extraordinario el 24 de febrero, siempre de 1784.

En 1808 era capitán de ingenieros (había ascendido con fecha de 7 de agosto de 1805) con destino en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares, aunque se encontraba de comisión en la corte. Encontrándose con posterioridad y accidentalmente en Alcalá, recibía el encargo de sus compañeros de ir a comunicarle al general Samper, director de Ingenieros, la fuga proyectada por los restos del regimiento y de la academia que, vista la situación en Madrid (levantamiento del 2 de mayo, inicio de la Guerra de la Independencia), habían decidido desobedecer las órdenes de Murat de marchar a Madrid. Se estaba organizando lo que más tarde se llamó “la Fuga de los Zapadores”, que consistió en salir de Alcalá el 24 de mayo de 1808 con su bandera, su caja de caudales y a tambor batiente hacia Cuenca, para sublevarla y estimular con este ejemplo a toda España. En realidad, no salió el regimiento, ya que, siendo el único de su especialidad en España, sus compañías estaban repartidas entre el ejército expedicionario en Portugal, el del marqués de la Romana en Dinamarca y distintas guarniciones por la Península. Sólo estaban en Alcalá la plana mayor del regimiento y dos compañías, que con los profesores y alumnos de la academia fueron los que salieron y llegaron hasta Valencia, donde el 7 de junio se unieron a su guarnición, ya sublevada contra Napoleón.

Para su viaje, Caballero salía de la Academia disfrazado de estudiante, tratando de llegar a Madrid, pero de camino se encontró con un grupo de soldados que lo confundieron con un espía. Al demostrarle su condición de capitán de Ingenieros, lo convirtieron en jefe del grupo, con lo que volvía a la Academia para unirse a un segundo conjunto de “fugados” (aquellos que declinaron unirse al primer grupo) de Alcalá. Reunidos con el general Palafox en Longares (Campo de Cariñena, provincia de Zaragoza) el 18 de junio, el propio Palafox le nombraba sargento mayor de la unidad que mandaba.

Una vez en Zaragoza, asistió a los dos sitios que sufrió la ciudad, trabajando en el trazado y construcción de baterías y fortificaciones y aspillerando de casas y conventos. Caballero y los demás ingenieros a las órdenes de Antonio Sangenís consiguieron que Zaragoza, que no era una plaza fuerte, tuviera que ser atacada como tal, hasta el extremo de hacerle decir al comandante de Ingenieros francés Jacques-Vital Belmás que “el espesor de los muros de Zaragoza debía medirse por la extensión que ocupaba la ciudad”.

Durante el segundo sitio, con ocasión de la “guerra de minas” en el barrio de San Agustín, al reconocer unos sótanos se encontró con un fraile que tenía escondido a un oficial polaco herido desde el primer sitio. Caballero comprendió la humanitaria acción del fraile y nada dijo, ayudándole a salvar al oficial polaco.

Empezó los sitios como capitán y los terminó como teniente coronel del Ejército por méritos de guerra. Era el segundo del sargento mayor de ingenieros Antonio Sangenís y Torres, siendo él quien le sucedió en la jefatura de Ingenieros a su muerte el 12 de enero de 1809.

Al capitular la “Inmortal ciudad”, era enviado como prisionero a Francia, donde, después de un largo cautiverio, reconocía al rey José Bonaparte. Encontrándose en París sin empleo y sin dinero, ya durante el reinado de Luis XVIII, para poder sobrevivir se presentaba al ya general Rogniat, que, siendo coronel sitiador de Zaragoza, había sucedido a su jefe el general Lacoste como jefe de Ingenieros de los franceses. Éste le encomendaba la redacción de una obra donde debía exponer precisamente la defensa de la plaza y la actuación de los ingenieros españoles durante los dos sitios. Caballero la escribió en español y fue traducida al francés por el jefe de batallón de ingenieros M. L. V. Angliviel de La Beaumelle.

Posteriormente, de nuevo con problemas económicos y sin poder volver a España, se marchaba a pie y con una mochila, cruzando media Europa, tratando de llegar a Rusia donde se encontraba al servicio del zar su tío Agustín de Bethancourt, ingeniero general del ejército ruso. Diversos problemas con el pasaporte le obligaban a viajar a través de Polonia (parte de Polonia estaba anexionada a Rusia), donde era presentado al gobernador de la ciudad de Varsovia. El gobernador, a su vez, le presentaba a su médico personal que, curiosamente, era el oficial al que había ayudado a escapar en el segundo sitio de Zaragoza. A consecuencia de ello no sólo le fue permitido permanecer en Varsovia, sino que fue nombrado profesor de la Academia de Ingenieros que también dirigía Bethancourt.

A consecuencia de una serie de circunstancias, como la muerte de su tío, la dura climatología de Polonia y la amnistía política concedida por la reina gobernadora María Cristina, le hacían posible y le inducían a volver a España, donde ingresaba en el Cuerpo de Ingenieros de Caminos en 1833.

En 1835 se firmaba el Convenio sobre Navegabilidad del Duero entre España y Portugal, tratado que no sería ratificado por esta última nación hasta 1841. Entre tanto, el tráfico fluvial aumentaba considerablemente. La vieja aspiración de lograr una ruta eficaz de transporte a través del Duero se renovaba en 1835, año en el que, después de una inactividad de más de 14 años, se retomó el importante asunto. Al respecto se conoce un proyecto del ingeniero Caballero Zamorátegui como tal ingeniero de caminos, aprobado por Real Orden de 17 de febrero de 1836, “para las obras necesarias para formar un cómodo y abrigado embarcadero en el punto que propongo anteriormente. En él, se hace descripción de las obras de resguardo necesarias, buscando el apoyo de una pequeña presa y una isla existentes en la confluencia de los dos ríos”.

 

Obras de ~: Défense de Saragosse, ou Relation des deux siéges soutenus par cette ville en 1808 et 1809, trad. al francés de M. L. V. Angliviel de La Beaumelle, París, 1815.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Expedientes Personales.

J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, 1876VV. AA., El Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Resumen Histórico de su Organización y Servicios durante la Guerra de la Independencia, Madrid, Memorial de Ingenieros, 1908; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. L. Perla Goñi, “Una vida de novela. El Ingeniero Manuel Caballero”, en Boletín de la Asociación cultural “Los Sitios de Zaragoza”, 14 (2002), págs. 8-9; E. Rivas Calvo y C. d’Abreu, “El puente internacional de Barca d’Alva - La Fregeneda, en el contexto de la construcción de la Línea de Douro/Duero hasta Salamanca”, en A. N. Sá Coixão (coord.), Côavisão cultura e ciencia, Vila Nova de Foz Côa, Câmara Municipal, 2006, págs. 60-89; M. Ferri Ramírez, L'obra pública en el territori valencià durant la formació de l´Estat Liberal (1834-1868): la tasca dels enginyers de camins, tesis doctoral, Valencia, Universidad de Valencia, 2011; M. Ferri Ramírez, El ejército de la paz: Los ingenieros de caminos en la instauración del Liberalismo en España (1833-1868), Valencia, Universidad de Valencia, 2015.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares