Marroquín Hurtado, Francisco. España, f. s. XV – Guatemala, 18.IV.1563. Obispo de Guatemala evangelizador y defensor de los indios.
Nacido a finales del siglo xv en algún valle indeterminado entre Santander y Vizcaya, pasó su infancia a la sombra del Urbión en Soria. Licenciado en la Universidad de Huesca, marchó a México con el obispo Juan de Zumárraga en 1527, como provisor.
Tras los problemas que el obispo, familiar suyo, tuvo con la Audiencia y con los dominicos abandonó la Ciudad de México y se unió a su amigo Pedro de Alvarado en Santiago de Guatemala, ciudad donde conoció al incansable fraile dominico Domingo de Betanzos.
En 1533 fue nombrado obispo de Guatemala y “protector” de indios, lo que no gustó nada en la Audiencia de México. Conoció a Bartolomé de Las Casas, a quien ayudó en uno de sus numerosos pleitos con el gobernador de Nicaragua, incluso Marroquín le dejó al cargo de su diócesis cuando debió marcharse a México para recibir su nombramiento episcopal.
Durante su ausencia, fray Bartolomé inició los trámites burocráticos para su proyecto de evangelización pacífica de indios, que luego desarrolló en Santa Marta y Chiapas.
En 1536, de regreso a Guatemala, Marroquín emprendió su programa de reformas en el que incluía la abolición de la esclavitud, la educación de mestizos, un sistema de tributos más ecuánime y, sin duda, su aportación principal, la reducción a poblados de los indios, para mejor evangelizarlos y protegerlos de los excesos de los encomenderos. Para desarrollar todo ello, sufragó de su bolsillo un viaje de varios religiosos para reclutar en Castilla más misioneros, a la vez que escribió al Emperador solicitando su apoyo.
Intervino como mediador en las disputas de su amigo Alvarado con el virrey de Nueva España Antonio de Mendoza, y sintió la muerte del conquistador como la de su propio hermano. Meses después, la tragedia en forma de terremoto volvió a cebarse en su querida ciudad de Santiago de Guatemala, muriendo en ella Beatriz de la Cueva, esposa de Alvarado. Poco después vivió los años turbulentos que se sucedieron tras la promulgación de las Leyes Nuevas (1542- 1543) y que enfrentaron a los diversos sectores de su diócesis, así como a las dos instituciones más poderosas, la Audiencia y el Obispado. A pesar de todo y del control que los presidentes de la Audiencia ejercían sobre él, Marroquín pudo fundar el primer colegio universitario y el primer hospital de Guatemala, y fue considerado el artífice de la paz que gozó su diócesis, a pesar de las numerosas dificultades que le tocó vivir.
En los años finales, se truncó su amistad con Las Casas, que le acusó de connivencia con los encomenderos y le reprochó su amistad con Pedro Alvarado, a quien el dominico odiaba. El obispo Marroquín murió en Guatemala el 18 de abril de 1563.
Bibl.: C. Sáenz de Santamaría (SI), A Study of the organization of philosophical Studies in Guatemala, tesis doctoral, Georgetown, Universidad, 1951; El licenciado Don Francisco Marroquín. Primer obispo de Guatemala (1499-1563), Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1964; J. M.ª González Ochoa, Quién es quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.
José María González Ochoa