Ferreras Lorenzo, María Margarita. Margarita Ferreras. Alcañices (Zamora), 26.II.1900 – ?, post. 1964. Poeta.
Margarita Ferreras vino al mundo a las cinco y media de la mañana del día 26 de febrero de 1900 en la localidad zamorana de Alcañices. Pocos son los datos que se han preservado de los primeros años de vida de la poeta alcañizana, excepto los contenidos tanto en su acta de nacimiento como en su partida de bautismo. Su padre, Francisco Ferreras Toro, fue interventor de hacienda en la provincia de Palencia y procedía del mismo municipio. Su madre, Abelisa Lorenzo García, nació en el pueblo oscense de Canfranc. Tras la muerte del padre, la poeta y su madre se trasladan a Madrid, ciudad donde al parecer residían los únicos miembros que quedaban de la familia paterna. Su tío, José Ferreras Toro (Alcañices, 1839), fue un importante periodista, abogado y político militante en el Partido Constitucional en el cual llegó a ostentar, entre otros, los cargos de senador por Ourense (1891), por Santa Clara en Cuba (1893) hasta llegar a obtener, finalmente, el cargo vitalicio.
En 1918 apareció la primera referencia sobre la poeta en la dedicatoria que el escritor Álvaro Retana le brinda en su novela Ninfas y sátiros. Escenas pintorescas de Madrid de noche, en recuerdo a una muchacha llamada Margarita. Retana, además de plasmar el momento en el que se conocieron en su estudio a través del primo del novelista y de certificar que la madre de ésta la acompañaba al encuentro, relata cómo Margarita buscaba ascender socialmente a través del teatro. En ese sentido, en torno al año 1928, pretendió asumir el papel protagonista en la obra Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín de Federico García Lorca, aunque el papel fue asignado, finalmente, a la actriz Magda Donato. Por aquellos años fue comentada la amistad que la autora mantuvo con el infante don Fernando de Baviera, por la cual circularon rumores que ella misma, en ocasiones, se encargaba de propagar. Uno de ellos se encuentra en las memorias de Francisco Ayala, donde recuerda su visita a casa de la autora por petición de Benjamín Jarnés para aconsejarla en asuntos legales respecto al infante don Fernando.
Margarita Ferreras comenzó a ser una presencia constante en el ámbito cultural de la España de los años 30. Asistió como alumna a la Residencia de Señoritas de Madrid y a las reuniones del Lyceum Club Femenino. La poeta fue socia también del Ateneo de Madrid, eje cultural y punto de encuentro de los intelectuales más importantes de aquellos años. Su nombre también fue recurrente en los periódicos por su participación en diversos eventos, como en el banquete ofrecido a Azorín por los jóvenes escritores con motivo de la publicación de su obra Angelita. En 1932 publicó su poemario Pez en la tierra en la imprenta de Concha Méndez y Manuel Altolaguirre, con unas composiciones cuya originalidad recae en algunas de sus imágenes y en el erotismo que impregna sus composiciones. A partir de este momento, se pierde el rastro de la poeta y hay que recurrir a su correspondencia con Miguel de Unamuno —incluida por F. Garcerá en su estudio de 2016—. En las misivas desarrolla una narración escalofriante de su encierro transitorio en un sanatorio contra su voluntad debido a sus problemas nerviosos y donde le fue diagnosticada una psicosis exógena. Tras este hecho, vuelve a perderse la pista de la autora para reaparecer en el padrón de Madrid de 1940, pese a que Manuel Altolaguirre afirmó haberla encontrado en plena Guerra Civil en las calles de Valencia profundamente trastornada y que, posteriormente, había partido al exilio. El último dato encontrado de Margarita Ferreras aparece en una nota marginal en su acta de nacimiento, fechada en 1964, según la cual la autora había obtenido auxilio por enfermedad de la Junta Provincial de Beneficencia de Zamora. A partir de este momento, se pierde el rastro de la poeta hasta la actualidad.
Obras de ~: Pez en la tierra, pról. de B. Jarnés, Madrid, Impresores Concha Méndez y Manuel Altolaguirre, 1932 (reed. ed., introd. y notas de F. Garcerá, Madrid, Ediciones Torremozas, 2016)
Bibl.: M. Altolaguirre, Obras Completas, vol. I, ed. de J. Valender. Madrid, Istmo, 1986; R. Quance, “Hago versos, señores…”, en I. M. Zavala (coord.), Breve historia feminista de la literatura española (en lengua castellana), tomo V. La literatura escrita por mujer (Del s. XIX a la actualidad), Barcelona, Anthropos Editorial/Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, 1998; M. Castillo Martín. Las convidadas de papel. Mujer, memoria y literatura en la España de los años veinte, Premio de Investigación María Isidra de Guzmán 2000, Madrid, Excmo. Ayto. de Alcalá de Henares, 2001; S. Mangini, Las modernas de Madrid. Las grandes intelectuales españolas de la Vanguardia, Barcelona, Ediciones Península, 2001; M. Altolaguirre, Epistolario (1925-1959), ed. de J. Valender, Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2005; M. A. Chaparro Domínguez, “La imagen poética en la obra de Margarita Ferreras según Gaston Bachelard”, en Revista de Literatura, vol. LXXVI, n. 151, (2014), págs. 249-266; F. Garcerá, “’Grité en el cuerpo de las fieras’: tras las huellas de Margarita Ferreras”, en M. Ferreras, Pez en la tierra, ed., introd. y notas de F. Garcerá, Madrid, Ediciones Torremozas, 2016.
Fran Garcerá