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Manuel Buenacasa Tomeo

Biografía

Buenacasa Tomeo, Manuel. Caspe (Zaragoza), 7.VII.1886 – Bourg-lès-Valence (Francia), 6.XI.1964. Periodista y sindicalista anarquista.

Dirigente de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en la etapa de mayor expansión del sindicato con anterioridad a la Guerra Civil, coincidente con el final de la Primera Guerra Mundial, un ciclo de huelgas y la escisión del movimiento socialista ante la difusión del mito bolchevique de la revolución proletaria.

Estudió cinco años en el seminario de Villanueva del Ariscal (Sevilla), se trasladó en 1906 a Zaragoza, donde trabajó de carpintero y fue elegido secretario de la Sociedad local de oficio, siendo poco después encarcelado seis meses por su participación en una huelga violenta.

En 1910 asumió la dirección del periódico anarquista Cultura y Acción, de Zaragoza, y asistió al congreso fundacional de la CNT en Barcelona. La ilegalización de la CNT (1911-1915) y sus actividades en la federación cenetista zaragozana le obligaron en 1911, el mismo día de su boda, a huir a Francia, donde estuvo exiliado dos años y conoció, en un viaje a Londres, a Malatesta. Retornó a España con la amnistía de 1914, instalándose en Barcelona, donde tomó contacto con los anarcosindicalistas Ángel Pestaña y Salvador Seguí, representando a los cenetistas de Aragón en el entierro de Anselmo Lorenzo. En 1915 huyó nuevamente a Francia y durante su estancia de cuatro meses en París fue miembro del Comité de Relaciones Anarquistas Internacionales y viajó a Lausanne (Suiza), donde conoció a Lenin y Zinoviev.

Tras volver a España, sustituyó provisionalmente al secretario del Comité Nacional de la CNT, Francisco Miranda, entre agosto y noviembre de 1917. En 1918 representó a la CNT en el Congreso de la Federación Nacional de Obreros Agricultores (FNOA) de Valencia, asistió como delegado del Sindicato de la Madera al Congreso de la Confederación Regional de Cataluña de Sans (Barcelona), donde se aprobó la nueva organización de los sindicatos únicos, y fue elegido miembro del Comité regional catalán. Conocido por su capacidad organizadora y por sus contactos con el movimiento obrero europeo, fue designado secretario general del Comité Nacional de la CNT en agosto de 1918, pronunciando un discurso en el mitin de Zaragoza de 24 de noviembre, junto a Pestaña. Seguidamente emprendió una gira de propaganda para difundir los sindicatos únicos por Levante y Andalucía, si bien no pudo acabarla al ser encarcelado en diciembre de ese año, siendo sustituido interinamente en la secretaría por Evelio Boal hasta febrero de 1919, en que volvió a ella. Como secretario de la Confederación mantuvo correspondencia con Largo Caballero y una entrevista con Pablo Iglesias, sin llegar a ningún acuerdo sindical ni político. Tras salir libre de su detención por la huelga de La Canadiense, organizó el Congreso Nacional de la CNT en el Teatro de la Comedia de Madrid en diciembre de 1919, momento en que cesó en la secretaría. En ese congreso, la CNT alcanzó su máxima afiliación (setecientos mil obreros, cifra no superada hasta los años treinta) y aventajó con creces a la Unión General de Trabajadores (UGT), manteniendo su posición hegemónica en el movimiento obrero, a pesar del acentuado reflujo sindical de 1921-1923 y del “pistolerismo” barcelonés, hasta el golpe de Primo de Rivera. En el Congreso de 1919 se rechazó la fusión con la UGT, se aprobó la organización de los sindicatos únicos (que sustituyó a la de oficios) y se integró la FNOA en la CNT. Al dejar la secretaría nacional, dirigió los periódicos cenetistas Solidaridad Obrera de Bilbao, entre febrero y septiembre de 1920, asistiendo ese año al Primer Congreso Regional de la CNT del Norte, Solidaridad Obrera de Gijón (1920-1921) y Cultura y Acción (Zaragoza, 1922), que reapareció como órgano del sindicalismo anarquista aragonés. Aunque participó en todos los debates de la época, fue en torno a los de la revolución bolchevique en los que su papel fue más destacado, siendo muy representativo de la confusión inicial de los anarcosindicalistas ante el triunfo de la revolución comunista en Rusia. Su inicial y entusiasta adhesión a las conquistas obreras bolcheviques y a la Internacional Comunista (1919) se tornó en una crítica abierta al estatismo comunista a partir del verano de 1921, cuando se conoció en España la resolución de la recién creada Internacional Sindical Roja (Profintern) por la que los sindicatos debían subordinarse a los partidos comunistas que seguían los dictados de la Internacional de Moscú, culminando su rechazo al autoritarismo soviético en la Conferencia de Zaragoza de junio de 1922. En esta reunión, organizada por él como secretario de la Confederación Regional de Aragón, Rioja y Navarra, pidió la separación “absoluta” e “inmediata” de la CNT de la Internacional Comunista de Moscú y su ingreso en la AIT de Berlín.

En 1923 organizó, junto a Goñi, un nuevo congreso anarquista en Zaragoza y como secretario de la CNT aragonesa preparó la fuga de la cárcel de Francisco Ascaso.

Durante la dictadura de Primo de Rivera, en la que la represión hizo pasar a la CNT a la clandestinidad, fue detenido en noviembre de 1923 y enero de 1924, siendo acusado por los compañeros del Sindicato de la Madera y por la Federación local de Barcelona de ser confidente de la policía y, aunque lo negó, perdió desde entonces el liderazgo que compartía con Pestaña en Barcelona. En 1925 se sumó a las críticas del periódico argentino La Protesta, en las que calificaba a Pestaña de burócrata sindicalista, y fundó, junto a Joaquín Adelantado, José Alberola, Ramón Suñé, Ramón Domínguez y otros anarquistas, el periódico El Productor de Blanes y Barcelona, con la intención de propagar “un movimiento obrero netamente anarquista”, impulsando esta idea como director del mismo entre noviembre de dicho año y marzo de 1926, y también como agregado al Comité de Relaciones de la Federación de Grupos Anarquistas de España. En su enfrentamiento con los anarcosindicalistas (Pestaña, Juan Peiró), defendió su idea de que la CNT no debía ocuparse únicamente de actividades sindicales (lo que implicaba hacer concesiones a la dictadura) y que debía perseguir ante todo su objetivo final de implantar el comunismo libertario, manteniéndose mientras en el más estricto apoliticismo. Encarcelado a raíz de la Sanjuanada e implicado luego en el intento de invasión armada de Francesc Macià, tuvo que exiliarse a Francia en 1926. Aunque no participó en la creación de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), se unió en Béziers al grupo de exiliados anarquistas del periódico Prismas, portavoz de la Federación de Grupos Anarquistas de Lengua Española y corresponsal oficial de la FAI, atacando desde allí las conspiraciones políticas contra la dictadura militar en las que pudieran estar implicados los anarquistas. En 1928 regresó a España y criticó el “desviacionismo” de Pestaña, pero al año siguiente volvió a exiliarse a Francia, trabajando de carpintero en Toulouse hasta que fue expulsado por las autoridades galas y regresó a Barcelona. Tras la caída del dictador Primo de Rivera y la salida de la clandestinidad de la CNT en 1930, intervino en la reorganización del sindicato anarquista, pero sin ocupar en él puestos de responsabilidad. Durante la Segunda República participó en los congresos de 1931 y 1936. Al entrar en crisis la CNT por el enfrentamiento entre “faístas” y “trentistas”, en el que los firmantes del Manifiesto de los Treinta de agosto de 1931 (Peiró, Pestaña) fueron expulsados o marginados de la organización, mantuvo una postura conciliadora entre las diferentes corrientes doctrinarias para no seguir escindiendo la militancia anarquista, siendo expresión de la misma su libro La CNT, los Treinta y la FAI (1933). En la Guerra Civil, a propuesta del Comité Nacional de la CNT-FAI, fue nombrado director de la Escuela de Militantes Libertarios de Barcelona (1936), pero pronto dejó la ciudad y se marchó, junto a su hijo, al frente de Aragón, donde fue corresponsal de Solidaridad Obrera hasta la muerte de su hijo, en 1937. Asistió en Barcelona a la última reunión libertaria, en la que llamó a una numantina defensa de la ciudad en enero de 1939. Al acabar la guerra se exilió a Francia, donde fue internado en un campo de concentración y luego confinado en Mornat (1941-1943). En 1943 se instaló en Valence (departamento de Drôme), participó en la resistencia francesa contra los nazis y en la reconstrucción clandestina de la CNT en el exilio, asistió por Lyon al pleno de Marsella (diciembre de 1943) e intervino en el primer mitin cenetista en Toulouse (1944) y en el Congreso Anarquista de París de 1945. Durante la dictadura de Franco participó en los congresos del exilio y trabajó por reunificar el escindido movimiento libertario español, tratando de reconciliar a los anarquistas tolerantes con la democracia con los radicalmente apolíticos. A lo largo de su vida pronunció muchos discursos en mítines y conferencias y escribió varios folletos y libros, entre los que sobresale su historia sobre El movimiento obrero español (1928), prologado por Max Nettlau.

Además de su participación en los periódicos anarquistas anteriormente citados, fue director de Uno.

Tribuna Libre Confederal (Valence, 1958), boletín “al servicio de los amigos de la unidad de la CNT”; redactor- jefe de La Ilustración Ibérica (Barcelona, 1938); redactor de Solidaridad Obrera (Barcelona, 1923-1924) y Psiquis (Puentegenil, 1928), y colaborador, entre otros, de Solidaridad Obrera (Barcelona, 1913-1919), Ideas y Figuras (Madrid, 1918-1919), el republicano Nueva España (Madrid, 1919), El Comunista (Zaragoza, 1919-1920), Nueva Senda (Madrid, 1921), El Productor (Barcelona, 1930), Exilio, Lucha Social de Lérida, La Revista Blanca, Revista Única, Suplemento de La Protesta y Tiempos Nuevos.

 

Obras de ~: La política y los obreros, Zaragoza, 1910; Contra la guerra, Barcelona, 1915; ¿Qué es el Sindicato Único?, San Sebastián, 1919; Verdades como puños, Logroño, 1920; La Rusia roja. Cómo tomaron el poder los bolcheviques, Pueblonuevo del Terrible, Imprenta de T. del Pozo, 1920; El terrorismo blanco, Zaragoza, 1922; Autonomía y federalismo. Extracto de la obra de Fernand Pelloutier “Histoire des bourses du travail”, San Sebastián, R. Altuna, 1922; Un hombre de honor, Barcelona, 1923; Rosa. Historia de una mujer del pueblo, Barcelona, Mundial, s. a. (1924); Problemas fundamentales. Por la unidad CNTUGT, Béziers, 1925; El movimiento obrero español, 1886-1926 (Historia y crítica), Barcelona, Imprenta Costa, 1928 (reed., Paris, familia y amigos del autor, 1966); La CNT, los “Treinta” y La FAI, Barcelona, Alfa, 1933; Almas gemelas, Lyon, 1936; Manual del militante, Barcelona, 1937; Más lejos, Barcelona, 1938; Perspectivas del movimiento obrero español, México, S. Seguí, 1964.

 

Bibl.: J. Peirats, Figuras del movimiento libertario español, Barcelona, Picazo, 1978, págs. 199-207; J. Cirac Febas y J. L. Ledesma Vera, Manuel Buenacasa Tomeo. Militancia, cultura y acción libertarias. Misceláneas de textos, 1917-1964, Zaragoza, Centro de Estudios Comarcales del Bajo Aragón de la Institución Fernando el Católico, 2005; M. Aznar Soler y J. R. López García (eds.), Diccionario biobibliográfico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939, vol. 1, Sevilla, Renacimiento, 2016, págs. 424 – 426.

 

Gregorio de la Fuente Monge