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Vicenç Montoliu i Massana

Biografía

Montoliú i Massana, Vicenç. Tete Montoliú. Barcelona, 28.III.1933 – 25.VIII.1997. Pianista.

Hijo de Vicenç Montoliú, que tocaba varios instrumentos en el Gran Teatro del Liceo y en la Orquesta Montoliú Jazz. Su madre, cantante y virtuosa del ukelele, le dio a conocer desde muy niño la música de jazz, en especial los discos de Duke Ellington. Ciego de nacimiento, a los cuatro años ya estaba familiarizado con el piano, que tocaba en casa con desenvoltura.

En 1946 ingresó en el Conservatorio Superior de Música de Barcelona. En ese mismo año conoció al saxofonista norteamericano Don Byass, cuyas lecciones y consejos fueron fundamentales para la carrera musical de Tete. Sus primeros pasos fueron en el Hot Club de Barcelona. Fundó el Be-Bop Trío, más tarde cuarteto.

En 1955 actuó junto a Lionel Hampton durante la celebración de un concierto en la Ciudad Condal. En 1958 ofreció en Cannes el primero de sus conciertos, con el que inauguró una densa serie de actuaciones en el extranjero, acompañado por Doug Watkins y Art Taylor. Por esas fechas se hizo amigo del reconocido pianista francés Martial Solal, iniciando una gira europea que lo llevó a San Remo, Berlín, Frankfurt y Copenhague. En 1961 ya se le reconocía en los ambientes del jazz como una gran figura. Colaboró con artistas de incontestable talento, como Dexter Gordon, Ben Webster, Stephane Grapelli, Herb Geller, Lucky Thompson y Benny Golson, entre otros.

Formó un cuarteto con el polifacético Roland Kirk, con quien se presentó en los mejores escenarios europeos.

Tete Montoliú fue convirtiéndose en un inspirado intérprete pianista de be-bop, movimiento musical que significó una revolución en la era moderna del jazz.

En 1965 formó un trío con Eric Peter y Billy Brooks, lo que le permitió colaborar con músicos de la talla de Booker Erwin, Lee Konitz, Art Farmer y Ornette Coleman.

Trío que se presentó con éxito en varios festivales prestigiosos, casos de Bolonia y Antibes.

El año 1967 es fundamental en su vida artística.

Acompañó cierto tiempo con su piano a la cantante barcelonesa Nuria Feliú y se presentó en Nueva York invitado por la Cámara de Comercio. Sus recitales despertaron gran interés en el público norteamericano, hasta el punto de que su estancia, que en principio iba a ser de tres semanas, se prorrogó durante dos meses más. Aprendió en ese corto espacio de tiempo mucho más que en todo lo que llevaba de carrera, según propia confesión. Fue una inolvidable experiencia en el Village Gate, donde grabó un disco importante. Decía Tete Montoliú que el “free”, o jazz libre, era una excusa para todos aquellos que no saben tocar un blues. Buscó siempre una evolución constante en su música, siguiendo las coordenadas del bebop.

Su regreso a Barcelona tras aquella triunfal gira neoyorquina marcó el reconocimiento en España del que ya era considerado como la mayor gloria del jazz nacional. Inauguró la sala Jamborée, que fue un club de culto para los amantes de esa música en la capital catalana. Entonces grabó otro disco excelente: A tot jazz, saludado por la crítica como uno de los más importantes hasta entonces, con el batería Billy Brooks y el contrabajista Eric Peter.

En su discografía existen grabaciones muy interesantes, como la que realizó acompañando a Elia Fleta, hija del famoso tenor aragonés Miguel Fleta, que destacó como intérprete de jazz. En otro apartado, Tete Montoliú aportó su genio creador en grabaciones más ligeras y comerciales en el género del bolero y la samba. Asimismo, en otras donde recreó una selección de composiciones muy populares de Joan Manuel Serrat, con quien le unió gran amistad y mutua admiración. Se habían conocido en 1965 en la compañía discográfica Edigsa cuando Serrat formaba parte de Els Setze Jutges. En septiembre de 1967, Tete lo acompañó al piano en el transcurso de un Festival de la nova cançó en el Palau de la Música Catalana.

Volvieron a coincidir en otras ocasiones en distintos escenarios. De 1969 es el disco Tete Montoliú interpreta a Serrat y de 1996 el titulado Tete Montoliú interpreta a Serrat hoy. Singular, como anécdota, es su primera y única grabación con un piano eléctrico que efectuó en el disco Vampyria con el grupo que comandaba el artista pop Jordi Sabatés.

A partir de 1970, Tete Montoliú fue uno de los músicos de jazz más solicitados en Europa. Durante este decenio realizó constantes giras, presentándose en Liubliana y Belgrado (Yugoslavia), Poli (Finlandia), Múnich, Londres, Bruselas y París, entre otras ciudades. Hasta 1977 no regresó a España, pero dos años después ya estaba embarcándose en otro prolongado proyecto de actuaciones por los Estados Unidos, donde su nombre sonaba en los mejores círculos jazzísticos.

Tete tenía un estilo inconfundible, aunque no se recataba en expresar las influencias recibidas de Lester Young, John Coltrane y Dexter Gordon. La manera en que pulsaba las teclas de su piano, los rápidos fraseos, el sugerente swing, respondían a una personalidad indiscutible que en el país por excelencia del jazz, Norteamérica, no había pasado inadvertida para los grandes entendidos del género. También, en España, donde la música de jazz fue, al menos en la segunda mitad del siglo XX, sólo para consumo de minorías, el nombre de Tete Montoliú parecía ser una insólita figura.

En la década de 1980, al tiempo en que recibía frecuentes homenajes, realizó numerosas actuaciones, sobre todo en colaboración con músicos norteamericanos como Johnny Griffin, Slide Hampton, Joe Handerson, George Coleman, Eddie Davis, Sonny Stitt y Jerome Richardson. Lideró varios tríos, uno de los cuales mantuvo cierto tiempo durante sus estancias en Barcelona. Grabó una colección de diez álbumes con el título genérico The music I like to play.

Otras de sus grabaciones más celebradas fueron las que realizó para la reputada compañía danesa Steeple Chase, bien en solitario con su piano o con las mejores secciones rítmicas de jazz europeas. Los más celebrados bateristas y contrabajistas trabajaron a su lado.

Tete Montoliú, siempre con sus inconfundibles gafas oscuras, sonreía complacido, muy a menudo, en sus actuaciones. El batería Peer Wyboris, su compañero de actuaciones, le llevaba hasta su banqueta en el escenario para luego retirarlo hasta el camerino. Considerado por la más exigente crítica como pianista sutil, lo comparaban con los mejores músicos de color.

En 1988 ofreció un inolvidable recital de piano en el Teatro Real de Madrid. Trabajó hasta poco tiempo antes de su muerte, víctima de un cáncer de pulmón.

Fuera de la música, lo que mayor placer le causaba era asistir a los encuentros de fútbol del Fútbol Club Barcelona.

 

Obras de ~: Discografía: Tete Montoliu y su Conjunto Tropical, Madrid, Columbia, 1956; Tete Montoliu y su cuarteto, vols. 1 y 2, Barcelona, Saef, 1958; European All Stars, Madrid, Telefunken, 1961; Tete Montoliu y su quinteto, Madrid, Zafiro, 1962; A tot jazz, Barcelona, Concentric [1965]; Tete Montoliu presenta Elia Fleta, Barcelona, Concentric, 1966; Tete Montoliu interpreta a Serrat, Barcelona, Discophon, 1969; Gentle Ben, Barcelona, Ensayo, 1973; Temas Hispanoamericanos, Barcelona, Ensayo, 1974; Tete Montoliu Trío, Al Palau, Barcelona, Zeleste, 1979; Catalonian Nights (vols. 1 y 2), Barcelona, Steeple Chase, 1980; New Year’s Morning’89, Barcelona, Fresh Sound, 1989; Music for Anna, Barcelona, Mas i Mas Records, 1992; Tete en el San Juan, Madrid, Nuevos Medios, 1995; Tete Montoliu interpreta a Serrat hoy, Barcelona, Discmedi, 1996.

Escritos: con M. Jurado y P. Gabancho, Tete Montoliú, Miquel Jurado, Barcelona, Ajuntament, 1992.

 

Bibl.: J. M. García Martínez, Del fox-trot al jazz flamenco: El jazz en España, 1919-1996, Madrid, Alianza, 1966, pág. 192; T. Montoliú, M. Jurado y P. Gabancho, op. cit., 1992; M. Jurado, Tete, quasi autobiografía, Barcelona, Edicions Proa, 1998; X. M. Carreira, “Montoliu, Tete”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. VII, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2000, págs. 731-735; F. Vicens Vidal, “Tete Montoliu i Mallorca. En el desè aniversari de la seva mort”, en Lluc (Palma de Mallorca), n.º 861 (enero de 2008), págs. 40-47.

 

Manuel Román Fernández