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Joaquim Miret i Sans

Biografía

Miret i Sans, Joaquim. Barcelona, 17.IV.1858 – 30.XII.1919. Historiador medievalista.

Era el hijo primogénito de Antoni Miret Nin, abogado, y de Maria del Roser Sans Cabot, que tuvieron otros tres hijos: Tomàs, Manuel y Maria. Su tío materno, Francesc Sans Cabot, fue un pintor conocido y, durante algunos años, director del Museo del Prado (Madrid). La familia de Miret había hecho fortuna a través de las inversiones inmobiliarias; los bienes heredados permitieron a Miret llevar una vida de señor ilustrado; era elegante, amante de la ópera, noctámbulo, galante y célibe. Cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Barcelona entre 1874 y 1880 y en 1882 se doctoró en Madrid en Derecho Civil y Canónico con una tesis sobre los Usatges de Barcelona.

No tenía una formación específica de historiador y se la procuró por su cuenta. Fue un apasionado de los viajes y, de joven, recorrió toda Europa y Oriente Medio. La política le interesó poco, en cambio participó en acciones de cultura y de enseñanza dentro del movimiento catalanista, como la Associació Protectora de l’Ensenyança Catalana. Fue socio del Centre Excursionista de Catalunya y miembro de su Junta Directiva durante un tiempo y colaboró en el Butlletí de esa entidad con artículos de carácter histórico.

Desde 1892, aproximadamente, empezó a dedicarse a la investigación histórica, animado por su amigo Francesc Carreras i Candi. Investigó en los fondos de numerosos archivos barceloneses: el Archivo de la Corona de Aragón, el de la Catedral, el del Priorato de San Juan de Jerusalén, que se encontraba todavía en manos de las hospitalarias de Alguaire, y el de la Batllia del Real Patrimonio, custodiado por el último Batlle; archivo que Miret, con Carreras i Candi, consiguió trasladar a la Diputación, pasando después al Archivo de la Corona de Aragón. Miret también trabajó en los archivos pirenaicos, los del Pallars, la Seu d’Urgell y algunas pequeñas parroquias, archivos a los que llegaba con los medios de entonces, a caballo o en mula; fuera de Cataluña, frecuentó la Real Academia de la Historia (Madrid), la Biblioteca Colombina de Sevilla y, especialmente, la Biblioteca Nacional de París, ciudad que visitaba una o dos veces al año no sólo para investigar sino también para estar al corriente de la bibliografía extranjera y mantener contactos con historiadores franceses: Henri Courteault, Felix Pasquier, Jean Auguste Brutails, Alfred Morel Fatio, Raymond Foulché-Delbosch, Jean Regné y Moïse Schwab.

Fue miembro numerario (desde 1900) y secretario (desde 1901) de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. Contribuyó decisivamente a poner en marcha el Boletín de esa Academia, donde publicó muchos de sus trabajos, y se ocupó de esa publicación hasta poco antes de su muerte. También estudió la historia de la Academia a lo largo de dos siglos de existencia.

En 1907, cuando Prat de la Riba creó el Institut d’Estudis Catalans, Miret fue uno de los primeros ocho miembros; publicó algunos de sus trabajos en la nueva academia que, por deseo de su fundador, era también centro de investigación. Fue también correspondiente de la Real Academia de la Historia, de la de Buenas Letras de Sevilla y de la Sociedad Almeida Garret de Lisboa. La República Francesa le honró con el título de Officier d’Instruction Publique, en 1916.

A lo largo de su vida de investigador, Miret se interesó por aspectos muy diversos de la sociedad medieval catalana desde la época condal hasta los siglos xiv y xv y alguna incursión por épocas posteriores. Uno de sus primeros temas de estudio fue la historia del condado de Pallars, que no concluyó, pero que está en el origen de muchas de las publicaciones de Miret, especialmente las que se refieren a los primeros testimonios del uso escrito del catalán. En 1904 encontró en la rectoría de Organyà un texto, el de unas homilías en catalán, no posterior a 1204, que es el texto en prosa más antiguo en esta lengua y que él mismo estudió y editó. Buscó también los primeros rastros del catalán en los documentos de los siglos XI y XII, publicados y analizados, en parte, en la Revue Hispanique, de la que fue colaborador habitual; en el Boletín de la Real Academia de Buenas Letras; y otras revistas.

Se interesó también por el estudio de otras comarcas pirenaicas, la expansión de diferentes familias nobles catalanas en Occitania y por la historia de las Órdenes Militares del Temple y de San Juan de Jerusalén.

Dedicó diversos estudios a las relaciones con el Magreb y especialmente a los judíos, algunos en colaboración con Moïse Schwab, publicados en la Revues d’Études Juives y en el Boletín de la Real Academia de la Historia. Fue uno de los primeros en examinar la documentación de la Generalitat medieval y estudió la construcción de la sede de esta institución, juntamente con Puig i Cadafalch, además de otros aspectos.

Publicó trabajos sobre Cerdeña, las relaciones con Francia y, en Le Moyen Age, cartas originales de miembros de los linajes reales Capeto, Valois y Anjou. Se ocupó de aspectos de la historia de la literatura: la Biblia catalana rimada de Sevilla, el trovador Guerau de Cabrera, fray Anselm Turmeda y Ramon Llull y su familia.

Analizó procesos judiciales, entonces olvidados, en Sempre han tingut béch les oques, con el propósito de desvelar aspectos de la sociedad medieval que desmentían la visión de la Edad Media como el siglo de oro del cristianismo o como una época heroica. Redactó también estudios pioneros sobre la esclavitud o sobre las represalias y el derecho de marca. Denunció la falta de fiabilidad de los estudios genealógicos de los siglos XVII y XVIII, a través del caso de la familia Erill e identificó el origen de la familia de los jueces de Arborea, de Cerdeña, en la catalana de los vizcondes de Bas.

Dedicó diversos trabajos a distintos reyes de la Corona catalano-aragonesa, puesto que creía en la importancia y en el influjo de las grandes personalidades en el devenir histórico y pensaba que ello no era incompatible con las nuevas tendencias historiográficas, que apuntaban hacia el estudio de los fenómenos colectivos.

Siguiendo el ejemplo francés, fue el introductor de la confección de itinerarios de reyes: Alfonso I de Cataluña, II de Aragón; Pedro I de Cataluña, II de Aragón; Alfonso III de Cataluña, IV de Aragón, y Jaime I, el más importante, que incluyó fragmentos de un gran número de documentos y que todavía es útil. Teniendo en cuenta la movilidad de los monarcas medievales, los itinerarios servían para proporcionar una pauta al servicio de los historiadores, dándoles el orden cronológico exacto de los acontecimientos conocidos y permitiéndoles fechar documentos no datados y precisar si eran auténticos o no.

Publicó ciento veinte libros y artículos, a los que hay que sumar otros cuatro aparecidos con carácter póstumo.

 

Obras de ~: Investigación Histórica sobre el vizcondado de Castellbó. Con datos inéditos de los Condes de Urgell y los vizcondes de Ager, Barcelona, J. Puigventós, 1900; Los Vescomtes de Bas en la illa de Sardenya. Estudi històrich sobre los Jutges d’Arborea de raça catalana, Barcelona, J. Puigventós, 1901; “La Casa de Montcada en el vizcondado de Bearn”, en Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona (BRABLB), I (1901-1902), págs. 49- 55, 130-142, 186-199, 230-245 y 280-302; “El més antic text literari escrit en català. Precedit per una col·lecció de documents dels segles xiè, xiiè i xiiiè” y “Apèndix al manuscrit d'homilies de l'iglesia d'Organyá”, en Revista de Bibliografia Catalana, IV (1904 [1907]), págs. 5-47 y págs. 49-54, respect.; “Négociations de Pierre IV d’Aragon avec la Cour de France (1366- 1367)”, en Revue Hispanique (RH), XIII (1905), págs. 76-135; Sempre han tingut béch les oques. Apuntacions per la història de les costumes privades, Primera sèrie, Barcelona, F. Badia, 1905 (Segona sèrie, Barcelona, F. Badia, 1906); “Tres princesas griegas en la corte de Jaime II de Aragón”, en RH, XV (1906), págs. 668- 720; “Negociacions diplomàtiques d’Alfons III de Catalunya- Aragó ab lo rey de França per la croada contra Granada (1328- 1332)”, en Institut d’Estudis Catalans (IEC), Anuari, II (1908), págs. 265-336; con J. Puig y Cadafalch, “El Palau de la Diputació General de Catalunya”, en IEC, Anuari, III (1909-1910), págs. 385-480; Les cases de templers i hospitalers de Catalunya, Barcelona, Casa de Caritat, 1910-1913; “Pro sermone plebeico”, en BRABLB, VII (1913), págs. 29-41, 101- 115, 163-185, 229-251 y 275-280; Antics documents de llengua catalana i reimpressió de les Homilies d’Organyà, Barcelona, Casa de Caritat, 1915; “Escolars catalans al estudi de Bolònia en la XIIIa centuria”, en BRABLB, VIII (1915), págs. 137-155; “Dos siglos de vida académica”, en BRABLB, IX (1917), págs. 10- 32, 92-116, 168-193, 249-285 y 305-358; “La esclavitud en Cataluña en los últimos tiempos de la Edad Media”, en RH, XLI (1917), págs. 1-109; “La casa senyorial d’Erill”, en Anuari de la Societat Catalana d’Heràldica, I (1917), págs. 131-195; Noves y documents inèdits sobre la familia senyorial de Caboet y la qüestió d’Andorra, Barcelona, Casa de Caritat, 1918; Itinerari de Jaume I el Conqueridor, Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 1918 (reed. facs. con pról. de M.ª T. Ferrer, Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 2004); “Les represàlies a Catalunya durant l’Edat Mitjana”, en Revista Jurídica de Catalunya, XXXI (1925), págs. 289-304 y 385-417; El forassenyat primogènit de Jaume II, Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 1957 (col. Memòries de la Secció Històrico-Arqueològica, XVIII).

 

Bibl.: Ph. D. Rasico, Cafè i quilombo. Els diaris de viatge de Joaquim Miret i Sans (1900-1918), Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 2001; M.ª T. Ferrer i Mallol, Joaquim Miret i Sans. Semblança biogràfica, Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 2003.

 

María Teresa Ferrer Mallol