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Sebastián Miranda Pérez-Herce

Biografía

Miranda Pérez Herce, Sebastián. Oviedo (Asturias), 7.VII.1885 – Madrid, 19.X.1975. Escultor.

Asistió como párvulo a la escuela de Juan Ruiz Muñoz, un dómine muy popular en la ciudad de La Regenta.

Al mismo tiempo que cursó el bachillerato en el instituto ovetense, donde inició su amistad con Ramón Pérez de Ayala, asistió a las clases de Dibujo y Modelado de la Escuela de Artes y Oficios. A los quince años viajó a París para visitar la Exposición Universal de 1900. Posteriormente pasó una temporada en Erfurt (Alemania) para el estudio del idioma, con el fin de matricularse en la Escuela Politécnica.

En Bingen inició los estudios de Ingeniería que abandonó por su interés por las artes plásticas. Viajó por Italia y se matriculó en el Regio Instituto di Belle Arti di Roma (Scuola libera con modello viviente). A su regreso, cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Oviedo y se dio a conocer como caricaturista de peculiar agudeza en la interpretación de los personajes y tipos de marcado localismo. En Madrid, compartió un estudio con su fraternal amigo Pérez de Ayala, que iba a ser su introductor en los círculos artísticos y literarios.

Conoció a Valle-Inclán, Rubén Darío, Ortega y Gasset, Julio Camba, Azorín, Marañón, Luis de Tapia, Enrique de Mesa; a los pintores Zuloaga, Romero de Torres, Anselmo Miguel Nieto, Ricardo Baroja y al escultor Julio Antonio, con cuya colaboración realizó el monumento a un prohombre extremeño.

Un nuevo viaje a París, donde acudió con el propósito de darse a conocer por sus caricaturas de chansonniers y otros tipos populares, cuyo propósito no vio cumplido, le abrió, sin embargo, un nuevo cauce que iba a resultar decisivo en su vida artística.

En París conoció al aristócrata, diplomático y escultor español, marqués de Perinat, discípulo de Benlliure, que cultivaba el pequeño formato con una gran expresividad.

Sebastián Miranda cambió a partir de entonces la lámina caricaturesca por el modelado de sus nuevos personajes: agentes de Cambio y Bolsa, a los que captaba en el parquet mediante los rasgos más salientes de su personalidad. Con estas obras obtuvo un notable éxito social. A su repertorio de obras incorporó las esculturas de Joselito, Belmonte, Rafael el Gallo, Vicente Pastor y otras figuras del “planeta de los toros”. En 1921 presentó su obra en el Salón del Palacio de Bibliotecas y Museos (1921), en la que incluyó las estatuillas del General Weyler, de la popular artista Julia Font y su famoso conjunto denominado Las siete virtudes. Los juicios de la crítica le fueron adversos.

Azorín, en su defensa, dijo haber visto aquella obra “en el pórtico de nuestras catedrales y en las sillas de coro donde se sientan los canónigos”. Consideraba que Miranda, tanto como un escultor era un psicólogo y que su arte era tradicional por su arte medieval y era moderno en cuanto a su análisis psicológico.

En 1931 realizó innumerables maternidades y estatuillas con modelos de etnia gitana y se propuso el reto de abordar una obra coral. En la lonja de contratación de pescado de Gijón tomó apuntes preparatorios para la obra que denominará El Retablo de Mar (5,10 x 2,30 m). En torno al pescado expuesto en la rula se enjambran hasta ciento cuarenta y nueve figuras de pescadores, de tipos de ambos sexos, relacionados con su venta, y de viejos observadores que en otro tiempo estuvieron relacionados con esta industria.

El Retablo del Mar fue expuesto en la biblioteca del Instituto Jovellanos de Gijón. El acto inaugural contó con la presencia del ministro de Obras Públicas, Indalecio Prieto, y otros miembros del Gobierno. Posteriormente se expuso en la Universidad de Oviedo y en la Sociedad de Amigos del Arte de Madrid. En 1934, fue adquirido por el Estado y perdido durante los avatares de la Guerra Civil.

Hasta el final de la contienda, Sebastián Miranda residió en París en la proximidad de sus amigos Azorín, Baroja, Pérez de Ayala, los doctores Marañón y Hernando y otros españoles exiliados. Maurice Chevalier le encargó estatuillas de sus diversas actuaciones como chansonnier. De entonces datan también los retratos escultóricos de Azorín y Baroja.

A su regreso a España, Sebastián Miranda alcanzó el creciente éxito social de su escultura. En 1948 presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes una figura de mujer, en mármol; en 1949, concurrió al II Salón de Navidad, celebrado en Gijón, con las figuras tituladas La Negra, La Garrochista y Pío Baroja. En 1964 fue seleccionado para la exposición XXV años de arte español; en 1965, participó en la exposición Retratos de escritores del 98, celebrada en Madrid y en 1970, en la titulada El pequeño bronce. Trabajó intensamente para realizar innumerables encargos de las más notables personalidades de aquellos años: el Premio Nobel Severo Ochoa, Domingo Ortega, el oftalmólogo doctor Castroviejo, la actriz Conchita Montes, la mítica Pastora Imperio, al mismo tiempo que posaron para él una buena parte de las damas de la sociedad madrileña y de la colonia gitana de Madrid.

En 1965 viajó por Grecia, India, Beirut, Tailandia, Hong-Kong y Tokio. Vivió una temporada en Nueva York para cumplir algunos encargos. El Ayuntamiento de Gijón adquirió una nueva versión del Retablo del Mar, que actualmente se encuentra en el Museo de la Casa Natal de Jovellanos. Entre otros honores, recibió la Medalla de Oro al Mérito Taurino, el Premio a la Popularidad concedido por el diario Pueblo y la Medalla de Oro del Trabajo. La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid presentó una exposición de sus esculturas y dibujos y en 1985, con motivo del centenario de su nacimiento, el Banco de Bilbao organizó una exposición de sus obras en Oviedo y Madrid.

Publicó dos libros en los que se reúnen sus crónicas publicadas en el diario ABC, Recuerdos y añoranzas (1972) y Mi segundo libro de recuerdos y añoranzas (1975). Su amigo Indalecio Prieto había publicado (Editorial Losada, Buenos Aires, 1961) Cartas a un escultor, en las que se debatían diversidad de circunstancias relacionadas con la Guerra Civil. El Ayuntamiento de Oviedo ha colocado una estatua, obra de Sebastián Miranda, en el paseo de los Álamos y establecido el Premio Lírico Teatro Campoamor cuyo trofeo es La gitanilla de París.

 

Obras de ~: Joselito; Belmonte; Rafael, el Gallo; Vicente Pastor; General Weyler; Julia Font; Las siete virtudes; Maternidad, 1931; El Retablo de Mar, Gijón (desapar.); La Negra; La Garrochista; Pío Baroja; Severo Ochoa; Domingo Ortega; doctor Castroviejo; Conchita Montes; Pastora Imperio; Retablo del Mar (2.ª versión); Escritos: Recuerdos y añoranzas, Madrid, Prensa Española, 1972; Mi segundo libro de recuerdos y añoranzas, Madrid, Prensa Española, 1975.

 

Bibl.: I. Prieto, Castas a un escultor, Buenos Aires, Editorial Losada, 1961; M. Gómez-Santos, La vida como obra de arte, catálogo de exposición, Madrid, Banco de Bilbao, 1985; El tiempo de Sebastián Miranda. Una España insólita, Madrid, Editorial Testimonio, 1986; J. M. Iglesias, “Sebastián Miranda y Pérez-Herce”, en VV. AA., Diccionario de Artistas Contemporáneos de Madrid, Madrid, Arteguía, 1996; M. Soto Cano, El escultor y dibujante Sebastián Miranda (1885-1975), tesis doctoral, Universidad de Oviedo, 2007 (inéd.); El Retablo del Mar de Sebastián Miranda. 1931-1973, Asturias, Editado por la Casa Natal de Jovellanos, 2008.

 

Marino Gómez-Santos

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